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Voces Del Corazon
Voces Del Corazon
2
Sonia M. Snyder
Poemas
3
Primera edición, 2018
Derechos reservados © Sonia Marilú Torres Pulido
Registro de colección de obra no. 03-2002-08071707070100-14
Edición y revisión: Jorge Villalobos/envés
Portada: Rebecca Kaylock
Prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de esta
obra por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, en cualquier forma, sin
permiso previo por escrito del titular de los derechos.
4
Dedico esta obra a la memoria de mis padres,
Jesús Torres López de Lara y Bárbara Pulido de Torres,
cuyo valioso ejemplo, amor y estímulo para introyectar
valores morales y anhelos de obtener altas metas
en mi vida inspiraron mis mayores logros.
5
6
Introducción
7
8
Se fue
A mi madre
Se fue…
mis manos locas
se extienden en el aire…
y su figura amorosa
se me va…
Su maternal amor
se impregna en el ambiente.
Y su presencia,
hermosa… eterna… para siempre…
aparece… se acerca…
se esfuma… y permanece…
—se me va—.
Durante el día
su presencia es constante
y en mis sueños…
¡me acompaña siempre!
9
No hace falta
Contemplo tu cabello
tan rizado…
hermoso, sedoso,
perfumado.
No hace falta
expresarnos con palabras,
pues nuestros ojos
por siempre enamorados
dialogan con pasión,
dialogan con ternura,
mensaje directo
al corazón.
Caminamos,
unidas nuestras manos
y contemplamos
la vida transcurrir.
Tu voz es el eco
en mis oídos,
y tus palabras
la luz de mi razón.
10
¡No, no quiero!
¡No, no quiero
que te alejes!
No, ¡no quiero!
Si tú te vas,
¡Te juro que me muero!
Si tú te vas,
¡Yo pierdo la razón!
¿Cómo he de vivir
sin tu presencia?
¿Quién ha de consolar
mi corazón?
Si tú no estás
no existe ya
más nada.
Si tú no estás,
¡mi vida es
desolada!
Si tú no estás,
¡me arranco el corazón!
11
Noche eterna
Noche eterna,
de tristeza,
solo escucho
llorar mi corazón.
Los árboles
se mecen lentamente,
acompaña su ritmo
mi dolor.
Elevo la mirada,
miro al cielo
y busco
entre las nubes
la razón.
¡Quiero escuchar,
saber de tu existencia!
¡Quiero escuchar
saber que tu presencia,
allí donde tu estés,
conmigo esta!
12
No existe la distancia
ni el espacio
que logre amurallar
mi gran pasión.
No existe la distancia
ni el espacio
que pueda detener
mi corazón.
13
No es soberbia
No es soberbia
lo que hace
que te diga:
Que me quieres,
¡que es mío tu corazón!
No sufras,
no te esfuerces,
¡yo adivino!
¡Es inútil
callar tu corazón!
Sin voces,
sin murmullos,
sin palabras,
yo lo sé,
porque mi amor es tuyo,
¡y así lo sé…
por cuanto te amo yo!
14
Ven
Abrázame,
envuélveme en tus brazos,
abrázame, ¡y pierde la razón!
Sólo quiero
tu mano en mi cintura,
sólo quiero
fundirme en tu calor.
Sólo quiero
beberme en una copa
rebosante de amor
tu corazón.
Yo sé bien
que tú eres todo mío,
Sabes bien
que yo sólo tuya soy.
Ven… acércate,
¡quiéreme, Ángel mío!
Y volemos
en alas del amor.
15
He pensado
Muchas veces
he pensado:
“¿Qué hago aquí?”
Esperando escuchar
una respuesta
que atravesando
el infinito espacio
descienda sutilmente
y me lo diga.
A veces la respuesta
proviene de mí misma,
es la fuerza
que empuja mi actuación.
Entonces,
no hay preguntas,
y es muy claro,
todos mis días
los vivo con pasión.
16
El reloj
Yo presiento…
Son voces en el tiempo
infinito, profundo, soñador.
Mi madre es así:
infinita, profunda,
soñadora.
Y se combinan
el tiempo aquí y ahora.
Se fusionan
sin principio, ni fin.
17
Y el eco
que retumba,
me lleva misterioso
a otra dimensión.
Y en ese viaje
me encuentro con mi madre,
y en su regazo
me acoge con amor.
18
Hubo tiempo
Hubo tiempo
en que mi padre dijo
—cuando su voz
temblaba de emoción—:
¡Cómo te quiero,
pequeña de mi vida!
¡Cuánto te quiero,
mi dulce corazón.
