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Caso: Colombia con un líder de izquierda.

El tema aplica perfectamente a lo que esta sufriendo mi país, Colombia, con el presidente
de turno.

El presidente de turno, carece de liderazgo y se deja llevar por su orgullo y pretensiones


personales.

Llegó al poder apoyado por el narcotráfico, por tal razón, las elecciones fueron ilegitimas.
Pero fuera de eso tomó el poder como si todo lo que hay, formado y obtenido a través de
los años y del paso de varios gobiernos no existiera.

Para justificar lo anterior, vemos la carencia de liderazgo en el mandatario en temas tan


importantes como la salud. Colombia es calificado como uno de los países de latino
américa que mejor sistema de salud tiene; es un sistema mixto entre la empresa privada y
el gobierno; existen unas entidades prestadoras de servicio de salud privadas que trabajan
concomitantemente con las instituciones gubernamentales. Este sistema y políticas de
salud han mostrado ser muy eficientes y el aseguramiento privado a cumplido
exitosamente su papel.

El mandatario actual, haciendo alarde de su autoritarismo, pretende borrar de un plumazo


todo lo que el país a logrado en materia de salud con el sistema actual; para el presidente
es como si en Colombia hubiera que empezar de cero.

Salta a la vista el grado de improvisación la falta de políticas adecuadas y la carencia de


liderazgo positivo en el gobierno.

Un buen líder no impone las políticas únicamente motivado por su egocentrismo y


autoritarismo; un buen líder construye sobre lo construido con ánimo conciliatorio y de
concertación, dejando y aprovechando lo bueno que existe y lo que funciona y corrigiendo
los errores que el sistema pueda tener.

Un comportamiento similar es el que se aprecia con el manejo del orden publico. Por su
carencia de liderazgo positivo el presidente solo reconoce los derechos humanos de los
delincuentes y de muchas bandas criminales que le están haciendo un gran daño a
nuestro país.

Recientemente una banda de facinerosos, disfrazados de campesinos desposeídos y de


indígenas discriminados pero que en realidad son bandidos de las FARC, invadieron los
terrenos de una petrolera causando incendios, destrozos y abusos de toda índole. El mal
líder envió una fuerza casi inocua, mas bien con el animo de aparentar imponer el orden
que realmente hacerlo.
Como era de esperarse los bandidos que superaban por mucho el número de los inermes
policías, secuestraron varios empleados de la compañía petrolera, y a los propios policías.
Los torturaron, humillaron, les quitaron la dotación, los teléfonos, los insultaron y les
provocaron todo tipo de improperios. Como si fuera poco, asesinaron un policía y a un
ciudadano.

Los policías pidieron auxilio al comando central durante dos horas; y el comando central
les respondía que se cuidaran de lo que hablaban para que no tuvieran consecuencias, y
que la ayuda iba en camino; reitero, esto fue durante dos horas, al cabo de las cuales los
uniformados sucumbieron ante los bandidos.

24 horas después arribó al sitio el ministro de gobierno, brazo derecho del mal líder, y
negocio con los delincuentes la liberación de los policías y civiles, aduciendo que no hubo
ningún secuestro ni mal trato a los cautivos; si no que lo que ocurrió fue que hicieron un
cerco humanitario para proteger a los uniformados y civiles. Ridícula posición del mal líder
porque para hacer un cerco humanitario hay que acabar con lo bienes privados,
destruyéndolos sin misericordia, asesinando y torturando a la fuerza publica de la cual el
mal líder es su jefe supremo.

Para corroborar todo lo anterior solo hay que echar un vistazo a la política económica
desarrollada por el mal líder.
Colombia a manejado de manera exitosa y eficiente su política petrolera. El petróleo es el
commodity que más divisas genera al país y su empresa líder, Ecopetrol, es un orgullo
nacional.

El mandatario actual suprimió los nuevos contratos de exploración petrolera y sentencio


que las divisas que se dejen de obtener con la nueva política petrolera las va a sustituir
con la exportación de aguacate y el desarrollo turístico, como si esta política fuera
suficiente y se pudieran desarrollar de la noche a la mañana.

El mensaje que mandó a los inversionistas internacionales y locales fue nefasto; y solo ha
logrado ahuyentar los capitales y provocar una inflación inusitada con una exagerada
devaluación del peso. Las políticas del mal líder se asemejan en mucho a las inadecuadas y
fatales que desarrollo Hugo Chávez en la vecina Venezuela que pauperizaron y
destruyeron ese país.

En lo personal las acciones del mal líder me afectan a mi, a mi familia y a toda la sociedad
trabajadora y honesta; baste mirar la dificultad que se presenta con la canasta familiar
debido a su exagerado encarecimiento. El desestimulo a la inversión extranjera y local que
ocasiona la destrucción de las empresas productivas y el impedimento a que nazcan otras,
lo cual repercute negativamente, generando desempleo y decrecimiento económico del
país.
Aquel líder que descrestaba con su oratoria y promesas de desarrollo se desenmascaró
convirtiéndose en un líder populista totalmente nefasto para la nación.

Ingeniera Manuela Pineda A.

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