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TRAFICO DE ANIMALES

El tráfico de especies, que incluye animales y plantas, es uno de


los negocios ilícitos más dañinos y rentables del mundo. Este
delito contra la naturaleza mueve entre 10.000 y 20.000 millones
de euros cada año, una cifra equiparable a la que mueve el tráfico
de armas y de drogas.
Cada día, más de 80 elefantes son abatidos para obtener el marfil de
sus colmillos y de continuar con ritmo de exterminio, en tan sólo 15
años podríamos ser testigos de la desaparición de los elefantes
salvajes.
Éste es sólo un ejemplo de la magnitud del tráfico de especies, un
delito que incluye  tanto el comercio ilícito de animales exóticos
vivos como la caza ilegal de rinocerontes, tigres y
gorilas, entre otras especies, para obtener partes de sus cuerpos
utilizadas en artículos de moda, objetos de arte y decoración o
medicinas.
Mitos como la creencia en Vietnam de que el cuerno de rinoceronte
cura el cáncer o que los huesos y los bigotes del tigre son un remedio
contra la malaria en China generan una demanda por estos productos
que, en gran medida, se abastece a través de la caza ilegal.
El tráfico de especies es un crimen de dimensiones
internacionales, con una demanda creciente y cuyas sanciones
siguen siendo poco rigurosas a pesar de que pone en grave riesgo la
supervivencia de animales en peligro de extinción y está aniquilando la
vida salvaje de muchos países.
A pesar de que está sancionado por convenios internacionales como
CITES, está menos perseguido que otros tipos de comercio ilegal.
Las mafias que trafican con drogas y armas a menudo están
involucradas también en el tráfico de animales y plantas, y en muchos
casos -especialmente en África- este sangriento negocio se ha
convertido en un lucrativo medio de financiación para guerrillas y
grupos terroristas.
Tráfico de animales y plantas: el negocio de la extinción
El tráfico de animales es una de las mayores amenazas para las
especies protegidas. Cada año, los furtivos matan una media de 100
tigres, 30.000 elefantes, más de 1.000 rinocerontes y  más de 100.000
pangolines.
La falta de escrúpulos de los cazadores furtivos les ha llevado incluso
a utilizar cianuro para la pesca o talar árboles en lugares protegidos
para facilitar la caza.
Este delito es la mayor amenaza directa a la supervivencia de
especies que, como el tigre o el rinoceronte, se encuentran en peligro
de extinción.
Desde WWF luchamos contra el tráfico de animales y plantas
La lucha contra el  tráfico de especies ha sido siempre una de
nuestras prioridades. En los años 70 impulsamos la creación de
CITES, el convenio internacional que regula el comercio de especies.
Diez años después, junto con la Oficina para las Drogas y el Crimen
de Naciones Unidas (UICN), creamos TRAFFIC, una organización
dedicada a seguiry analizar las cifras del comercio ilegal de especies
en todo el mundo.
Desde WWF  trabajamos para luchar contra el tráfico de especies.
Apoyamos a los guardas que luchan en primera línea contra los
furtivos, y, junto con los gobiernos, perseguimos el tráfico ilegal de
muchas especies como el tigre, el elefante o el rinoceronte.

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