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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA

CENTRO UNIVERSITARIO PARRAL

EDUCACION PARA LA SALUD COMO PRACTICA SOCIAL

RESUMEN DE LA PARTICIPACIÓN SOCIAL COMO UNA ESTRATEGIA

EN LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD

L.E: MIGUEL DOLORES MADERA RODRIGUEZ

E.L.E REBECA MAYNEZ BACA

MATRICULA: 358235

FECHA DE ELBORACIÓN: 09/02/2023


La participación en salud ha sido incorporada dentro de las políticas y
en las reformas del sector en numerosos países del mundo. A pesar de
su amplia implementación mediante mecanismos que involucran a la
comunidad, a los pacientes y a los usuarios en los servicios de salud,
su impacto o efectividad ha sido cuestionada tanto en países
desarrollados como en países con bajos ingresos.

Este concepto, abordado desde campos como el desarrollo social, en


general, y el de la salud, en particular, ha sido una idea polisémica en
el mundo contemporáneo. Aunque se hable de participación política,
ciudadana, social, comunitaria, empresarial, y se haga constante
alusión a ella en discursos políticos, programas y proyectos de
desarrollo, esta noción ha cobrado diversos significados a lo largo de la
historia.

En la actualidad, gran parte de las iniciativas de reforma a los sistemas


de salud utilizan un enfoque sobre la participación, centrado en las
personas más que en el de las comunidades; este concepto de
participación establece que la población es portadora de necesidades
que los servicios de salud deben tratar de satisfacer, entendiendo al
ciudadano como consumidor o cliente en la prestación de un servicio
de salud y desestimando en ocasiones el propósito de estimular la
autonomía local y la participación activa en la política de salud . Así, la
participación ha sido incorporada en las reformas del sector en
numerosos países, siendo implementada tanto en países desarrollados
como en países de bajos ingresos. convirtiéndola en una característica
de su política gubernamental en la mejora de la calidad de los
servicios.
LA PARTICIPACIÓN SOCIAL COMO UNA ESTRATEGIA

EN LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD

Desde una perspectiva histórica, el concepto de participación tomó


fuerza a partir de la declaración de Alma-Ata en 1978, momento en el
que «se centra la atención en la comunidad y su participación como
estrategia central para lograr el acceso universal a los servicios (Bang,
2014, p. 114).

Sin duda alguna, la declaración de Alma-Ata se convirtió en un


importante referente para la construcción de políticas de salud en el
mundo, catapultando una serie de proyectos, programas y experiencias
de participación en la salud (Malo, 2010).

Particularmente, en América Latina, la declaración trajo consigo la


necesidad de considerar la participación comunitaria como un
componente esencial en la organización de la atención en salud.

Luego, en 1986, surgió como un hecho importante en el mundo de la


salud pública, la Carta de Otawa de promoción de la salud, a través de
la cual se reforzaría la acción comunitaria. Retomando la idea central de
la declaración de Alma-Ata, la Carta de Otawa avanzaba en la
conceptualización y discusión de la participación comunitaria al
relacionarla con el poder (Malo, 2010).

Aquí la noción de participación no fue solamente entendida desde una


visión técnica (involucrase en la gestión de la salud), sino como un
ejercicio real del poder, dotándola de un carácter eminentemente
político.

Finalmente, como un referente histórico importante, aparece, en el


año 2008, el Informe Mundial de la Comisión de Determinantes Sociales
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del cual se
reconoce la distribución desigual de poder (inequidad) como un factor
que redunda negativamente en el perfil de salud de los pobladores. Por
ello, en el informe se propone «dar poder efectivo a todos los grupos de
la sociedad y mantener un marco de participación social en la
formulación de políticas» (OMS, 2008).

Ahora bien, los tres enfoques que el sector salud ha tenido sobre la
participación comunitaria se basan en considerarla como:

1) un aporte de trabajo voluntario de la comunidad a programas


específicos de la Atención Primaria de Salud (APS).

2) como convocatoria a la población para orientar el uso adecuado de


los servicios de salud y la extensión de la cobertura de dichos servicios.

