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¡CONFLUENCIA: EL SISTEMA QUE

IMPLEMENTA LA ESPERANZA DE DIOS…!


Confluencia Dirigida… de Gracias Maestras.

PASTOR DAVID BARBOSA GELVES.


Iglesia Casa en Plenitud.
Marzo 13 del 2022
¡CONFLUENCIA: EL SISTEMA QUE IMPLEMENTA LA
ESPERANZA DE DIOS…!! II
Comentario Inicial. Estamos enfocados en el principio de la confluencia divina, que
hace posible y efectiva la manifestación de la voluntad eterna y consumada en la tierra.
La esperanza de Dios no es de quien anhela algo, no es como la esperanza humana,
que se espera que algo bueno suceda, no es la esperanza del que está en impotencia
frente a lo inalcanzable o imposible; sino como quien espera que su perfecto plan y
propósito abrace todo lo que fue objeto de ese propósito.

La esperanza de Dios corresponde a su perfecto plan eterno, es por ello que después del
pecado del primer Adán, Él Señor en su amor y a causa de su eterno concejo, sujeto todo
a su maravillosa esperanza, incluyendo la creación misma. Su esperanza eterna fue
manifestada y consumada en Jesucristo mediante su muerte y resurrección, es por ello
que vemos que mediante la obra del Hijo, Él Padre halla su plena complacencia.

De tal manera que en Jesucristo su esperanza tuvo fiel cumplimiento, y es mediante


la gracia ofrecida en Él Hijo, que para los llamados esta se hace asequible y totalmente
realizable, de modo que participamos y llegamos a ser parte de su gloriosa esperanza, y
además nos convertimos en instrumentos mediante los cuales Dios confluye, para seguir
manifestando los abundantes frutos de la justicia de su esperanza.

En sombra y figura vimos, como Dios comparo al Israel terrenal cual viña a la cual no le
falto nada, la cual termino siendo desechada porque no fue conforme a su expectativa,
esperando él frutos dulces, término dando frutos amargos de maldad y toda injusticia. Sin
embargo su esperanza no fue jamás frustrada, porque su expectación estaba en la vid
verdadera. (Juan 15:1) Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

Jesús nos muestra de forma sencilla y práctica, una imagen que describe la esperanza
del Padre, aquella que en sobra Dios proyecto desde siempre, pero que ahora en el
postrer Adán, se hacía una realidad inalterable einquebrantable. Esta imagen nos muestra
a Dios plantando en la tierra una viña, y lo hace labrando y sembrando la vid verdadera,
su Hijo. Esto nos da la respuesta porque el Israel terrenal nuca llego a ser la villa que
cumplió con la esperanza divina, porque no estuvo plantada en la vida verdadera, y su
fruto a si mismo lo comprobaba, y por ello termino siendo quitado o desgajado de Dios.
(Jun 15:2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto,
lo limpiará, para que lleve más fruto. El fruto corresponde a la expectativa de Dios.

El fruto inicial es alcanzar la buena conciencia, de haber nacido de cimiente incorruptible


mediante la fe en Jesucristo, para ser limpiados progresivamente de tal manera, que
abundemos y sobreabundemos en ese fruto cada día mas. (Jun 15:3) Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado.

2022 1 Confluencia Dirigida… de Gracias Maestras.


Para los que por su gracia hemos dado el fruto de haber nacido de nuevo, es totalmente
indispensable anhelar, desear y recibir la palabra viva, porque por ella en nuestra alma
somos limpiados, trasformados y renovados en el espíritu de nuestra mente,
porque es la forma en que es quitado todo aquello que nos impide hacer abundar
el fruto, el cual corresponde a la esperanza del Padre. La esperanza del Padre es que
demos fruto, seamos limpiados mediante su palabra viva, y hagamos sobreabundar ese
fruto como parte de nuestra manifestación a este mundo.

(Juan 15:4) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar


fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis
en mí. Frente a esta verdad debemos estar seguros de permanecer en Cristo, no en una
forma de religión, ni en una simpatía, ni solo en una congregación, debemos permanecer
en la posición que su obra de justicia nos otorgó, la cual es una conciencia clara y firme
de estar plantados en su muerte y su resurrección.

(Juan 15:5) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar


fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis
en mí. Cristo no puede permanecer unido a nosotros, si nosotros por el entendimiento de
la fe y la firmeza de una buena conciencia, no nos mantenemos asidos o arraigados a Él.
El fruto que corresponde a la esperanza del Padre, está determinado por el nivel de
conciencia que estemos alcanzado, con respecto a nuestra unidad de espíritu con Él.

(Juan 15:5-6)Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; EL QUE PERMANECE EN MÍ, Y YO
EN ÉL, ÉSTE LLEVA MUCHO FRUTO; porque separados de mí nada podéis hacer 6
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden. La evidencia de que estamos permaneciendo
verdaderamente en Él, es el aumento inevitable de su fruto a través nuestro. Permanecer
en Él supone participar de la rica sabia de su Espíritu y vida, sin permanecer unidos a él
es imposible ser lo que Dios espera, pues solo se participa de la esperanza divina, con
una genuina unidad de espíritu.

(Juan 15:7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis, y os será hecho. Otra evidencia que permanecemos en él, es que su
palabra permanece en nosotros, no se ha olvidado, no se la llevo el viento, no se le ha
ignorada ni menospreciado, la palabra viva está morando y ha echado raíz en el espíritu
de nuestra conciencia. Acusa de que la palabra permanece en nuestro interior, pedimos
con certeza y seguridad, pues lo hacemos según el deseo y conforme a la esperanza a
la que fuimos llamados en Cristo.

(Juan 15:8) En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así
mis discípulos. Dios solo es glorificado cuando algo o alguien permiten que su gloria sea
vista o se haga visible. El Hijo le glorifico, por él fue el resplandor de su imagen e hizo
visible al Dios invisible. Solo se glorifica a Dios mediante la manifestación abundante del
fruto de la vida del Hijo, porque el fruto es lo que define la naturaleza del carácter divino.

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