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Fundamento de la solicitud (máx.

10000 caracteres)

Al momento de la realización de esta presentación ya se cumplieron más de cuatro años


desde mi promoción a la categoría de investigador adjunto del CONICET, que se
efectivizó el 01/11/2018 (entre el 01/03/2014 y el 31/10/2018 me desempeñé como
investigador asistente). Asimismo, desde mi promoción a la categoría de investigador
adjunto cuento con dos informes bianuales aprobados (años 2020 y 2022); vale la pena
subrayar que el dictamen de la comisión asesora subrayó, respecto de la presentación de
2020, que el informe era aceptable en todos sus aspectos para la categoría de
investigador adjunto, mientras que en 2022 el informe fue calificado como aceptable sin
comentarios en virtud de la situación social producida por la pandemia de COVID-19.
De esta manera, cumplo con el requisito de cuatro años de permanencia mínima en la
categoría de investigador adjunto, así como con el requisito de tener los informes de los
últimos dos períodos calificados como aceptables.

Considero que el estado actual de mi trabajo, especialmente los resultados de


mis tareas de investigación, incluyen logros suficientes como para promocionar a la
categoría de investigador independiente del CONICET. En particular, mis trabajos de
investigación, publicados en revistas nacionales e internacionales y en libros de
editoriales académicas, incluyen un número importante de textos originales y
conforman un corpus coherente en torno a una problemática particular en la filosofía
moral y política contemporánea: el problema de la obligación política, incluyendo la
discusión de diferentes cuestiones relacionados con la obediencia a la autoridad, y el
análisis de diferentes temas que forman parte de la teoría de la legítima defensa. Por
supuesto, esos diferentes trabajos están detallados en la presente la solicitud y en el CV
que acompaña esta presentación. Asimismo, en el próximo apartado voy a describir
algunos resultados particulares.

Trayectoria y logros alcanzados (máx. 10000 caracteres)

Mi trayectoria y los logros alcanzados durante mi periodo como investigador adjunto


están relacionados con la docencia universitaria, la dirección de una colección de libros
académicos y fundamentalmente con la investigación, siempre en temas relacionados
con temas de mi especialidad en filosofía moral y política.

Mi trabajo como docente universitario es anterior a mi incorporación a la carrera


de investigador del CONICET. Al mismo tiempo, desde que soy parte del CONICET
consolidé esa labor con el dictado de cursos de filosofía política de grado y posgrado
sobre temas ligados a mi ámbito específico de investigación, fundamentalmente el
problema de la obligación política, especialmente en la Universidad Nacional de
Quilmes, cuyo Departamento de Ciencias Sociales es asimismo mi lugar de trabajo del
CONICET. De esta forma, mi labor docente en la Universidad Nacional de Quilmes y
mi tarea de investigación en el CONICET están articulados de manera coherente e
integrada. En realidad, mi trabajo de docencia e investigación en filosofía moral y
política se benefició de los diferentes ámbitos en los que realizo esta labor; varios de
mis trabajos de investigación fueron discutidos con mis alumnos en clase, y mi tarea
docente también fue beneficiada por mi trabajo de investigación.
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Entre 2015 y 2022 me desempeñé como director de la colección “Política” de la
Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes. Durante ese lapso se publicaron la
Investigación sobre los principios de la moral de David Hume, con traducción, estudio
introductorio y notas de Marcelo Mendoza Hurtado (Bernal: Editorial de la Universidad
Nacional de Quilmes, 2015); la La constitución de los lacedemonios. Hierón y La
constitución de los atenienses, de Jenofonte y Pseudo Jenofonte, con traducción, estudio
introductorio y notas de Claudia Mársico, Rodrigo Illarraga y Pablo Marzocca (Bernal:
Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2017) y la compilación de María
Jimena Solé, ¿Qué es ilustración? El debate en Alemania a finales del siglo XVIII
(Bernal: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2018); finalmente,
actualmente está en producción la traducción de Killing in War, de Jeff McMahan, con
prólogo de Alejandro Chehtman.

