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6, 2022, 491-506
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212022122
MEDIACIONES DE VIOLENCIA.
DISCURSOS LEGITIMADORES SOBRE
VIOLENCIA SOCIAL Y CRIMINAL:
EL CASO LOS CABALLEROS TEMPLARIOS
VIOLENCE MEDIATIONS.
LEGITIMIZING DISCOURSES ON SOCIAL
AND CRIMINAL VIOLENCE:
THE CASE OF “CABALLEROS TEMPLARIOS”
Edgar Guerra
orcid.org/0000-0003-3502-0186
Cátedra Conacyt-CIDE
México
edgar.guerra@cide.edu
Abstract
Resumen
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EDGAR GUERRA, MEDIACIONES DE VIOLENCIA. DISCURSOS LEGITIMADORES SOBRE VIOLENCIA SOCIAL
Y CRIMINAL: EL CASO LOS CABALLEROS TEMPLARIOS
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KORPUS 21, VOL. 2, NÚM. 6, 2022, 491-506
El segundo se refiere a los discursos que legiti- premisas teóricas de las mediaciones de la vio-
man ciertas formas de violencia y le dan un sen- lencia. El propósito es describir y sistematizar
tido social. los discursos que en la región de Tierra Calien-
Bajo las premisas de la línea de investigación te legitiman ciertas formas de violencia social y
pedagogías y mediaciones de la violencia (Sán- criminal. Con los resultados se espera aportar
chez Pacheco, 2020), este artículo tiene como algunas líneas de trabajo para proseguir con la
objetivo explorar, desde la investigación social búsqueda de esos mecanismos reproductores
cualitativa, las mediaciones en que ocurren los de la violencia en el orden criminal.
procesos de socialización y aprendizaje de las El artículo se divide como sigue. La primera
formas de violencia que se manifiestan en el sección pasa revista a la literatura en el campo y
ámbito criminal. El interés del artículo se centra presenta el marco teórico conceptual. La segun-
en el caso de Los Caballeros Templarios (LC- da sección elabora y expone el diseño metodo-
T),3 una organización que, en el almanaque de lógico. La tercera sección indica los resultados
la historia de los grupos criminales en México, ordenados a través de una tipología sobre las
destacó por su capacidad para infligir terror a mediaciones de la violencia. Finalmente, la cuar-
través de la demostración pública de violencia ta sección está reservada a conclusiones.
extrema. El fuerte anclaje territorial en la región
de Tierra Caliente coloca a LCT como un caso Pedagogías y mediaciones
de interés para entender los vínculos estructu- de la violencia
rales entre la violencia criminal y otros tipos de
violencia social. En ese sentido, el concepto de La literatura sobre violencia en el contexto de
mediaciones, propuesto por Margarita Sánchez criminalidad en México tiene muchas aristas y
Pacheco (2020), resulta apropiado para obser- hojas de ruta. Existe todo un campo de estudios
var esa zona gris entre la violencia criminal y las en que la violencia se inscribe. Sin embargo,
violencias sociales en que la dinámica criminal para entender qué es lo que ocurre en el caso
se ancla y encuentra legitimidad para sus per- de interés, es importante dividir la literatura en
petradores. dos modelos. Por un lado, se encuentran los es-
El artículo es de carácter exploratorio y des- tudios empíricos que abordan la violencia desde
criptivo, ya que se estructura alrededor de la una perspectiva exógena a la región de Tierra
siguiente pregunta: en el contexto regional de Caliente. Por otro lado, existe una literatura que
operación de la organización criminal LCT, ¿qué aborda el análisis de la violencia, a partir de es-
tipo de mediaciones permiten legitimar ciertas tudios de tipo histórico, antropológico y socio-
formas de violencia criminal? lógico sobre las distintas regiones en Michoacán
La investigación tiene como base empírica y, en particular, sobre el área de Tierra Caliente.
un extenso trabajo de campo diseñado bajo la Esta literatura, cabe decir, trae consigo un aná-
lógica del método etnográfico y que tuvo como lisis más amplio y multidimensional de la violen-
objetivo estudiar las bases sociales de las orga- cia en la región, lo que permite entender sus sin-
nizaciones criminales y del movimiento de auto- gularidades.
