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Contesta los siguientes casos y envíalos, tus respuestas deberán estar sustentadas con artículos de
la ley del seguro social y sus reglamentos:
CASO No. 1
EL CASAMIENTO
Panchito Caso, muchacho muy simpático y trabajador, después de tres años de noviazgo y
varias indirectas por parte de la futura suegra, ha decidido casarse con la dulce y angelical
Angélica.
Pancho hace sus cuentas para ver cómo solventará los gastos del casamiento. Con
preocupación descubre que el dinero no le alcanza, aunque Angélica trabaja en una
compañía hace tres años y dos meses y tienen algunos ahorros.
Pancho lamenta no haber hecho los suficientes ahorros, aún cuando ya tiene dos años y
siete meses en su primer trabajo.
Angélica, tan lista como bonita, le comunica a Pancho que el IMSS proporciona ayuda para
gastos de matrimonio
DON SOTERO
- Me caso, don Sotero, le dijo Panchito Caso a su maestro de la fábrica, quién soltó una
carcajada de sorpresa, ya que con dos días de diferencia él también se casaría y en ese
momento le iba a dar la noticia.
Don Sotero Lecuona, hombre de gran capacidad y amor a su trabajo, enviudó tres años
atrás, y ahora que el amor tocó de nuevo a las puertas de su corazón, no cabía de
felicidad.
Después de comentar y festejar el nuevo acontecimiento, Panchito explicó a Don Sotero
cómo estaba la situación: cuando llegó a la parte del Seguro Social le indicó que pensaba
tramitar una ayuda económica para su matrimonio. Don Sotero se mostró muy interesado.
- Oye Pancho, pues voy al Seguro a ver qué me toca;; porque he cotizado por doce años
sin fallar ni un mes y nunca solicité nada cuando me casé ... Quién quita y…
Vaya, Don Sotero, dijo Pancho emocionado, nada se pierde con averiguarlo.
- ¿Crees que le den algo a Pancho en el Seguro Social como ayuda para el matrimonio?,
pregunta Serafín.
- ¡Claro!, contesta Ponciano, Fíjate que a mí me dieron dinero cuando me casé y eso que
ya tenía un mes de no pertenecer al Seguro.
- ¿En serio?, dijo Serafín, pues yo voy a tratar de que me den mi dote. Cuando mi patrón
me inscribió por primera vez en el Seguro, dije que ya era casado, pero en realidad sólo
vivíamos juntos. Ahora que ya nos vamos a casar, voy a solicitar que me paguen la
ayuda para el matrimonio. ¿Cómo la ves?
1. ¿POR QUÉ TUVO DERECHO PONCIANO A RECIBIR AYUDA PARA GASTOS DE
MATRIMONIO?
2. ¿LE DARÁN A SERAFÍN LA AYUDA PARA GASTOS DE MATRIMONIO? ¿POR
QUÉ?
CASO No. 4
EL BUEN SAZÓN
Panchito acaba de cenar en casa de la dulce Angélica un riquísimo guiso que ella preparó
como una pequeña muestra de las maravillas que puede hacer en la cocina...
-¡Está riquísimo!... ¡Delicioso!... Mmmm...
- Lo cocinó mi niña, ella solita, exclamó doña Dolores, la futura suegra de Pancho. Tiene
un sazón perfecto, ¿no le parece, Francisco?
- Dígame una cosa Francisco, ¿Cuánto cree usted que le van a dar a Angélica de dote en
el Seguro Social?
LA NOTICIA
Pancho, dos meses de casado, silbando alegremente llega a su dulce hogar y saluda con
ternura a su amada Angélica.
- Bueno, los dejo, porque seguro tienen mucho de qué platicar.
Una vez que doña Dolores ha salido, Pancho, extrañado, pregunta a su mujercita:
- Bueno, responde ella con candidez, es que... pues… es que no hice de comer porque ...
pues ... no soportaba el olor del aceite. Me dio así como náuseas .
- ¿Qué?. ¡Oh, que felicidad ... Nos vamos a ver al doctor ahorita mismo ... No, no te
agites;; siéntate, mi amor...
- Tranquilo, tranquilo, dice Angélica tratando de calmar a Pancho. Nos vamos al seguro a
que me vea un médico...
2. ¿QUÉ BENEFICIOS LE REPORTA IR CON EL MÉDICO DEL SEGURO SOCIAL?
CASO No. 6
EL SÉPTIMO MES
Como es natural, a causa de las molestias que el embarazo trae consigo, Angélica no se
ha sentido bien todo este día. Al salir de su trabajo, Dorotea, amiga suya, la acompaña
unas cuadras.
- ¡Que mal me estoy sintiendo, Doris! Se me hace que llamo a Pancho para decirle que me
voy al Seguro a que me examine el médico.
- Pues ando en el séptimo mes... iay, ay... Me dan unos cólicos muy extraños...
- No... ahí está lo malo;; que ya me terminé la medicina.
- Si quieres, aquí en el mercado hay una señora que tiene unas yerbas muy efectivas.
Vamos y las conseguimos, y te preparas un té ¿De acuerdo?
- Ni soñarlo, Doris. Sólo debo tomar lo que me dijo el doctor. Por eso yo creo que me voy
rápidamente al Seguro y de ahí le hablo a Pancho. Porque si sigo así ni modo que me
presente a trabajar mañana, ¿no crees?
1. EN CASO DE QUE EL MEDICO DETERMINE QUE ANGÉLICA NO PUEDE
TRABAJAR, ¿QUÉ TIPO DE INCAPACIDAD PROCEDERÍA?
- Ay, Pancho, no es por alarmarte pero creo que ya, dice Angélica con cierta preocupación.
- ¿Y ya?
- Sí
- ¿Ya, ya? Pues entonces arréglate, mi amor, dice de pronto Pancho muy nervioso, ¡con
cuidado! ¡No te agites...! ¡Voy por un taxi...! ¡Digo una ambulancia…! ¡este, no, mejor
el taxi...
1. Calma, calma, tenemos tiempo, señala Angélica. Ve por el taxi mientras me
arreglo.
Rápidamente se trasladan a la maternidad del Seguro Social que le corresponde y después
de llenar los requisitos de ingreso, Angélica es atendida de inmediato. Entre tanto,
Panchito pasa a la sala de espera y pregunta hasta a los camilleros acerca del estado de
su esposa.
Después de consumir gran cantidad de cigarrillos y a punto de quedarse sin uñas, por el
nerviosismo que lo invade, Pancho ve salir al médico y recibe la feliz noticia:
- Es usted papá de unos lindos gemelos...
Aunque son raros los casos de gemelos, Panchito y Angélica son ya los orgullosos padres
de Lila y Lalo, de cuatros días de nacidos y en perfecto estado de salud.
Una vez en su hogar, la feliz familia Caso comienza a batallar con todos aquellos detalles
que forman parte de la paternidad.
- Nada, nada, replica Angélica, después yo me haré cargo de eso... Mejor me ayudas aquí.
- Está bien, lo que tú digas.
Nuevamente encontramos a la familia Caso en la intimidad de su hogar.
Mientras Angélica está en la cocina preparando una sorpresa a Pancho para la cena, él se
encuentra muy ocupado tratando de diseñar una andadera doble para sus gemelos.
- ¿Sabes?, le dice Angélica a su esposo, pronto tendré que regresar a trabajar: sólo me
quedan cuatro días de incapacidad y, pues... no sé, me siento incómoda al pensar que
los niños irán a la guardería.
- No te preocupes;; en la guardería del Seguro tratarán bien a Lila y Lalo. Aunque, estaba
pensando que en donde trabajas hay una guardería, ¿no?
El día de su regreso al trabajo, como es natural, Angélica no hizo otra cosa sino platicar a
las compañeras acerca de sus gemelos. No es difícil imaginar lo orgullosa que está de Lila
y Lalo.
