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Cachias

Entre las formas musicales de la Italia del Trecento encontramos nombres conocidos como
el madrigal y variantes de éste, como la ballata, pero también existen otras de más corta
vida y popularidad que merece la pena recordar, como es el caso de la caccia. En principio,
la caccia era un poema basado en el tema de la caza al que se aplicaba el canon, es decir,
una estructura musical a varias voces. A diferencia del madrigal que trataba sobre todo el
tema amoroso, la caccia describía con viveza y colorido las escenas de persecución y
acoso de la pieza, los halcones y las jaurías.

El término italiano tuvo su equivalente en la palabra castellana caça y en la voz francesa


chace, si bien en ambos casos se hacía referencia a la forma musical basada en varias
voces y no al contenido del poema, que en estos dos países no tenía por qué tener relación
alguna con la cacería. Por ejemplo, las tres caças que han llegado hasta nosotros a través
del Llibre Vermell del monasterio de Montserrat están dedicadas al culto mariano.

La caccia tuvo una vida efímera, con un pico de popularidad de apenas treinta años entre
1350 y 1380. Parece claro que a principios del siglo XV ya habían desaparecido. Tampoco
se menciona antes de 1300 cuando se enumeran las distintas formas musicales existentes
en el momento y la primera referencia italiana la realiza un tratado anónimo de 1332.

El escritor y Premio Nobel italiano Giosue Carducci sugiere que la caccia además de
cantada era representada teatralmente:
El creía que al menos algunas de estas caccias eran representaciones efectivas, o mejor,
casi representaciones bien por coros o por un cantante solista acompañado de un coro, con
gestos y capturas del deporte (caza o pesca) y también enseñando a veces el resultado de
la captura.

Otro rasgo del género es que probablemente estaba reservado para un público cortesano y
elevado y no para ser consumido por el pueblo llano, dado lo refinado, florido y rítmicamente
complejo de las piezas. No parecen adecuadas para ser interpretadas por juglares
itinerantes en las plazas de los pueblos.

Aunque el tema de la caccia italiana era inevitablemente el mundo de la caza y la montería,


en ocasiones los versos ocultan historias amorosas más o menos explícitas. Por ejemplo,
en “Nel boscho senza folglie” (En el bosque sin hojas) la conducta del cazador hacia la
liebre hace pensar que en realidad más que de un animal habla de una mujer:

Francesco Landini fue un compositor y organista italiano del siglo XIV. Sus cacerías eran
una forma de música vocal y instrumental que combinaba elementos de la música secular y
religiosa. Estas cacerías eran a menudo compuestas para una cantidad limitada de
instrumentos, como la flauta, la cítara, el laúd, el arpa y el salterio. A menudo compuestas
en un estilo contrapuntístico, con varias melodías entrelazadas entre sí. Estaban
acompañadas por una variedad de ritmos y patrones de percusión y compuestas para ser
interpretadas en una variedad de contextos, desde la iglesia hasta la corte.

● Chosí Penoso (Caccia) https://youtu.be/x0aWW4O5aT4


Por otro lado, Jacobo de Bolonia fue uno de los primeros compositores en usar la forma de
la caccia con una estructura más compleja, con una sección de apertura, una sección de
desarrollo y una sección de cierre. Este compositor tiene compuso dos de estas caccias.

● Uselleto selvaggio (Caccia) https://youtu.be/wV-AzC4TAvg


● Per sparverare (Caccia) https://youtu.be/tFjOlf-K8JE

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