Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¡Confluencia, El Sistema Que Implementa La Esperanza de Dios..!
¡Confluencia, El Sistema Que Implementa La Esperanza de Dios..!
La esperanza de Dios corresponde a su perfecto plan eterno, es por ello que después del
pecado del primer Adán, Él Señor en su amor y a causa de su eterno concejo, sujeto todo
a su maravillosa esperanza, incluyendo la creación misma. Su esperanza eterna fue
manifestada y consumada en Jesucristo mediante su muerte y resurrección, es por ello
que vemos que mediante la obra del Hijo, Él Padre halla su plena complacencia.
En sombra y figura vimos, como Dios comparo al Israel terrenal cual viña a la cual no le
falto nada, la cual termino siendo desechada porque no fue conforme a su expectativa,
esperando él frutos dulces, término dando frutos amargos de maldad y toda injusticia. Sin
embargo su esperanza no fue jamás frustrada, porque su expectación estaba en la vid
verdadera. (Juan 15:1) Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Jesús nos muestra de forma sencilla y práctica, una imagen que describe la esperanza
del Padre, aquella que en sobra Dios proyecto desde siempre, pero que ahora en el
postrer Adán, se hacía una realidad inalterable einquebrantable. Esta imagen nos muestra
a Dios plantando en la tierra una viña, y lo hace labrando y sembrando la vid verdadera,
su Hijo. Esto nos da la respuesta porque el Israel terrenal nuca llego a ser la villa que
cumplió con la esperanza divina, porque no estuvo plantada en la vida verdadera, y su
fruto a si mismo lo comprobaba, y por ello termino siendo quitado o desgajado de Dios.
(Jun 15:2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto,
lo limpiará, para que lleve más fruto. El fruto corresponde a la expectativa de Dios.
(Juan 15:5-6)Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; EL QUE PERMANECE EN MÍ, Y YO
EN ÉL, ÉSTE LLEVA MUCHO FRUTO; porque separados de mí nada podéis hacer 6
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden. La evidencia de que estamos permaneciendo
verdaderamente en Él, es el aumento inevitable de su fruto a través nuestro. Permanecer
en Él supone participar de la rica sabia de su Espíritu y vida, sin permanecer unidos a él
es imposible ser lo que Dios espera, pues solo se participa de la esperanza divina, con
una genuina unidad de espíritu.
(Juan 15:7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis, y os será hecho. Otra evidencia que permanecemos en él, es que su
palabra permanece en nosotros, no se ha olvidado, no se la llevo el viento, no se le ha
ignorada ni menospreciado, la palabra viva está morando y ha echado raíz en el espíritu
de nuestra conciencia. Acusa de que la palabra permanece en nuestro interior, pedimos
con certeza y seguridad, pues lo hacemos según el deseo y conforme a la esperanza a
la que fuimos llamados en Cristo.
(Juan 15:8) En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así
mis discípulos. Dios solo es glorificado cuando algo o alguien permiten que su gloria sea
vista o se haga visible. El Hijo le glorifico, por él fue el resplandor de su imagen e hizo
visible al Dios invisible. Solo se glorifica a Dios mediante la manifestación abundante del
fruto de la vida del Hijo, porque el fruto es lo que define la naturaleza del carácter divino.