- ¡Qué bueno que ya estás otra vez con nosotras ...
- ¿A quién se parecen los gemelos?
- En la guardería del Seguro, responde Angélica;; está cerca de la casa y los atienden muy
bien.
Lila y Lalo se han convertido en dos preciosos y robustos bebés que hacen las delicias de
la familia Caso. Siempre sonrientes e inquietos como todo niño sano.
- Son muy listos, comenta Panchito a su suegra;; fíjese que ya se ponen a decir
recitaciones y cancioncitas que les enseñan en la guardería, y eso que apenas tienen dos
años...
- Ay si son divinos mis chiquitos, dice doña Dolores, y tan inteligentes como su abuelo,
que en gloria esté.
- Oiga Paco, supongo que para tener derecho a la guardería les han de descontar algo
extra de su salario, ¿no?
1. ¿CUÁNTAS HORAS AL DIA PUEDEN DEJAR LAS MADRES ASEGURADAS A SUS
HIJOS EN LAS GUARDERÍAS?
2. ¿QUIÉN PAGA EL FINANCIAMIENTO DE LAS PRESTACIONES DEL SEGURO DE
GUARDERÍA?
3. ¿A CUÁNTO ASCIENDE EL MONTO DE LA PRIMA?
CASO No. 12
EL DOMINGO EN CHAPULTEPEC
Después de visitar el zoológico de Chapultepec, la familia Caso se dirige a dar un paseo en
el trenecito.
Mientras Panchito forma cola para sacar los boletos, Angélica descansa en el césped con
sus rollizos cuatitos. De pronto Angélica reconoce a una de sus íntimas amigas, que
también andaba de paseo.
- ¡Berta, Berta..., ¿cómo estás? Hace años que no te veía. ¿Qué te has hecho?
Como pasa en estos casos, las dos preguntaban y contestaban al mismo tiempo, hasta
que llegaron al tema obligado: los niños de cada una.
Cuando Angélica mencionó algo respecto a la guardería, Berta le comentó:
- A propósito Angélica, fíjate que me voy a cambiar de trabajo;; mañana renuncio al que
tengo. No se dónde dejaré a mi niña. Ella ya tiene tres años. Antes me la cuidaba la
guardería del Seguro, pero ahora, al renunciar, quedaré sin derecho a la guardería. ¿Tú
sabes qué puedo hacer?
Pancho Caso, siempre cuidadoso de su trabajo, opera un inyector de plástico en la fábrica.
Está concentrado en una nueva línea de maquila que consiste en hacer réplicas del caballo
de Troya.
Cuando estaba más interesado en que las pruebas salieran perfectas para mostrárselas a
su maestro, uno de los compañeros tropezó accidentalmente dándole un "caballazo";;
Panchito trató de encontrar un apoyo para no caer;; jaló el inyector hacia su cuerpo,
vaciándose sobre el cuello y un brazo una buena cantidad de plástico derretido a altas
temperaturas.
De inmediato llegó su maestro a ver qué había sucedido, como las quemaduras requerían
de atención especializada, en el acto solicitó una ambulancia al Seguro. Mientras ésta
llegaba, Pancho comentaba con cierta ironía, en medio de sus dolores: "Lo único que
lamento es que los caballitos de plástico no van a estar para el miércoles..."
Una vez que Panchito fue trasladado al hospital, sus amigos y compañeros se quedaron
comentando del accidente.
Uno de los “Mala suerte”, dos hermanos a quienes sucedían todas las tragedias del
mundo, dijo:
- No me lo van a creer, pero hoy hace exactamente trece meses que mi hermano y yo nos
accidentamos el mismo día. Resulta que yo me quedé a chambear un par de horas
extras para terminar unos gatitos negros. Mientras, mi hermano se fue a visitar a mi
abuelito que estaba muy enfermo. Entonces un trozo de metal me cortó los dedos, y al
mismo tiempo chocó el camión en que iba mi hermano a la casa del abuelo;; se golpeó
fuertemente la nariz, se rompió un brazo y casi todos los dientes.
- Oye cuate, le dijo un amigo, eso sí es mala suerte, ¿verdad?
- No, hombre, repuso “Mala suerte”, lo peor es que ese día nos embargaron por andar
quedando de fiadores...
1. ¿CUÁL DE LOS HERMANOS ESTÁ EN EL CASO DE RIESGO DE TRABAJO?
Aunque en la sala de espera había un gran letrero que decía “SILENCIO”, Canuto, que
estaba en el hospital a visitar a Panchito, tosía fuerte y secamente. Tal parece que el
letrero decía “TOSA”.
- No, replicó Canuto, se me hace que ya es algo así como crónico, difícil de curar...
1. ¿CÓMO SE CALIFICA ESTA ENFERMEDAD DENTRO DE LA LEY DEL SEGURO
SOCIAL?
2. ¿QUÉ DERECHOS TIENEN CANUTO EN ESTE CASO?
3. ¿PODRÍA INTERVENIR EL IMSS EN LA FÁBRICA DE PLÁSTICO DONDE
TRABAJA CANUTO, PARA REMEDIAR LA CAUSA DE LA TOS QUE LE AQUEJA A
ÉSTE?
CASO No. 16
LA DUDA
- Afortunadamente ya pasó lo peor. Hemos tenido una mala época en estos rumbos,
¿verdad? Tengo entendido que su marido también se accidentó en el trabajo anteayer...
¿Cómo sigue?
1. ¿ANTE QUÉ AUTORIDADES PODRÁ INTERPONER SU RECURSO DE
INCONFORMIDAD EL ESPOSO DE LA VECINA DE ANGÉLICA?
El reloj de la fábrica donde Pancho Caso trabaja, marcaba las 10:27 de la mañana. Todo
marchaba muy bien. Era uno de esos momentos en que el silencio se mezclaba con el
sordo ruido de las máquinas, creando atmósfera parecida a la que se forma cuando se
viaja en tren por la noche. De pronto...
- ¡Aaaay, mamacita...!
1. SI TOMASITO ESTABA EBRIO, ¿QUÉ DERECHOS LE OTORGA LA LEY DEL
SEGURO SOCIAL?
2. ¿QUÉ DEBERÁ HACER EL PATRÓN DE TOMASITO?
CASO No. 18
LA COINCIDENCIA
En su convalecencia, Panchito Caso paseaba por los jardines del hospital con un grupo de
pacientes, comentando los tópicos de! día.
Uno de ellos había sufrido también una quemadura con plástico, muy parecida a la que
tenía Pancho;; para complementar la coincidencia, el accidente fue el mismo día, aunque
en un rumbo diferente de la ciudad.
- No fue un accidente cualquiera, decía el casual amigo, si no que fue a la mala. Fíjate
que yo traía en capilla a un tal Pantaleón Fierro, que es también operario de la Fábrica.
En una fiesta a la que fuimos, me voló a la novia. Entonces se la sentencié, porque soy
muy delicado con esas cosas, ¿sabes?...
- Deja que te cuente, Panchito. Cuándo estábamos trabajando me echó una indirecta, y
como era lo que yo andaba buscando, le aventé un tambo de pintura en los pies... ¿Y
qué crees?;; que se le quiebra un huesito de un dedo... Entonces, que se me deja venir;;
me agarró del overol y me aventó contra uno de los toneles con plástico hirviendo;; se
me derramó y... aquí me tienes. Pero no se me escapó el tal Pantaleón.
1. DE ACUERDO CON LA LEY, ¿QUÉ CASO SE CONSIDERA COMO RIESGO DE
TRABAJO, EL DE PANTALEÓN O EL DE SU ADVERSARIO?
En fin, el caso es que desde que ingresó al hospital este paciente de la cama 12, insiste en
que su accidente fue provocado intencionalmente por su patrón, el cual envió a un tal
Aquiles para que lo empujara contra el tomo.
