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modesto rimba

en el bosque

raquel jaduszliwer
Jaduszliwer, Raquel
en el bosque / Raquel Jaduszliwer
1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Modesto Rimba, 2018
70 p. ; 20 x 14 cm.

ISBN 978-987-4062-83-3

1. Poesía. I. Título.

CDD A861

prólogo

© raquel jaduszliwer, 2018


© modesto rimba, 2018

modesto rimba
modestorimba.com.ar
modestorimbaed@gmail.com

Fecha de catalogación: 30/07/2018

Editor: Mauro Lo Coco

Diseño gráfico y diagramación: susi camilieri

No se permite la reproducción total o parcial de la obra, tanto del interior como de la portada,
por cualquier vía y de cualquier modo, sin el permiso del autor.

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en Argentina
Para nosotros, criados por los cuentos,/el bosque no era más que
una añorada ficción verde. A partir de ahora la que escribe no sabe
qué bosque, qué espesura desgarrada impulsa su voz —desconozco
de dónde es este aquí—, su condición se ha vuelto extravío. Una cria-
tura desorientada se mueve a ciegas entre fragmentos, en el tem-
blor vasto y enjoyado de las pérdidas, se adentra en el reflejo de un
tesoro ausente. No se contempla el bosque/ se atraviesa, el borde de
un abismo refulge a cada paso entre las presencias/ausencias que
lo pueblan: lobos, ramajes, espesuras que se multiplican, un rey es-
condido, cortezas, brotes, maleza, antenas de insectos, un alba, un
pájaro asustado, púas, fosas.
Una cuerda nos ata a la esperanza, leemos en uno de los poemas
iniciales del libro ¿De qué materias está tejida esta cuerda? ¿De algo
escondido en la fronda y el tiempo o es el poema la urdimbre móvil
de la cuerda?
La poeta nos enfrenta a una paradoja angustiante: la amenaza
llega con la luz. ¿De qué luz habla este libro? En un poema se nos
advierte que un alba puede ser el destello de la fosa en lo alto (esa
fosa que cava y cava el inolvidable poema de Paul Celan). La luz
trastoca este bosque y no redime, no revela sentido. Se trata de una
luz diezmada, emitida por una memoria ancestral de lejanas catás-
trofes. El bosque está poblado de reflejos y criaturas diminutas que
tiemblan en el peligro sin saber dónde se encuentran. Una luz mala
centellea por donde se mire. Una luz que siembra confusión y no
tendrá piedad, cuyo triunfo es lo que enceguece/ lo que fulmina todo,
lo que reduce a nada.

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7
La madre y la hija, el hijo y el padre, los vivos y los muertos,
cuando son invocados acuden y el contorno de sus huellas son pre-
guntas incesantes que escanden y apremian los pasos a través de
todo el libro. No hay refugio en el bullente e inquietante claroscuro
del bosque como tampoco lo hay en el silencio del universo que
vuelve casi indiscernible a quien lo avizora con asombro desde la
entraña del bosque. El cielo, nos dice la poeta, tiene guaridas para en el bosque
ángeles mensajeros que no descienden a la tierra. Memorias dentro
de la memoria como añicos de muñecas rusas. El cuerpo pesa por-
que tiene memoria de una familia entera huyendo por los bosques/
llevando el apellido guardado en un pañuelo. Y junto a ésta, otra me-
moria que sostiene: la memoria de la proximidad de los cuerpos que
se dan calor después de despojarse mutuamente. Una tercera me-
moria, casi extinta, trae ese núcleo deslumbrante/ donde los mundos
despuntaban y lo que había/ era todo real, absoluto y real. ¿Nostalgia
del paraíso perdido? ¿Instante de gracia que se filtra en la desgracia
reinante a través de la poesía?
Una voz es un paso de gracia entre palabras avanzando. La voz
agita el follaje y sube como un tallo desde la luz diezmada hacia la
luz implacable del desierto que comienza más allá del bosque. No
hay amparo para la voz que emiten estos poemas escritos con la de-
licadeza de una ofrenda horadada por la ferocidad del mundo. Hay
una línea que condensa en mi memoria de lectora el aroma de este
libro: así será tu alba/ sombra creciente pequeña luz en los peligros
del follaje.

