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Testimonios para la iglesia tomo 8

Jerusalén es un símbolo de lo que la iglesia será si rehúsa andar en la luz que Dios ha dado.
Jerusalén fue favorecida por Dios como la depositaria de los intereses sagrados de Dios. Pero
sus habitantes pervirtieron la verdad, y rechazaron todo ruego y advertencia. No apreciaron
sus consejos. Contaminaron los atrios del templo con mercancía y robo. Albergaban en su
corazón el egoísmo y el amor por las riquezas, la envidia y la disensión. Cada uno por su propio
lado procuraba lograr alguna ganancia. Cristo se retiró de ellos, diciendo: Oh, Jerusalén,
Jerusalén, ¿cómo he de abandonarte? “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina
junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”. Mateo 23:37. 8TI 74.3

De la misma manera Cristo siente pesar y llora por nuestras iglesias e instituciones educativas
que no han logrado cumplir los requisitos de Dios.

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