No obstante su fama de mentiroso, se hizo una investigación y, algo insólito, ¡increíble! el
patrón del enfermo de la cama 12 sí “arregló” el accidente. El hasta ahora mentiroso
¡decía la verdad! ¡Dijo la verdad!
1. ¿A QUÉ TUVO DERECHO EL PACIENTE DE LA CAMA 12 CUANDO SE LESIONÓ
INTENCIONALMENTE LA MANO?
2. ANTE LA LEY DEL SEGURO SOCIAL, ¿CUÁL ES LA OBLIGACIÓN DEL PATRÓN
QUE “ARREGLÓ” EL ACCIDENTE?
CASO No. 20
RETO EL TÍMIDO
Otro de los amigos casuales de Panchito es un tal Beto Ururú, hombre tan tímido, pero tan
tímido, que cuando la enfermera entra a tomarle la temperatura, se encierra en el baño y
le pide el termómetro por debajo de la puerta.
En su trabajo le conocían bien ese “defecto”, por lo cual su patrón, abusando de la buena
fe de Beto, le inscribió en el IMSS con un salario inferior al que realmente ganaba. Así, su
patrón pagaría menos cuota, pues sabía que Beto, en caso de darse cuenta, por timidez
no replicaría.
No era idea del patrón declararlo con un sueldo inferior;; en realidad no quería inscribirlo,
pero lo hizo porque le señalaron los inconvenientes que ello podría acarrearle.
Después el tímido de Beto sufrió un accidente y ahí lo tenemos, siempre en su cama
cubriéndose la cara con una sábana para que nadie lo vea.
1. ¿QUÉ SE EXIGE AL PATRÓN EN ESTE CASO?
CASO No. 21
JUANITO "R"
- Porque cuando me inscribieron en el IMSS, contestó Juanito, lo hicieron de acuerdo a mi
sueldo;; y como era nuevo, la secretaria de la oficina me mandó llamar y me dijo: Usted
es “R”, refiriéndose a mi apellido Ramírez. Un compañero de trabajo alcanzó a escuchar,
y como nada más están viendo qué apodo ponerle a uno, pues ¿se me quedó el de
Juanito “R”?
1. ¿QUÉ CANTIDAD RECIBIRÁ JUANITO “R” Y POR CUÁNTO TIEMPO, SI GANA
$100.00 DIARIOS Y LE DAN LAS PRESTACIONES MÍNIMAS?
CASO No. 22
DON PEDRO CASO Y CASO
El tía de Panchito, Don Pedro Caso y Caso, es todo un personaje: siempre sonriente,
siempre bromista y con el ánimo de hacer muchas cosas positivas y hasta de inventar, no
obstante haber perdido una pierna y un brazo en una explosión ocurrida hace años en la
fábrica de pinturas donde era velador.
Platicando con Angélica, esposa de Panchito, le comentaba la suerte que este día había
tenido en no sacar más que algunas quemaduras.
- Hay que tener mucho cuidado en el trabajo, dice Don Pedro;; los accidentes siempre
surgen ante cualquier descuido, ¿no crees hijita?
- Y que lo diga. Todo es cosa de segundos... Y a propósito, tío ¿a usted le siguen pagando
su pensión en el IMSS?
- Claro que sí, hija;; tú sabes que ya son siete años que vengo cobrando mi pensión,
aunque en la actualidad ningún dinero alcanza...
1. ¿CADA CUÁNTO TIEMPO SE REVISA LA PENSIÓN POR INCAPACIDAD A QUE
SE REFIERE ESTE CASO?
2. ¿QUÉ PUEDE HACER DON PEDRO CASO Y CASO PARA QUE SE INCREMENTE
LA CUANTÍA DE SU PENSIÓN?
CASO No. 23
LAS MALAS NUEVAS
Como todas las mañanas, la enfermera Matilde, “Flequitos”, así la llaman afectuosamente
todos, llegó a saludar a Panchito Caso. Venía con cara de preocupación, como si en un
momento hubiese perdido aquella alegría que la caracterizaba.
- Ay, Panchito, fíjese que Palito el de la sala 3 falleció hace un ratito... Los médicos
hicieron lo humanamente posible para salvarlo, pero ...
Panchito se impresionó mucho. Palito, quien era uno de sus amigos en el hospital, dejaba
desamparados a dos pequeños y a su esposa, una señora toda abnegación y bondad. En
ese momento llegó Angélica, la esposa de Panchito, como caída del cielo. Una vez que le
dio la triste noticia, Pancho le pidió que fuera a consolar a la viuda de Palito.
“¡Lo que puede causar un accidente de trabajo!”, pensó Pancho.
La señora ahora viuda, dos pequeños huérfanos de padre y para rematar uno de ellos
retrasado mental.
Una vez que cayó la noche, una noche sin luna, los pacientes que conocieron a Polito en el
hospital, ahora que falleció guardaban un silencio triste. Nadie hablaba, todos estaban
sumidos en sus propios pensamientos.
- Qué tragedia, ¿verdad Panchito?, comentaba la enfermera “Flequitos”.
- Así, es Matilde, así es, contestó Panchito. Afortunadamente Polito estaba afiliado al
seguro;; si no, imagínese el problema para su familia.
Matilde se disponía a salir, se detuvo y se quedó pensativa.
- Oiga Panchito, yo no tengo hijos ni he sido casada;; si yo falleciera a consecuencia de un
riesgo de trabajo, ¿a quién le darían la pensión?
- No diga eso ni de broma, “Flequitos”... “ándele, váyase a trabajar y no éste pensando en
esas cosas”.
1. ¿A QUIÉN DARÍA LA PENSIÓN EL INSTITUTO SI FALLECIERA “FLEQUITOS”?
CASO No. 25
EL MISTERIOSO CASO DE LAS CUOTAS
La angelical Angélica venía de la guardería con sus gemelos y al llegar a casa se encontró
a su madre que había ido a visitarla.
Comentando acerca del accidente de Panchito. Angélica dijo:
- Qué bueno es estar en el Seguro Social, ¿verdad mamá? Imagínate que uno tuviera que
cargar con todos les gastos. En medio del dolor que causan estos accidentes de trabajo,
siempre es bueno contar con esa ayuda, sin pagar hospital ni atención médica mientras
dura la enfermedad...
- Sí, hija, interrumpió doña Dolores;; pero sus buenos centavos les han de descontar a los
trabajadores para que les den esa protección.
Don Pedro Plata, patrón de la fábrica donde nuestro amigo Panchito Caso presta sus
servicios, recibe al gerente de otro pequeño negocio de plásticos, quien lo visita para
saludarle y comentar tópicos empresariales del momento.
- En general bien, auque hace poco tuvimos un accidente. Panchito Caso, uno de nuestros
más eficientes elementos, sufrió quemaduras de segundo grado. Ya ve que nunca falta
la de malas. Ahora está hospitalizado en el Seguro Social.
- Oiga, Don Pedro;; usted sabe que acabo de comprar la fábrica con muchos sacrificios, y
ya que menciona al Seguro Social, quería que usted me indicara cómo está eso del
seguro contra riesgos de trabajo.
- No faltaba más, señor Medellín. Déjeme llamar a mi contador para que le informe con
más precisión.
- Mire, podemos estar llamando y llamando y nunca contestará porque acabo de recordar
que a esta hora se encuentra comiendo en el restaurante de la esquina. A propósito, y
ya que es hora de comer, tendré mucho gusto en invitarle. Así comentamos el asunto y
de pasada conoce a mi contador. Es muy simpático.
Una vez que terminaron, el señor Medellín llevó hábilmente la plática hasta entrar de lleno
en el tema: cuotas y seguro de riesgos de trabajo. El contador hizo gala de sus
conocimientos administrativos laborales y explicó con todo detalle la fijación de las cuotas.
- ¿Alguna duda, señor Medellín?, preguntó cortésmente el señor Soto.
- Sí, usted me habló de “Primas y modificación”... ¿Qué es eso?