3) como promoción de las acciones para fortalecer los sistemas locales


de salud impulsados por la OMS.

A grandes rasgos, el concepto y los significados que ha cobrado la


noción de participación comunitaria podrían ser entendidos bajo una
lectura históricamente situada. Ello implica considerar cuatro grandes
momentos o tendencias, atravesados transversalmente por los
cambios que se han dado al interior del Estado y su relación con la
sociedad civil. Estas tendencias están signadas por cuatro momentos
políticos que marcaron la historia de la segunda mitad del siglo XX: la
Guerra Fría, la crisis de las ideologías, el contexto de los programas de
ajuste y la consolidación de las democracias modernas. (Briceño-
León, 1998)

Motivación para buscar información sobre salud

Se ha demostrado que la participación en las comunidades locales


está relacionada con la motivación para buscar información sobre
salud. Una condición previa para la formulación de políticas con
participación es el acceso de las personas a la información sobre temas
de salud pública.

El participante de la comunidad socialmente comprometido está


orientado a la búsqueda de información para cumplir con su papel
como ciudadano, y el individuo que está motivado por la salud tiene un
papel activo en su comunidad. Cuando las comunidades están bien
informadas sobre temas de salud, su participación en un sistema
puede servir para mantener el servicio. Sin embargo, se ha prestado
poca atención a la investigación relacionada con la motivación de los
participantes. (Meier B, Pardue C, 2012)

La percepción que el conocimiento de expertos es de mayor valor que


las creencias de la comunidad puede dar lugar a la falta de motivación
en la participación y por lo tanto a la pérdida de importantes fuentes
de conocimiento ciudadano, particularmente relevante para la toma de
decisiones por parte de las instituciones. (Anderson E, 2006)
Control en la planificación en salud y mejora en la toma de decisiones

La participación incrementa el control de la planificación,


implementación y evaluación de los programas de salud tanto
individual como colectiva, permitiendo que los programas y servicios
mejoren de forma exitosa la salud (Preston R, Waugh H, Larkins S,
Taylor J, 2010).

La participación en la planificación comprende la identificación y


priorización de las necesidades específicas, permitiendo una mejor
toma de decisiones por parte de los proveedores y originando a su vez
mejores resultado en salud, así como una mejor distribución de los
recursos.

Mejora en la calidad de los servicios de salud

La participación es un componente esencial de la efectividad, eficiencia


y cuidado de la salud. En los países con bajos ingresos la participación
significativa es una estrategia para mejorar la atención primaria en
salud en pro de ofrecer servicios de salud de alta calidad, y se
considera un elemento clave para el fortalecimiento de un sistema de
salud eficaz (Currya L, Alpern R. 2012).

Los servicios de salud rurales deben comprender servicios integrales y


sostenibles, así como contar con la disponibilidad y la proximidad de
estos para cubrir las necesidades de la población. Se ha demostrado que
la participación tiene incidencia en la accesibilidad a los servicios de
salud, principalmente de las áreas rurales.
La participación en salud incluye diferentes definiciones, entre las más
conocidas se encuentran: la participación social, que hace referencia al
derecho en la toma de decisiones acerca de la salud, la política y la
planificación; la participación de la ciudadanía, entendida como una
fiscalización por parte de la comunidad de la calidad, efectividad y
oportunidad del servicio y el uso eficiente de los recursos, apoyando los
derechos de los pacientes; y la participación comunitaria, entendida
comúnmente como actividades de promoción de la salud llevadas a cabo
por la comunidad, así como la participación en la evaluación de sus
necesidades y estrategias de organización para satisfacer esas
necesidades.

Son diversos los factores que favorecen una participación efectiva en


salud; estos dependen tanto de la población como de los proveedores de
salud o de políticas en salud. Se evidencia el papel de la información
como una variable clave en la participación, por lo que es crucial generar
estrategias informativas y educativas en cuanto a la participación en
salud. Se rescata la importancia de la participación autónoma, de abajo
hacia arriba, y promovida desde lo local, generando la participación de la
comunidad de forma espontánea y representativa.