defensas de la región de Tierra Caliente. En este En el primer campo, los estudios sobre vio-
artículo, se reexamina la evidencia a partir de las lencia criminal han construido una perspectiva
3 En 2010, como resultado de un operativo policial, las auto-
explicativa sobre el fenómeno. Es decir, se han
ridades federales anunciaron que el grupo criminal La Familia concentrado en los factores detonantes, tanto
Michoacana se había disuelto. Las sospechas que generó el de la violencia como de su incremento en Mé-
anuncio pronto se confirmaron con la aparición pública de
Los Caballeros Templarios, en marzo de 2011 (Lara Klahr, xico a lo largo de los años. En su conjunto, es-
2012). En Efecto, LCT estaba conformado por los líderes de tos trabajos, si bien no abordan directamente el
La Familia Michoacana, así como por una parte importante
de sus integrantes (Gil Olmos, 2015). De hecho, la nueva or- caso de Tierra Caliente, sí proporcionan elemen-
ganización se mantuvo funcionando casi en sus mismos tér- tos que permiten construir hipótesis para enten-
minos, si bien hubo cambios en algunas de sus dinámicas,
como el uso más recurrente, público y extremo de la violen- der las dinámicas regionales de la violencia. Para
cia, así como una mayor vocación por el control territorial y el periodo histórico que aquí se aborda, una de
la expoliación de la riqueza social (Ernst, 2013). Para abundar
más sobre el proceso de transición de La Familia Michoacana
las tesis más importantes sobre los mecanis-
a Los Caballeros Templarios, véase Guerra (2018). mos causales de la violencia es la que estudia
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los operativos de las fuerzas armadas del Estado Gil, 2017), la construcción del Estado (Pansters,
mexicano. Según varios estudios, la estrategia 2015), las campañas de militarización y los cam-
de confrontación directa de las fuerzas del Es- bios en los mercados internacionales de drogas
tado mexicano contra los grupos armados ge- (Maldonado Aranda, 2010). El tema central de
nera una fractura en los delicados equilibrios de esta literatura ha sido explicar cómo la región
poder al interior de los grupos armados y en la se convirtió en un espacio controlado por orga-
red de organizaciones criminales que predomi- nizaciones criminales y en qué momento la vio-
nan en ciertos espacios geográficos, lo que de- lencia tomó un lugar destacado. En esta línea,
riva en violencia (Phillips, 2015; Atuesta, 2018). son fundamentales las contribuciones de Astor-
En general, esta hipótesis brinda elementos para ga (2016) para entender el origen histórico de
interpretar dinámicas regionales. Por ejemplo, el los mercados ilícitos de drogas en la región. Asi-
surgimiento de la organización criminal LCT fue mismo, la aportación de Guerra Manzo (2017) es
resultado directo de los operativos policiales necesaria para entender la historicidad de la vio-
dirigidos a desarticular al grupo de La Familia lencia en TC. En específico, este autor nos de-
Michoacana. Por otro lado, una tesis paralela, muestra que más allá de la violencia criminal, en
aunque no excluyente de la anterior, coloca el la región han prevalecido otros tipos de violen-
foco de atención en los procesos de enfrenta- cia, con objetivos políticos y económicos, pero
miento entre organizaciones delictivas, que las que también han funcionado como mecanismos
más de las veces obedece a dinámicas de con- de construcción de identidad, que cuentan con
flicto de larga data entre distintos grupos (Rios, profundas raíces sociales y culturales.
2013; Vilalta, 2014; Espinal-Enríquez y Larralde, A esta literatura más estructural en la explica-
2015). De hecho, si uno mira con lentes históri- ción de la violencia, otros trabajos han sumado
cos el conflicto entre organizaciones criminales tesis que se centran en la dinámica particular de
en TC, no se puede menos que coincidir en que las organizaciones criminales de la entidad. Así,
la violencia trasciende el periodo de estudio y más allá de los perfiles periodísticos (Grillo, 2012
que las tensiones y conflictos entre grupos cri- y 2016; Gil Olmos, 2015) y los estudios con im-
minales siempre han sido una constante en la plicaciones de política pública que se han hecho
región. Otros estudios han llamado la atención sobre Los Caballeros Templarios (Guerrero Gu-
sobre el factor político, si es que se pretende tiérrez, 2014; Maldonado Aranda, 2019; Guerre-
construir un análisis más amplio sobre la violen- ro, 2021), los trabajos sobre las organizaciones
cia, ya que como Trejo y Ley (2016) demostra- criminales en la región han permitido conocer
ron, la violencia criminal también es consecuen- el entramado histórico en que surgen parte de
cia de factores políticos y cálculos electorales. estos grupos (Guerra, 2018), la configuración de
Asimismo, otros autores han demostrado cómo los mercados nacionales e internacionales de
el orden criminal se ha construido junto con las drogas (Valdés Castellanos, 2013), el entrama-
instituciones del Estado (Serrano, 2012) o cómo do de vasos comunicantes entre la política, las
el Estado es factor clave como reproductor de la instituciones y el mundo criminal (Guerra Man-
violencia criminal (Knight, 2012; Pansters, 2012). zo, 2017; Maldonado Aranda, 2018), así como
Todos estos trabajos, si bien han contribuido a las redes de complicidad (Flores Pérez, 2013a y
mostrar un aspecto crucial en el estallamiento 2013b) y el contexto de guerra entre las orga-
de la violencia —el papel del Estado—, aún no nizaciones criminales de la región (Zepeda Gil,
dan elementos para comprender los mecanis- 2017). Todos estos elementos permiten distin-
mos que contribuyen a su reproducción en las guir las distintas formas y funciones de la vio-
prácticas cotidianas. lencia en TC, ya como violencia política o como
Por otro lado, un conjunto de investigacio- violencia criminal (Knight, 2012), para entender-
nes se ha centrado en explicar la formación de la en toda su complejidad.