- No lo tengo muy fresco... Voy a la oficina rápidamente por la Ley del Seguro Social y
regreso. Mientras, ¿qué tal si van pidiendo unos pastelillos para su postre?
1. AL INSCRIBIRSE POR PRIMERA VEZ UNA EMPRESA, ¿EN QUÉ PRIMA SERÁ
COLOCADA PARA CUBRIR EL SEGURO DE RIESGOS DE TRABAJO?
2. ¿BAJO QUÉ CIRCUNSTANCIAS PUEDE MODIFICARSE LA PRIMA DE RIESGO
DE UNA EMPRESA?
CASO No. 28
EL MISTERIO DEL ACCIDENTE
Encontramos a doña Dolores, suegra de Panchito Caso, en el salón de belleza. Agripina, la
peinadora, está un poco distraída y muy seria.
- ¿Qué le pasa, Pina? ¿Algo le preocupa?
- Pues sí, Lolita. Es que mi papá está en el hospital porque sufrió un accidente de trabajo.
- Ah, qué caray. Fíjese que mi yerno anda en las mismas.
Se dio una quemada bárbara con plástico en su trabajo. Y dígame, ¿cómo estuvo el
accidente de su papacito?
- Se cayó de un tapanco en la fábrica donde trabaja y sufrió varias fracturas.
- Bueno, dice Lolita, el Seguro Social les da una atención de primera.
- No, mi papá no fue al Seguro. Es que Don Goyo, el dueño de la fábrica, no quiere
meterse en líos, porque parece que el tapanco era muy viejo y la madera estaba medio
podrida;; por eso no dio aviso del accidente. Lo llevaron a una clínica particular, aunque
está inscrito en el IMSS.
1. ¿CUÁL ES LA OBLIGACIÓN DEL PATRÓN EN ESTE CASO?
Hoy es cumpleaños de los gemelitos Lila y Lalo Caso. Con tal motivo, los niños del
vecindario están presentes para celebrar el acontecimiento.
Cuco Madariaga, amigo de los Caso, ofreció ir a la fiesta y llevar su guitarra a fin de
animar la reunión. Quedó de estar a las seis y media;; eran siete y cuarto y no llegaba.
De pronto sonó el teléfono y Angélica contestó sin sospechar siquiera la triste noticia.
- ¿Bueno?
No acabó de decir eso cuando Mila soltó el llanto. Difícilmente se le entendía lo que
trataba de decir.
- Es que mi hermano estaba afinado la guitarra... (snif) cuando de pronto se desmayó ...
Lo llevamos de inmediato al Seguro y nos dijeron que era consecuencia del accidente
que tuvo en su trabajo hace meses, cuando una viga le cayó en la cabeza.
A un lado de la casa donde vive la familia Caso, pasando la miscelánea “La Favorita”, ha
comenzado la construcción de un edificio de departamentos.
Como es natural, la expectación de los chiquillos es grande.
No siempre pueden jugar con cerros de arena para hacer volcancitos y cuevitas, o para
observar el movimiento de las revolvedoras de concreto y el acomodamiento de ladrillos,
Un niño pasaba con su padre por el frente de la construcción y le pregunta:
- Mmmm... No ... , no sé ... ¿Qué tienen de raro?
- He visto en la tele que todos los trabajadores usan cascos, botas y guantes. Fíjate que
estos señores nomás tienen sombrero y no traen ni guantes.
- De veras, Pepe.
De inmediato apareció el clásico por qué infantil, que exige una respuesta rápida y
satisfactoria.
El papá hizo la investigación consiguiente no sólo con objeto de satisfacer la curiosidad del
niño, sino también para saber cómo era posible que esas personas trabajaran en tales
condiciones. “Interés Profesional”, decía él, ya que era médico.
El doctor Morales, que había atendido a Pancho Caso en el hospital, llega a su casa tras un
día de trabajo muy pesado. Mientras la cena está lista se pone a platicar con su hijo
mayor:
- Hoy en la mañana, cuando llevaba a tu hermano a la escuela, como ya ves que es muy
observador, notó que los trabajadores de la obra de aquí junto no llevaban el equipo de
protección.
Después les pregunté el por qué a los mismos obreros y me enteré que ¡ni siquiera están
inscritos en el IMSS!
- Eso es grave, comentó el hijo con aire de abogado.
- Me pregunto cómo es que hay empresas que no aseguran a sus trabajadores en ese y
otro tipo de labores tan peligrosas. Me parece que el no asegurarlos va contra la ley, ¿o
no José Luis?
- Desde luego que si. El Instituto debe intervenir y en caso de accidentes cobrar los
capitales constitutivos.
- Oye, José Luis. Lo que dices de los capitales constitutivos, ¿no significa dejar sin
protección a los trabajadores?
- No papá. Es sólo una cuestión de procedimiento, de cotización. ¿Me explico?
- ¡No!
Resulta que Angélica Caso fue al Seguro Social a arreglar algunos asuntos relacionados
con el accidente de Panchito, su esposo. Ahí se puso a platicar con una de las personas
que esperan ser atendidas, la cual le decía:
- Fíjese que mi marido tuvo un accidente en su trabajo.
Angélica a su vez repuso:
- Pues a mi esposo también le paso... Sufrió quemaduras en varias partes del cuerpo y
tuvieron que internarlo.
1. ¿ES POSIBLE INSCRIBIR A UN TRABAJADOR AL IMSS DESPUÉS DE QUE SE
ACCIDENTA? ¿POR QUÉ?
Hoy es el día en que Panchito Caso abandonará el hospital.
Mientras prepara sus cosas y espera que Angélica venga por él, recibe la visita de su
primo Toño.
- Caray Paco, te ves muy bien. Sinceramente no esperaba verte con tan buen semblante.
La cirugía que te hicieron en el cuello es perfecta;; no se notan nada las quemaduras.
- Es cierto. Los médicos que me atendieron hicieron un buen trabajo. Pero ¿cómo supiste
que hoy me daban de alta?
- No, si fue de pura casualidad. Es que ahora trabajo para una constructora en Tabasco
edificando casas “tipo”, y tuve oportunidad de venir porque un compañero se accidentó
y me mandaron traerlo al Seguro.
- Pues qué gusto de verte, mi hermano… Oye, ¿y estuvo duro el accidente de tu
compañero?
- Fíjate que sí. El ya tenía una incapacidad permanente parcial, y cuando acababa de
presentarse a trabajar otra vez, se cayó de un poste ocasionándose múltiples fracturas.
A ver si ahora tiene más cuidado, ¿no crees?
En el hogar de la familia Caso, todo era felicidad por el regreso de Panchito. Había júbilo,
lágrimas, risas. Lila y Lalo, sus adorados gemelitos, brincaban, gritaban, lloraban... Era
natural Pues hacía varios días que no veían a su papá.
Angélica, que además de buena esposa es excelente cocinera, preparó para esta ocasión
una comida especial en honor de su marido.
Estaban presentes en la memorable reunión doña Dolores, suegra de Panchito;; don Sotero
y Pepín, sus mejores amigos;; algunos vecinos y compañeros de la fábrica.
-¿Cómo te sientes, Pancho? ¿Ya estás bien?
-¿Qué? ¿Ya no le duele compadre?
-¿Cuándo regresas a trabajar?
- Don Sotero, pienso que sería ideal que el IMSS efectuara una campaña de prevención de
accidentes en nuestra fábrica. ¿No?
- ¿El IMSS? ¿Y por qué el IMSS?
1. ¿QUÉ FACULTAD TIENE EL IMSS PARA REALIZAR ESTE TIPO DE CAMPAÑAS?
CASO NO. 35
LA SEGURIDAD EN LA FÁBRICA
Ya aliviado, Panchito se reincorpora a su trabajo. Después del regocijo y comentarios que
causan su retorno, todo vuelve a su ritmo normal: el curioso sonido del colado del
plástico, el paca-puc de los inyectores, el ensamble de molduras, el suave deslizar de las
bandas, en fin todo el largo y ruidoso proceso de la fábrica de don Pedro Plata.
