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INSTITUTO JOAQUIN V.

GONZALEZ
SEMINARIO HISTORIA de las MUJERES y
GÉNERO
CATEDRA MARIELA SARLINGA
TP FINAL VIRTUAL AÑO 2021

Virgina Bolten editora de la versión rosarina de La Voz de la Mujer

Pablo Miskovski (Comisión “A” Lunes de 8.00 a 10.00)


DNI 23.436.198
pablomiskovski@gmail.com

Para este trabajo, retomando una de las efemérides en su momento elegidas, intentaré
profundizar mi anterior fundamentación, en base a la bibliografía vista durante el año,
buscando articular lo conceptual con el marco histórico pertinente, donde me plantearé
nuevamente la importancia de reconstruir una historia que nos muestre el protagonismo de las
mujeres, que fue “borrado” por la historia hegemónica (léase el patriarcado). Podemos citar a
Beatriz Argiroffo, que nos indica que la invisibilidad de las mujeres en la historia no obedece a
la naturaleza femenina sino a las categorías que utilizamos para el análisis de las sociedades 1.
En la misma sintonía, buscaré reflexionar sobre la importancia de una renovación disciplinar,
que reformule las estructuras de los distintos niveles escolares, y donde además podamos
modificar los diseños y contenidos curriculares de las áreas tradicionales, que permitan una
mirada integral con espacio para todos los actores de la sociedad.

8 de ENERO: Día de la lucha por el amor libre


El 8 de enero de 1896 sale “La voz de la Mujer” un diario feminista comunista-
anarquista proclamando a viva voz, “ni dios, ni marido, ni jefe”. El periódico apareció en un
contexto diferente, propio de una nueva época histórica. El Estado nacional se había
consolidado y Argentina entraba en la división mundial del trabajo como exportadora de
materias primas. La fisonomía de las ciudades cambiaba, a la par que se multiplicaban los
establecimientos fabriles. Eran tiempos de cambios económicos y de una inmigración masiva
proveniente de ultramar que terminó de dar forma a la joven -pero potente- clase obrera. Pese
a la represión y persecución, las corrientes libertarias encontraron un terreno fértil de acción.
Esos años coincidieron también con los primeros pasos del feminismo y la emergencia de
destacadas militantes intelectuales y trabajadoras.

Varios artículos de “La voz de la Mujer” estaban dedicados a la cuestión del “amor
libre”. Contra concepciones contemporáneas, el nudo era un rechazo fundamental a los
matrimonios sin amor, donde la fidelidad -si existía- se mantenía más por miedo que por
deseo. “Suprimida la causa, muere el efecto, suprimida la miseria, desaparecen tales
asquerosidades y el hogar, lejos de ser lo que es hoy, sería un paraíso de goces y delicias”,
resumían (¡casi cien años antes de que existiera el divorcio vincular!). Claro que no entendían
esta consigna desprendida de la lucha por el cambio social. Al contrario, aclamaban: “¡Viva la
anarquía! ¡Viva la revolución social! ¡Viva la libre iniciativa! ¡Viva el amor libre!”. La mayoría del
material publicado hacía énfasis en las mujeres obreras, su específica opresión de clase y de
género, y el papel que les cabía en despertar la conciencia de esa opresión a través del
movimiento anarquista.

Los cambios que sobrevinieron a la revolución de 1890 significaron, en lo político y lo


económico, una expansión de los proyectos culturales y, en lo que respecta a las mujeres, la
fundación de escuelas normales y la consiguiente apertura hacia la universidad. Las revistas

1
Argiroffo, B. Un abordaje teórico necesario para pensar la Educación Sexual integral en las Ciencias
Sociales.Pág.14.
1
hechas por mujeres, salvo alguna excepción, duraban poco debido a la insolvencia de las
promotoras2.

Las redactoras de La voz de la mujer son un ejemplo de estas mujeres que, no exentas
de contradicciones, plantearon demandas radicales tanto desde su lugar de clase, como desde
su pertenencia militante -generando discusiones disruptivas dentro de una de las principales
corrientes de izquierda del momento. La ideología anarquista hizo un llamado al amor libre
como sinónimo de unión libre: una relación amorosa que no esté sujeta a leyes civiles ni
religiosas; defendiendo la autonomía personal ante las ataduras del “amor para toda la vida”.
En las ideas sobre el amor no había una lucha por la liberación sexual y la definición entre los
vínculos amorosos eran heterosexuales. La fuerza del amor libre radicaba en estar en contra
del matrimonio jurídico. Leales a sus principios de amor fraterno y solidaridad creían que estos
valores debían ser parte de todas las relaciones sociales, no sólo en las unidas por ley como el
matrimonio y la familia. Además cabe destacar que veían a las relaciones de pareja o
familiares como relaciones de poder y, por tanto, como ámbitos a liberar.