Dolores Etchecopar
Abril de 2018

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8
Para Rubén Reches, Claudio Archubi
Jazmín Faillace y Jotaele Andrade
porque vinieron un día a leer a esta fronda.
para Lidia Rocha y Gerardo Curiá
para Teresa Orbegoso
para Dolores Etchecopar
con agradecimiento por tan hermoso prólogo.
«El claro del bosque es un centro en el que no siempre es po-
sible entrar; desde la linde se le mira y el aparecer de algunas
huellas de animales no ayuda a dar ese paso. Es otro reino que
un alma habita y guarda. Algún pájaro avisa y llama a ir has-
ta donde vaya marcando su voz. Y se la obedece; luego no se
encuentra nada, nada que no sea un lugar intacto que parece
haberse abierto en ese solo instante y que nunca más se dará
así».

María Zambrano. Claros del bosque.


Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2011.
Pienso que de haber dios
elegiría el bosque como su catedral

el bosque
y en la noche
su volumen sellado, el gran follaje
el peso de los animales

un pájaro asustado elegiría


para dar testimonio.
uno
Envuelta criatura nacida del interior de un bosque
blanca entre los terrones tan pálida en la marcha
así será tu alba
sombra creciente pequeña luz en los peligros del follaje

envuelta criatura qué será de tu huella


qué será de tus pasos avanzando sobre la oscuridad

envoltorio y follaje sombra larga criatura


a tu camino van a dar nuestros caminos incansables
nuestros buenos deseos todas nuestras plegarias

allá vamos antiguos peregrinos


una cuerda nos ata a la esperanza
salimos a buscarte criatura perdida
perdido talismán piedra preciosa

reflejo del tesoro ausente


pozo en el medio del gran claro del bosque.

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El cielo es un alud para los ojos
Alejandro Calabrese. Ed Paradiso. 2010

“Así atraviesa el bosque


el corazón del bosque y se contempla” A lo largo y lo ancho todo es
Rita González Hesaynes. En la gran existencia temblorosa en la fronda, criatura del mundo, miniatura
Añosluz Editora. Buenos Aires. 2017 los ojos apegados a la huella
no ves cómo se mueve el tiempo

No se contempla el bosque pasan luces y sombras, pasan sombras


se atraviesa pero no ves el hilo que las une
ni el plan que las dispone
por detrás de los párpados
una idea de sol incendia la madera perdida entre fragmentos y tan huérfana
cada cosa te toma por sorpresa
no se contempla el bosque, se atraviesa
el sol es una hipótesis de luz, el más alto supuesto criatura del mundo
desorientada miniatura.
por detrás de los troncos y de su empalizada
por detrás del ramaje y en el fondo del claro
sigue aguardando oculto el animal cegador
tabú para los ojos
rey escondido de la fronda y el tiempo.

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20 21
dos
Los árboles altísimos
cargan frutos extraños

un lobo quieto acecha


su pelambre reluce demasiado

la ficción se exacerba
soñamos desde abajo

dormimos sin descanso sobre la tierra viva.

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25
Me acuerdo Cuando te conocí
algunas veces nos perdíamos en lo numeroso que habita el universo el mundo amanecía alrededor de tu mirada
mirando hacia la altura tuve suerte
girábamos las cabezas para abarcarlo todo
y ese silencio, así como separa y acerca las estrellas y en general todas niño mío y ausente
las cosas qué lejos te habrás ido
ese silencio nos volvía pequeños, apenas discernibles en cambio yo estoy quieta

entonces el asombro, a pesar de las repeticiones que componen los días el cuerpo
una vez más nos salía al encuentro cómo pesa
era un recordatorio de que estábamos vivos será porque la memoria ha quedado de mi lado.

pero verás
sucede que desde que te llevaste la parte del león de lo que fue mi tiempo
sucede que estoy sola aunque ya no lo sepas
y eso me vuelve única en el conglomerado de lo desconocido

y ahora que he llegado a ser la extraordinaria


el único ejemplar sobreviviente de lejanas catástrofes
azorada persisto

el día se prolonga entre palabras que se irán olvidando.

