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Rajan *, A. Ljunggren , D.J. Manton , A.E Björkner , M. McCullough
2020 ODONTOBLASTOS POSTMITÓTICOS EN LA SALUD, LA ENFERMEDAD Y LA
REGENERACIÓN
Archives of Oral Biology, volume 109, No. 104591.
Revisión Bibliográfica
RESUMEN
Descripción del ciclo de vida de los odontoblastos, una visión general de las complejas
interacciones moleculares conocidas que ocurren cuando la salud de la pulpa dental es desafiada y
las estrategias de manejo actuales y futuras en dientes vitales y no vitales. Métodos: Se realizó una
búsqueda bibliográfica en las bases de datos electrónicas que incluyen MEDLINE (1966-abril 2019),
CINAHL (1982-abril 2019), EMBASE y EMBASE Classic (1947-abril 2019), y se realizaron búsquedas
manuales de las referencias recuperadas utilizando los siguientes términos MESH 'odontoblast*',
'inflammation', 'dental pulp*', 'wound healing' y 'regenerative medicine'. Resultados: Los
odontoblastos tienen una función sensorial y de mecano-transducción para detectar los estímulos
externos que desafían a la pulpa dental. Al detectarlos, los odontoblastos estimulan la inmunidad
innata activando mecanismos de defensa clave en los mecanismos de curación y reparación del
diente. Una mejor comprensión del papel de los odontoblastos dentro del complejo de la pulpa
dental permitirá una oportunidad de gestión biológica para eliminar la causa de la agresión a la
pulpa dental, modular el proceso inflamatorio y promover las capacidades de curación y
reparación del diente. Las estrategias actuales incluyen el uso de medicamentos convencionales
para la pulpa dental, mientras que los métodos más nuevos incluyen moléculas bioactivas,
modificaciones epigenéticas e ingeniería de tejidos. Conclusión: Los métodos de medicina
regenerativa están en su fase inicial y experimental en el mejor de los casos. Esta revisión pone de
relieve la dirección futura de la gestión de la caries dental y, en consecuencia, de la investigación.
El ciclo de vida original fue introducido por Couve (Couve, 1986), que describió cuatro fenotipos
funcionales: preodontoblasto, secretor, transicional y envejecido. Sin embargo, esto se actualizó
recientemente a fenotipos de odontoblasto preodonto, secretor, maduro y viejo (Couve, Osorio, &
Schmachtenberg, 2013)(Fig. 1). En el estadio de preodontoblasto las células son cortas, cilíndricas
y de 15 μmin de altura (Couve, 1986). Las células carecen de polaridad en este estadio. Los
centríolos se localizan cerca del aparato de Golgi poco definido, formando el cilio primario. El
retículo endoplásmico rugoso (RER) se observa en toda la célula a medida que se desarrolla el
mecanismo intracelular para la producción de proteínas. La célula sigue alargándose a medida que
pasa del estadio de preodontoblasto al estadio de secreción. Los odontoblastos en fase secretora
(Fig. 1A) forman la clásica capa única de células columnares de 50μm de altura que están
altamente polarizadas y conectadas entre sí mediante gap junctions y complejos de unión (Couve,
1986). Las uniones gap conectan los odontoblastos entre sí y con los fibroblastos de la pulpa
dental en la región subodontoblástica en la base de los odontoblastos. Estas uniones gap facilitan
el movimiento de iones y moléculas, y permiten la "comunicación" entre las células, mientras que
los complejos gap se encuentran en el polo apical entre el cuerpo celular del odontoblasto y los
procesos del odontoblasto que progresan hacia la zona predentinaria donde se descarga el
transporte activo de moléculas secretoras durante la etapa secretora (Sasaki & Garant, 1996). El
RER se observa en el extremo terminal de la célula, cerca del núcleo, donde se sintetizan las
proteínas y se envían al aparato de Golgi para su empaquetamiento y distribución. Las
mitocondrias están dispersas por toda la célula para ayudar suministrando energía para el
transporte de las moléculas secretoras dentro y hacia el polo apical del proceso odontoblástico.
Durante la etapa secretora, se ha informado de que los odontoblastos producen activamente
dentina primaria a un ritmo de 4μm por día (Farges et al., 2015)o de 4-8μm por día (Bleicher,
2014; Couve, 1986; Simon et al., 2009) durante 2-3 años de forma continua. Durante la
dentinogénesis primaria (antes de la erupción del diente), se ha observado una alta expresión de
fosfoproteínas y, en particular, de la fosfoproteína ácida de la matriz dentinaria (DMP)-1 (Balic y
Mina, 2011). La predentina es rica en matriz extracelular (ECM), como el colágeno de tipo 1 (90%),
proteínas-glicoproteínas no colágenas, proteoglicanos y fosfoproteínas dentinarias DMP-1 y
sialofosfoproteína dentinaria (DSPP) (Kawasaki & Weiss, 2008). La DMP-1 y la DSPP son los
biomarcadores de la producción activa de dentina (Goldberg, Kulkarni, Young y Boskey, 2011), lo
que indica que el odontoblasto se encuentra en la fase de secreción.
