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BAJO EL LENTE DEL ESTADO SOCIAL DE DERECHO

Por: Karen Paola Dita Daza


Alejandra Molina Daza

Entender la realidad que nos rodea, es comprender que la sociedad le exige al


Derecho ser coherente con la situación social a la que este se enfrenta, es decir,
el impacto social modifica el Derecho, entonces decimos que la sociedad no sólo
es la destinaria por excelencia de las normas, sino que además puede ser la
creadora de estas.
Ahora bien, dicha realidad genera que realicemos un viaje en el tiempo
específicamente a aquel 1991 en donde se modifica la constitución política de
Colombia de manera sustancial y amplia, porque no solamente expresa los
principios básicos que regirán al Estado colombiano si no que además plasma un
catálogo de derechos y garantías que deben gozar todos los ciudadanos, en razón
al artículo 1° que traza que Colombia es un Estado social de Derecho que se
traduce en la forma de organización política que tiene como uno de sus objetivos
combatir las penurias económicas o sociales y las desventajas de diversos
sectores, grupos o personas de la población, prestándoles asistencia y protección,
como bien a explicado nuestra Corte Constitucional en Sentencia T-426 de junio
24 de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
Toda legislación debe hacerse teniendo presente el modelo de Estado en que se
encuentra o aquel que se quiere construir y la ley 2113 de 2021 no es la
excepción, es una ley que se construyó pensando en ese Estado Social de
Derecho y es la razón por la que está desarrollada en un lenguaje mucho más
técnico, porque su fin es lograr que el escenario del consultorio jurídico brinde sus
servicios sin perder de vista lo que la constitución expresa.
Con esta ley se establece realmente una legislación propia para los consultorios
jurídicos, legislación que no se tenía hasta el momento puesto que estábamos en
poder del Decreto 1069 del 2015 que establecía algunos lineamientos dentro del
funcionamiento de la justicia y allí estaba establecido lo de los consultorios
jurídicos, lo más importante de esta ley es la reforma precisamente de ese decreto
que existía y la complementariedad que tiene este decreto con la ley estatutaria
1618 de 2013 por la cual se establecen las disposiciones para generar el pleno
ejercicio de las personas con discapacidad y la ley 1564 del 2012 sobre el Código
General del proceso.
Con base en lo anterior decimos que la ley 2113 hace especificidad en cuanto al
artículo 11, numeral 4 el cual nos habla respecto a lo que deberá hacer el
Ministerio de Educación Nacional en relación con las garantías a las personas con
discapacidad en cuanto al acceso a la Educación Superior, garantía y acceso
efectivo de sus derechos.
Adicionalmente el artículo 21, numeral 4 nos habla sobre el acceso a la justicia
como una garantía para el ejercicio efectivo de los derechos de todas las personas
con discapacidad, con una precisión respecto a los consultorios jurídicos donde
nos menciona que “las instituciones de educación superior que cuenten con
facultades de derecho y consultorios jurídicos deberán desarrollar programas de
formación y apoyo al restablecimiento de derechos de las personas con
discapacidad”.
Por otro lado, el Código General del Proceso se relaciona con la actual ley, en
cuanto a su artículo 535 que habla de gratuidad en algunos procesos de
conciliación, que contaban con la posibilidad de realizar cobros por sus servicios.
Además, en su artículo 627 se modifica en lo relativo a las licencias provisionales
y temporales, así como la aprobación de Consultorios Jurídicos que antes se
encontraban encomendadas a la Sala Administrativa del Consejo Superior de la
Judicatura y que ahora pasa a ser el Ministerio de Justicia y del Derecho.
En razón a la estructura de esta la ley nos encontramos con unos objetivos claros
que no los traía el decreto anterior en establecer como se desarrollan competencia
dentro de la formación jurídica y la manera como estas competencias van a
desarrollar una relación integral con las investigaciones de las universidades, con
los créditos de estas y con la actividad judicial que se realiza en los juzgados y
tribunales del país, por tal razón, ello ubica en un plano distinto a los consultorios
jurídicos pues se les mira como un escenario importante en cuanto a la pirámide
judicial de nuestro país.