las economías ilegales y de grupos armados en En síntesis, tenemos dos campos de estudios
la región de Tierra Caliente. Mucho del trabajo que aportan elementos para entender la violen-
en este campo se ha abordado con perspecti- cia en TC. Por un lado, estudios que muestran
va histórica y atendiendo grandes procesos es- los factores estructurales que han desencadena-
tructurales como la desigualdad social (Zepeda do la violencia criminal en el periodo que pro-
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aprenden y permiten la interacción social entre porque permite mediar entre los análisis macro
sujetos sobre la base de la violencia. sobre la violencia en TC como la desigualdad
Sin embargo, la categoría de repertorios re- social, la construcción del Estado y los merca-
fiere a un artefacto concreto que delinea las dos de drogas, los análisis meso que abordan las
características específicas de varias formas de dinámicas propias de las organizaciones crimi-
violencia. Por ejemplo, lo que en la jerga crimi- nales y las propuestas desde la microsociología
nal se conoce como las “decapitaciones”, cons- que abordan la interacción violenta como foco
tituyen una específica manera de dar muerte. Se de análisis (Guerra, 2022).
trata de un repertorio, socialmente compartido,
discursivamente sedimentado, que se socializa Diseño metodológico
mediante la práctica, y en el que se comparten
elementos cognitivos (cómo ejecutar la decapi- El objetivo del artículo es explorar el concepto
tación) y elementos normativos (qué sí, qué no de mediaciones como categoría analítica útil
debe hacerse). Sin embargo, si traemos el con- para entender los procesos de socialización de
cepto de repertorio a la investigación del ám- la violencia criminal en Tierra Caliente, Michoa-
bito criminal, veremos que no nos es útil para cán, en el contexto del conflicto entre grupos
entender la interfaz entre la violencia social y la delictivos y fuerzas armadas. En particular, la
violencia criminal. Por tanto, es necesaria una investigación retoma el concepto de mediacio-
herramienta conceptual más amplia. Es ahí don- nes propuesto por Sánchez Pacheco (2020), ya
de recurro al concepto de mediaciones. que permite visibilizar los marcos discursivos
Justo en esa dirección, la autora Margarita que dan sentido y legitiman la violencia social y
Sánchez Pacheco (2020) propone el par con- criminal. El análisis que aquí se emprende se po-
ceptual “pedagogías de la violencia” y “media- siciona en el nivel meso del mundo social: entre
ciones” con el fin de entender el proceso de los procesos estructurales y las dinámicas micro
socialización de las violencias social y criminal. de la violencia. En este sentido, no se aborda el
A partir de una revisión de autoras como Rita nivel micro en el que las técnicas pedagógicas
Segato, Elsa Blair y Rosana Reguillo, la autora moldean la experiencia subjetiva de las víctimas
Sánchez Pacheco (Escárzaga et al., 2020) argu- y de los perpetradores de la violencia, si bien se
menta que si bien es importante entender qué reconoce que queda abierta como línea de in-
es lo que la violencia produce en los sujetos, este vestigación.
análisis no estaría completo si no entendemos la En términos metodológicos, la investigación
forma en que el mundo social confiere sentido a se posiciona desde una epistemología construc-
la violencia y cómo el orden social se estructura tivista y sistémica (Luhmann, 1987 y 1997; Mas-
bajo el imperio de la violencia (Sánchez Pache- careño, 2008). Es decir, desde un horizonte fe-
co, 2020). En otras palabras, si bien la dimensión nomenológico que tiene como interés estudiar
pedagógica es toral para dar cuenta del sujeto, los procesos comunicativos que constituyen el
y describir cómo vive la violencia, cómo le con- mundo social. La perspectiva constructivista y
fiere sentido y responde ante ella, es necesario, sistémica es útil para emprender el estudio de
al mismo tiempo, observar la construcción del las mediaciones, precisamente porque el aná-
sentido de la violencia en un espacio social. Lo lisis sistémico radica en la comunicación y en
pedagógico sólo es posible en un entramado de la construcción del sentido social. Desde esta
elaboraciones de sentido, que ocurren en un es- perspectiva teórica, el concepto de mediaciones
pacio y tiempo concretos. A esto, la autora le puede entenderse como un plexo de expectati-
llama mediaciones: relaciones complejas, histó- vas cognitivas y normativas que articulan signi-
ricamente determinadas, discursivamente sedi- ficados sobre la violencia.
mentadas, que constituyen el sentido social de El análisis de las mediaciones de la violencia
la violencia, le dan un carácter de legitimidad se efectúa sobre un caso de estudio: la violencia
y operan sobre los sujetos (Sánchez Pacheco, criminal en la región de Tierra Caliente duran-
2020). te el periodo de hegemonía de la organización
Retomar el concepto de mediaciones para criminal LCT. Elegir a la Tierra Caliente duran-
esta investigación es metodológicamente útil te el periodo de LCT obedece a varias razones
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de carácter metodológico para el estudio de las cial en el que operaba. Precisamente, sobre este
mediaciones. En el catálogo de grupos crimina- punto ha discurrido el trabajo de campo de la
les en México, LCT representan un caso extremo persona autora a lo largo de estos últimos años.
