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(2 Corintios 4:7)
(2 Corintios 4:7):
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no de nosotros…
Era exactamente de estos tipos de vasos de barro que hablaba el apóstol pablo
cuando dijo que “Nosotros tenemos este tesoro en vasos de barro”. Y para los
que no lo han captado todavía, usted, querido hermano, no es el tesoro, usted
es el barro.
En este pasaje de la escritura hay un contraste sorprendente, un asombroso
contraste entre la gloria resplandeciente de Dios en el rostro de Jesucristo, el
cual es el tesoro que fue puesto en nuestros cuerpos los cuales son los
contenedores débiles, imperfectos, frágiles e inatractivos por los cuales este
glorioso evangelio es llevado y entregado al mundo. Todos los que estamos
aquí somos barro. Los pastores, barro; los predicadores, barro, los ministros,
barro; los diáconos, barro; los secretarios, barro; los músicos, barro; los
cantores, barro; los ujieres, barro; y por si acaso se me olvida alguien, todos
somos barro. No importa si tu eres ujier o el presidente de la iglesia, todos
somos barro, imperfecto, barro débil, barro ordinario, barro inservible,
reemplazable y común y si usted vino hoy para darle un empuje a su autoestima,
vino al culto equivocado, porque a Dios le ha placido usar vasos de barro.
A los fariseos les dijo: Los sanos no tienen necesidad de medico sino los
enfermos, no he venido para llamar a justos sino a pecadores al
arrepentimiento; en otra ocasión, dijo el Señor: Te alabo padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los
entendidos y las revelaste a los niños.
Y para esos que están aquí en esta hora, que se creen que son la última playa
en Cancún, déjame decirte algo, te tengo noticias, amado hermano, las doce
puertas en la nueva Jerusalén, llevan escritos los nombres de doce hombres
llamados: hombres sin letras y del vulgo. Te haría mucho bien si te humillas
bajo la poderosa mano del Señor. Dios no anda buscando altivos, Él mira de
lejos al altivo, pero Dios anda buscando personas que reconocen: “Yo soy
vaso de barro”. No merezco ninguna de tus misericordias, no merezco que me
salves, no merezco que me uses, soy un vaso de barro.
Pablo quizás el mejor cristiano que el mundo haya podido ver, pablo, el cual
escribió mas de la mitad del nuevo testamento, fue ganado por el mismo Señor
Jesucristo en una entrevista personal, fue el apóstol a los gentiles, no un apóstol,
Él apóstol, el cual plantó alrededor de veinte iglesias y fue azotado cinco veces
por los judíos a causa de este Cristo y hasta apedreado y dejado como muerto,
y aun con todo y esto, pablo reconoce: “Yo soy un vaso de barro”.
Pablo estaba plenamente convencido de que él no era el mensaje, sino que era
el mensajero.
Y Hay predicadores que se creen que son el mensaje, pero no se trata de ti,
pastor; no se trata de ti, líder; no se trata de ti, líder de alabanza o de jóvenes
o de damas, es que no se trata de ti, se trata del tesoro dentro del vaso de barro.
Abre tu boca y predica, pon manos sobre los enfermos y sanaran, entra a una
casa y agarra la silla de ruedas y di: Aquí van a haber milagros, señales y
maravillas. Yo simplemente soy un vaso de barro.
Pablo hizo una auto evaluación de sí mismo, ahora, ¿Cuál fue la auto
evaluación de este tal pablo?
En (1 Timoteo 1:15) él dice: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos, que
Cristo Jesus vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy
el primero.
En (Efesios 3:8) dijo: A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los
santos (ya no solo dice: soy menor que los apóstoles, ahora dice: soy menor
que el más pequeño de todos los santos) me fue dada esta gracia de anunciar
entre los gentiles, el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.
Oh, amado hermano, ojalá que ese mismo espíritu sature al pueblo de Dios
en estos últimos tiempos: yo soy vaso de barro.
Hubo un documento que apareció a mediados del segundo siglo, el cual afirma
cómo se veía pablo corporalmente. El libro se llama: los hechos de pablo y tecla.
Según la historia, este libro fue leído ampliamente en la iglesia primitiva con
las demás cartas del nuevo testamento, y según la historia de este libro, pablo
se acerca a la ciudad de Iconio y tito le dijo a Onesiforo, que aparentemente no
conocía a pablo personalmente, le dijo cómo era pablo, y entonces tito le dio
una descripción de la apariencia de pablo para que supiera a quién debía buscar.
Debía buscar a un hombre que fuera pequeño de estatura, calvo, de piernas
arqueadas, bien formado con la grasa del señor, cejijunto, de nariz bastante
larga, pero lo que me encanta de toda esta descripción es cómo lo termina tito,
dice: “Y lleno de gracia”.
En otras palabras, pablo no hubiera salido en la lista de los hombres más guapos
del mundo.
Estos falsos maestros que estaban sembrando división entre la iglesia, habían
llegado a la conclusión de que pablo tenía una apariencia repugnante, no era
nada digno de mirar. Y estos falsos maestros decían: la razón por la que pablo
es rechazado, la razón por la que pablo no es más popular y el evangelio no se
escucha más atractivo es porque él es un hombre común y corriente, poco
impresionante y quizás un poco deforme. Carece de personalidad, carece de
estatura, el encanto y cualquier otra cosa que se necesite para influir en gente.
Hay algunas pistas bíblicas que también darían certeza a que el aspecto físico
de pablo tal vez no era el mejor.
Que precioso es esto, lo mas probable era que él estuviera hablando de cómo él
llegó a Derbe después de haber sido apedreado, dejado como muerto. Para este
tiempo pablo tenia mas de sesenta años, me imagino que su cuerpo, hinchado,
adolorido, cicatrizado, e irreconocible, pero pablo les dice aquí: gracias por no
haberme desechado por la prueba que tenia en mi cuerpo, cuando llegué a derbe
irreconocible y nadie más me quería, quizá me llamaban monstruo,
simplemente un vaso de barro caminando, pero ustedes me recibieron como a
un ángel del cielo y como a Cristo Jesus, gracias por tratarme con respeto,
recibirme con honra, me dieron el trato que le habrían dado a un ángel, aunque
tenia esta grave prueba en mi cuerpo.
Pero no solo era su apariencia física, sino que también lo difamaban porque él
no era un predicador como ellos, menospreciaron su capacidad oratoria, su
capacidad para hablar y pablo admite esto en (1 Corintios 2:3) él dice: Estuve
con ustedes en debilidad y en temor y en mucho temblor. ¿y de qué hablaba
él? Bueno, en el verso uno dice: No vine con excelencia de palabras o de
sabiduría… (no sabia como hablar como los corintos, no tenia la habilidad
oratoria que disfrutaban los otros predicadores; y que consuelo saber que pablo
estaba un poco nervioso, con temblor, antes de levantarse para hablar, tenía
temblor, porque él era consciente de sus defectos. Y he venido para decirle a
alguien en esta hora: nunca desprecies los nervios antes de ponerte detrás de
este sagrado pulpito, nunca desprecies el que todavía tiemblas cuando
agarras el micrófono, porque lo que estas hablando no es cualquier palabra,
lo que estas hablando es la palabra de Dios.
Ruégale a Dios que nunca se te quite ese sentimiento de nervios, nunca
confíes demasiado en tus propias habilidades, el temblor te mantiene humilde,
juicioso, obediente y dispuesto a aprender más; nunca desprecies el temblor.