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EL ESTUDIO DE LA BIBLIA

Base Bíblica (2 Tm 2.15)

La Biblia está dividida en dos partes principales:


El Antiguo Testamento (AT, escrito originalmente en hebreo y arameo), y el
Nuevo Testamento (NT, escrito originalmente en griego). En total son 66 libros,
siendo 39 en el AT y 27 en el NT.

Los 66 libros están clasificados o agrupados por asuntos, y no


necesariamente dispuestos en el orden cronológico en que fueron escritos. Es
bueno tener esto en mente al estudiar la Biblia, pues evitará posibles confusiones
con relación a acontecimientos históricos o proféticos.

Los libros del AT están divididos en 4 clases: Ley, Historia, Poesía y Profecía.
Los libros de cada clase son los siguientes:

LEY - de Génesis a Deuteronomio: Estos cinco libros se llaman Pentateuco.


Tratan de la creación y de la ley transmitida por Dios al pueblo judío;

HISTORIA - de Josué a Ester: Contiene la historia del pueblo judío;

POESÍA - de Job a Cantares de Salomón: Son llamados poéticos debido a su


estilo de escritura;

PROFECÍA - de Isaías a Malaquías: Contiene los mensajes que Dios mandó


entregar para advertir al pueblo judío cuando éste se desviaba y para consolarlo
cuando sufría la corrección. Muchas de estas profecías todavía están por cumplirse,
y se refieren al futuro no sólo del pueblo judío, sino también de toda la humanidad.

Los libros del NT también están divididos en cuatro clases: Biografía, Historia,
Doctrina y Profecía.
Los libros de cada clase son los siguientes:

BIOGRAFÍA: Son los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Ellos
describen la primera venida del Señor Jesucristo, desde su encarnación como
hombre, su ministerio en la tierra, su muerte y resurrección;

HISTORIA: Es el libro de Hechos de los Apóstoles, el cual registra la historia de


la Iglesia en su primer siglo;

DOCTRINA: de Romanos a Judas, son las epístolas o cartas escritas por los
apóstoles para instruir a la Iglesia;
PROFECÍAS: Es el libro de Apocalipsis que significa revelación. Describe en
lenguaje profético cómo será la segunda venida del Señor Jesús a la tierra, el juicio
de Dios sobre la humanidad, y nos da una idea de cómo será la vida eterna que los
salvos en Cristo tendremos en el cielo.

¿CUÁL ES EL TEMA CENTRAL DE LA BIBLIA?

Es el Señor Jesucristo.
Él mismo lo declara en Lucas 24:27-44 y Juan 5:39.
En vista de Cristo, como el tema central de la Biblia, los 66 libros podrán
resumirse en 5 palabras, todas referentes a Cristo, así:

Preparación: Todo el Antiguo Testamento trata de la preparación para la venida de


Jesucristo.
Manifestación: Los Evangelios tratan de la manifestación de Jesús al mundo, como
Redentor por su sacrificio de sangre.

Propagación: Los Hechos de los Apóstoles tratan de la propagación de Cristo por


medio de la Iglesia.

Explanación: Las Epístolas tratan de la explicación de Cristo. Son los detalles de la


doctrina de Jesús.

Consumación: El Apocalipsis trata de Cristo consumando todas las cosas. (notas


de C. I. Scofield).

¿QUÉ RELATA LA BIBLIA?

Dios creó al hombre y lo colocó en un ambiente perfecto. Sin embargo, el


hombre se rebeló contra Dios y pecó, dejando de ser lo que Dios había planeado
para él.
El pecado trajo la maldición sobre el mundo, pero Dios en su infinita
misericordia puso en acción un plan para restaurar al hombre y toda la creación a su
gloria original.

Como parte de su plan de redención, Dios llamó a Abraham para salir de


Babilonia e ir a Canaán (esto se pasó a más o menos 2000 A.C.), Dios prometió a
Abraham, a su hijo Isaac y a su nieto Jacob (también llamado Israel) que Él
bendecirá al mundo a través de un Descendiente suyo.

La familia de Israel emigró de Canaán a Egipto, donde ellos pasaron a ser


una nación.
Más o menos 1400 A.C., Dios guió a los descendientes de Israel a abandonar
Egipto bajo la dirección de Moisés y les dio la Tierra Prometida, Canaán.

A través de Moisés, Dios dio al pueblo de Israel la Ley y hizo una alianza con
ellos: si ellos permanecieran fieles a Dios y no siguieran la idolatría de las naciones
a su alrededor, ellos irían prosperar.
Si ellos abandonaran a Dios y siguieran a los falsos dioses, Dios castigaba
severamente a su nación.