Estudia siempre,
mi niña consentida,
sé siempre obediente,
¡trabaja con tesón!
Ve siempre recta,
protege a tus hermanos,
¡vivan unidos siempre,
como lo anhelo yo!
Y tu grandioso ejemplo
ha dado muchos frutos,
amado Padre mío,
¡pues tú tenías razón!
19
Mi poesía
Emociones de amor,
de tristezas y alegrías,
de añoranzas, de miedos,
de dolor.
Angustias, ausencias,
felicidad, ¡y más!
¡Cómo brota
en fiebre del corazón!
En este corazón
se encuentra Dios,
en este corazón
te encuentras tú.
20
El amor tan sublime
de mis hijas,
cuales luces,
¡que llenan mi cielo
de esplendor!
Todo ello
hace vibrar mi corazón
que me empuja,
que me exige
que escriba su canción.
21
Ya no soy
No me pidas
que te quiera,
que regrese.
Tu palabra
no puede convencerme,
tu mirada
no ablanda mi razón.
Pero mi amor
se diluyó
en la espera.
Una agónica
espera que mataba.
Anhelando mirarte… ¡suspiraba!
Mas, ya no queda nada,
nada queda
de aquel amor que fue.
22
Traición
23
Desilusión
Me aferré,
desquiciada, a tu querer,
sin preguntarme apenas
si en ti podía confiar,
¡sin importarme nada!
Ilusa, obcecada,
obsesionada… ¡loca!
Caro tuve el capricho
que pagar.
Resultaste no ser
Príncipe Azul,
Apenas fuiste
como un grotesco sapo,
aquel que nunca
se pudo transformar.
Ahora vuelan
las ilusiones rotas.
Ahora sufro,
ingenua, mi candor.
25
Insomnio
No he podido dormir,
noche de insomnio
en que mi mente
volando de recuerdos,
divaga con tu imagen,
que da vueltas,
girando cual fantasma
en esta habitación.
Noche de insomnio,
tu presencia —en ausencia—
me desvela y se angustia
mi sensible corazón.
Es tan dulce
el calor de tu presencia
que la añora ferviente
el corazón.
Me toca,
se posa ante mi mesa,
¡qué dulce sensación!
Se aleja… regresa…
26
Y regocija de amor
mi corazón.
¿Cómo privar a mi ser
de tu sustancia?
27
Buenas noches
A Nidia
28
Hoy
29
Que sientes
que ese peso de tu cruz
supera ya tu débil fortaleza,
y que por más que buscas
una luz,
tu vida se extingue
en la tristeza.
¿Es esto lo que
quieres decir?
¿Es esto acaso
lo que vas a expresar?
—Me dices “sí” con la cabeza—
Ahora, que podemos conversar.
30
El origen de la vida
La mente humana
y la filosofía:
¡Sí!, filos es amor,
sophia, es sabiduría.
Entonces esta frase
expresa el esplendor
del aliento
que empuja a explicación
desarrollo y total conocimiento
de la vida
a nivel universal.
A principio del tiempo
—siglo griego—,
allá cuando la etapa
geocentrista,
el Ser Humano preguntó:
“El arjé de la fysis,
¡oh!, ¿cuál es?”
Y Tales de Mileto pregonó:
“Es el agua
el vital elemento
que originó la vida
en toda cosa”.
31
Mas Heráclito
no lo acreditó,
defendió a todas voces:
“¡Es el fuego!”
Anaxímenes, Parménides,
Demócrito,
todos dieron
muy sabia explicación.
Mas Empédocles
dijo muy sincero:
“¡No hay discusión!
La vida universal
se originó en el agua,
en el aire,
tierra y fuego,
¡y no hay más!”
32
¡Quiero llorar!
33
Manantial
Sentimientos profundos
que pugnaban por brotar
y expresarse en oración.
34
Adiós
¿Cómo es posible?
—gritaba el corazón—
¿Cómo es posible eso?
—destrozas tú misma
la ilusión—
Mas mi mente
afirmaba la sentencia
de matar a mi propio corazón.
Y así, me alejé.
Me retiré por siempre,
enterrando, discreta,
mi pasión.
35
El poema 22
36
Quisiera
Quisiera dormir…
Cerrar mis ojos,
¡y viajar
por el mundo de Morfeo!
Bogar en altamar,
vivir en ese sueño,
dejando en un lugar
la decepción.
37
Así
38
Distancia
39
¿Cómo fue?
40
Mi vecino
41
Etapas
42
Mi Príncipe Azul
Y a mí, en la distancia,
me entregarán dolientes,
uno por uno,
trozos del corazón.