Estos son elementos importantes para determinar la aceptación e


impacto de los programas o servicios de salud. Son múltiples los
beneficios asociados con la participación en salud: el control en la
planificación, priorización de necesidades, así como toma de decisiones
más acertadas, que pueden al mismo tiempo originar cambios de
comportamiento en las poblaciones, incremento en la calidad,
accesibilidad y aceptabilidad de los servicios, generando impactos
importantes en los resultados y gasto en salud.
Referencias

BANG, C. (2014). Estrategias comunitarias en promoción de la salud mental: construyendo una trama
conceptual para el abordaje de problemas psicosociales complejas. Revista Psicoperspectivas, 13(12), 114.

MALO, M. (2010) La participación en salud: una cuestión política. En Levy, J. y Malo. M. De la participación
en salud a la construcción del poder popular. Experiencias para el debate (pp. 5-14). Maracay: IAES Dr.
Arnoldo Gabaldón.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. (2008). Subsanar las desigualdades en una generación. Resumen
analítico del informe final. Recuperado
de http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/69830/WHO_IER_CSDH_08.1_spa.pdf;jsessionid=A88
622B5943EB03797DC90A864929BF?sequence=1

BRICEÑO-LEÓN, R. (1998). El contexto político de la participación comunitaria en América Latina. Cadernos


de Saúde Pública, 14(2), 141-147.

Meier B, Pardue C, London L. Implementing community participation through legislative reform: a study of
the policy framework for community participation in the Western Cape province of South Africa. BMC
International Health and Human Rights. 2012; 12(15): 1-14.

Anderson E, Sheperd M, Salisbury C. ‘Taking off the suit’: engaging the community in primary health care
decision-making. Health Expectations. 2006; 9: 70-80.

Preston R, Waugh H, Larkins S, Taylor J. Community participation in rural primary health care: intervention
or approach? Australian Journal of Primary Health. 2010; 16: 4-16.

Currya L, Alpern R. Community perspectives on roles and responsibilities for strengthening primary health
care in rural Ethiopia. Global Public Health. 2012; 7(9): 961-973.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA
CENTRO UNIVERSITARIO PARRAL

EDUCACION PARA LA SALUD COMO PRACTICA SOCIAL

ENSAYO DE PLANES Y ESTRATEGIAS DE PARTICIPACIÓN SOCIAL EN EL CONTEXTO POLÍTICO


NACIONAL Y ESTATAL.

L.E: MIGUEL DOLORES MADERA RODRIGUEZ

E.L.E REBECA MAYNEZ BACA

MATRICULA: 358235

FECHA DE ELBORACIÓN: 09/02/2023


La participación ciudadana es un tema recurrente tanto en el ámbito
político como en el académico; sin embargo, hay que distinguir entre
diferentes tipos de participación y revisar el papel que juega el marco
institucional para impulsar o limitar su alcance. El propósito del
presente ensayo es examinar, desde la perspectiva de la gobernanza,
el papel de la participación ciudadana en los procesos de política
pública, así como las restricciones y oportunidades que ofrece su
institucionalización. En términos generales, la participación ciudadana
es el involucramiento de los individuos en el espacio público estatal y
no estatal desde su identidad de ciudadanos, es decir, de integrantes
de una comunidad política. Esta participación está vinculada a los
modelos de democracia y al tipo de relación gobierno-sociedad que se
quiere construir. Sobre la democracia hay diversas visiones, no hay un
único modelo sino varios y en la realidad los encontramos mezclados:
liberal, republicana, deliberativa. La democracia es un proceso para
alcanzar la libertad y la igualdad en dignidad y derechos para todos.
Tiene que ver con la extensión del derecho de participar, que se basa
en el reconocimiento de que el ciudadano alcanzó la mayoría de edad y
debe decidir libremente su vida individual y colectiva. Consideramos
importante el tema de la participación ciudadana en los procesos de
políticas públicas porque constituye un elemento fundamental y
condición de posibilidad para la gobernanza democrática, y puede
llegar a constituir un mecanismo para el empoderamiento social.