Por último, desde hace más de una década me dedico a la investigación en el


ámbito de la filosofía moral y política a tiempo completo, temas sobre los que publiqué
un importante número de artículos en revistas nacionales e internacionales, así como un
libro en el que desarrollo una interpretación original de la teoría de la autoridad y la
obligación política de Hobbes. Desde que me desempeño como investigador adjunto del
CONICET, consolidé esta tarea, dedicando mi trabajo de investigación al análisis de la
teoría de la obligación política, incluyendo la discusión de diferentes problemas
relacionados con la obediencia a la autoridad, y a la discusión de diferentes cuestiones
relacionadas con la teoría de la legítima defensa. Si bien no vale la pena mencionar
todos los textos, sí creo importante destacar algunos resultados particulares.

Sobre el problema de la obligación política, desde que soy investigador adjunto


del CONICET, publiqué el artículo “Authority and Coercion in Locke” en History of
Philosophy Quarterly. En este texto muestro que Locke desarrolla una teoría sui generis
de la autoridad política que dice el ejercicio de la autoridad del Estado involucra la
imposición de deberes pero que esos deberes son inertes y, por tanto, que los ciudadanos
tienen razón para cumplir con esas obligaciones solo si son castigados si no lo hacen.
Sobre el mismo tema completé asimismo el libro El problema de la obligación política:
una introducción, el primero en su tipo en español, que actualmente está en prensa en la
Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes. En la primera parte de este texto
desarrollo las nociones de obligación política y autoridad, prestando especial atención a
la manera en que las directivas de una autoridad afectan el razonamiento práctico, y
describo y evalúo las paradojas de la autoridad. En la segunda parte –la parte central del
texto– presento y discuto la teoría del consentimiento, la teoría del juego limpio, el
utilitarismo, la teoría del consentimiento hipotético, la teoría de la gratitud, el deber de
apoyar instituciones justas y la teoría del servicio. El resultado de la tarea es que todas
las teorías analizadas tienen problemas serios, al punto tal de que ninguna permite
afirmar justificadamente que los ciudadanos tienen obligaciones políticas. Finalmente,
en la tercera parte del libro presento el anarquismo filosófico, es decir, la posición que
sostiene que el Estado no tiene autoridad de iure o legítima y, consiguientemente, que
los ciudadanos no tienen obligaciones políticas. Retomando el hilo de la argumentación
de la segunda parte, sostengo que el anarquismo filosófico a posteriori constituye la
posición correcta sobre el problema de la obligación política.
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En relación con la discusión de diferentes problemas relacionados con la
obediencia a la autoridad, desde que soy investigador adjunto del CONICET publiqué
dos artículos, “Mistaken Authority and Obligation” en Legal Theory y “Unjust
Combatants, Special Authority, and ‘Transferred Responsibility’” (en colaboración con
Rodrigo Sánchez Brígido) en Philosophical Studies. En el primer texto argumento,
contra la posición desarrollada por Massimo Renzo, que las órdenes autoritativas de
cometer actos groseramente injustos (como la orden matar a una persona inocente en el
sentido de que tiene un derecho a la vida) no generan deber alguno, ni siquiera deberes
pro tanto que son sistemáticamente derrotado por deberes de realizar acciones
contrarias a las ordenadas. En el segundo artículo analizo críticamente la posición
Yitzhak Benbaji, quien defiende la tesis de que, en circunstancias especiales,
particularmente cuando asumen voluntariamente la obligación de obedecer ciegamente
las órdenes de una autoridad militar, los combatientes son liberados de su deber de
deliberar acerca de los méritos de las órdenes que reciben, en tanto y en cuanto,
permisiblemente, ellos no tienen la capacidad mínima para tener responsabilidad moral.
Contra Benbaji, muestro que incluso si los acuerdos de obedecer ciegamente a una
autoridad fueran válidos, cosa que es altamente implausible, de ello no se sigue que las
personas que realizan esos acuerdos no sean moralmente responsables por sus actos. Por
esta razón, argumento que no es verdad, como dice Benbaji, que los combatientes tienen
el permiso de obedecer a sus superiores cuando ellos le ordenan cometer actos
groseramente injustos.

