Está en la página 1de 1

Juan José Millás, Domingo 01 de Enero de 2017

RESULTA estremecedor que en un país donde cientos de personas esperan a ser


ejecutadas en el corredor de la muerte, se indulte anualmente a un pavo en los jardines
de la Casa Blanca, con luz y taquígrafos. El pavo de este año, de nombre Tot, no llegó a
enterarse de que había sido condenado a la guillotina ni de que luego había sido
perdonado. Pero ahí tienen a esos señores de traje y corbata cumpliendo con el rito
anual que ocupará un breve espacio en las páginas de Pasatiempos de la prensa. Estas
imágenes dan muy poco de sí, excepto si uno las aprovecha para extrañarse no tanto del
animal como de quienes lo rodean.

El pájaro es un pájaro, ya lo sabemos. Posee una cabeza extraña, con carnosidades rojas
que se prolongan en el cuello, en forma de moco, y un cuerpo que en nada se parece al
nuestro. Tiene alas y patas y plumas y unas uñas capaces de sacarte un ojo de la cara, de
dónde si no. Además, es ovíparo y procede de los antiguos dinosaurios, mientras que
nosotros somos mamíferos y venimos de una rata. No tenemos nada que ver, de
acuerdo, pero a mí me llaman más la atención las cabezas de los hombres, sus manos,
sus sonrisas, sus gestos de diversión frente al animal alborotado. A veces, mi perro y yo
nos colocamos frente al espejo, como para comprobar cuál de los dos es el más raro, y
siempre gano yo, sea desnudo o en pijama. Aunque, para raro raro, el tipo que me
observa desde el azogue, por lo general con expresión de indultarme también, igual que
los americanos indultan a uno de los 46 millones de pavos que meten en el horno el Día
de Acción de Gracias.

Tema:
La importancia de la vida humana ante la del animal.
 
Resumen:
El ser humano vive en una sociedad en la que se le infravalora la importancia que
merece. La pena de muerte es legal en los humanos, pero a un pavo o animal se le
perdona la vida por un día festivo.

También podría gustarte