43
Máscaras
Y aquí vivimos
y convivimos
con tanta gente
que en lo profundo,
no es como es.
Y afuera existen
miles de gentes
que representan
lo que no es.
44
No pude
No pude retenerte,
¡No, no pude!
Y te dejé volar
sin detenerte.
Dejé que encontraras
por ti mismo, la verdad,
para que no sufrieras.
Ahora sé,
que caíste en un abismo,
¡y no pude evitarte ese dolor!
Perdóname, dejé que te murieras,
que te ahogaras
en mares de dolor.
Sé que aprendes tu lección.
Amado mío,
¡qué triste es tu canción!
Porque tu mente obcecada y loca
te llevó a equivocarte de camino,
necedad que te obligó a callar
y a volverte un esclavo del destino.
45
Percepción-acción
46
Una famosa frase reza:
“Tu derecho termina exactamente
donde empieza el de alguien más”.
Y entonces, justamente,
te invita a analizar,
a mirar lo correcto de tu decisión,
a cuidarse entre sí
la humanidad.
A buscar into sí, en lo más profundo,
¡esa voz en que intuyes la verdad!
47
Vals
48
Infancia
49
Soledad
50
Bendito es el amor
¡Bendito es el amor!
Bendito sea
todo aquel
que lo llegue a disfrutar.
Todo aquel
que conozca sus desvelos,
todo aquel
que lo pueda conservar.
Una genial
obra de arte,
¡un gran tesoro
para la humanidad!
51
La vida pasa
Angustia de mirar
cómo la vida pasa,
y cómo, yo presiento
que ahora aquí me quedo,
me quedo en soledad.
La tristeza me acompaña
y tengo miedo,
me asomo a la ventana
—que se empaña—
Veo la noche,
fúnebre, espantosa…
Afuera los segundos
van pasando, quedo.
52
¿Vida después de la tumba?
Miramos tu sepulcro.
¿Nos escuchas llorar?
Un misterio es la muerte,
y un misterio también,
la vida más allá.
53
Si estamos en el mundo
envueltos en la duda,
¿nos observas dudar?
Si estamos en el mundo,
¿y estás a nuestro lado?
¿Quizás algo importante
nos quieres murmurar?
Noviembre 2003
54
Volveré
Volveré,
cuando tus lentos pasos,
reuniendo su energía,
te lleven junto a mí
Cuando el ocaso
de tu vida llegue,
entonces, amor mío,
¡volveré!
55
Y desde hoy,
hasta ese entonces, cada día
al ocultarse el sol,
tú pensarás en mí.
Y cuando yo me vaya,
cada día,
cuando amanezca el sol,
despertarás en mí.
Me iré.
Y al cabo de los años, volveré.
Ese es mi plan, bien mío.
¡Volveré!
56
Llora el viento
El viento llora
detrás de mi ventana,
—ulula sin cesar—.
Es una noche triste,
de desvelo.
También me hace llorar.
Es eterno mi penar,
igual que el viento.
Escucho los murmullos,
los sollozos
que en jirones de viento
azotan el cristal.
Se escuchan en mi ventana
las quejas y la pena
de las almas heridas
que lleva el vendaval.
57
Transformación
58
Hoy, que mi corazón
se ha conmovido,
comprendo en verdad:
corto es el tiempo
y la vida es poca,
para dar alegría
y disfrutar la paz.
Que el trayecto es breve,
para cambiar los defectos
en virtudes,
para forjar el alma
como el hierro,
para que no sucumba
ante la adversidad.
Para crecer y vivir
y compartir espacios
de igual a igual
con esta humanidad.
59
Eterna primavera
Rayos de sol,
que tibios
atraviesan mi ventana
hoy, anunciando
de nuevo primavera.
Los vientos
intranquilos de la tarde,
mecen las ramas
de majestuosos pinos,
cantando alegres,
gozosos de volver.
60
Capullos que se abren
perfumando el jardín,
y nuevas esperanzas
en todo corazón.
¡Bendición es la vida!
¡Bendición el amor!
¡Eterna primavera,
qué bella es tu estación!
61
Soneto
62
Comunión
Tu presencia
constante me acompaña,
aunque tu vida
no se llame mía.
Lejos de ti,
las ilusiones rotas,
quebradas
por tu mente que delira
63
Amor
Es recordar en la presencia
y en la ausencia.
Escuchar en la voz que acaricia
tus oídos
el canto celestial de la creación.
64
Amor, es el regalo de los dioses.
Es encontrar en los ojos que te miran
el sonido inaudible,
la presencia invisible de ese Ser
que transmite al contacto
en la mirada,
el mensaje que guarda el corazón.