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26 27
Por encima del bosque hay otro bosque
en su luz espejada
una rama se mira desde abajo

los insectos trajinan, van de a miles


se ocultan en cavernas buena parte del día
viven adentro de la oscuridad

de tanto en tanto sobre la superficie ocurre algo


las antenas vibrátiles captan una revelación tres
sucede cuando el gran bosque azul se inclina
y un reflejo desciende sobre sus criaturas

entonces, irisado
el universo brilla, se disuelve.

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28
Madre e hija éramos, ambas incipientes
teníamos que perdernos en el bosque
esa fue nuestra marca, nuestra huella en común

por entonces
el destino era un trazo pospuesto
un horizonte por delante de todo lo que estaba a la vista
y el incierto peligro
los pájaros, los insectos, el crujido y el ala
todo el conjunto era un tránsito hacia alguna otra cosa que no se
daba a ver

así transcurrió nuestro momento perdidas en el bosque


el absoluto bosque de la madre y la hija, de variadas especies

ese fue nuestro tránsito, el pasaje


el paso aventurado a lo que vendría después.

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Levanto mis manos junto a los otros
en la fila para rendirme
Fernando Moledo: Teoremas. Ed. Alción, 2017

Mi hijo se había visto en medio de la noche Mi padre me pregunta


caminaba con las manos en alto, en fila entre los vencidos ¿seguro que estoy muerto?

mi hijo me decía: me niego a contestarle


madre ¿me ves? sigo caminando en la noche más tupida del bosque busco en el cielo hueco
voy tras los pasos de tus seres perdidos la guarida del ángel mensajero
directo al corazón de las casas quemándose
que baje él, que baje
entonces yo gritaba que baje el mensajero
no sigas, no, no sigas que dicte su proclama
pero mi voz era un graznido heraldo pálido de la oscuridad.

¿qué más podría haber hecho?


yo era un cuervo letal sobrevolando
buscando el aura de las generaciones anteriores
el eslabón perdido
la luz que se diezmó.

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32 33
Una familia entera huyendo por los bosques No, no vayas a dar vuelta la cabeza
llevando el apellido guardado en un pañuelo sigue la dirección que marca el día
atrás quedó la aldea
oh talismán de letras y de plomo se la ve tan pequeña en la sombra del bosque
cómo rueda la suerte en el tropiezo así te vas ahora
gigante triste arrojado del mundo
campo traviesa, púa, dentellada
ojos abiertos en la tierra y cuando te vuelvas desde lejos tan minúsculo como una semilla
fosa común vendrán detrás de ti otros gigantes
palada. y todo se irá haciendo pequeño a sus espaldas

no sé si seguirán tus huellas


pero tarde o temprano
ellos también se irán borrando.

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34 35
¿A dónde es que llegué?
de mi madre aprendí que el tiempo y el espacio son distancia
y que ambos llevan a una misma desaparición

será por eso que a las arrojadas criaturas del bosque se les pide
que olviden su destino encriptado en las migas de pan
mejor harían en devorarlas
mejor quemar por fin entre los dientes
las blandas, blancas naves
cuatro
quién sabe de esta forma
ya lentas y crecidas las arrojadas criaturas
seguirían deambulando cerca nuestro
perdidas para siempre en el mar del follaje.

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36
El nombre de la luz es sombra en esta hora
lleva un mensaje de lo perecedero

tras lo oscuro del oro ya perdido


aguarda ajena a todo en su crisálida
un vuelo turbio de pájaros nocturnos.