Sin lugar a dudas el anarquismo puso en locución la emancipación de la mujer, ya que


le dió el mismo protagonismo que a otras problemáticas sociales En el siglo XIX, el siglo de los
grandes movimientos sociales emancipatorios, el feminismo aparece, por primera vez, como
un movimiento social de carácter internacional, con una identidad autónoma teórica y
organizativa. Además, ocupará un lugar importante en el seno de los otros grandes
movimientos sociales, los diferentes socialismos y el anarquismo3. El hecho de identificar al
género humano como víctima de toda opresión y no a una clase económica provocó que la
participación de las mujeres sea fundamental para la emancipación general. Las feministas
anarquistas anudaron la explotación económica con la opresión sexual en un cuerpo: la mujer
obrera.

Pero, ¿De dónde surge este reclamo por el amor libre? Para entenderlo podemos
adentrarnos en el texto de Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, en
el cual nos indica los distintos tipos de familias (consanguínea, punalúa, sindiásmica y
monogámica) y como la instauración de la familia monogámica fue fruto de romper condiciones
naturales, e instalar como preponderantes las condiciones económicas (concretamente el
triunfo de la propiedad privada sobre la propiedad común primitiva, originada
espontáneamente) y culminar con la supremacía del hombre en la familia, asegurando que la
procreación de hijos solo pudieran ser de él, para una posterior herencia. Engels amplía
indicando que el primer antagonismo de clases apareció en coincidencia con el desarrollo del

2
Lily Sosa de Newton, Cien años de periodismo, en Historia de las mujeres en Argentina, Tomo I. Bajo la dirección
de Fernanda Gil Lozano, Valeria Silvina Pita y María Gabriela Ini, Buenos Aires, Ed. Taurus, 2000.
3
De Miguel, Ana. Los Feminismos, publicado en Celia Amorós (dir.) (2000) Diez palabras clave sobre mujer,
Pamplona, Verbo Divino. Pág.8.

2
antagonismo del hombre y la mujer en la monogamia. Respecto a las clases oprimidas
subraya que rompe el esquema clásico, ya que los fundamentos de la monogamia no
aparecen en el proletariado, aquí faltan por completo los bienes de fortuna, para cuya
transmisión por herencia fueron instituidos precisamente la monogamia y el dominio del
hombre, más aún ante la falta de bienes, la mujer es arrojada del hogar al mercado de trabajo
(fábricas), siendo muchas veces el sostén del hogar, minimizando aún más los restos de
supremacía del hombre en el hogar proletario, excepto de la brutalidad para con las mujeres,
muy arraigada desde el establecimiento de la monogamia 4. Y aquí reflexiono que en la lucha
de clases, la mujer toma conciencia no solo de su condición de explotada por el capitalismo
sino que vislumbra su otra opresión, la de género, y es por eso que lucha contra ambas.

Viajamos por la historia para recuperar de los huecos de la memoria colectiva, un lema
tan contemporáneo como “lo personal es político” que se encontraba latiendo fuerte en las
feministas anarquistas. Quienes ya en aquella época criticaron a la institución familiar, el
matrimonio, la desigualdad y la explotación en el mercado laboral. A pesar de contradicciones
o limitaciones el anarquismo tenía un discurso que proponía la sexualidad y los cuerpos como
territorios a liberar.

Su primer editorial consistió en un rechazo apasionado del destino de las mujeres:


“Compañeros y Compañeras ¡Salud! Y bien: hastiadas ya de tanto y tanto llanto y miseria,
hastiadas del eterno y desconsolador cuadro que nos ofrecen nuestros desgraciados hijos, los
tiernos pedazos de nuestro corazón, hastiadas de pedir y suplicar, de ser el juguete, el objeto
de los placeres de nuestros infames explotadores o de viles esposos, hemos decidido levantar
nuestra voz en el concierto social y exigir, exigir decimos, nuestra parte de placeres en el
banquete de la vida.”

