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Dios comprometido con su pueblo lo invita a alejarse del pecado

Por pecado se entiende cualquier falta voluntaria que se cómete en contra de Dios. La
Biblia nos invita a combatir el pecado llevando una vida conforme a la voluntad del
Señor, con el fin de disfrutar su gracia y sus promesas divinas. El concepto de pecado
tiene una connotación divina y más allá de «hacer el mal», es todo lo que se hace en
contra de la Ley de Dios. Por pequeña que parezca la falta, si no obedece la voluntad del
Señor, es pecado.

Sin embargo, para Dios, la mentira y el homicidio tiene la misma gravedad, pues ambos


van en contra de sus mandamientos. «.

Las consecuencias del pecado

Por causa del pecado, las personas rompemos nuestra relación con Dios y nos
encaminamos por el sendero del sometimiento y del dominio del mal. Cuando se rompe la
armonía con Dios, también se rompe la armonía con la creación y con el plan que el
Señor tiene para nosotros. En nuestra relación con Dios, si obramos en contra de Él se
sentirá ofendido, pero si actuamos según su mandato, nos mirará con satisfacción y nos
tratará con misericordia.

El pecado Original

Adán y Eva, los primeros padres de la humanidad, son considerados por Dios como su


obra perfecta, por haberlos creado a su imagen y semejanza. Mientras habitaban en el
jardín del Edén gozaban de un divino bienestar, pero se dejaron tentar por el demonio y
desobedecieron a Dios al probar el fruto del árbol de la ciencia.

Los pecados personales son los que de alguna manera atentan contra la vida de las
mismas personas que los cometen. Hombres y mujeres son conscientes de sus pecados
puesto que los cometen por decisión personal. Dado que el pecado puede afectar no solo
al individuo, sino también a la comunidad, también existe el pecado social, que es la suma
de muchos pecados personales que llegan a afectar a los demás.  Cuando agredimos la
naturaleza por alcanzar un propósito mezquino.

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