Finalmente, en relación con la teoría de la legítima defensa, desde que soy


investigador adjunto del CONICET publiqué “Locke on Conditional Threats” en
Southern Journal of Philosophy, en donde desarrollo una interpretación original de la
posición de Locke sobre la legítima defensa frente a agresores condicionales y presento
diferentes argumentos para defender esa posición. Contra la interpretación propuesta
por David Rodin, sostengo que el interés principal en juego cuando una persona es
víctima de un agresor condicional es fundamentalmente su libertad, no solo su
propiedad, de manera tal que un robo a mano armada realizado por un agresor
condicional es fundamentalmente análogo a un “secuestro exprés” en el que la víctima
puede pagar su rescate cumpliendo con la orden injusta del agresor. Sobre la base de
esta caracterización, argumento que matar a un agresor condicional involucra un acto
proporcionado pero innecesario, por lo que matar al agresor es impermisible.

Estado actual de sus investigaciones (máx. 10000 caracteres)

Como señalé más atrás, mi labor actual de investigación está centrada en el ámbito de la
filosofía moral y política, particularmente en el fundamento y los límites de la
obligación política, incluyendo aspectos generales relacionados con la obediencia a la
autoridad, y en aspectos poco estudiados de la teoría de la legítima defensa, incluyendo
el problema de la legítima defensa frente a agresores condicionales.

En relación a la obediencia a la autoridad, en la actualidad estoy trabajando


sobre dos problemas conexos: la discusión acerca de si las órdenes injustas de una
autoridad legítima crean –o no– obligaciones y la “paradoja del derecho justo”, que
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postula, de manera contraintuitiva, que las órdenes justas de una autoridad legítima no
crean obligaciones. Respecto de la primera cuestión, en la actualidad estoy completando
el artículo “Between Traditionalism and Revisionism: Estlund and Renzo on the
Obligation to Obey Orders to Fight in Unjust Wars” (en colaboración con Rodrigo
Sánchez Brígido), en el que discuto las teorías la obediencia la autoridad legítima en
contextos bélicos de David Estlund y Massimo Renzo. Estlund y Renzo argumentan
que, siempre que se den una serie de condiciones (v.g. que la autoridad sea democrática
o legítima y que las órdenes sean el resultado de un error honesto), los combatientes
tienen el deber de obedecer órdenes de pelear en guerras injustas, por lo que, en
definitiva, ellos tienen el deber de cometer actos groseramente injustos, tales como
matar a personas inocentes en el sentido de que mantienen intacto su derecho a la vida.
Por mi parte, argumento que las teorías de Estlund y Renzo tienen una serie de
problemas que las hacen implausibles, incluyendo que no proveen un criterio para
distinguir entre diferentes tipos de errores, que defienden una tesis sustantiva que es
irreconciliable con una posición objetivista acerca de los deberes morales, y que sus
argumentos no muestran que los combatientes tienen efectivamente el deber de
obedecer órdenes de pelear en guerras injustas sino, a lo sumo, que están excusados si
cumplen con esas órdenes.

Respecto de la segunda cuestión, actualmente estoy trabajando en el artículo “A


Solution to the Paradox of the Just Law”, en donde propongo una solución a la paradoja
del derecho justo desarrollada por Joseph Raz. Raz sostiene, bajo la asunción de que el
derecho hace una diferencia moral en el sentido de que las normas jurídicas no solo
crean obligaciones jurídicas sino también morales, que algunas normas jurídicas –v.g.,
las que prohíben actos que son mala in se– no crean obligaciones. La razón, argumenta
Raz, es que las personas no deberían obedecer estas normas, es decir, no deberían
cometer actos que son mala in se por la razón de que el derecho prohíbe cometer estos
actos, sino que no deberían cometer esos actos porque actuar de esa manera es
naturalmente inmoral. Luego de ofrecer una reconstrucción detallada del argumento de
Raz, sostengo que la paradoja del derecho justo involucra un argumento sólido solo si
uno asume que, si una persona obedece el derecho, la persona no cumple con su
obligación de obedecer el derecho. Aun cuando esta asunción parece razonable, muestro
que, en realidad, no hay razones para adoptarla: una persona que conforma sus acciones
a las órdenes de una autoridad, incluyendo a la autoridad política, aun cuando en sentido
estricto no obedece a la autoridad, cumple con su obligación de obedecer a la autoridad,
en tanto y en cuando ese deber –el deber de obedecer a la autoridad– no requiere
obediencia sino solo conformidad con sus órdenes.