Las feministas anarquistas, que utilizando las categorías de Ana de Miguel, se


engloban, como uno de los tantos apartados del Feminismo decimonónico, deploraban y
buscaban remediar esta alienación de la voluntad individual, inicialmente a través del amor
libre y luego, y más profundamente, a través de la revolución social. Su rebelión contra la
jerarquización, la autoridad, y el Estado, les llevaba, por un lado y frente a las sufragistas, a
minimizar la importancia del voto y las reformas institucionales; por otro veían como un peligro
enorme lo que a su juicio proponían los comunistas: la regulación por parte del Estado de la
procreación, la educación y el cuidado de los niños5.

Hacer historia incluyendo la categoría de género implica, asimismo, repensar las


fuentes, abrirle la puerta a la subjetividad, a lo simbólico, a la diferencia sexual como un campo

4
Engels, F., El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, extraído de
http://www.artnovela.com/cuadernos/

5
De Miguel, Ana. Los Feminismos, publicado en Celia Amorós (dir.) (2000) Diez palabras clave sobre mujer,
Pamplona, Verbo Divino. Pág.14.
3
a partir del cual se articula el poder6. Fue su posición de género como esposas, hijas, madres
o mujeres solteras, y su posición de clase como planchadoras, costureras, cocheras, modistas,
obreras industriales, empleadas domésticas o prostitutas lo que les dio una concepción única
de la igualdad y la libertad proclamada en el ideal anarquista 7. La evocación de sus vidas es un
intento de romper con las doctrinas educativas, científicas, legales, políticas y religiosas que
categorizaban de manera unívocamente el significado de varón y mujer o el de masculino y
femenino.

Para 1880 la conjugación de la oleada inmigratoria, mas la introducción de capitales


extranjeros configuró un modelo capitalista que trajo todas sus contradicciones y es por eso
que se empieza a formar un movimiento obrero. El desarrollo precario de la industria nacional,
caracterizada por la preeminencia del sector artesanal, favoreció la extensión del anarquismo.
En las últimas dos décadas del siglo XIX, el anarquismo argentino fue un movimiento activo en
las áreas productivas más importantes del país, y se caracterizó por una fuerte injerencia en
las primeras huelgas y organizaciones gremiales, así como en el establecimiento de
numerosos grupos de discusión, "casas del pueblo" y ateneos populares.

A finales del siglo XIX, los grupos anarquistas en la Argentina comenzaron a dividirse
entre los partidarios de la organización y la participación en sindicatos y federaciones, y
aquéllos que rechazaban esta política como contradictoria con el ideal anarquista. En 1896, el
año en que aparecieron La Voz de la Mujer y otros periódicos anarquistas, la ola de huelgas
alcanzó su pico: 26 declaradas sólo en el Río de la Plata. En clara muestra de la pugna que
surgió entre esta oleada inmigrante proletaria, contra un proyecto político hegemónico
conservador.

Retomando análisis ya presentados, pensamos que con esta efeméride se pueden


hacer otras preguntas a la historia, usando fuentes no tan difundidas, como este periódico de
corta vida, pero que tuvo un contenido muy significativo, que permitió expresar la opresión que
sufrían y sentían las mujeres de hace un siglo y la conciencia que de ello tenían. Me parece
importante reivindicar este acto de rebeldía de estas mujeres de fines del siglo XIX en la
Argentina, más allá de las limitaciones que tuvieron como por ejemplo pensar las relaciones
como heterosexuales, reivindicar el amor libre más como una necesidad de respetar el deseo
individual, como una elección, que como relaciones múltiples.

A partir de “La voz de la mujer” podemos comprender que significa la doble opresión
sufrida por las mujeres obreras en la sociedad capitalista, explotadas en el trabajo a cambio de

6
Argiroffo, B. Un abordaje teórico necesario para pensar la Educación Sexual integral en las Ciencias Sociales.
Pág.23.
7
Vassallo, Alejandra, "Sin Dios y sin jefe". Políticas de género en la revolución social a fines del siglo XIX, en
Historias de luchas, resistencias y representaciones Mujeres en la Argentina, siglos XIX y XX, María Celia Bravo -
Fernanda Gil Lozano - Valeria Silvina Pita (Compiladoras), Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán.