de uso de la violencia, al llevar a su límite las La investigación sobre Los Caballeros Tem-
técnicas paramilitares que aprendieron de orga- plarios ha sido un proyecto de trabajo de largo
nizaciones como Los Zetas. Sin embargo, es im- aliento. Desde 2014, la persona autora ha incur-
portante matizar: otras organizaciones y grupos sionado en la región en numerosas estancias de
armados en la región ya habían empleado las trabajo de campo, mediante visitas cortas para
torturas, las desapariciones y las decapitaciones realizar entrevistas o estancias para impartir ta-
como formas de violencia con objetivos distin- lleres con organizaciones de la sociedad civil.4
tos. De hecho, técnicas de violencia instrumen- En ese sentido, la información que se ha reco-
tal como la decapitación no son exclusivas del pilado va más allá de la sistematización a través
periodo histórico conocido como la guerra con- de un diario de campo o mediante la transcrip-
tra las drogas. La investigación historiográfica ción de entrevistas, sino que constituye un am-
muestra que en Tierra Caliente la decapitación plio espectro de datos que transcurren a través
ya era un recurso de control político perpetra- de la experiencia cotidiana. Lo anterior es meto-
do por actores sociales en un contexto histórico dológicamente relevante porque los datos que
conocido como “caciquismo violento” (Guerra uso se han construido desde distintos lugares.
Manzo, 2017). Justamente este uso histórico y Como bien reconoce Sánchez Pacheco (2020),
recurrente de la violencia extrema converge con para observar las mediaciones es necesario en-
las formas extremas de crueldad que encontra- tender su doble carácter: por un lado, como un
mos en las prácticas y en las narrativas de LTC. proceso de configuración social, pero también,
De hecho, LCT buscaron legitimar el uso de la de producción de subjetividades. En ese senti-
violencia a través de una narrativa mística y me- do, los sujetos y sus diferentes posiciones son
siánica, con ciertos elementos religiosos, de pro- las fuentes desde donde se investigan los dis-
tección comunitaria y de liberación política: una cursos y el sentido social sobre la violencia a tra-
rara mezcla doctrinal que se articulaba de forma vés de distintas mediaciones. Con el análisis se
tersa con los imaginarios sociales y regionales busca conocer los discursos sobre la violencia y
sobre el orden patriarcal, la familia y la mas- cómo dentro de esas construcciones se legitima
culinidad. De ahí la necesidad de examinar esa a ciertos grupos sociales para ejercerla. Las me-
“compleja red de mediaciones en un contexto diaciones que en este artículo se identifican son
de dominio coercitivo cuyo objetivo es la alte- cuatro: 1) securitarias, 2) identitarias, 3) patriar-
ración de la vida cotidiana, los modos de ser y cales e 4) instrumentales.
estar en el mundo de los sujetos”. Por tanto, me-
todológicamente el estudio debe aprehender el Mediaciones securitarias: la construcción
espacio de las mediaciones que posibilitan que de una narrativa de vigilantismo
distintos actores sociales se socialicen en dis-
cursos que legitiman ciertas violencias. Es nece- Los Caballeros Templarios se caracterizaron
sario investigar los discursos y los significados por un discurso público bastante articulado,
de la violencia que flotan en el campo semántico que sostuvieron a lo largo del tiempo y que les
de la región y visibilizar la interfaz entre violen- permitía conectar social y políticamente con
cia social y criminal. los habitantes de la región. No se trataba de un
Para ello, es necesario abordar la investiga- discurso en el sentido cotidiano de la palabra,
ción de las mediaciones desde el punto de vista pero sí de una narrativa que los integrantes de
de la investigación social cualitativa, ya que nos la organización repetían de forma fragmentaria,
permitirá capturar el sentido social de la violen- y que en conjunto constituían un todo. Se trata-
cia, que se despliega en LCT, pero que se articu-
4 La relación de la persona autora con la región no se ha
la con los significados sociales en la región. Para construido exclusivamente en términos de persona investi-
concretar el objetivo es indispensable conocer, gadora y mundo social investigado. Por el contrario, también
se ha construido un vínculo social y de compromiso de inci-
a profundidad, no sólo la organización criminal dencia social, especialmente a través del trabajo de la per-
LCT, sino también, y, sobre todo, el contexto so- sona investigadora con distintos grupos de la sociedad civil.
