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coordinador
Gustavo Remedi
Pablo Alvira
Deborah Duarte
Gustavo Remedi
Lucía Naser
Alejandro Gortázar
Marisa Ruiz
Federico Pritsch
prólogo
Transculturaciones plebeyas
Pablo Alabarces
1.
En algún momento de comienzos de siglo, hacia 2002, escribí:
«lo popular había dejado de existir. Muerto de mala muerte, muerto de silencio.
Si lo popular había debido ser violentado académicamente para ser transformado
en objeto de saber —esa era la principal enseñanza de De Certeau—, la academia
volvía sobre sí misma y decretaba, en su expulsión del mapa de lo nombrable, una
muerte peor: la del significante».
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Transculturaciones plebeyas / Pablo Alabarces • prólogo
2.
No deja de ser irónico que, ya entrado el siglo xxi, volvamos a usar
una palabra, «plebeyo/a», puesta en circulación por Edward P. Thompson
en 1963, en La formación de la clase obrera en Inglaterra hace sesenta años.
Posiblemente, porque las transformaciones del neoliberalismo no permitie-
ron —no estaba en su programa— la desaparición de los plebeyos y de las
plebeyas, ni mucho menos de las condiciones que las y los constituían como
tales. Condiciones, permítaseme otro anacronismo, objetivas. Y para más
anacronismo, recuperamos otro concepto, «transculturación», acuñado por
el cubano Fernando Ortiz en 1940 y retomado por Ángel Rama en 1982.
Decididamente, la reaparición de los estudios sobre las culturas popu-
lares en América Latina nos habla más de continuidades que de fracturas.
Porque no se trata de un mero ejercicio de historia intelectual; se trata de
un nuevo ejercicio de comprensión, de explicación y de intervención (ne-
cesariamente política).
3.
Porque esos estudios sobre las culturas populares han reaparecido, y este
libro es una gran señal en esa dirección. ¿Qué había después de la hibrida-
ción? Más duración que novedad, aun con las sin duda indudables trans-
formaciones de las sociedades, las economías, las políticas y las culturas. La
continuidad básica es la de la dominación, la jerarquía y la subalternidad
como principios estructurantes de nuestras sociedades latinoamericanas,
desde el racismo colonial hasta la organización capitalista. Y una segunda
continuidad, que es la de lo democrático como el horizonte normativo
de nuestra interpretación. Continuidad entonces de la dominación y la
subalternidad estructurando sociedades desiguales, jerárquicas y no demo-
cráticas; y continuidad de lo democrático entendido como postura radical,
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Transculturaciones plebeyas / Pablo Alabarces • prólogo
4.
En esa reaparición se alinean la edición de la Revista Encuentros Lati-
noamericanos, a fines del 2019, organizada también por Gustavo Remedi
con el título «La esfera pública plebeya en América Latina: prácticas sub-
alternas, usos y significaciones»; y, en el mismo año, una Conferencia que
invoca la categoría en su título (la Conferencia Internacional de Comu-
nicación y Cultura Popular en América Latina y el Caribe, en Santiago de
Chile, organizada por Chiara Sáez, Christian Spencer y Antonieta Vera,
de la Universidad de Chile y la Universidad Mayor), que también están
organizando un volumen sobre la cultura popular chilena y un número
especial de la revista Comunicación y Medios. Antes de eso, apenas tenemos,
como actividad institucional, al Seminario Permanente de Cultura y Re-
presentaciones Sociales, dirigido por Gilberto Giménez en el Instituto de
Investigaciones Sociales de la unam, que en 2012 dedicó su ciclo anual de
conferencias a «El retorno de las culturas populares en las ciencias sociales»,
editando consecutivamente un número de su revista (en el mismo 2012) y
un libro, en 2017. Y hoy, este nuevo volumen.
No parece mucho; sin embargo, son indicios potentes de nuevas agendas.
5.
Transculturadores, mejor que transculturación. La categoría expan-
de la noción de «intelectuales mediadores» formulada por los populistas
argentinos —especialmente, Jorge Rivera— y parece más adecuada a las
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Transculturaciones plebeyas / Pablo Alabarces • prólogo
6.
La mejor definición de lo popular es, como dice Gustavo Remedi, la
de un «lugar heurístico» desde el que podemos —y debemos— repensar
nuestras sociedades y nuestras culturas, haciendo buenas preguntas a los
nuevos problemas. Si seguimos creyendo en una cultura democrática como
horizonte necesario, esas preguntas son indispensables. Este libro abunda
en ellas, que es lo que queríamos demostrar.
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