Pancho y su maestro van a la oficina del patrón para mostrarle un nuevo producto. Lo
discuten, hacen las observaciones correspondientes y se da luz verde para comenzar la
producción en serie. En ese momento entra el gordito Soto, contador de la empresa:
1. ¿EN QUÉ TERMINOS DEBEN COOPERAR LOS PATRONES CON EL IMSS?
CASO No. 36
MATEO Y TIMOTEO
Mateo y Timoteo Caso, primos de Panchito, lo visitan para conocer su estado de salud
después del penoso accidente y de paso invitarse a comer.
- Pues aquí me tienen, primos;; vivito y coleando, gracias a la magnífica atención que
recibí en el Seguro. ¿Y ustedes cómo han estado?
- Pues picando aquí y picando allá. No hemos podido conseguir chamba. Sin embargo
tenemos un negocio en puerta.
La época navideña ha llegado ya y está presente en el hogar de la familia Caso. Lila y Lalo
se encargaron de arreglar el tradicional “nacimiento”;; le pusieron heno, musgo, pelo de
ángel, espejitos semejando agua, casitas de corteza de árbol, varias figuras de animales y
otros adornos más.
En medio de la sala Angélica instaló también un verde y frondoso pino, que fue decorado
por Panchito con esferas y focos multicolores, aunque en realidad fue doña Dolores quien
dirigió la obra.
Mientras los niños platican sobre los regalos que Santa Claus les traerá, los mayores
comentan en la sala sobre diversos temas en un ambiente de paz y alegría.
- Qué bueno que en esta fecha estamos todos reunidos y gozando de buena salud, dijo
Pancho.
Creo que no se puede pedir más.
- Es cierto, intervino Elpidio, el hermano de Angélica, y agregó: Me da mucho gusto tener
un cuñado tan a todo dar como tú. El ver a mis sobrinos tan educaditos y tan sanos no
cabe duda es el resultado de los cuidados y atenciones que han tenido con ellos.
- El Seguro Social nos ha proporcionado una gran ayuda para la formación y el bienestar
de mis gemelitos, repuso Pancho.
- A propósito cuñado, mi mamá tiene derecho al Seguro Social?
Una vez que la cena de Navidad terminó y después que los invitados se fueron, Panchito y
Angélica se sentaron un momento en el piso para ver el juego de las luces del árbol y el
sin fin de tarjetas de felicitación que lo cubrían.
- Yo creo que Juan Carlos sabe lo que hace, interrumpió Angélica. Además, si llegara a
enfermarse, que Dios no lo quiera, según sé, tiene derecho al Seguro Social.
Una tarde el buen Pancho llega a su casa un tanto cansado. Después de saludar a su
esposa y a los gemelitos, Angélica le dice:
- Te llegó esta carta de tu primo Toño.
Pancho se pone a leer la carta y al acabar exclama:
- Pobre Toña;; Fíjate que está enfermo de fiebre del pantano desde hace ocho días y lo
van a trasladar a una Clínica-hospital de Tabasco, porque en el lugar donde trabaja no
hay más que un botiquín.
1. PARA LOS EFECTOS DE EXPEDICIÓN DE INCAPACIDAD, ¿QUÉ FECHA
TOMARÁ ENCUENTA EL INSTITUTO COMO INICIO DE LA ENFERMEDAD?
CASO No. 40
"PIPIS LA MASCOTITA"
¿Quién a los diez años no ha tenido una mascota? Lila y Lalo no eran la excepción. Con los
ahorros de varios domingos se compraron una larga y sedosa culebra, de las llamadas
ratoneras.
Cierto día los gemelos olvidaron cerrar la caja donde guardaban a la “Pipis” - así le
pusieron al reptil - y tranquilamente se fueron a la escuela.
Doña Dolores, que siempre iba a leer el periódico a la recámara de los niños, entró y...
Una vez que Angélica fue notificada en su trabajo, llamó a su esposo, Pancho, para
comunicarle que doña Dolores se encontraba en la clínica del IMSS, presa de una terrible
crisis nerviosa y con complicaciones biliares. El matrimonio Caso llegó y de inmediato
solicitó hablar con el médico que la estaba atendiendo.
Tristán Caso, primo menor de Panchito, es todo un personaje.
Su vida ha ido de tragedia en tragedia. No hay más que preguntarle “¿cómo estás?” para
que cuente una serie de relatos que deprimirían al más alegre.
Panchito estaba esperando el autobús cuando se encontró con Tristán.
- Hola, Tristán, ¿cómo estás?. Demasiado tarde se dio cuenta Pancho de su error al haber
preguntado.
- Mal, Paquín. Me ha ido muy mal. Fíjate que después de casi ocho meses de no tener
trabajo, por fin conseguí uno.
1. EN CASO DE ENFERMEDAD, ¿EN QUÉ RESPONSABILIDAD INCURRE EL
PATRÓN QUE NO HA INSCRITO AL TRABAJADOR?
2. ¿QUÉ PUEDE HACER EL TRABAJADOR ENFERMO PARA QUE EL INSTITUTO LE
CONCEDA PRESTACIONES EN ESPECIE Y EN DINERO?
CASO No. 42
EL CAMARÓN ENVENENADO
Es usual que en las compañías como en la que Angélica Caso trabaja, las muchachas se
turnen para llevar “antojitos”;; unas veces son empanadas, otras galletitas, otras más,
emparedados, etc.
Aquel viernes, una de las amigas de Angélica le ofreció un camarón gigante cocido;; ella se
lo comió sin desconfianza, aunque no niega que el crustáceo tenía un raro sabor. No
habían pasado diez minutos cuando Angélica sintió que se asfixiaba. Su rostro y brazos
presentaban irritación y manchas rojas. Corrió al baño seguida de su gran amiga Doris.
- ¿Qué te pasa, Gelita? ¿Qué tienes? Gela, háblame, por favor...
De inmediato Doris dio la voz de alarma y Angélica fue trasladada al consultorio que la
empresa tiene instalado en el propio edificio. Después de que Angélica se sintió mejor, la
llevaron a su casa en el coche del contador.
Mas tarde se supo que quien había llevado los camarones no tuvo tiempo de preparar
nada en su casa y se le hizo muy fácil comprarlos en una ostionería que está cerca de la
compañía. Afortunadamente nadie más quiso comerlos.
1. ¿QUÉ TIPO DE CONVENIOS PUEDEN HACECON EL IMSS LAS EMPRESAS QUE
TIENEN SERVICIOS MÉDICOS PROPIOS?
2. ¿EN QUÉ CONSISTEN ESTOS CONVENIOS?
CASO No. 43
EL CASO DEL BRASERO
Una vez que Angélica se repuso totalmente de la fuerte intoxicación por comer camarones
en mal estado, hace su aparición doña Dolores, madre de Angélica, acompañada por su
ahijado Onofre Sierra.
- ¿Te vas a Estados Unidos, Onofre? Tengo entendido que el Seguro Social te pensionó
por el accidente que sufriste en tu trabajo. ¿Qué, lo vas a dejar?
- Yo creo que sí. Es que un amigo que reside en los Ángeles, California, me ofreció un
trabajo mejor y voy aprobar suerte. No sé todavía si me quede allá, aunque tengo
familia por parte de mi papá.
Doña Dolores, tan servicial como siempre y más tratándose de su hija, va a una farmacia
del IMSS a surtir las medicinas que el médico le recetó a Angélica. Lila y Lalo, que son
muy listos, materialmente se le pegaron en la falda a su abuelita, pues bien saben que
cuando salen con ella a la calle, de menos tienen garantizada una paleta y unos chicles.
