Adolf Loos, el único sucesor de Viena de su tiempo,

mas no el único arquitecto, pero si el único con teoría

relevante. Haciendo gran énfasis en el revestimiento,
siendo la tesis que los materiales eran formalmente
inmutables y que la arquitectura debía dar a entender
su función con la forma; que cada edificio destinado a
una función diferente debe darse a entender con solo
verle. Y en su admiración por la arquitectura antigua lo llevó a creer que el “arquitecto del
futuro” será alguien clásico. Su forma de pensar lo llevó a estar en contra o criticar
directamente la Dutscher Wekbund, pues no compartía la idea de la ornamentación de este
tipo. Sin embargo, su idea un tanto paradójica lo llevó a ser
contradictorio consigo mismo y que ninguna de sus obras
representaran dicho pensamiento, y la que lo representa es
obra de un discípulo suyo.
Dutscher Werkbund por su parte tenía intenciones
totalmente contrarias a las anteriores mencionadas, pues
trabaja en un concepto de arte industrial, donde existían una
respuesta a la industria de forma funcional y en la forma se
trabajaba el arte como estética industrial. La función es
suplida con una respuesta a su utilidad y la formal la deja a
trabajar por los artesanos y artistas.
Peter Behrens, propone una
arquitectura con superficies compactas y tranquilas, ciudades
trazadas tras calles largas y rascacielos, no siendo la originalidad
presente, compartiendo las ideas de las primeras etapas del
Werkbund y con ideas también de Nietzsche. En cualquier caso su
pensamiento sobre “diseño y funcionalidad perfectos” sentaría una
de las bases entre el dialogo de la forma y la función. Siendo
reconocido por un inspector de
obras publicas llamado Carl
Rehorst, diciendo que la
exposición como revista de las mejores capacidades del
trabajo alemán.