65
Mi canción
66
La perseverancia
Silenciosa,
contra vientos
¡y contra tempestades!
67
Tiempo
68
Oración
Yo reconozco ahora
toda la gran fortuna
que en esta vida mía
se me otorgó por Ti.
69
Agradezco que siempre
tu presencia
construyó mi trabajo
inspirándome así.
Conmigo siempre fueron
aquellos que lejanos
compartieron la vida
alabándote a Ti.
Elevo mi oración,
aceptando la Gracia
de este año que empieza
esperando de Ti.
70
Que el amor que me dan
todos mis semejantes
aprecie cada día,
valorándote a Ti.
¡Gracias, Señor!
Por la oportunidad
de cedernos la vida
con este año más.
¡Gracias, Señor!
Por la oportunidad
de aplicar nuestro esfuerzo
¡Sin decaer jamás!
Y, ¡gracias, Señor!,
porque al nuevo milenio
en todas las acciones
con nosotros estás.
Enero 2000
71
Inspiración
Mi pluma
calládose había,
pero mi corazón
seguía cantando.
Porque al pasar los días
no podía,
¡guardar consigo regocijo tanto!
Y me impulsó la mano
con un febril anhelo
para expresar, gozosa, lo que siento:
dicha por tu alegría,
regocijo de amor,
¡cantos del alma mía!
¡Inspiración de amor!
72
Solitario
73
Sin ti
Ausencia de tu voz,
de tu presencia.
Negro vacío
es el vivir sin ti.
Distancia material
unión espiritual,
es la verdad que existe
si estoy lejos de ti.
74
Querido Diario
Querido amigo,
sólo en tus paginas
he logrado expresar
mi sentimiento.
Mudo testigo,
tú, que estás conmigo,
animando a decirte
lo que siento.
Cuánto te aprecio,
comprensivo amigo,
¡cada vez que comprendes
mis pesares!
75
Noche misteriosa
76
En todas partes
77
Amor materno
Madre, tu presencia
sublime, me acompaña.
Es sutil, como caricia
infinita que no daña.
Está conmigo
en el albor del día,
y en el ocaso
cuando se oculta el sol.
En mis tristezas,
tu recuerdo me
sostuvo siempre,
y en mi alegría,
tu amor me alimentó.
Hoy, tu risa
es un eco en mi existir
llegando a mi memoria
en lontananza.
Bendigo tu existencia,
¡Madre mía!
¡Bendigo mi existir!
Y aquellos cantos
de tu dulce voz.
Tus miradas,
ternuras comprensivas,
que sin palabras
¡me dijeron tanto!
Guardo el calor amoroso
de tu pecho
78
que en su momento
cobijó mis penas.
Me acompañas por siempre,
¡Madre mía!,
compartiendo mis triunfos
y quebrantos.
Si en la tierra algo es divino,
es el amor materno,
si los ojos cegados, no lo ven,
si algunos labios ingratos
no lo hablan,
por cada labio que calla
¡yo lo aclamo!,
y por cada pupila
que se cierra
¡yo lo veo!
Chihuahua, Chih.
Mayo 10, 2000
79
El amor
(Sátira)
Misterio es el amor,
el amor es misterio
¿Se convierte en dolor?
¿Nace de un hemisferio?
Transforma la existencia,
te hace vivir mejor,
mas su presencia es necia,
pues necio es el amor.
80
Al viento
La sombra de la noche
nos envuelve,
se oye el canto de los grillos
—estridente—.
Mi corazón temblando
entre mis dientes,
mi llanto destilando
cruel dolor.
¡Oh, cuán mísera
y vana es esta noche!
¡Qué perverso y fangoso
muere el tiempo!
¡Qué vacías
se quedan nuestras manos!
Qué sutil separación
de cuerpos
que se dispersan
como si fueran brisa.
La sombra de la noche
nos envuelve,
mientras se aleja el viento…
81
En el minuto exacto
Dolores presentes
que sufrir,
añoranzas pasadas
suspendidas…
Hundiéndose en ausencia
de vida terrenal,
fenecerán…
cuando llegues, ¡oh, Muerte!
82
Sin pensamiento
El entendimiento
espiritual es tan profundo,
que nuestras almas
vibran el mismo sentimiento.
Y al mirarnos tú y yo
en este espacio,
sin palabras
unimos el presentimiento.
Mas esfumándose
forma y pensamiento,
nuestras almas
se integran desde el centro.
No existe
explicación real,
no importan
forma ni pensamiento,
sólo importa
la vida inmaterial,
que nos une
de esta manera ideal.
83
La primavera
El tiempo cabalga
en galope sin fin.