Ya en la farmacia a doña a Dolores le entregan todos los medicamentos que llevaba
apuntados en la receta, menos unas ampolletas. Al preguntar por ellas el encargado le
dice:
- Permítame un segundo, señora. Es que están revisando el “cuadro”;; pero ahorita le dan
lo que falta.
Doña Dolores se queda un poco intrigada con eso de la revisión del cuadro y al llegar a
casa le comenta a Angélica:
- Fíjale Gela que en la farmacia, cuando pregunté por tus ampolletas, me dijeron que
estaban revisando un dichoso “cuadro”. ¿Tú sabes que es eso?
- ¡Ah! Yo creo que se referían al cuadro básico de medicamentos, mamá.
1. ¿CUÁL ES LA FINALIDAD DE QUE EL IMSS ELABORE CUADROS BÁSICOS DE
MEDICAMENTOS?
CASO No. 45
EL COMPADRE HIGINIO
- Vamos a ver al compadre Higinio, dice Panchito a su esposa y a sus hijos.
- ¡Sí, sí!, gritan los cuatitos Lila y Lalo. Queremos ver a nuestro padrino:
- Oye papi, dice Lalo, ¿mi padrino es más alto que tú?.. Porque no sabemos de que
tamaño es. Y como siempre está acostado o sentado...
- Ah, que ocurrencias, comenta Angélica. Lo que pasa es que su padrino está enfermo
desde hace meses. ¿Tú que crees que tenga, Paco?
- Pues los médicos dicen que está muy malo de los riñones. Le han hecho análisis y
estudios y creo que pronto lo van a operar.
- Oye ¿y por cuánto tiempo el Instituto le da tratamiento? ¿Toda la vida?
1. A PARTIR DEL COMIENZO DE LA ENFERMEDAD. ¿POR CUÁNTO TIEMPO SE
DA ASISTENCIA MÉDICA A UN ASEGURADO?
En el comedor de la fábrica se sientan en la misma mesa Panchito Caso, dos compañeros
y Pepe Martínez, “El Jarocho”.
Con un tipo como Pepe la plática no deja de ser amena y variada. En un momento “El
Jarocho” les pregunta:
- Oigan. ¿Se acuerdan de aquél cuate que se murió hace seis meses?
- ¿Cuál?, pregunta Paco.
- Aquél que tenía una bicicleta verde perico, que hasta una vez fuimos juntos a la
excursión a los Dínamos.
- ¿Cuándo, Oye? ¿De quién hablas?
- Hay, hombre. Aquél que vivía en la colonia Morelos, cerca de Lecumberri.
- A ver, descríbelo.
- Bueno, este cuate usaba bigote “Zapatista”: que tenía en el pelo una mancha como la
de Aceves Mejía.
- ¡Ah, sí;; ya me acordé!, dijo Pancho. ¿Cómo se llamaba? Si lo tengo aquí en la punta de
la lengua.
- Bueno, es lo de menos, apunta “El Jarocho”. Lo que les quería contar es que ví a sus
papás el otro día y los pobres están rete amolados. Les tuve que dar veinte pesos para
que comieran ese día que me los encontré.
- Huy, mano. Esos señores tienen el santo de espalda. Primero se les muere el hijo y
luego ni quien vea por ellos.
- Pues yo sabía que el Seguro Social algo les tiene que dar.
1. ¿EN QUÉ FORMA AYUDA EL IMSS A LOS PADRES DE “AQUÉL”?
CASO No. 47
EL SABLAZO
Angélica Caso, es una de las vecinas más apreciadas. Siempre atenta, comprensiva y
generosa con todas. Muy rara vez se le encuentra en casa ajena, pero es frecuente que
sus vecinas vayan a la suya y le soliciten favores, consejos, encargos o de plano le den el
clásico “sablazo”.
Ese día el turno era de Eustolita, la del cuatro, que tras de contar con todo dramatismo la
enfermedad que aquejaba a su esposo un mal respiratorio se presentó a solicitar a
Angélica un pequeño préstamo para completar el gasto de la semana.
- Oiga, Tolita, ¿de veras no le hace falta más dinero?
- Ay, no, Gelita. La cosa es que no pagan sino hasta el lunes, y aunque ya el IMSS nos dio
las medicinas, no me alcanzó para terminar la semana. Muchas gracias, Gelita, y
perdóneme.
- No se preocupe, Tolita;; afortunadamente siempre tengo algún dinero extra por lo que
pudiera ofrecerse, así que no me desnivela... Ya sabe, cuando pueda... Oiga, y hasta
cuando le va a pagar el Seguro la incapacidad a su esposo.
1. EN FERMEDADES NO PROFESIONALES, ¿A PARTIR DE CUÁNDO Y POR
CUÁNTO TIEMPO OTORGA EL IMSS PRESTACIONES EN DINERO?
CASO No. 48
LA TABLITA
Sucede que la esposa de Everardo acaba de llegar a la fábrica donde éste y Panchito
trabajan con el fin de que la oriente sobre el pago del subsidio que le corresponde
mientras Everardo está enfermo. De casualidad la vio Pancho. La señora le dijo a que
venía y el se acomidió a acompañarla a la oficina. Al llegar, la secretaria les informa que el
señor Plata y el contador de la empresa habían salido al banco.
- Mmmm... Mejor viene usted más tarde, o de plano mañana, señora.
- Ay señorita, es que me urge porque nuestra situación anda muy mal y yo estoy en una
tablita...
- Un momento, exclamo Pancho. ¿Dijo usted tablita? ¡Ya esta! Sí, mire, le dijo a la
secretaria, con base en lo que gana diario Everardo, consulte la tabla de subsidios que el
señor Plata tiene encima de su escritorio.
- De veras, ¿verdad? No se como no se me ocurrió antes, Paco... A ver… Su esposo gana
setenta y tres pesos diarios.
Por la noche, Tolita la del cuatro va toda llorosa a ver a la familia Caso.
- ¿Qué le pasa Tolita. Cálmese, por favor.
- Hay Gelita, es que Everardo se fue para Veracruz. Dijo que necesitaba unas buenas
vacaciones y que no quería estar con tratamientos y medicinas;; que con aire puro se iba
a curar y que como le están pagando incapacidad, mejor se toma un descansito en su
tierra.
1. ¿QUÉ PASARÁ CON EL SUBSIDIO QUE EL IMSS OTORGABA A EVERARDO AL
SUSPENDER ÉSTE SU TRATAMIENTO SIN AUTORIZACIÓN?
CASO No. 50
EL PEQUEÑO ERROR
Muy pronto Lila y Lalo serán quinceañeros. Solo faltan siete días para que bailen juntos su
primer vals. Comentando los detalles de la próxima fiesta, decía doña Dolores:
- La ventaja de que sean gemelos, y hombre y mujer, es que ellos mismos hacen la
pareja, ¿verdad?
- Y además, interrumpe Panchito, únicamente haremos un gasto en lugar de dos.
- Si. Es cierto, asienta Angélica. ¿Te acuerdas, Paco? Parece que fue ayer cuando el
doctor nos anunció que íbamos a tener bebé. Ja, ja, ja...;; nunca nos imaginamos que
fueran a ser dos. ¡Que afortunados somos en verlas tan sanos en esta edad tan
hermosa!
- ¿Te acuerdas de todo lo que nos dieron cuando nacieron?
- De lo que me acuerdo es de los otros cuarenta y dos días de descanso con subsidio que
me dio el Seguro.
- Oye Angélica, ¿qué hubiera pasado si Lila y Lalo hubieran nacido ocho días después de
los primeros cuarenta y dos días que te habían dado?
- No entiendo, Paco.
- Si, acuérdate que el Seguro fija la fecha probable del parto desde el principio del
embarazo. Entonces, si hubiera fallado esa fecha...
Felices de la vida, Lila y Lalo disfrutan alegremente de su fiesta de quince años. Todo en
el salón es algarabía y jovialidad.
