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Energía Interna

La energía interna es la energía que posee un cuerpo a escala microscópica, cuya


manifestación se hace notar en la agitación de las partículas que lo componen.
Así, la energía interna no toma en cuenta la energía cinética ni potencial de un
objeto a nivel macroscópico, sino exclusivamente aquella energía vinculada con el
movimiento de los átomos y moléculas que lo componen.
En la termodinámica, la energía interna es conocida como la suma de la energía
cinética y potencial que opera a nivel atómico en la composición propia de la
materia. Es decir, toma la agitación de sus partículas, la aleatoriedad de su
movimiento y el calor que se desprende de las mismas como resultado de su
propio movimiento.

Ejemplos de energía interna


A continuación explicamos algunos ejemplos de energía interna manifestándose
en situaciones de la vida cotidiana

Los gases al comprimirse

Recordando que la energía interna guarda


relación con el estado de agitación de las
partículas de la materia, los gases son el ejemplo
más sencillo para explicar cómo funciona este
tipo de energía. En este sentido, los gases tienen
la propiedad de ocupar todo el volumen del
recipiente en el cual este se almacene. Mientras
mayor sea el volumen del recipiente, el volumen
del gas será mayor, lo que significa que su
densidad disminuirá y con ello, sus partículas
estarán más dispersas unas de otras, lo que
implica que su energía interna ha disminuido. En
caso contrario, mientras más comprimido esté un
gas, mayor será la agitación de sus partículas y su
interacción mutua, lo que significa que en este
caso su energía interna es mayor
Hervir agua

Una manifestación común de como la energía


interna se hace presente, es lo ocurrido cuando
se hierve agua y ésta se transforma en vapor. A
pesar de que el agua en estado líquido y el vapor
de agua se componen de las mismas moléculas,
la inducción de energía térmica al sistema le
suministra mayor energía interna a la sustancia.
Esto da como resultado que la agitación de sus
partículas aumente según sea mayor su energía
interna hasta un punto tal, que el estado líquido
del agua pase a estado gaseoso
La primera ley de la termodinámica expone que la energía no se crea ni se
destruye, solo se transforma y se manifiesta en distintos tipos de energía. Esta ley,
también conocida como principio de la conservación de la energía se puede
calcular mediante la siguiente fórmula matemática:

Energía interna de un gas ideal


Para el caso de un gas ideal puede demostrarse que la energía interna depende
exclusivamente de la temperatura, ya en un gas ideal se desprecia toda
interacción entre las moléculas o átomos que lo constituyen, por lo que la energía
interna es sólo energía cinética, que depende sólo de la temperatura. Este hecho
se conoce como la ley de Joule.
La variación de energía interna de un gas ideal (monoatómico o diatónico) entre
dos estados A y B se calcula mediante la expresión:
donde n es el número de moles y Cv la capacidad calorífica molar a volumen
constante. Las temperaturas deben ir expresadas en Kelvin.
Para demostrar esta expresión imaginemos dos isotermas caracterizadas por sus
temperaturas TA y TB como se muestra en la figura.

Un gas ideal sufrirá la misma variación de energía interna (ΔUAB) siempre que su
temperatura inicial sea TA y su temperatura final TB, según la Ley de Joule, sea
cual sea el tipo de proceso realizado.

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