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39
Anémona del aire, el joven árbol El aluvión de hojas bajo el sol de la tarde
hunde su fronda de gracia verdecida el camino del agua
en aguacielo todo corre hacia mí

la altura es un océano aquí estoy


mirando lo que el caudal trae consigo
abajo, a sus orillas
cuando caiga la tarde no pienso
quedará entre las ramas sólo existo
el oleaje del sol.
así
tan sólo para dejarme llevar por la corriente.

................... ...................
40 41
El oleaje más verde no era éste El ondular del verde
acá dice: estas hojas no ondulan como aquellas esa cinta plateada que corría
no precipita el sol en su rompiente me hablaba de su forma tan líquida de ser

estas ramas más altas son muy altas hoy lo hace otra vez

desconozco otra vez, otra vez


de dónde es este aquí. hoy vuelve todo como si fuera todo
¿qué veo en el reflejo?
¿corre el río de plata?
¿sigo allí todavía, en la otra orilla?
¿pero cómo? ¿y entonces?
¿no me pierdo?

................... ...................
42 43
cinco
En algo la ciudad me recuerda las viejas madrigueras del bosque
esa misma manera de agolparnos así los animales cuando viene la lluvia
y de darnos calor
por todo lo que nos quitamos

con eso nos quedamos


con la memoria de la proximidad mientras la sombra avanza.

...................
47
Si no fuera este aire, esta palabra airosa todavía El plumaje es más gris en estos pájaros
este paso de gracia entre palabras avanzando emisarios del tiempo
si no fuera por la voz subiendo como un tallo
qué quedaría de mí sino corteza tan atrás ha quedado el núcleo deslumbrante
cáscara de antigua savia los mundos despuntaban recién y lo que había
era todo real, absoluto y real
ahora sólo me acuerdo de cuando despertaba el río
cómo corría cavando veloz entre lo verde ah, de la ausencia
cómo se consagraba a una resurrección. pulidora paciente entre las sombras
¿qué te has hecho?

pulidora paciente entre ficciones


trizadora de todos los cristales
¿cómo fue que pudiste?
¿qué fue lo que despedazaste en tu guarida?

................... ...................
48 49
Estamos en la noche verdinegra
la vida prolifera bajo el reinado de lo vegetal

todo comienza aquí de su semilla


se excede por segundo

para nosotros, criados por los cuentos


el bosque no era más que una añorada ficción verde

ahora nos envuelve seis


nos confunde el follaje cuando lo atravesamos.

...................
50
Ya ves, cuantiosa está la noche
terciopelo tendido para su pedrería
¿encontraste el tesoro?
¿has visto cómo brilla al fondo del abismo?
y entonces nos decimos
cuidado, porque tenemos miedo
cuidado el remolino
cuidado con el pozo por arriba de nuestras cabezas
no te asomes, no te tiente el destello de la fosa en lo alto
ten cuidado

que la noche es de luto


y vasto y enjoyado es el lugar de la pérdida.

...................
53
Y cómo fue que nos han hecho así Adentro de la grava donde no hay engranajes
tan desparejos respiramos el barro por debajo de la zona boscosa
tan de rayo y de vértigo
lanzados al torrente de cabeza y de golpe aquí, en este pozo al que pertenecemos
Y de repente nada. aquí donde la vida innumerable se condensa

un día le diremos adiós a lo que es cóncavo


saldremos a tendernos a la superficie
a conocer un aire que nunca será del todo nuestro.

................... ...................
54 55
Así llegaste, entre tantas especies eras la criatura Y así es como deviene la maraña en sencillo
inmersa en lo variado te recortabas como lo singular la enredada maleza en geometría
la línea del destino en dos renglones
así es un nacimiento, una epopeya lo dudoso de carne en limpio hueso
el equilibrio roto por un llanto primero
la cruzada que va de las penumbras a la contraluz planicie del final
yo que gocé perdiéndome
desorientada criatura a qué has venido definitiva quedará mi piedra
cómo será abrirte paso en la espesura
su contorno con toda su existencia
un día llegarás a término clavada así, quemándose.
no estarás preparada y saldrás a otra luz
que no tendrá piedad.