- Estoy muy contento de haber podido ofrecer esto a mis hijos, don Pedro. Me siento
satisfecho.
- Y quien no, Panchito. Usted ha hecho un esfuerzo grande para darles todo lo que
necesitan: a ellos y a su esposa. Si de veras no sé cómo ha resistido tanto problema en
estos años. La verdad es que ahora con el Seguro Social nadie tiene mucho qué
preocuparse porque otorga muchas prestaciones. ¿O no?
- Es cierto, don Pedro. Me pregunto, de dónde saca el Seguro dinero para cubrir tanta
prestación y aparte los gastos administrativos que eso acarrea.
Estando Angélica en su trabajo, fue a ver al gerente a que le firmara unos documentos.
Como de costumbre, había un par de personas frente al escritorio del señor Pinto.
Angélica no quiso interrumpirlo y ya se iba cuando...
- No se me vaya, Gelita. Espéreme un momento.
Pasó un cuarto de hora y los tres hombres no tenían para cuándo terminar. Angélica no se
aburría pues escuchaba con atención lo que ellos decían. Se enteró por ejemplo, que
estaban planeando que la planta de Tampico fuera administrada por los mismos obreros.
Habían terminado de ponerse de acuerdo en el proyecto para presentárselo al consejo de
Administración. Ya por salir las dos personas, el gerente le preguntó a uno de ellos:
- Por cierto, ¿ya vieron lo de las cuotas del seguro enfermedades, maternidad, etc.? Es
importante que incluyan esas estimaciones en el proyecto.
- No lo hemos visto aún, señor. Pero han de ser las mismas que en otros casos.
- Ejem... Me parece que hay unas cuotas especiales para cooperativas, señor Pinto,
interrumpió Angélica ante la sorpresa del gerente y de las visitas.
- ¿Cómo sabe usted eso, Gelita?
- Bueno es que consulto muy seguido la ley del Seguro Social, y pues...
El domingo muy temprano, los Caso, incluyendo a doña Dolores, se prepararon con mucho
entusiasmo para salir de día de campo acompañado por el novio de Lila y tres amigos de
Lalo. Ya el sábado habían comprado cemitas, chicharrón, tres kilos de tortillas y dos cajas
de refrescos;; además Angélica hizo una salsa en molcajete que se veía riquísima, y llevaba
fruta y pastel de nuez de postre.
En dos coches tomaron rumbo al estado de Morelos por la carretera federal. Momento
después de haber llegado al sitio escogido, se acercó una persona que se puso a platicar
con Pancho. Pasaron como tres cuartos de hora y se despidieron como grandes amigos.
Intrigada, Angélica le preguntó a su esposo.
- ¿Quién era, Pancho? ¿Qué quería?
- Era un ejidatario, Gela. Me dijo que estábamos en terrenos de un ejido azucarero y que
nos teníamos que ir. Pero luego, ya ves, estuvimos platicando y al final hasta como
amigos quedamos.
- De muchas cosas. Fíjate que me enteré que los ejidatarios ya tienen Seguro Social
determinado por modalidades.
Cansado ya de soportar tanto error de Lencho “Malasuerte”, hermano menor de los otros
dos “Malasuerte” que trabajaban en la fábrica, don Pedro Plata decidió liquidarlo. El día
anterior había dejado otra vez abierta la válvula del gas y de no ser por el velador habría
volado todo el edificio.
- Ya son muchas, Lencho. Le he dado muchas oportunidades y no me ha respondido. La
semana pasada echó a perder uno de los inyectores;; la antepasada la maquiladora;; el
mes pasado... Bueno, para qué perdemos el tiempo: pase a la caja a que lo liquiden.
- Pero don Pedro, ha sido pura mala suerte.
- A otro con ese cuento. Pase a la caja...
Lencho cobró lo que le correspondía y esperó la hora de la salida para hacer con sus
amigos los consabidos comentarios y le dieran las consabidas condolencias.
- Lo que pueda hacer por ti, ya sabes Lencho, le dijo Panchito.
- Gracias mano. Yo sé que eres sincero. Lo que siento es que ahorita mismo tengo una
infección intestinal por comer taquitos de canasta y ni modo de ir al seguro.
- Pues tengo entendido que todavía tienes derecho a atención médica, repuso Pancho.
Pancho Caso se dirige a su trabajo. Al doblar la esquina de una calle ve instalada, una
gran tienda de campaña en la acera, junto a la cortina metálica de una fábrica que se
encontraba en huelga. No le llamó mucho la atención sino cuando vio a un lado de la
tienda a sus primos Mateo y Timoteo, que estaban tomándose tranquilamente un café.
Como aún era temprano y la fábrica estaba ya cerca, no dudó en acercarse a ellos.
A sus primos les dio mucho gusto verlo otra vez. Ambos se atropellaban al hablar
queriéndole contar los problemas por que habían pasado en el negocio que emprendieron.
Luego le dijeron que habían entrado a trabajar a esa fábrica y que escasos seis meses
después estalló la huelga.
Inesperadamente, sin previo aviso, llegó Doris Botella acompañada de su esposo a la casa
de la familia Caso. Eran como las seis y cuarto de la tarde.
- ¡Doris!, dijo sorprendida Angélica. ¿A qué se debe el milagro?
- Pues es que deseamos hablar contigo y con Paco, y como ésta es la hora en que ya
están aquí.
- Pero pasen... siéntense, siéntense. Lalo, trae unos refrescos del refri. Qué gusto de
verles por aquí. Bueno, a ti te veo diario en la oficina, pero a Ramón allá cada día de
San Juan... Mira quiénes vinieron, Paco.
- ¡Hola, qué milagro! ¿Qué andan haciendo?
- Miren, veníamos a ver si quieren ser padrinos de nuestro pequeño hijo Nabucodonosor.
Ya va a cumplir un año y aún no lo bautizamos.
- Encantados, ¿verdad Angélica? Ustedes nada más dicen cuándo y luego, luego...
- Pues nada más que se le quite el sarampión al niño.
- ¿Qué no lo han vacunado?
- Todavía no. Dice Ramón que está muy chiquito para eso....
- ¡Qué barbaridad! No, a los niños hay que vacunarlos desde chiquitos. Entre más pronto
mejor, ¿por qué no lo llevan al Seguro?, sugirió Pancho.
- Ya que lo dicen, eso vamos a hacer.
- Sí, acuérdense que el IMSS no nada más cura;; también previene enfermedades.
A la hora de la salida de la fábrica, Pancho y “El Jarocho” se encontraron y como llevan el
mismo camino ese día se hicieron compañía en el viaje a sus respectivas Casas. Pancho
notó que “El Jarocho” estaba preocupado y no tardó mucho en preguntarle:
- Si mano. Fíjate que el sábado mi hija salió a andar en bicicleta con sus amiguitas, ¿Y
qué crees? Que se le avienta un perrazo que le hizo perder el control del manubrio. La
chamaca se cayó en no sé qué forma se rompió varios huesitos del pie derecho. Luego
la llevé al Seguro y me la atendieron de inmediato;; pero parece que ahora tendrá que
usar un aparato ortopédico durante algún tiempo. Los médicos me dijeron que va a
quedar bien. La cuestión es el aparato... No tengo dinero para comprarlo, Paco.
- Ese no es problema, Jarocho! ¿Qué no sabías que el instituto te puede ayudar en eso?
- No Paco. Se me hace que no...
Ahora que ya los gemelos están grandes, Panchito y Angélica tienen todo el tiempo del
mundo para pasear. Esta tarde, por ejemplo, fueron al cine a ver esa película que tanto
han anunciado y que, según dicen, ganó diez “Oscares”.
Bien. El caso es que en el intermedio de la kilométrica película, vieron que dos filas
adelante estaban nada menos que Eusebio, tío lejano de Angélica, acompañado de una
señora y dos niños.