4
un salario equivalente a la mitad del de un varón, por el solo hecho de ser mujeres y
explotadas en el hogar por ser las encargadas de cuidar a las niñas y los niños, satisfacer al
marido, hacer los trabajos domésticos, etc. También se manifiestan las relaciones de poder en
torno al género, el varón manda sobre la mujer, la mujer debe obedecer. “Más tarde, ya
“mujeres”, caemos las más de las veces víctimas del engaño en el lodazal de las impurezas, o
en el desprecio y escarnio de la sociedad, que no ve en nuestra caída nada, amor, ideal, nada
absolutamente, más que la “falta”. Además podemos inferir de esta frase la influencia
judeocristiana en nuestra cultura, la mujer en lugar de lo que está mal, la mujer en un rol
negativo igual que Eva. En definitiva, a partir de este diario, podemos conocer la historia
aplicando la categoría de género, observando cómo se articula el poder y se construyen
relaciones de poder en torno al sexo/género, como se constituyen las relaciones sociales
basadas en las diferencias sexuales y de género.

Desde los lineamientos curriculares de la ESI podemos plantearnos la comprensión de


distintos sistemas de conocimientos y creencias, profundizando en el análisis de distintas
formas de prejuicio y discriminación en diferentes sociedades, atendiendo especialmente a
aquellas que afectan la participación de mujeres y varones en diferentes espacios y procesos
sociales: familiares, laborales, políticos; públicos y privados. Podemos pensar con los y las
estudiantes si las diferencias pueden justificarse por el solo hecho de tener un sexo diferente y
cómo estas diferencias están naturalizadas aún hoy en día en nuestra sociedad. Es por demás
útil, para pensar una Historia con perspectiva de género, recuperar el concepto de vida
histórica. Es nuestro presente o vida histórica viviente, el que nos invita a volver a pensar el
pasado, puesto que es evidente que faltan partes constitutivas de nuestra vida histórica,
comprendiendo que debemos estar abiertos a los cambios que puedan ocurrir para analizarlos
con marcos éticos y morales que permitan la felicidad para todos.

Para finalizar quiero citar a Alejandra Vasallo que nos dice: …” podemos indicar que la
existencia de los feminismos surge de la conciencia gestada en experiencias específicas de
género, y en la lucha por modificar esas experiencias, podríamos concluir que aunque una
política feminista no es necesariamente revolucionaria, una política verdaderamente
revolucionaria no podría dejar de ser feminista8.

BIBLIOGRAFIA

 Argiroffo, B. Un abordaje teórico necesario para pensar la Educación Sexual integral en


las Ciencias Sociales.

8
Vasallo, Alejandra, "Sin Dios y sin jefe". Políticas de género en la revolución social a fines del siglo XIX, en
Historias de luchas, resistencias y representaciones Mujeres en la Argentina, siglos XIX y XX, María Celia Bravo -
Fernanda Gil Lozano - Valeria Silvina Pita (Compiladoras), Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán.
5
 De Miguel, Ana. Los Feminismos, publicado en Celia Amorós (dir.) (2000) Diez
palabras clave sobre mujer, Pamplona, Verbo Divino.

 Engels, F., El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, extraído de


http://www.artnovela.com/cuadernos/

 Fernández Cordero Laura, “Amor y Anarquía”, experiencias pioneras que pensaron y


ejercieron la libertad sexual, Buenos Aires, Ed. Siglo XXI, 2018.

 “La voz de la Mujer”, Periódico Comunista-Anárquico, 1896-1897, Buenos Aires, Ed.


Universidad Nacional de Quilmes, 2018.

 Manzoni, G. (2011), Huellas de mujeres entre dos siglos o como comenzar, algún día,
con la historia de las mujeres en el aula. Clío & Asociados. La Historia Enseñada /
número 15. Universidad de La Plata.

 Mujeres invisibilizadas por la historia. Cátedra Regional UNESCO. Extraído de


https://www.catunescomujer.org/mujeres-ignoradas-por-la-historia/

 Sosa de Newton, Lily. Cien años de periodismo, en Historia de las mujeres en


Argentina, Tomo I. Bajo la dirección de Fernanda Gil Lozano, Valeria Silvina Pita y
María Gabriela Ini, Buenos Aires, Ed. Taurus, 2000.

 Vassallo, Alejandra, "Sin Dios y sin jefe". Políticas de género en la revolución social a
fines del siglo XIX, en Historias de luchas, resistencias y representaciones Mujeres en
la Argentina, siglos XIX y XX, María Celia Bravo - Fernanda Gil Lozano - Valeria Silvina
Pita (Compiladoras), Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán.

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