En relación a la teoría de la legítima defensa, en la actualidad continúo


trabajando sobre el problema de la legítima defensa frente a agresores condicionales,
tema sobre el que ya publiqué un artículo (“Locke on Conditional Threats”, mencionado
más atrás). Sobre este tema, en la actualidad estoy completando el artículo “Self-
Defense Against Conditional Threats” (en colaboración con Eduardo Rivera López) en
donde sostengo que matar a un agresor condicional –un asaltante que, para obtener un
beneficio, amenaza con matar a su víctima– es impermisible porque matar al agresor es
innecesario para salvar su vida, en tanto la víctima puede hacerlo a un costo menor
(cumplir con la orden injusta del agresor). Para desarrollar esta posición, argumento que
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el caso de legítima defensa frente a un agresor condicional es fundamentalmente
análogo a un caso en el que una víctima puede salvar su vida de un agresor
incondicional –un asesino– escapando, a un costo menor. Dado que, intuitivamente,
matar a un asesino es proporcionado, la razón por la cuál es impermisible matarlo es que
la víctima no necesita hacerlo para salvar su vida. Igualmente, en el texto investigo
circunstancias en las cuales matar a un agresor condicional sí podría ser necesario,
relacionadas fundamentalmente con el costo relativo para la víctima de cumplir con su
orden injusta.

Sobre temas relacionados con la legítima defensa, actualmente estoy asimismo


trabajando sobre cuestiones tales como la teoría relativa a la evidencia de la
susceptibilidad de ser dañado (the evidence-relative view of liability to defensive harm),
tema sobre el cual estoy completando un artículo (también en colaboración con Eduardo
Rivera López) en donde argumento que la teoría relativa a la evidencia de la
susceptibilidad de ser dañado, tal como es defendida por Bas van der Vossen, es
altamente implausible. Van der Vossen defiende esta posición argumentando que, a
veces, la “mejor apuesta” que tiene una víctima putativa es matar a un agresor putativo
y que ello mostraría que el agresor putativo es susceptible de ser matado y,
consiguientemente, que la teoría relativa a la evidencia de la susceptibilidad de ser
dañado es verdadera. En mi caso, argumento que esta posición es errada: para que una
persona pierda su derecho a ser matada y, por tanto, para que se vuelva susceptible a ser
matada, ella tiene que estar relevantemente involucrada en una agresión injusta, pero un
agresor putativo, por construcción, no lo está. Si bien la publicación de este artículo no
está garantizada, en diciembre de 2022 realicé el envío de una nueva versión luego de
obtener un dictamen de “Revisión con modificaciones menores” por parte de los
editores de Criminal Law and Philosophy, sobre la base de dos informes de referato
favorables.

Finalmente, siempre en relación con temas relacionados con la legítima defensa,


estoy actualmente asimismo trabajando sobre por qué es permisible dañar a una persona
susceptible de ser dañada en legítima defensa. La posición más desarrollada sobre esta
cuestión es defendida fundamentalmente por Jeff McMahan y Michael Otsuka, quienes
sostienen que es permisible dañar a un agresor injusto que es susceptible de ser dañado
porque hacerlo distribuye daños entre agresores y víctimas de manera equitativa. Por mi
parte, argumento que esta posición es errada porque hay casos en donde es
intuitivamente permisible dañar a un agresor injusto que es susceptible de ser dañado
aun cuando hacer tal cosa no distribuye daños entre agresores y víctimas de manera
equitativa, pero, sobre todo, porque plausiblemente una víctima no tiene un derecho a
distribuir daños entre agresores y víctimas de manera equitativa. La razón por la cual es
permisible dañar a una persona pasible de ser dañada en legítima defensa radica, en
cambio, en que una víctima tiene un derecho a defender sus derechos a no ser dañada
injustamente.

Proyección para los próximos años (máx. 10000 caracteres)

En los próximos años voy a continuar con mi trabajo sobre diferentes temas
relacionados con la obediencia a la autoridad, así como en diferentes aspectos de la
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teoría de la legítima defensa. En realidad, parte de este trabajo ya está en curso, aunque
–dada la naturaleza de esta labor– es esperable que los resultados vean la luz recién en
algunos años.

