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Solis guel Javier de Jesús 552

Culto a la santa muerte

Personaje
Don Pedro (encargado de la santa muerte)

Enfrente de mi casa había una casa de tres niveles. En el último piso había una cúpula, que
uno de mis amigos decía que era una capilla donde estaba la Santa Muerte. El encargado
del lugar era don Pedro , un señor de unos 40 años, de pocas palabras, que tenía una
camioneta en la que hacía fletes.
No se sabía mucho del altar hasta que un día la Santa Muerte supuestamente le concedió un
milagro a una mujer: su hijo sobrevivió a un tiroteo del que había quedado malherido. Una
noche estaba en una caseta de tacos con sus amigos y desde un carro los balearon. Poco le
faltó para morir. Después del milagro, poco a poco y sin darnos mucho cuenta, la gente
empezó a llegar los días primero de cada mes a venerar a la imagen.

La noticia del milagro le había dado la vuelta a la colonia y a las colonias vecinas. Pronto la
gente fue demasiada para el lugar y para los vecinos. La mayoría venía de afuera. Los
vecinos de la cuadra no eran del culto a la Santa Muerte.

Un día el cura de la colonia llegó y entró a platicar con don pedro. Dicen que le dijo que la
iglesia católica no aprobaba el culto y que desistiera de él. Don Pedro le contestó
amablemente que el seguiría. El padre salió molesto. Después llegaron algunos pastores
evangélicos a orar desde afuera de la casa para que se fuera la Santa Muerte.
Mi abuela le tenía miedo al culto de la Santa Muerte. Pensaba que no era de Dios sino del
diablo. Los días que llegaba la gente a rezarle, ella rezaba su rosario.

La gente dejaba manzanas, puros, cigarros, licores, flores y veladoras. Hacían sus oraciones
y le pedían de todo. Amor, dinero, salud, trabajo. Mi niña, decían. Niña Blanca, Santísima
Muerte, bendice mi día, bendice mi suerte. Habia también, algunos pocos dicen, que pedían
cosas malas, como la muerte o la ruina de sus enemigos.
Solis guel Javier de Jesús 552

Algunas veces escuché cómo le pedían permiso a Dios para invocar a la Santa Muerte.
Tuve un amigo de la secundaría que por novelero se fue a meter. Iba a pedir que le fuera
bien en los exámenes finales de la secundaria . Básicamente don Pedro le hacía una
"limpia" pasándole un huevo por el cuerpo para sacarle lo malo, luego le pasaba chilca y
por último le fumaba un puro a la Santa Muerte. Después de esto, le pedía lo que necesitaba
y por último le entregaban un collar bendecido. Todo esto por la módica suma de cien
pesos, la ofrenda sugerida.

Mi amigo ganó todos los exámenes finales de la secundaria ese año. Le decía a todo el
mundo riéndose que había sido por la intermediación de la Santa Muerte.

Como cada vez llegaba más gente, los días primero de cada mes, se hacían más
insoportables. El comité de vecinos le pidió a don Pedro sacar a su calavera de la colonia
porque era mucha la gente. Él contestaba que solo lo podría hacer si la Niña Blanca lo
pedía. Acordaron que la gente debería apartar turno para venir a ver a su milagrosa
calavera. Eso calmó a los vecinos y la gente ya no se aglomeraba.

Un día amaneció un cadáver a una cuadra de mi casa, es decir a una cuadra del altar de la
Santa Muerte. Era un hombre de unos 30 años de quien se decía que era narco. Como todo
mundo prefiere ignorar que meterse en problemas cuando son cosas del narco, nadie sabía a
ciencia cierta. Corrió la bola de que uno de sus enemigos había ido a rezarle a la calaca
unos días antes. Nos preocupamos porque podría ser el inicio de una guerra de narcos.

Poco tiempo después don Pedro amaneció muerto. Unos decían que lo envenenaron, otros
que había muerto ahogado en su propio vómito un día que tomó mucho licor. Otros sin más
decían que lo había mandado a matar la familia del supuesto narco que apareció muerto. La
familia de don Pedro no dio mucha información.

Quedó de encargada una de las hijas, pero en realidad a ella no le interesaba mucho el
culto. Los fieles se quejaban del mal trato. Corrió el rumor de que ella le vendería la
imagen y el altar y todo lo relacionado a un narco.

Una noche vinieron de noche unos tipos y se llevaron a la Santa Muerte con todo y el altar
a un lugar fuera de la capital. Una iglesia evangélica abandonada y restaurada era el nuevo
lugar de la calavera milagrosa. Al día siguiente cayó en la colonia una de las mayores
granizadas que yo recuerde.

Tiempo después vi en la noticias de la tele que el nuevo templo de la Santa Muerte era el
más grande de Tepito . Los días primero de cada mes había romería para ir a pedir
milagros.

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