Está en la página 1de 1

Escritos surgidos a partir de sensaciones experimentadas en un taller sobre el cuerpo ritual

(1999):

El mar en la noche: oscuro, misterioso, sobrecogedor. El agua densa, oscura, en un movimiento


ondulante y lento. De pronto borbotones espesos surgen en la superficie iluminada por la luna,
nubarrones negros se interponen en el horizonte.
Hay vida oculta en la profundidad de las aguas negras, seres amorfos que circulan lentamente
cambiando de forma con el movimiento.
Es un caldo de cultivo, tibio, donde surge la energía vital. Una cuna blanda.

-----------------------------------------------------------

La sangre clama, las vísceras se retuercen por el esfuerzo de gritar, gritar gritos sordos que nadie
escucha, gritos sordos hechos para oídos sordos.
¿Qué volumen damos a nuestros gritos? ¿gritamos para que nos escuchen o gritamos solamente
sabiendo que no nos oyen?
El grito va subiendo desde las entrañas, duele, entonces la garganta se cierra, el grito se ahoga y
se sonríe suavemente.
El grito muerde al corazón que se estruja, muerde al sexo que se contrae, muerde a los pulmones
que se quedan sin aire…
Y se aguanta la respiración, se camina lentamente hasta que la sangre se aquiete y la adrenalina
que corre en ella se disipe.
Ya está, reina la calma otra vez.

También podría gustarte