También, es importante el cambio de denominación que se hace a quienes hacen
parte de estos consultorios jurídicos, pues antes se les nombraba abogados de
pobre porque tiende a ser una expresión despectiva.
Observamos también en esta ley los principios orientadores que trae esta ley y
que no traía el decreto anterior, que emana unos principios muy claros e
importantes que vemos reflejados en la orientación de toda una formación integral
y en el sentir del gobierno nacional que los consultorios jurídicos sean una ayuda y
una importante herramienta de descongestión de la justicia en nuestro país,
además que trae un importante relacionamiento con todos lo mecanismos
alternativos de solución de conflictos es por ello, que los consultorios jurídicos son
llamados a ser centros de conciliación, arbitraje y mediación que es un gran
avance que trae esta ley.
En ese mismo sentir es muy importante destacar que esa formación práctica viene
a ser mencionada en la ley y entonces ya no solamente las facultades de derecho
legalmente establecidas generan una formación teóricas sino también una
formación práctica y como estas simultáneamente robustecen la formación integral
del abogado resultado que obedece a un ejercicio de tiempo atrás entre el
gobierno y la asociación colombiana de facultades de derecho ( ACOFADE) tras
encontrar un divorcio entre la cátedra y la práctica jurídica.
La creación de los consultorios jurídicos es mucho más constitucional de lo que
podíamos observar en el decreto anterior, puesto que viene abordo el tema de
inclusión en permitir a todas las personas con discapacidad o limitaciones físicas o
mentales que puedan acceder a estos escenarios y que puedan obtener en el
tema de género un tratamiento especial y un espacio en los consultorios jurídicos,
que antes no era muy claro la forma en que estos podían participar en estos
espacios.
Cabe señalar que en la presente ley nos encontramos con una multiplicidad de
servicios que no eran de fácil lectura en el decreto anterior, ya que no se habla
solamente de la asistencia jurídica sino además una asesoría administrativa para
que los interesados puedan presentar recursos ante la administración pública,
sobre todo derechos de peticiones que en muchas ocasiones personas de
circunstancias sociales desfavorables no tienen la manera de hacerlo ni saben
como hacerlo, es allí donde entra el consultorio jurídico a brindar dichos servicios,
así como la asistencia virtual que es novedosa y una representación judicial y
extrajudicial que es mucho más amplia que lo que se hacía en el decreto anterior y
que ahora permite que estos consultorios jurídicos ser realmente unas oficinas
jurídicas donde los estudiantes tendrán una verdadera práctica y en la cual se les
brindará asistencia no solamente de transporte de ser necesario sino además un
pago de la ARL que no se contemplaba.
Se observa además como se amplían considerablemente los servicios que se
prestan y que la ley 2113 establece una autonomía académica importante en
donde se le permita a la universidad hacer toda la reglamentación correspondiente
sobre estas prácticas, poderlos valorar y categorizar de acuerdo a la autonomía
universitaria poder ampliar los servicios y establecer la regulación de los mismos,
mientras el Ministerio de Justicia retoma todas las competencias que tenía el
Consejo Superior de la Judicatura, estas podrán reglamentar internamente
( Horario, intensidad, carga académica).
Para concluir los Consultorios jurídicos son la herramienta mediante la cual se
ayuda a solucionar o redimir los problemas cotidianos de la sociedad sin
necesidad de desgastar el aparato judicial obteniendo una mayor cobertura para
así beneficiar a la población más necesitada y dar una mejor y pronta solución a
los litigios propuestos por las partes de manera tal que no sean vulnerados sus
derechos de acceso a la justicia por desconocimiento de la norma y condiciones
económicas precarias. De ahí que necesitara para su funcionamiento una ley
especial que robusteciera su prestación de servicios y regulara como serían
prestados respetando la autonomía universitaria y ello sujetado a la constitución
política colombiana y en pro de garantizar ese Estado social de derecho que sería
entonces quien terminaría marcando el derrotero de actuación de estos
escenarios.

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