El tipo de participación al que referimos en el presente ensayo es la


ciudadana institucionalizada relacionada con las políticas públicas, más
allá de los procesos electorales que tienen como finalidad única la
formación de la autoridad legítima.

Entre los instrumentos formales podemos distinguir los que implican


una participación solamente de tipo individual, y los que contemplan
una participación que puede ser individual o colectiva. Entre los
mecanismos individualizados destacan la consulta pública, el
referéndum y el plebiscito, que pueden tener efectos vinculatorios o
no. Estos instrumentos pueden emplearse para la conformación de una
orientación general de las políticas, la definición de una agenda pública
y sus prioridades, o la aprobación del marco legal que les dará
fundamento. (Aguilar Villanueva, Luis. 2006)

En México, el plebiscito y el referéndum están contemplados en el


marco legal de más de 20 entidades federativas (Zayas Ornelas,
2007); las consultas públicas existen como una herramienta opcional y
sus resultados no son obligatorios para la autoridad. En cuanto a los
instrumentos formales que pueden favorecer tanto la participación
colectiva y organizada como la individual podemos mencionar las
siguientes:

• La iniciativa ciudadana para promover reformas o nuevos marcos


legales que fijan reglas generales para el diseño e implementación de
políticas publicas. (Aguilar Villanueva, Luis. 2006)

• Los buzones ciudadanos que permiten expresar opiniones,


demandas y sugerencias que moldeen o corrijan las acciones
gubernamentales. (Aguilar Villanueva, Luis. 2006)
• El monitoreo ciudadano, que proporciona información para dar
seguimiento puntual a políticas específicas y abre canales formales
para recibir y atender las observaciones. (Aguilar Villanueva, Luis.
2006)

• La contraloría social o ciudadana, como herramienta para auditar y


evaluar la implementación de políticas. (Aguilar Villanueva, Luis.
2006)

• Los comités y consejos de participación ciudadana, que constituyen


un mecanismo típico de intervención directa de actores no
gubernamentales en distintas fases del proceso de políticas. (Aguilar
Villanueva, Luis. 2006)

La participación social y política está relacionada con la pertenencia a


un grupo social, pero sobretodo se refiere a un cierto tipo de acciones
mediante las cuales una sociedad, una comunidad o una colectividad
define y redefine sus objetivos, sus medios, sus formas de
organización y los tipos de relaciones que le dan vida. La participación
política y social se da siempre que una persona se suma a las
discusiones y a las acciones sobre los temas que afectan a su
colectividad. Cada vez que las personas se juntan para tomar
decisiones o realizar acciones sobre lo que consideran como los
intereses, las problemáticas o los deseos de su colectividad, estamos
frente a la participación social y política. (Fals Borda, Orlando.
1996)

También podemos hablar de participación social y política cuando una


persona, por ejemplo, se manifiesta en desacuerdo con lo que su
colectividad espera de él o de ella y decide no hacer lo que se le
impone. Es decir, cuando una persona se aparta de las decisiones de
su colectividad porque considera que le afectan de manera personal.

Si bien las motivaciones de la participación política y social pueden ser


muy distintas, todas las acciones de participación requieren un sentido
profundo de nuestro contexto social e histórico, conocer nuestros
deseos, las aspiraciones de nuestras comunidades y el compromiso de
vincularnos a la defensa o a la búsqueda de nuevas formas de vivir
colectivamente. (Fals Borda, Orlando. 1996)

La participación social y política surge entre quienes perciben que se


puede vivir de otra manera. Si bien ella puede ser el resultado de un
sentimiento de inconformidad con las relaciones sociales en que se
vive, aquello que resulta indispensable para su comprensión es más
bien el deseo de transformación de las relaciones del tejido social,
aquello que es indispensable para su emergencia. (Fals Borda,
Orlando. 1996)