Vira el viento,
vibra el sol,
cubriendo los campos
de calidez y vida.
Tan suave y ligero
cual velero
que se hace a la mar.
Libre de naufragios,
en ciclos
que se trenzan
hasta la eternidad.
Brota la primavera,
¡en belleza sin par!
Arco-iris de flores,
nubes de mariposas,
hojas verdes,
¡primorosas!
En ese viaje eterno
que gira sin cesar:
84
Diplomado en Docencia
85
¡México, patria mía!
86
A su muerte
(Alfonso Torres Pulido)
Su cuerpo
se encontraba inmóvil,
y su pensar,
lo más probable,
inerte.
Expresaba
por todos los poros
de su piel,
la paz.
Era diáfana
su faz
y su expresión
risueña.
De su alma emanaba
la armonía,
la gracia
y la belleza
de quien
no sufrirá más.
87
Cuando existió
en la vida,
fue mi hermano,
cuando partió
de ella,
espiritualmente
me tendió
la mano.
Y en contacto sutil
percibí claro:
La plenitud de su presencia
es más cercana,
mas hermosa,
conforme
los minutos
van marcando
la desintegración
de la materia.
¡Es mi hermano!
88
El paso de las estaciones
Al llegar la primavera
sus ramas cubren de rosa,
¡espectáculo tan breve
que a la mirada fascina!
89
a la vista, sin doblez.
Pasa muy sereno el viento,
esparciendo suavemente
las hojas por el jardín.
generosos su esplendor,
—un regalo a nuestra vista—.
Voz de la naturaleza,
¡expresiones del Creador!
90
Cada día
91
Mi traje de tristeza
92
Vicios
¡Pobre de la humanidad!
De la mano con los vicios,
arrastrando la inocencia,
deslumbrada de placer.
93
Ensueños
Mis sentidos
de mañana,
se encuentran
adormecidos,
esperando
muy serena,
el ritual aletargado
para volver
a vivir.
Al amanecer
el día,
vengo envuelta
entre mil sombras.
Entre aquel
perpetuo olvido,
de mi risa
o de mi llanto.
Déjame sacar
el frío,
vengo envuelta
en soledad,
Déjame grabarme
el día,
para no
ausentarme más.
94
Tras mi ventana
Un llanto atraviesa
mi ventana,
me asomo…
Veo el cielo azul.
Sombras
tras del ventanal,
que pasan,
y un eco de llanto
que se va.
Pretendo alcanzarlo,
le quiero consolar,
saber…
Qué le acongoja,
¿Qué le hace sollozar?
Los vientos
de la tarde
cruzan
tras mi ventana.
Persiguen
aquel llanto
quizá…
¿Lo alcanzarán?
95
Ausencia
(Soneto)
96
Para Nidia
Quiero conservarte
junto a mí,
pero al mismo tiempo
quiero admirar
tu alto vuelo,
y tu libertad…
¡Tienes un espíritu
y una entereza toda tuya!
En tus logros,
tu determinación
para hacerlos realidad.
97
Tu mundo resplandece
novedoso
y estalla en posibilidades.
…Es tan fácil recordar
tus primeros pasos,
y cómo te tendí la mano
para que de ella te aferraras
y te sintieras segura al caminar.
Tu madre.
98
Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Se fue . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
No hace falta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
¡No, no quiero! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Noche eterna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
No es soberbia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Ven . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
He pensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
El reloj . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Hubo tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Mi poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Ya no soy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Traición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Desilusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Perdona que me ría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Insomnio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Buenas noches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
El origen de la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
¡Quiero llorar! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
99
Manantial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Adiós . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
El poema 22 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Quisiera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Así . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Distancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
¿Cómo fue? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Mi vecino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Etapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Mi Príncipe Azul . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Máscaras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
No pude . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Percepción-acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Vals . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Bendito es el amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
La vida pasa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
¿Vida después de la tumba? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Volveré . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Llora el viento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Transformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Eterna primavera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Soneto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Comunión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Mi canción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
La perseverancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
100
Tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Oración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Inspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Solitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Sin ti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Querido Diario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Noche misteriosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
En todas partes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Amor materno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
El amor (sátira) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Al viento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
En el minuto exacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Sin pensamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
La primavera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Diplomado en Docencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
¡México, patria mía! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
A su muerte (Alfonso Torres P.) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
El paso de las estaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Cada día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Mi traje de tristeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Vicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Ensueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Tras mi ventana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Ausencia (soneto) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Para Nidia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
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Esta primera edición de
Voces del corazón
se terminó de imprimir en septiembre del 2018
en Chihuahua, Chih., México.
Diseño editorial:
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