................... ...................
56 57
Aquello, lo que ha quedado atrás fue la parte profunda
hacia adelante, al otro lado de la empalizada
se extiende este desierto
y el tronco con su savia, el ramaje intrincado
todo ha quedado atrás

oh sí, resulta que era esto


cómo brilla la lisa superficie

y es cierto siete
es el triunfo de la luz lo que enceguece
lo que fulmina todo, lo que reduce a nada.

...................
58
Parábola de aire, de agua, tierra, fuego
¿podrás llevarte algo de todo el recorrido?

o acaso como sucede con las piedras


así sucederá:
una vez terminada tu maciza existencia
hundirá su entidad en la memoria de los otros.

...................
61
¿Lo ves? Todo has dejado atrás
el ángel no nos mira ahora vas caminando directo a la tormenta
colgado de unos hilos mira al cielo caen hojas y lluvia, ya se te ha despojado
esa luz que refulge sobre el techo del bosque avanza a paso firme tu esqueleto

al igual que nosotros espera ver milagros ya no hay prisa ni pausa


pero él sube sólo nos detendremos ante las grandes puertas.

en cambio, aventurados
nosotros descendemos.

................... ...................
62 63
Hay una manera extensa de manifestarse Oh sí
a lo largo y lo ancho toda es qué costumbre difícil la de la encrucijada
qué tráfico incesante
ayer, hoy y mañana no me pierdo
en el dolor y en la felicidad llevo una cruz adentro con puntos cardinales
somos su parte
su madera y su astilla por eso
un trozo de corteza en su pedazo hiriente hoy me vuelvo a mi bosque, así resuelvo

la rosa del instante resplandece respondo por el sesgo


en el aire y disuelta. tomo por el atajo.

................... ...................
64 65
Índice

prólogo por Dolores Etchecopar...........................................................................5

un o
Envuelta criatura nacida del interior de un bosque.............................................19
No se contempla el bosque......................................................................................20
A lo largo y lo ancho todo es...................................................................................21

d os
Los árboles altísimos................................................................................................25
Me acuerdo................................................................................................................26
Cuando te conocí......................................................................................................27
Por encima del bosque hay otro bosque................................................................28

tres
Madre e hija éramos, ambas incipientes................................................................31
Mi hijo se había visto en medio de la noche.........................................................32
Mi padre me pregunta.............................................................................................33
Una familia entera huyendo por los bosques.......................................................34
No, no vayas a dar vuelta la cabeza........................................................................35
¿A dónde es que llegué? ..........................................................................................36

c u atro
El nombre de la luz es sombra en esta hora..........................................................39
Anémona del aire, el joven árbol............................................................................40
El aluvión de hojas bajo el sol de la tarde..............................................................41
El oleaje más verde no era éste ..............................................................................42
El ondular del verde.................................................................................................43
ci nc o
En algo la ciudad me recuerda las viejas madrigueras del bosque....................47
Si no fuera este aire, esta palabra airosa todavía..................................................48
El plumaje es más gris en estos pájaros.................................................................49
Estamos en la noche verdinegra ............................................................................50

s ei s
Ya ves, cuantiosa está la noche................................................................................53
Y cómo fue que nos han hecho así.........................................................................54
Adentro de la grava donde no hay engranajes .....................................................55
Así llegaste, entre tantas especies eras la criatura.................................................56
Y así es como deviene la maraña en sencillo........................................................57
Aquello, lo que ha quedado atrás fue la parte profunda.....................................58

si e te
Parábola de aire, de agua, tierra, fuego..................................................................61
¿Lo ves?......................................................................................................................62
Todo has dejado atrás..............................................................................................63
Hay una manera extensa de manifestarse.............................................................64
Oh sí...........................................................................................................................65
Impreso por Tecno Offset
Araujo 3293
en Junio de 2018

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