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ba de un discurso que se publicaba en los me- radicaba en que la región había sido tomada,
dios de comunicación a través de comunicados tiempo atrás, por la organización criminal de Los
que los líderes de la organización insertaban en Zetas. Desde su perspectiva, ese grupo criminal
la prensa regional. También se transmitía a tra- había traído consigo la inseguridad, la violencia
vés de los mensajes que colocaban en lugares y las adicciones. En ese sentido, el discurso de
públicos o junto a los cuerpos de sus víctimas. LCT tuvo, como principal línea argumentativa,
Asimismo, el mensaje se transmitía de forma justificar su presencia para hacer expulsar a Los
oral entre la población a través de las reuniones Zetas como un grupo externo, no oriundo de TC
que los líderes organizaban con los habitantes y que, por si fuera poco, había sido el origen de
de rancherías y pueblos. También era usual que un régimen de extorsiones, secuestros y homici-
los líderes del grupo criminal enviaban mensa- dios. Es decir, LCT se presentaban como un gru-
jes a las comunidades a través de redes sociales po criminal que estaba ahí para defender a los
como Facebook, YouTube y WhatsApp (Guerra, habitantes de TC del régimen de terror de Los
2014-2022, Trabajo de campo, Tierra Caliente). Zetas y que resultaba necesario ante el abando-
Finalmente, en los homicidios y masacres los in- no de las instituciones de gobierno que, a tra-
tegrantes de LCT colocaban mensajes en cartu- vés de sus policías, no habían logrado detener el
linas y narcomantas en las que exponían algunas avance de Los Zetas. La solución que proponían
de las razones de sus acciones y justificaban su descansaba en el uso de la violencia que debía
proceder. Evidentemente, el grupo criminal tra- de ser más letal, más brutal, más cruel y más or-
taba de visibilizar a su organización y de expre- ganizada que la violencia de Los Zetas. En este
sar su posicionamiento sobre múltiples temas, sentido, su estructura discursiva construía una
en especial el de la seguridad, algunas proble- problemática a resolver, un encargado de re-
máticas sociales como la adicción a sustancias solverla y un medio para resolverla. Con ese fin,
ilícitas o la presencia de otras organizaciones LCT desplegaron una estrategia de propaganda
armadas. comunicando la situación en que se encontraba
Ahora bien, ¿en qué consistía ese discurso? la región, y sobre el ideal que se buscaba cons-
¿Cómo se estructuraba y de qué forma conecta- truir.
ba con las poblaciones y sus imaginarios socia- El mensaje importante era que esto sólo se
les? Básicamente, lo que LCT expresaban en sus lograría a través de la violencia. Mas aún, el sub-
comunicaciones buscaba justificar su presencia texto de su narrativa implicaba legitimar la vio-
en la región, sus acciones hacia la población y su lencia. Su discurso se estructuraba detrás de un
control sobre las instituciones del Estado a nivel horizonte que delimitaba lo permisible de lo no
municipal y estatal. En uno de sus primeros co- permisible (Guerra, 2014-2022, Trabajo de cam-
municados, lo exponen nítidamente: “¿Por qué po, Tierra Caliente). La violencia aceptada era
nos formamos? Cuando empieza esta organiza- aquella dirigida a los causantes de los proble-
ción de La Familia Michoacana no se esperaba mas. En cambio, Los Zetas eran quienes emplea-
que fuera posible que pudiera llegar a erradicar- ban la violencia reprobable. Así lo articularon en
se el secuestro, asesinato por paga, la estafa y la un desplegado: “La Familia no mata por paga,
venta de droga conocida como ‘hielo’, pero gra- no mata mujeres, no mata inocentes. Solo muere
cias al gran número de personas que han tenido quien debe [sic] morir. Sépanlo, toda la gente,
fe, se está logrando controlar este gran proble- esto es: justicia divina”.6 La enseñanza era clara:
ma en el estado”.5 sólo un tipo de violencia era legítima, la violen-
En el fondo, en su mensaje se presentaban cia de LCT. Además, el discurso encontraba un
como civiles armados de autodefensas cuya vínculo fuerte con los propios imaginarios de la
misión era proteger a las comunidades de las región. Desde el siglo XX, los comuneros habían
extorsiones y a los jóvenes del uso de sustan- recurrido a la formación de defensas rurales con
cias ilícitas. Desde su visión, el origen de los pro- fines de protección frente a la delincuencia. Mas
blemas de violencia y drogas en Tierra Caliente aún, el proceso de militarización que durante va-
5 Retomado en distintos medios de comunicación. Sobre el 6 Retomado en distintos medios de comunicación. Sobre el
tema, véase el análisis de discurso de LCT que realiza López tema, véase el análisis de discurso de LCT que realiza (López
Vázquez (2016). Vázquez, 2016).
