En una habitación oscura, se encuentra una vela sin encender. Un hombre mayor (89) se acerca a la mesada donde se posa una vela, saca de su bolsillo un fosforo y la enciende. Luego de encender la vela se dirige al otro extremo de la mesada donde se encuentra un tocadiscos antiguo, el hombre toma el cabezal y apoya la aguja del tocadiscos sobre un acetato ya puesto en el aparato. El hombre se retira de la habitación. Luego de unos pocos segundos, comienza a reproducirse un tango, un pequeño viento sopla cercana a la vela ocasionando un pequeño humo. A medida que el viento aparece, el pequeño humo se vuelve un poco más grande, y entre el mismo aparece la silueta de una mujer (25). La mujer tiene un vestido largo, tacones y cabello recogido hasta la parte alta de la cabeza. Comienza a bailar junto con el viento, extiende sus brazos de un lado hacia otro y da pasos agresivos de tango. Luego de dar dos volteretas, entre los restos del humo que deja aparece la figura de un hombre (28), el mismo viste con pantalones holgados y zapatos elegantes, su cabello está peinado hacia atrás. Justo cuando la música va por el primer estribillo, el hombre mira a la mujer y la toma de la cintura, dan tres pasos agresivos al compás de la música y comienzan a bailar en pareja. Luego de varios pasos de baile, el hombre toma la mano de la mujer y le da vueltas, la suelta por un segundo y un viento atroz abre de golpe una ventana de la habitación ocasionando que se apague la vela y se levante la aguja del tocadiscos. La mujer desaparece, queda la figura masculina sola flotando en el aire buscando a su acompañante, a medida que se mueve se va dispersando su cuerpo entre el viento. Cuando sus piernas ya han desaparecido, el hombre se posa nuevamente sobre la vela mirando tristemente el cuadro que está en la pared, cierra los ojos, baja su cabeza y desaparece. Entra en la habitación nuevamente el hombre mayor, esta vez se le ve el cuerpo completo, viste un pantalón holgado, zapatos de vestir y su cabello blanco está peinado hacia atrás. Mete las manos en sus bolsillos y saca una cajetilla, sus manos temblorosas comienzan a intentar encender el fosforo, falla dos veces hasta que por fin lo logra. El hombre se acerca nuevamente a la vela y la enciende, iluminando mejor la habitación. Se queda quieto frente a la vela y observa el cuadro que está detrás de ella, una imagen de él con su acompañante de tango se ilumina entre la oscuridad. El hombre sonríe y toma nuevamente el cabezal del tocadiscos y reproduce la pieza de tango. Sonriente se retira de la habitación. Una pequeña brisa sopla hacía la vela, se esparce el humo nuevamente y aparece ahora la figura del hombre. Al compás de la música, pisa firmemente de derecha a izquierda buscando a la mujer que lo acompañaba. Mientras espera de espalda, aparece entre las sombras y humo la mujer, le toca el hombro y comienzan nuevamente a bailar hasta que comienza a amanecer y se termina la música. INT. HABITACIÓN – NOCHE (otra) El anciano entra a la habitación, se acerca a la mesada y saca de un cajón una vela, toma la vela derretida de la noche anterior y la reemplaza. El anciano saca otra cajetilla de fósforos y nuevamente con paciencia enciende la vela, toma el cabezal del tocadiscos y comienza a reproducirse otro tango, el hombre sonríe y se retira de la habitación. Entre el pequeño humo aparece el hombre, mira al compás de la música de derecha a izquierda y se encuentra nuevamente con la mujer saliendo entre el humo. Ambos sonríen, se toman de las manos y comienzan a bailar. EXT. HABITACIÓN - NOCHE Ahora mejor iluminada, se detalla la habitación a lo lejos. La mesada donde posa la vela es un pequeño altar dedicado a la bailarina y exesposa del hombre mayor. Desde la habitación continúa, se ve al hombre mayor bailando solo al son de la música.