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Introducción

Medellín del Hip al Hop

El hiphop empezó a desarrollarse en Medellín desde mediados de los años ochenta como
una forma de expresión que identifica, mayoritariamente, a los jóvenes de los sectores
marginados de la urbe. Este movimiento artístico y cultural en sus inicios se tomó como
una moda (1982-1986) y, después de casi desaparecer en la ciudad, se retomó a finales de
los ochenta como estilo y forma de expresión.

Hoy el hiphop se ve en todo el mundo, desde Nueva York a Paris, donde se encuentra una
amplia escena artística e industria discográfica, pasando por los innumerables países de
África, Asia, Oceanía, Europa y América, desde los cuales sus jóvenes, ya sean negros,
judíos, blancos, musulmanes, encuentran en el hiphop un modo de expresión para develar la
corrupción, la violencia, la marginalidad y pobreza de sus barrios, ciudades y países.

La llamada cultura hiphop es una identidad juvenil que nace de la espontaneidad. En él los
jóvenes encuentran mecanismos de expresión artística y cultural como el rap, el más visible
en la ciudad, el cual es un género musical que representa los acontecimientos del lugar que
habita el rapero o las vivencias del mismo, es decir, “la CNN del barrio”, como lo expresan
los mismos hiphopers.

A su vez, está el baile del break dance, que se ha desarrollado de una manera más
subterránea en Medellín, aunque fue la primera manifestación conocida del hiphop; y el
graffiti, que se hizo evidente en los muros de los barrios periféricos y centro de la ciudad
cuando grupos de muchachos plasmaron su apodo o nombre del grupo artístico al que
pertenecían, marcando territorio y diciéndole a la comunidad urbana que existían. También
está el elemento del deejay, que mediante rayones de aguja a un long play en el tornamesa
genera irreverentes ritmos musicales. Estos cuatro elementos artísticos se acompañan de
ropas holgadas y la jerga callejera, todos ellas identificando al joven hiphoper.
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La música interactúa con el joven y éste construye una identidad alrededor de los sonidos y
ritmos del hiphop. Crea una cultura, una manera de pensar y actuar, una forma de vestirse,
de expresarse y comportarse ante la sociedad, comparte su visión del mundo con su
lenguaje propio, trasmiten su conocimiento y sabiduría a otros, se mueve en sus propios
territorios, los barrios y las calles de la ciudad son su casa y su laboratorio.

Con el rap, el break dance, el graffiti y el deejay manifiestan su individualidad, se


convierten en sujetos políticos y sociales, comienzan a hacer parte de esa misma sociedad
que los ha excluido y señalado. Todos y cada uno forma una identidad colectiva, todos y
cada uno son hiphop.

La investigación

La serie de reportajes y crónicas Medellín del Hip al Hop pretende describir cómo es la
escena en la ciudad, quienes son sus seguidores, su desarrollo artístico, cultural y social. A
partir de testimonios e historias de vida, como pequeños retazos, se puede vislumbrar un
poco lo que mueve y motiva a los hiphopers. El objetivo es informar sobre la construcción
de identidad que tienen los jóvenes con el hiphop y cuáles son sus modos de expresión que
permiten su desarrollo dentro de la ciudad.

La investigación se realizó, partiendo del conocimiento previo que tenía sobre la escena
hiphop local, con entrevistas a profundidad con jóvenes adscritos al movimiento cultural y
artístico, además con documentación bibliográfica y audiovisual sobre el hiphop de otras
latitudes, sobretodo de Estados Unidos, la cuna de esta llamada cultura. Además, como
parte fundamental, fue el trabajo de observación del entorno de los hopers y la intromisión
en sus conversaciones y vidas, como uno más de ellos.

El acercamiento al hiphop y sus seguidores, que puede ser difícil para muchos profesionales
de las ciencias sociales alejados de este movimiento, para mí no fue complicado. Gracias a
que toda mi vida he compartido y he vivido el hiphop, como parte indispensable y

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fundamental de mí ser, pude ganarme la confianza de muchos hopers. Es más, antes de
decidirme hacer el trabajo periodístico ya conocía a muchos artistas del hiphop, algunos de
ellos amigos con los que he compartido mis días bailando break dance o cantando rap. Así
que sus territorios y sus códigos también eran los míos. El verdadero reto fue escribir de
algo tan común y cotidiano para uno.

Así pues, el libro cuenta con nueve textos periodísticos que hablan de distintos aspectos de
la cultura hiphop de Medellín. El ensayo histórico, la voz de la barriada, toma la historia
del hiphop, sus elementos de expresión, su llegada a Medellín y la importancia social para
la juventud paisa. Hiphop en la caverna, el proceso y desarrollo comercial de la escena
artística, que desde su entrada en los ochenta ha sido relegada al comercio subterráneo. El
Hiphop es mi guía, testimonio del rapero Lupa, del grupo Sociedad FB7, quien encontró en
la música una alternativa de vida.

También presentó el reportaje Más allá de la mitad del camino, que narra la historia del
grupo Laberinto y sus integrantes Jr. Ruiz y El Flako, quien es uno de los grupos más
reconocidos no sólo de Medellín sino el país, y La nororiental respira Hiphop, una crónica
de uno de los sectores del Área Metropolitana donde hay una gran cantidad de jóvenes que
toman el hiphop como forma de vida, entre ellos el grupo Crew Peligrosos, quienes tienen
una escuela en el barrio Aranjuez.

Los textos finales son Detrás del scratch, el perfil de Luis Calderón, DJ Luigi, uno de los
pocos disc jockey de hiphop en la ciudad. Cuenta cómo se hizo deejay y la importancia de
este elemento dentro de la escena. También podremos encontrar la crónica Música, sudor y
adrenalina, que relata como los jóvenes hiphopers interactúan en la ciudad, en este caso las
fiestas y los lugares de encuentro. Además, El sicario de la lírica, la entrevista al rapero
puertorriqueño Mexicano, que estuvo en Medellín y fue el tercer artista internacional
(reconocido, casi famoso) de rap en estar en nuestra ciudad.

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Por último está el epílogo A solas con el Hiphop, una narración en primera persona y,
obviamente subjetiva, de cómo personalmente he tomado el hiphop en mi vida y qué
significa para mí.

Los anexos son algunos de los textos periodísticos que publiqué en diferentes medios de
comunicación como De La Urbe, periódico universitario de la Facultad de
Comunicaciones, de la Universidad de Antioquia, y los diarios El Colombiano y La Chiva,
durante mis años de estudiante de periodismo.

En este apartado podremos encontrar las crónicas “Break-France”, que narra el viaje del
grupo de break dance Kaóticos a Francia, Break dance al piso, sobre un reto de baile en el
Municipio de Bello y El ritmo de las calles, que habla del grupo Sociedad FB7. Además los
informes hechos para el diario El Colombiano y periódico La Chiva; MC Kno le hace
honor al lenguaje hiphop, Hiphop se toma la ciudad y Como gallos se enfrentan los
raperos.

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