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Alfonso Costafreda

Suicidios y otras muertes

Ocnos, 1974
Andaba aún a tientas,
volvía aún del sueño,
toda traza perdida, toda huella,
como quien descendiera
de un desmedido empeño.

Recuerdo el implacable
cerco nocturno,
mano profunda en mí
empuñando mi mente,
y como en el verano
el baile de los poseídos
cada día era más
y más frenético.

Detrás de la colina
el camino desciende
lento hacia la ciudad,
y el aire, cálido y voraz, penetra
con violencia en el pecho.

Es de nuevo la vida.

VIDA TAN MALOGRADA

Vida tan malograda no debiera contarse,


a quién hablar, con qué lenguaje.
De haber verdades o razones o respuestas
para mí mismo las tuviera.
Si delicada o poderosa
pudiera mi mano consolarte
a ti te la daría,
mas no la tengo para nadie.

EL POETA DESAPARECIDO

[…]
pensar en la hermosura cotidiana
de la ciudad que amamos, en las calles
recorridas sin fin, redescubiertas siempre,
y en la noche del mar que apaciguara.

[…]

Consciente y solitario
dejaste al fin este absurdo destino.

La calle, el ojo prieto,


en sombra sin ver nada.
Aunque pienses que inútil fuera
volveré a buscarte.

Del río al alarido,


el corazón y su penosa historia
de que me dejes o de yo dejarte,
para vivir sin ti,
para juzgar mi vida.

¿HAY ACASO UN LENGUAJE?

¿Hay acaso un lenguaje? Ponlo en duda,


que te juzguen, condenen, desconozcan,
amigos no te quedan ni palabras.

Solitario recorres ciudades extranjeras


y en voz baja murmuras sonidos de disparidad.

Caso ciertas veces las cadencias encuentras


en el ritmo del cuerpo en movimiento,
y son momentos de felicidad.

Harto y cansado al fin


hacia un sórdido bar tus pasos te han llevado
e intentas encontrar en el hastío
patéticos y breves
instantes de sensualidad.

MORANDI

Veo de esta botella


el color verde oscuro
y el esfuerzo del hombre
par afijar aquí,
brevísimo y patético mensaje.

Naturaleza muerta
retrato de sí mismo.
DUEÑOS DE LO SEGURO

Pero no solo vivo


para ver, para verte,
nuestro descubrimiento
no ha de tener sentido
si no podemos ya
dueños de lo seguro
buscar otra respuesta,
descifrar otro grito.

UNA VIDA GROTESCA

Me acerqué, vi el reflejo
de una vida deforme,
que por esta ciudad
he caminado tanto
que todo temor mío
encuentra aquí su nombre.

Tuve de mi existencia
la imagen que me daba
el temor de la muerte,
salí de un laberinto
donde todo era enorme.

Salí, así lo espero,


de una vida grotesca.

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