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La contaminación del pecado puede alcanzar a los hijos, la esposa, en el caso de los
solteros a los padres, sus hermanos.
En síntesis a toda la familia,
Pero también afecta a la sociedad
Y en algunos casos hasta las leyes, por eso existen las cárceles, reformatorios. Etc.
Esta es la razón por la cual Dios trae una palabra de esperanza enterrando en lo profundo
de la mar todos nuestros pecados.
Isaías 43.25: Yo soy el que borro tus rebeliones por amor a ti mismo y no me acordare
de tus pecados.
Dios continúa diciendo: Isaías 43:18-19 No os acordareis de las cosas pasadas, ni traigáis a
memoria las cosas antiguas He aquí yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz, ¿No la
conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad.
La historia de Sansón nos ilustra que el maligno logro derrotarlo en un área donde el era
débil, el sexo opuesto.
Sansón había salido bien librado en varias ocasiones y se confió, pero llego el momento
en el que nunca se dio cuenta de que Dios se había aparatado de él.
Jueces 16:20
Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta
vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado
de él.
Sin embargo puso su fe y su confianza en Dios, que él siempre le daría una oportunidad
y clamo pidiendo esa oportunidad y el Señor le respondió.
Jueces 16:28-30
Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y
fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza
de los filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre
las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y
su mano izquierda sobre la otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se
inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que
estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado
durante su vida.
El hijo prodigo se levantó y emprendió el camino de regreso a casa, aun diciendo “ya no
soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus jornaleros”.
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su
heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19 Él volverá
a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo
del mar todos nuestros pecados.