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rias décadas se había vivido en la región debía, rencia frente a un otro imaginario. LCT apelaban
en mucho, al fenómeno de la delincuencia que a un nosotros que adquiría sentido en distintos
se manifestaba a través de bandas dedicadas al niveles, como michoacanos, como apatzinguen-
abigeo y delincuencia en colusión con las auto- ses, como terracaleños, etcétera. El discurso
ridades (Guerra Manzo, 2017). En el imaginario apostaba por conectar con ese sujeto colectivo
colectivo, la narrativa de los hombres de campo regional que enfrentaba la precariedad rural, la
que resistían frente a los invasores ante la au- necesidad de migrar y las violencias que en su
sencia del Estado no sólo era legítima, dado su momento ejercían grupos criminales no oriun-
anclaje en procesos históricos de la región, sino dos de la región, como Los Zetas. De hecho, en
que aun informaba las decisiones y enmarcaba las entrevistas y el trabajo de campo era lugar
las prácticas sociales. común escuchar las distinciones regionales. Así,
una manera de identificarse entre los terraca-
Mediaciones identitarias: leños era bajo la distinción entre habitantes de
la distinción regional entre ellos/nosotros Tepalcatepec y habitantes de Apatzingán. Ade-
más, las distinciones no eran en absoluto unidi-
A lo largo de esos años, LCT articularon una mensionales, sino que casi siempre se comple-
base social. Es decir, lograron construir ciertos mentaban con otro tipo de etiquetas, como “en
apoyos y tolerancia de parte de la población Apatzingán se encuentran los mañosos” (Gue-
de Tierra Caliente, en especial, al ofrecer pro- rra, 2014-2022, Trabajo de campo, Tierra Calien-
tección para la región y cierta participación en te). Pero incluso, entre las localidades urbanas
el mercado de sustancias ilícitas dentro de la se construía una distinción para distinguirse y
misma organización criminal. Muchos integran- diferenciarse de personas oriundas de ámbitos
tes de las localidades, especialmente hombres semirurales —personas que habitaban en “los
jóvenes y niños, participaron de alguna u otra ranchos”. Para el habitante urbano de Apatzin-
manera en las actividades delictivas del grupo gán o Tepalcatepec, la violencia criminal de LCT
armado, como integrantes activos de la orga- la ejercían los habitantes de los “ranchos”, que
nización (sicarios, líderes de plaza). Además, desde su punto de vista eran “gente” sin instruc-
colaboraban en algunas tareas como vigilar las ción, en pobreza extrema, sin valores y sin nada
entradas a los pueblos o comunicar a los inte- que perder.
grantes de los grupos acerca de situaciones sos- Estas distinciones permitían diferenciar entre
pechosas. LCT afianzaron cierta tolerancia al in- nosotros/ellos y eran parte de los discursos con
terior de algunas de las localidades, en especial que, en última instancia, se legitimaba la violen-
en Apatzingán, en la medida en que cumplieron cia contra los “otros” (Guerra, 2014-2022, Traba-
su objetivo de expulsar a Los Zetas de la región jo de campo, Tierra Caliente). Sin embargo, las
y proporcionar ciertas condiciones de seguridad mediaciones discursivas como el regionalismo y
a sus habitantes. la violencia legítima hacia los otros, al ser instru-
Si bien LCT lograron construir su base social mentalizadas por las organizaciones criminales
al contribuir a resolver el problema de la insegu- como LCT, dejaron de ser una mera cuestión de
ridad, en esta tarea se valieron de un mecanis- regionalismo. En el fondo, se trataba de una dis-
mo simbólico. En efecto, LCT desarrollaron una tinción en el sentido schmittiano entre amigo/
narrativa que apelaba al fuerte regionalismo y a enemigo y colocarse de un lado o de otro sig-
varios de sus valores culturales como la mascu- nificaba estar del lado de la vida o de la muerte.
linidad, la familia y el orden tradicional (Lomnitz,
2016b). Mediaciones patriarcales:
En especial, esta organización criminal fue familia, masculinidad y violencia criminal
construyendo un discurso político con una fuer-
te impronta regional que aportaba un horizon- Quizá una de las características más sorpren-
te utópico a la población y daba un sentido de dentes del grupo criminal LCT fue trazar el bo-
pertenencia. En sus elaboraciones discursivas, ceto de un discurso cuasi religioso. A su llegada
LCT se referían a un regionalismo caro a la po- al poder en la región, la organización criminal
blación, que hoy todavía les identifica y los dife- comenzó a articular, de la mano de uno de sus
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líderes,7 una suerte de religión —la religión Tem- bilidad consistía en acompañar a “niños y niñas
plaria, se le llamó—, que consistía en resaltar la a aprender a jugar”. Como lo recuerda la infor-
figura carismática de su líder alrededor de los mante: “La mayoría no juegan con nadie en sus
valores y fines que LCT publicitaban: la idea de casas. Los padres en la región son distantes de
familia tradicional, la identidad regional, la se- la educación y más distantes del contacto físico
guridad frente a enemigos externos (Lomnitz, y muestras de afecto. Lo que hacemos con los
2016a). Pero quizá el elemento central de su dis- niños es enseñarles a jugar como una manera de
curso era la reivindicación de la persona y de su resolver conflictos, porque la mayoría de las ve-
dignidad. Claudio Lomnitz (2019) ha estudiado ces sus diferencias las resuelven con violencia”
el carácter radical, mesiánico y milenarista de la (Guerra, 2014-2022, Trabajo de campo, Tierra
religión templaria y ha explicado cómo el dis- Caliente). Si se mira con cuidado, el testimonio
curso religioso proporcionó una alternativa de deja entrever cierta conexión entre mediaciones
sentido a una región que había perdido parte discursivas sobre masculinidad y la pedagogía de
de sus referentes culturales e identitarios. No es la violencia como mecanismo de resolución de
casual el nombre de La Familia Michoacana y la conflictos. Como lo ha mostrado alguna literatura
idealización en su discurso de los valores de la sobre contextos de criminalidad, se da una coin-
región que se fundaban en el orden patriarcal, cidencia entre violencia social y violencia criminal
en la idea de familia tradicional, en la reivindi- (Cruz Sierra, 2011; Hernández Hernández, 2019;
cación de la masculinidad y la imagen del pa- Núñez-González y Núñez Noriega, 2019; Soltero
dre protector que ejerce su poder y fuerza para y Loza Vaqueiro, 2020). Como afirma Rita Sega-
proteger a los suyos de la violencia de su entor- to en otro contexto, la socialización de este tipo
no. Encontramos así un proceso más de media- de masculinidades encamina a los sujetos a cons-
ciones en que a través del vínculo entre orden truir “afinidad significativa” entre “masculinidad
patriarcal, familia y masculinidad se legitimaba y guerra, entre masculinidad y crueldad, entre
la violencia criminal. Sin embargo, las formas en masculinidad y distanciamiento, entre masculini-
que la violencia se socializa y se legitima como dad y baja empatía” (Segato, 2018).