específica. Un aumento de los leucocitos, NK (natural killer) y células dendríticas (DC), tanto del
sistema local como del circulatorio, migran al lugar de la infección. Los neutrófilos son reclutados
para engullir y destruir los patógenos. Los patógenos que no son destruidos son neutralizados o
desactivados por los neutrófilos, continuando el proceso infeccioso. Para ayudar a la afluencia de
células al lugar de la lesión, la angiogénesis se produce junto con la detección del patógeno en las
primeras fases de la inmunidad innata (Farges et al., 2015). La angiogénesis y la neurogénesis son
componentes críticos en el proceso de curación y reparación en cualquier parte del cuerpo,
incluido el complejo pulpar dental. La dentina desmineralizada libera factores de crecimiento
proangiogénicos que contribuyen a aumentar la vascularidad en el lugar de la lesión (Smith,
Duncan, Diogenes, Simon y Cooper, 2016). Los vasos sanguíneos también liberan mediadores
inflamatorios, como histamina, neuropéptidos, prostaglandinas y NO, que aumentan la
permeabilidad y la vascularidad de la pulpa afectada permitiendo el reclutamiento de células
inmunitarias (Farges et al., 2015). La pulpa dental está ricamente inervada y cuando es estimulada
expresa potentes neuropéptidos como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, la
sustancia P y el neuropéptido Y (Byers y Narhi, 1999) que estimulan el brote de terminaciones
nerviosas en el lugar de la lesión y la reparación (Byers, Suzuki y Maeda, 2003; Rajan y otros,
2014). El espacio intersticial se expande y se vuelve rico en citoquinas, leucotrienos, proteasas y
factores del complemento. Se cree que el sistema del complemento se activa por primera vez en
las células de fibroblastos de la pulpa a través de las vías clásica, alternativa y de la lectina para
promover la inmunidad adaptativa principalmente mediante los fragmentos de anafilatoxinas C3a
y C5a (Ehrengruber, Geiser y Deranleau, 1994; Hartmann et al., 1997; Nataf, Davoust, Ames y
Barnum, 1999). Estos fragmentos inician cambios vasculares y celulares. A medida que el proceso
inflamatorio avanza, los macrófagos, las CD y las células NK desencadenan la activación de la
inmunidad adaptativa, compuesta por células T y B que se dirigen específicamente al patógeno
invasor (Farges et al., 2015).. La persistencia de los estímulos nocivos da lugar a que el sistema
inmunitario se active por completo y provoque un daño importante tanto al huésped como al
patógeno. La inflamación de bajo grado de la pulpa dental tiene un papel importante en la
estimulación de la reparación. La autofagia se activa para proteger las células del daño. La
diferenciación de los odontoblastos se regula mediante la supresión de la vía de señalización
NF(factor nuclear)-kappaB (Couve et al., 2013; Pei et al., 2016; Zhang & Chen, 2018). Sin embargo,
como la pulpa dental se encuentra en un espacio cerrado, la inflamación incontrolada puede
contribuir a la necrosis de la pulpa dental (Cooper, Holder, & Smith, 2014; Goldberg, Njeh, &
Uzunoglu, 2015). Por lo tanto, la producción de reguladores inmunitarios es fundamental para
lograr un equilibrio entre la señalización inmunitaria o la inhibición de la reparación y la
regeneración (dentinogénesis terciaria). Los reguladores inflamatorios como la IL-10, IL-4, IL-13,
iTreg y adrenomedullina (ADM) son críticos ya que ayudan a regular y controlar la respuesta
inmune excesiva dentro del tejido de la pulpa dental, limitando el daño al huésped. La rica
inervación también coordina la nocicepción protectora y regula la inflamación y la función de los
odontoblastos (Smith et al., 2016). Cuando los odontoblastos están sometidos a un estrés
Los genes SPARCL1 y SCPP-Pro-Gln-rich 1 (SCPPQ1) regulan la expresión de DSPP que estimula la
producción de matriz dentinaria en las células de los odontoblastos y de matriz ósea en los
osteoblastos y osteocitos (Kawasaki, 2011). En el complejo pulpar de la dentina, la DSPP es
secretada por los odontoblastos durante la fase secretora activa (Simon et al., 2009). La DMP-1 es
una proteína de la matriz extracelular altamente fosforilada, de la familia SIBLINGs que tiene un
papel en la mineralización de la dentina y en la regulación de la diferenciación de los
odontoblastos (Martini et al., 2013). Los investigadores han identificado la DMP-1 como un
marcador fenotípico de la diferenciación de los odontoblastos (Butler, 1995; Unterbrink,
O'Sullivan, Chen y MacDougall, 2002) y de la madurez (Simon et al., 2009). Por lo tanto, tanto
DMP-1 (Goldberg et al., 2011; Narayanan, Gajjeraman, Ramachandran, Hao, & George, 2006;
Los odontoblastos también son capaces de responder a estímulos ambientales como los térmicos,
mecánicos y químicos, ya que expresan la familia de receptores transitorios (TRP) (da Rosa et al.,
2018). Las bajas temperaturas en la superficie de la dentina son detectadas por la expresión de
TRPM8 (TRP subfamilia de melastatina 8) y TRPA1 (TRP subfamilia de anquirina 1) (Tsumura et al.,
2013). TRPA1 también se activa en entornos alcalinos (Kimura et al., 2016), mientras que TRPV1
(canal de cationes TRP subfamilia V1), TRPV2 y TRPV4 se activan para mediar en la dentinogénesis
reactiva (Tsumura et al., 2013).