Más o menos 400 años después, durante los reinos de David y su hijo
Salomón, Israel se solidifica en un reino grande y poderoso. Dios prometió a David y
Salomón que un Descendiente de ellos reinaría como un Rey Eterno.

Después del reino de Salomón, la nación de Israel fue dividida. Las diez
tribus del norte se llamaron Israel, pasarán más o menos 200 años hasta que Dios
los juzgó por su idolatría. Asiria llevó a Israel cautivo más o menos en 721 A.C.
Las dos tribus del sur fueron llamadas Judá, y duraron más tiempo, pero
también acabaron abandonando a Dios.
Entonces Babilonia los llevó cautivos más o menos en el año 600 A.C.

Al cabo de 70 años después, Dios graciosamente trajo el resto de los


cautivos de vuelta a su propia tierra. Jerusalén, la capital fue reconstruida más o
menos en 444 A.C., e Israel restableció su identidad nacional.

De esta forma el Antiguo Testamento termina. Se puede concluir que el relato


de la historia del pueblo judío en el AT encierra una gran lección: por más esfuerzos
que el hombre haga, es totalmente incapaz (con base en su fuerza y voluntad
propia) de cumplir el patrón divino de justicia y santidad, por lo tanto, hay que
volverse al Único que fue capaz de hacerlo: Jesucristo, el Mesías prometido.

El Nuevo Testamento comienza más o menos 400 años después, con el


nacimiento de Jesus Cristo en Judá.
Jesús era el Descendiente prometido a Abraham y David, Aquel que iba a
cumplir el plan de Dios de redimir a la humanidad y restaurar la creación.
Jesús cumplió fielmente su tarea: Él murió por el pecado y probó ser el Hijo
de Dios resucitando de los muertos.

La muerte de Cristo es la base para la Nueva Alianza con la humanidad: todo


aquel que tiene fe en Cristo puede salvarse del pecado y de la muerte, y vivir
eternamente con Jesús en el Reino de los Cielos.

Después de su resurrección, Jesús envió a sus discípulos para anunciar en


todos los lugares, las buenas nuevas de la salvación y de la vida eterna, formando
nuevos discípulos y ciudadanos del Reino de Dios.
Ellos viajaron por Asia Menor, Grecia y por todo el Imperio Romano.

El Nuevo Testamento termina con una profecía del regreso de Jesús para
juzgar al mundo incrédulo, liberar la creación de la maldición, cumplir las promesas
que aún faltan para la nación de Israel, condenar definitivamente a Satanás y,
después de crear un nuevo cielo y una nueva tierra , tener a su pueblo viviendo para
siempre con Él en el Reino de Dios.

La Palabra de Dios tiene un valor inestimable. Como dijo el sabio, "cada


palabra de Dios es comprobadamente pura; es un escudo para quien se refugia en
él” (Pr 30:5). Siendo así es fundamental conocerla y saber aplicarla a nuestro día a
día.
En este estudio bíblico usted verá la importancia de la Palabra de Dios para
hoy, en los más diversos campos y para las más diversas etapas de nuestra vida.
“Pasará el cielo y la tierra, pero mis palabras no pasarán”. (Lc 21:33)

La Palabra de Dios es responsable del funcionamiento de todas las cosas.


Esto no significa que necesariamente todo lo que sucede es porque Dios quiere,
pero con todo, todo pasa por su conocimiento. Para desarrollar una buena intimidad
con Dios es necesario que conozcamos su Palabra.
Ella es el manual que nos conduce en el camino de la revelación del Eterno.

Uno de los puntos constantemente cuestionados, es con relación a su utilidad


y eficiencia. Muchos cuestionan traducciones, el tiempo, la lengua original, etc.
Reconozco que debemos tener un mínimo de conocimiento técnico sobre la
formación de la Biblia, pero lo más importante sobre todo es la fe.

La Palabra de Dios es infalible y su utilidad es incuestionable en todo tiempo:

"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para la enseñanza, la


reprensión, la corrección y la instrucción en la justicia, para que el hombre de Dios
sea apto y plenamente preparado para toda buena obra" (2 Tim 3:16-17).

Por lo tanto, si usted desea tener una vida plena y feliz es muy importante
que usted haga de la Palabra de Dios, la columna de su vida. Que ella sea su
consejera, guía, fuente de conocimiento.
Con certeza usted tendrá una vida muy feliz y plena aquí en la Tierra.

PALABRA DE DIOS PARA LOS JÓVENES

La juventud mundial es constantemente influenciada por la cultura del sexo,


de las drogas y del libertinaje, es decir, de la vida sin límites, sin reglas.
¿Pero de qué manera los jóvenes pueden ser felices, disfrutar de la vida y
vivir de manera sana para la gloria de Dios?