un mecanismo de resolución de conflictos en la El discurso de la masculinidad, como media-
vida cotidiana son varias. Aquí abordaré dos. ción y pedagogía sobre cómo ser hombre a tra-
En la experiencia de la persona autora, en la vés de la violencia, aparece de forma nítida en la
región las relaciones intrafamiliares se constru- etnografía del grupo criminal y de la región. Por
yen sobre la base tradicional del patriarcado. Lo un lado, dentro de las relaciones al interior del
que se busca es educar jóvenes sobre la base de grupo criminal la masculinidad como mediación
un modelo de masculinidad que privilegia la vio- legitima las prácticas de la violencia criminal. Al
lencia. Los jóvenes desarrollan actitudes y prác- interior de la organización, la hombría, el no te-
ticas de masculinidad en que expresan su afición ner miedo, el despreciar la muerte y el no permi-
al riesgo, en que la represión de sus emociones tirse sensaciones de pena, miedo o empatía, son
se convierte en su forma de vivir su vida interior. necesarias para las actividades cotidianas, car-
En el imaginario social, el convertirse en hombre gadas de decisiones riesgosas en un contexto de
lleva consigo la idea de protección y de con- permanente peligro (Guerra, Trabajo de campo,
frontación con los otros a través de la violencia. Tierra Caliente). Además, dentro de la organiza-
Durante las excursiones de trabajo de campo la ción, la violencia tiene una función ejemplarizan-
persona autora entabló relación de trabajo con te. Su labor es pedagógica. La violencia es un
una integrante de una asociación civil con pro- medio que expresa las consecuencias de la des-
yectos de intervención con niñez. Su responsa- obediencia. No acatar las instrucciones de los
líderes implica recibir castigos ejemplares por-
7 El liderazgo de LCT era compartido con criterios funciona-
les. Cada uno de sus líderes tenía sus propias actividades: la que su finalidad es generar esa obediencia total
de liderar, la de organizar y la de comercializar. Fue el líder que la organización criminal requiere. Por otro
político el que con base en sus particulares características
carismáticas (Grillo, 2016) quiso imprimir a la organización lado, mediante la violencia se genera un sentido
una mística y una orientación religiosa. Incluso publicó un li- de pertenencia y de comunidad. Al participar en
bro “Pensamientos de la Familia”, de lectura obligatoria den-
tro de la organización y que fue inspirado en un líder cristia-
los actos de violencia no solo se comienza a ser
no estadounidense llamado John Eldredge. parte del grupo, sino que se comparte el mis-
500
KORPUS 21, VOL. 2, NÚM. 6, 2022, 491-506
mo sentido y significado de la violencia. Como la violencia obedecen a lógicas que van más allá
lo manifestó una persona entrevistada: “ver ese de discursos sobre seguridad, identidad social
tipo de barbaridades al final te hace como ellos. y masculinidad. Existen otros mecanismos que
Ésa es la diferencia entre uno y ellos”, relata el contribuyen a la socialización de la violencia, y
informante que perteneció a las autodefensas. que permiten su reproducción a partir de su pe-
dagogía. Éstos aparecen al momento en que la
Ellos —LCT— se hacen así dentro del grupo, an- violencia se ejerce con fines instrumentales.
dando entre ellos, haciendo barbaridades juntos. Durante un largo periodo de tiempo, la región
Ya después no cambian. Una vez traté de cambiar de Tierra Caliente destacó por sus actividades
a un punterito (un niño que desempeña labores de ilícitas vinculadas a la siembra y trasiego de can-
vigilancia). Vino acá con nosotros (con las autode- nabis y goma de opio, principalmente. Ésta fue
fensas) y hasta guitarra le estábamos enseñando, la actividad que dio empuje al mercado y que
pero después se regresó. No duró mucho, ya no predominó entre las prácticas locales. Sin em-
les gustaba esta vida. Prefieren andar en las camio- bargo, a partir de la década de 1980, la intro-
netas, con la fiesta, haciendo chingadera y media” ducción de la cocaína tuvo un impacto profun-
(Guerra, Trabajo de campo, Tierra Caliente). do en la reconfiguración de los mercados ilícitos
y de los grupos delictivos (Maldonado Aranda,
Así, a partir de las experiencias y prácticas de 2012). Esto en realidad fue el inicio de cambios
violencia en comunidad se generaba cierto sen- graduales pero constantes que derivaron en la
tido de pertenencia. Finalmente, la pedagogía introducción de más sustancias, a partir de la
de la violencia ocurría a través del desempeño década del 2000, como la heroína, y la produc-
de roles particulares dentro de la organización. ción de metanfetaminas en años recientes. Por
Lo anterior ocurría en tareas como el llamado su parte, la incursión de la organización crimi-
sicariato. La persona dentro del rol debía asu- nal de Los Zetas a inicios del siglo trajo consi-
mir el ejercicio de esa violencia. Al mismo tiem- go un modelo delictivo que rompió los códigos
po, el rol asignaba o reforzaba, en esa persona, tradicionales de las organizaciones criminales.