- ¿Qué te parece?, le dice Pancho a su esposa;; y yo que siempre había sabido que era
solterón.
- A mí me dijeron que se andaba casando, pero creí que nada más era chisme. Sin
embargo allí está. Y la mujer tiene toda las señas que me habían dado;; según eso llevan
ya como ocho años juntos.
- Pues qué tonto. Añade Pancho, porque si vive con ella y hasta hijos tiene, ¿por qué no
casarse y hacer legal el asunto?, ¿no?
- Allá ellos. Tú sabes que siempre hemos sido respetuosos de las vidas ajenas. Si la gente
decide una forma de vida, pues muy su vida... y eso tú me lo enseñaste, Chiquito.
- Yo a lo que me refiero es que, como en la nuestra en cualquier familia, si alguien se
enferma o hay que hacerle una operación, sería muy pesado en estos tiempos pagar
médico y medicinas. Eusebio está afiliado al seguro, pero imagínate que se le enferma la
mujer. El no gana mucho y no creo que se le atendieran ahí...
1. QUÉ REQUISITOS DEBE REUNIR LA MUJER QUE HACE VIDA MARITAL CON
EL ASEGURADO PARA TENER LA PROTECCIÓN DEL SEGURO DE
ENFERMEDADES Y MATERNIDAD?
CASO No. 59
“LAS GOLONDRINAS” DE IÑIGO
En la compañía donde Angélica Caso trabaja hicieron un pequeño ambigú de despedida a
Iñigo, uno de los dibujantes de la oficina de proyectos. Iñigo renunciaba para dedicarse a
terminar su carrera de arquitecto.
Las frases de sus compañeros hacía él eran todas similares: lamentaban su partida y le
deseaban mucho éxito. La despedida se hizo más emotiva cuando unos mariachis
interpretaron las tradicionales “Golondrinas”.
En cierto momento Iñigo se dirigió a Angélica para preguntarle en qué forma podría él
seguir perteneciendo al Seguro Social, aunque ya no trabajara en la compañía.
- Así que deseas continuar disfrutando de las prestaciones del IMSS.
- Sí, Gelita;; me pongo a pensar qué sucedería si yo me enfermara. No tengo quién me
ayude económicamente.
- Seguro que algo le pasó. En mi vida he encontrado a alguien que le pase tanto
infortunio. Lo que me molesta es que ni siquiera tuvo la atención de echar un
telefonazo. Bueno, dáselas al “Jarocho” y que él haga el acabado.
Paco se retiró a continuar su trabajo y casi olvidó la ausencia de Kiko. A eso de las once
llegó Chimino a decirle.
- Soy portador de malas nuevas, Paquito. A Kiko le dio una embolia anoche y está
delicadísimo. Se me hace que de ésta no se salva.
Sumido en sus pensamientos, Paco esperó la hora de la salida y fue a la clínica donde Kiko
estaba internado. Allí encontró a su hermano Lencho y a un compadre de Kiko. El
ambiente era pesado y el dolor de esa gente se sentía en la piel.
- Mal, le contestó Lencho. Dicen los doctores que si se salva vivirá con una parálisis total.
La mala suerte nos persigue...
Panchito Caso descansaba sentado en su viejo y confortable sillón con la mirada vaga,
como meditando.
Muchas cosas ocupaban su mente. Pensamientos que iban y venían como el humo de
cigarro. Pensaba, por ejemplo, en que muy pronto se pensionaría después de una larga y
fructífera vida de trabajo. Pensaba también en la ya muy próxima boda de su querida hija
Lila con un responsable y talentoso dentista. Pensaba en Lalo, el orgullo de la familia, que
el mes próximo se recibiría como licenciado en derecho. Pensaba, en fin, en su
comprensiva y abnegada esposa, Angélica, quien le había deparado incontables momentos
de alegría durante su matrimonio.
De pronto...
- ¡Riiiiing!
El timbre del teléfono hizo que Paco volviera a la realidad. Cogió la bocina y, al mismo
tiempo que escuchaba lo que le decían, su rostro palideció. Le estaban confirmando el
temor que lo embargaba desde hacía días: ¡Kiko Malasuerte quedaría inválido!
- ¿Qué será de él, qué será de él? Se preguntaba Paco.
Angélica Caso y su hija Lila estaban buscando el vestido de novia por las calles de
Ecuador;; hacia mucho calor y se encontraban algo cansadas de tanto caminar de tienda
en tienda.
Decidieron comprar dos paletas de limón en una nevería. Cuando las pedían, oyeron el
penetrante sonido de una sirena de ambulancia...
- Me crispa los nervios ese ruido, dijo Angélica;; y me recuerda tantas cosas que han
pasado...
- Son dos pesos, seña, apuntó el empleado de la nevería.
- Allí tienes el caso del pobre de Kiko Malasuerte;; tan joven y ya es un inválido.
- Dos pesos de la paleta, señito...
- Pero así es la vida, hijita. Por eso yo siempre rogaré a Dios para que a ustedes les vaya
bien siempre en su matrimonio.
- Oye, mamá, tú que sabes de esto;; el señor Malasuerte, ¿tiene acreditado el tiempo que
el IMSS exige para darle las prestaciones del seguro de invalidez?
- Hummm... Yo creo que sí. Tenía de trabajar más de diez años ininterrumpidamente en
la fábrica.
Son las dos de la mañana. Es una noche oscura, sin luna. La fábrica de plásticos donde
Pancho Caso presta sus servicios permanece tranquila. El ambiente silencioso se rompe
con los ladridos lejanos de algún perro, o con el agudo silbato de una máquina de
ferrocarril de las muchas que pasan cerca de esa zona. El velador está fumando y escucha
distraídamente su radio, el cual suena perezoso de tan gastadas que se encuentran ya las
pilas.
- ¡Aaaaay!
- ¡Cuidado, Juan!
“El Cotorro” había resbalado, cayendo lastimosamente por la escalera. El velador, al oír los
gritos, corre hacia la administración y pistola en mano descubre un dramático cuadro:
Darío lloraba arrodillado junto al cuerpo de su amigo, víctima de una fractura múltiple en
la columna vertebral. Días después Darío era consignado por intento de robo y Juan, en el
hospital, recibía una infausta noticia: quedaría sentenciado a vivir en silla de ruedas.
Había pasado algún tiempo desde el intento de robo que fraguaron “El Cotorro” y “El
Zopilote” en la oficina del señor Plata. Sin embargo, el incidente aún era tema de
comentarios entre los trabajadores de la fábrica. Uno de los que más los hacía era Pepín
Bonavena, a quien le apodaban “El Flaco”, no sólo por su raquítica complexión, sino
también por su debilidad de carácter. Él hacía siempre todo lo que sus amigos le decían.
En esta ocasión la cosa fue más lejos. Maliciosamente, a raíz del frustrado atraco, dos de
esos “amigos” de Pepín lo convencieron de provocarse una invalidez...
- No tendrás que preocuparte por trabajar en mucho tiempo, Pepín. Únicamente de ir al
cine, de día de campo, al futbol, a la playa, y ¡a cobrar, mano!
Los “amigos” de Pepín ya habían elaborado un plan. Al finalizar las labores, los tres se
dirigieron a la sección de colado en la propia fábrica. Allí prepararon una solución química
que le provocaría, según ellos, trastornos pulmonares permanentes, pero soportables. En
el momento en que Pepín inhalaba la solución, uno de sus cómplices, en forma accidental,
lo empujó y Pepín metió de lleno la cabeza al recipiente. Pepín gritó dolorosamente;; se
había quemado el rostro y, lo que es peor, los ojos. Se dio la voz de alarma y Pepín fue
llevado de emergencia a un hospital. En la ambulancia iba con la mirada fija, perdida en la
lejanía, en la oscuridad. ¡Pepín había quedado ciego!
1. ¿QUÉ TIPO DE PENSIÓN RECIBIRÁ PEPÍN?