El salmista ofrece la respuesta: "¿Cómo puede el joven mantener pura su


conducta? Viviendo de acuerdo con tu palabra” (Sl 119:9).

La ilusión de muchos jóvenes es creer que la vida dirigida por la Palabra de


Dios es una molestia. Pero ese es un gran error. Vivir de acuerdo con la Biblia
Sagrada nos conduce a vivir lo mejor de esta Tierra.

El problema es que muchos ministros no lo dejan claro en su enseñanza.


Hablan de reglas, de lo correcto y del mal, pero no mencionan lo divertido y
agradable que es servir al Señor.
Observa lo que el apóstol Juan escribe para los jóvenes:

“... Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os


escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a
vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito
a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en
vosotros, y habéis vencido al maligno” (1 Jn 2:13-14).

LA PALABRA DE DIOS ES CONSUELO

“Recuerdo, Señor, de tus ordenanzas del pasado y en ellas encuentro


consuelo” (Sl 119:52).

La vida aquí en la Tierra es bastante dolorida en muchos momentos. No es


raro que muchas veces, heridas sean abiertas en nuestra alma de manera profunda.
Sin embargo, no hay que seguir solo. No es necesario continuar la caminata
herido, lastimado. La Palabra de Dios tiene consuelo en abundancia para aquellos
que se refugien en ella.

El salmista habla de cómo esto era real para él. Recordarla, meditar en sus
verdades, le traía consuelo, Esperanza.
La Palabra de Dios le posibilitaba vislumbrar un futuro mejor, positivo, donde
todo se puede ir bien y donde las heridas serían sanadas.

PALABRA DE DIOS ES PARA REFLETIR

“Me despierto en las vigilias de la noche, para meditar en tus promesas” (Sl
119:148).
El salmista relata su experiencia, él se quedaba despierto, varias veces para
meditar, para pensar en las promesas de Dios. ¡Y usted también puede elegir por
pensar en la Palabra de Dios!

Pensar en las promesas impartidas en la Biblia es ciertamente un remedio


para el alma y una motivación para la vida diaria. Por lo tanto, cuando pierda el
sueño y la desesperación golpea a su puerta, en lugar de enfocar el problema y el
dolor, ponga toda su atención en lo que el Señor ya prometió en las Escrituras.

La Palabra de Dios te va a revigorizar. Su fe será fortalecida y su alma


consolada. Por lo tanto, ¡no desista!

NECESITO UNA PALABRA DE DIOS

No es raro que todos deseamos oír a Dios. Pero, ¿como oír a Dios si somos
seres humanos y Él es espíritu?

Escuchar a Dios no es una voz fuerte hablándome. La voz de Dios es la guía


y ayuda interna que induce a lo bueno, y se vuelve más y más sencillo escucharla si
me mantengo fiel y la obedezco.

Dios Habla a través de Su Palabra

La manera segura de oír la voz de Dios en nuestros días es a través de la


Sagrada Biblia, que es considerada la Palabra de Dios. Cuando, por ejemplo, viene
una situación difícil y me viene a la mente un versículo de la Biblia que me fortalece
¡Allí estoy escuchando la voz de Dios!

Dios desea liberarme de mi naturaleza humana pecaminosa. Cuando busco


ayuda en la Palabra de Dios en medio de las dificultades de la vida, este proceso de
liberación puede suceder en mí. ¡Dicho proceso se le llama santificación y es una
vida llena de paz y de gozo!

Vamos a hacer un análisis del texto de Hebreos 4:12:

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más afilada que cualquier


espada de dos filos…” el término griego para viva es zoé y significa: lleno de vida.
Es decir, la Palabra de Dios está entre nosotros y es fuerte, eficaz, potente,
ella está lista para ayudarnos en nuestras necesidades, ella está en actividad, ella
esta “viva”.
Por lo tanto, si usted necesita oír a Dios, abra su Biblia y empiece a leerla.
Lea hasta que usted sienta paz, comodidad y encuentre las respuestas que
necesitas.

Observa lo que dice el salmista: "¡Cómo amo tu ley! Medito en ella todo el
día” (Sl 119:97). El amor del salmista por la Palabra lo llevaba a invertir tiempo
meditando en lo que ella dice.

Por medio de su palabra, el Señor Dios creó todas las cosas. Cualquiera que
sea nuestra necesidad, puede ser suplida a través de ella.
Siendo así, es fundamental que usted desarrolle una buena relación con la
Biblia, que usted la conozca y haga de ella la columna que sostiene su vida.

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