atributos propios del ejercicio de su papel. Mu- Los Zetas no sólo estaban vinculados al tráfico
chos testimonios hablan sobre cómo pertenecer de sustancias ilícitas, o no solamente buscaban
a LCT empoderaba a los jóvenes, les daba una vender protección, sino que ahora también se
identidad y un sentido de pertenencia. Como especializaban en la expoliación de la riqueza
lo retrata un comunitario: “cuando ingresan a de los habitantes como una forma más inmedia-
la maña ya dejan de ser lo que eran, cambian ta y menos riesgosa para hacerse de ganancias
completamente, te ven diferente, te humillan, (Valdés Castellanos, 2013). De esta manera, sus
se sienten con poder, y la verdad es que podían actividades incursionaron en el secuestro, la ex-
hacer todo lo que querían, todo” (Guerra, 2014- torsión y el despojo a los habitantes de la re-
2022, Trabajo de campo, Tierra Caliente). Den- gión de sus grandes y pequeñas propiedades y
tro de la organización, el rol de sicario se con- posesiones. Cuando LCT se hicieron del control
figuraba como un plexo de expectativas que el territorial y de los mercados ilícitos, mantuvie-
ejecutante del rol debía cumplir. La pedagogía ron intacto el mismo modelo criminal. Es decir,
de la violencia devenía intrínseca a la ejecución sostuvieron activas distintas formas de generar
del rol. ganancias al diversificar sus actividades ilícitas,
por lo que recurrieron a las extorsiones a varios
Mediaciones instrumentales: sectores de la población —a los rancheros y co-
la diversificación de actividades delictivas merciantes—, al cobro de cuotas de protección a
grupos empresariales y comerciales —como los
Cuando pensamos en las mediaciones como me- limoneros y los aguacateros—, a los secuestros,
canismo pedagógico de la violencia, partimos al abigeato, a la tala clandestina y al control de
del supuesto de que se habla, principalmente, la riqueza minera de la región. Así, LCT radicali-
de dispositivos discursivos y simbólicos a partir zaron el modelo de expoliación de la riqueza so-
de los cuales se teje el sentido social y subjetivo cial como parte de un proceso de diversificación
de la violencia. Sin embargo, las mediaciones de de sus actividades, que Natalia Mendoza llamó
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EDGAR GUERRA, MEDIACIONES DE VIOLENCIA. DISCURSOS LEGITIMADORES SOBRE VIOLENCIA SOCIAL
Y CRIMINAL: EL CASO LOS CABALLEROS TEMPLARIOS
cartelización (Mendoza, 2017). Para mantener nes criminales y de sus mecanismos de diferen-
este modelo criminal, la violencia se constituyó ciación y evolución interna, pero también de los
como el mecanismo que garantizaba la repro- mecanismos que condicionan la producción de
ducción del modelo (Guerra, 2014-2022, Trabajo violencia criminal, pero que se anclan en el espa-
de campo, Tierra Caliente). La violencia no sólo cio social y regional. En ese sentido, el concepto
se ejercía con fines de mantener a Los Zetas y puede ser útil para ensayar en otros contextos
a otros grupos armados fuera de los límites te- y, en ese sentido, continuar contribuyendo al
rritoriales, sino también, con el fin de asegurar entendimiento de la violencia criminal. Si bien
delitos. Su función como elemento fundante de es cierto que sobre la violencia criminal hemos
las economías se dio a través del sometimien- avanzado enormemente en su comprensión, aún
to, despojo, enajenación y miedo. La violencia falta profundizar en el espacio de las subjetivi-
se usaba como un mecanismo legítimo de expo- dades, de lo simbólico y lo cultural. Este trabajo
liación de la riqueza social. De ahí su éxito en su es una contribución en esa vía.
reproducción.
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violencia en ese mismo ámbito delictivo. En este Atuesta, Laura H. (2018), “Militarización de la lucha
escrito, se exploró el concepto de mediaciones contra el narcotráfico: los operativos militares
(Sánchez Pacheco, 2020) para entender cómo como estrategia para el combate del crimen or-
las violencias se legitiman en los discursos so- ganizado”, en Laura H. Atuesta y Alejandro Ma-
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diana. Metodológicamente, esas mediaciones se las drogas, Ciudad de México, CIDE.
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casi una década la hacían un caso idóneo para
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