En primer lugar, voy a continuar con mi trabajo sobre el problema de si las


órdenes injustas de una autoridad legítima crean –o no– deberes. Sobre este tema, tengo
la intención de finalizar y publicar el artículo “Between Traditionalism and
Revisionism: Estlund and Renzo on the Obligation to Obey Orders to Fight in Unjust
Wars”, y de redactar un texto adicional sobre el mismo tema, “Are Unjust Orders
Binding?”, en donde voy a discutir la teoría de Christopher Wellman de que las órdenes
injustas no crean deberes. Contra Wellman, voy a sostener que algunas órdenes
moralmente injustas de una autoridad legítima son moralmente vinculantes y,
consiguientemente, que sí crean deberes, particularmente aquellas que involucran
cometer injustas moderadas o leves. Sobre el problema de la obediencia a la autoridad,
entonces, en los próximos años voy a completar una posición coherente articulada en
rededor de cuatro textos, dos de los cuales ya están publicados (“Mistaken Authority
and Obligation” y “Unjust Combatants, Special Authority, and ‘Transferred
Responsibility’”), uno de los cuales está avanzando, y otro que estoy comenzando a
escribir. Mi intención con estos textos es desarrollar la posición intermedia de que,
mientras algunas órdenes injustas no son vinculantes, otras sí lo son.

Asimismo, voy a continuar con mi trabajo de análisis y discusión de la paradoja


del derecho justo. En este sentido, tengo la intención de completar y publicar el artículo
“A Solution to the Paradox of the Just Law” y de redactar un texto más sobre un tema
relacionado, “Órdenes moralmente redundantes”, en donde, asumiendo el fracaso de la
paradoja del derecho justo, voy a investigar diferentes maneras en que órdenes
moralmente redundantes –como las órdenes jurídicas que prohíben realizar actos mala
in se– son relevantes normativamente. Mi intención es completar este artículo a
comienzos de 2023, de manera de poder enviarlo al número especial “Latinoamérica
conmemora a Joseph Raz” que está preparando la Revista Latinoamericana de Filosofía
Política.
Una vez que haya publicado los diferentes artículos recién mencionados sobre el
problema de si las órdenes injustas de una autoridad legítima crean –o no– deberes y
sobre la paradoja del derecho justo, voy a considerar la posibilidad de escribir uno o dos
artículos más sobre el tema y, luego, voy a considerar la posibilidad de utilizar los
diferentes textos publicados para redactar un libro monográfico sobre el tema. Dado que
voy a tener, al menos, seis artículos sobre esta cuestión, redactar la monografía debería
ser un trabajo relativamente sencillo; la razón para hacerlo, sobre todo, es ofrecer una
teoría integrada sobre la cuestión. Igualmente, el medio ideal para desarrollar estos
temas es el artículo académico, en tanto es el que cuenta con los referatos más rigurosos
y tiene mayor difusión en la comunidad filosófica internacional. Por eso, hasta el
momento, estoy privilegiando este formato.
Finalmente, en relación con la investigación sobre la teoría de la legítima
defensa, tengo la intención de completar tres textos mencionados más atrás: “Self-
Defense Against Conditional Threats”, “Against the Evidence-Relative View of

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Liability to Defensive Harm” y “Why a Victim is Permitted to Harm an Aggressor in
Self-Defense”. Con la publicación de estos textos, consiguientemente, voy a desarrollar
una posición coherente sobre un problema particular, la legítima defensa frente a
agresores condicionales (tema sobre el que ya publiqué un artículo), fundamentado en
una posición más general sobre la objetividad de los derechos morales. Luego de
completar estos artículos, voy a considerar la posibilidad de redactar al menos uno o dos
más sobre el tema, dado que es un ámbito especialmente fértil para la discusión
filosófica y, en la actualidad, hay un importante debate, del que ya formo parte.

Como se puede apreciar, mi intención para los próximos años es principalmente


redactar y completar diferentes artículos sobre varios temas de filosofía moral y política,
especialmente relacionados con el problema de la obediencia a la autoridad y la teoría
de la legítima defensa, la mayoría en inglés, que espero publicar en revistas
internacionales de primer nivel, de manera tal de darle mayor difusión a mi trabajo, así
como considerar la posibilidad de redactar una monografía. Participo de varios
proyectos de investigación que me van a permitir contar con el apoyo necesario para
llevar adelante estas tareas. En la actualidad soy director del proyecto de investigación
“Autoridad y comunidad: debates en la filosofía política contemporánea”, financiado
por la Secretaría de Investigación, Universidad Nacional de Quilmes, y soy co-director
del proyecto de investigación “Justificación y límites del uso de la fuerza defensiva en
la moral y el derecho”, financiado por el CONICET. Asimismo, actualmente se
encuentra en evaluación un proyecto adicional sobre este último tema en la Agencia
Nacional de promoción Científica y Tecnológica, del que soy parte del grupo
responsable.

Observaciones (máx. 10000 caracteres)

Creo relevante mencionar dos logros particulares que no están detallados en la presente
solicitud. Por un lado, Jerónimo Rilla, cuyas investigaciones posdoctorales en el
CONICET supervisé en calidad de co-director, obtuvo en el año 2022 una beca
posdoctoral internacional para realizar actividades de investigación durante los años
2023 y 2024 en el Centre d’études sociologiques et politiques Raymond Aron de la
École des hautes études en sciences sociales (beca Marie Curie de la Unión Europea) y
fue seleccionado para incorporarse como investigador asistente en el CONICET
(convocatoria CIC 2021) con Luis Rossi como director y conmigo como co-director.
Por otro lado, en octubre de 2022 fui seleccionado para desempeñarme como Visiting
Research Fellow en el Institute of Advanced Study de la University of Warwick del
Reino Unido entre el 18 de enero y el 18 de febrero de 2023, luego de una presentación
a tales efectos realizada por los profesores de filosofía y derecho Patrick Tomlin y
Victor Tadros.

Finalmente, creo que vale la pena destacar es que, al momento de realizar esta
solicitud, estoy a la espera de los resultados de la presentación a la beca doctoral del
CONICET de Hernán Volpintesta, quien es alumno de la carrera de filosofía de la
Universidad de Buenos Aires. En caso de que la presentación sea exitosa, me voy a
desempeñar como director de su beca doctoral del CONICET y como director de su

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tesis de doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires.

***

Producción más relevante (máx. 2500 caracteres)

Los tres artículos seleccionados realizan contribuciones originales a la teoría de la


autoridad y la obligación política (“Authority and Coercion in Locke”), la discusión de
temas relacionados con el problema de la obediencia a la autoridad (“Mistaken
Authority and Obligation”), y la teoría de la legítima defensa (“Locke on Condicional
Threats”). El hecho de que hayan sido publicados en revistas internacionales de primer
nivel de historia de la filosofía (History of Philosophy Quarterly), filosofía legal (Legal
Theory) y filosofía analítica (Southern Journal of Philosophy), luego de referatos
realizados por especialistas de todo el mundo, da cuenta de la jerarquía y solidez de las
contribuciones. Por último, creo que vale la pena destacar que los tres artículos fueron
publicados durante mi período como investigador adjunto del CONICET.

Los dos libros seleccionados realizan contribuciones originales a la teoría de la


autoridad y la obligación política. Hobbes on Legal Authority and Political Obligation
defiende una interpretación original de la teoría de la autoridad y la obligación política
de Hobbes y fue publicado en una editorial académica internacional (Palgrave
Macmillan). Por su parte, El problema de la obligación política: una introducción
incluye el análisis de las nociones centrales de la teoría de la obligación política –
obligación política y autoridad– y fundamentalmente se dedica a analizar un conjunto
importante de teorías que buscan justificar la obligación política, así como la posición
que sostiene que los ciudadanos no tienen obligaciones políticas. Este texto,
consiguientemente, es una introducción en el sentido de que introduce una problemática
que no es mayormente tratada en nuestro medio, dado que el análisis serio de los temas
del libro, particularmente de la justificación de la obligación política, es prácticamente
inexistente en la literatura en español. Al mismo tiempo, no es un texto meramente
expositivo y, consiguientemente, no es solo una introducción al problema de la
obligación política. De este modo, este libro tiene una relevancia doble: es una
contribución original y cubre un hueco en la literatura en nuestro idioma, razón por la
cual va poder ser utilizado como bibliografía en cursos de filosofía y teoría política de
grado y posgrado de nuestro país. Finalmente, vale la pena destacar que completé este
libro durante mi período como investigador adjunto del CONICET y que va a ser
publicado por una editorial universitaria (Editorial de la Universidad Nacional de
Quilmes) luego de un riguroso proceso de referato realizado por dos investigadores del
CONICET (Juan Iosa y Julio Montero).

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