La apatía, el pesimismo y el personalismo son algunos de los


obstáculos que hacen que la gente no se vincule en procesos de
redefinición de las relaciones sociales. Mucha gente piensa que el
mundo en el que nació y las relaciones que entabla con las personas
son inmodificables, y eso la lleva a no participar. Otros y otras piensan
que participar social y políticamente es demasiado riesgoso, y
prefieren no hacerlo. O existen quienes piensan que la participación
social y política es una cosa de personas expertas; por esa razón
deciden no participar. (Foucault, Michel. 1967)
Además del derecho a elegir y ser elegidos, nosotros y nosotras
tenemos la posibilidad de emprender acciones directas de
transformación de los tejidos sociales en los que habitamos, en tanto
ciudadanos y ciudadanas comprometidos con nuestro entorno y con la
manera en que queremos vivir. Existen varias formas de participar
social y políticamente, y todas son igualmente importantes e
igualmente valiosas. Por ello la participación, política y socialmente,
debe entenderse como una acción creativa, de construcción colectiva,
en la que podemos intercambiar experiencias y saberes relativos a
nuestros deseos, motivaciones, formas de organización y acciones de
transformación.

ESPACIOS DE PARTICIPACION SOCIAL Y POLITICA

Los espacios de participación ciudadana sirven para que los ciudadanos


y ciudadanas se acerquen a las autoridades públicas con el fin de
integrar las problemáticas, los intereses y la voz de grupos particulares
a las labores de decisión, gestión y veeduría pública. De este modo la
ciudadanía logra involucrarse en el diseño y funcionamiento de las
políticas públicas, y ejercer control sobre el desempeño de aquellas y
aquellos que escogió como sus dirigentes. (Foucault, Michel. 1967)

Es verdad que la ciudadanía puede solicitar esos espacios de encuentro


a sus dirigentes, e institucionalizarlos. Pero la ciudadanía es un
ejercicio activo y no podemos negar que ella crea, de manera
permanente, espacios de encuentro, reflexión y decisión diferentes. La
constante invención de espacios de participación en los que se definen
y se redefinen los asuntos que nos conciernen a todos y todas es una
práctica esencial de la participación política y social. (Foucault,
Michel. 1967)

Podríamos hablar de dos tipos de espacios de participación política y


social. El primero podría llamarse Espacios Institucionales de
Participación Ciudadana, por estar constituido legalmente y tener la
intención de permanecer en el tiempo.

El segundo tipo podría recibir el nombre de Espacios Informales de


Participación Ciudadana, por no estar constituido legalmente ni tener
la intención de permanecer en el tiempo.

Resulta inconveniente pensar que los espacios de participación política


y social están exentos de relaciones de poder. Ellos también se
constituyen a partir de reglamentaciones excesivas, y están sujetos a
prácticas y hábitos heredados como el clientelismo o los patrones
informales de comportamiento que se establecen sobre la marcha, y
que, finalmente, determinan quiénes son aptos para participar y de
qué maneras. Es claro que la acción de los espacios de participación
política y social está orientada la búsqueda de unos objetivos
explícitos. Sin embargo, en ellos también es posible aprender y criticar
las formas de participación a través de su problematización y
reinvención. La práctica transformadora de estos espacios ocurre en
dirección de los problemas que los orientan, pero también ocurre sobre
las formas de participación mismas. Es decir, que cuando participamos
lo hacemos desde ellas, y es desde ellas que se persiguen los objetivos
de los espacios de participación. (Habermas, Jürgen. 1981)
Las acciones de las organizaciones y movimientos no se crean de la
nada. Los repertorios de contestación se refieren a las formas de hacer
y de actuar que constituyen la historia de las movilizaciones sociales
(sus rutinas, sus procedimientos habituales y sus prácticas) que se
ponen en marcha en distintos tiempos y de distintas formas para hacer
exigencias al gobierno o para manifestar inconformidades ante la
sociedad o grupos sociales específicos.

Las organizaciones o movimientos sociales retornan constantemente


sobre este tipo de repertorios para crear nuevas estrategias de
movilización, confrontación y transformación.

En las acciones de transformación se aprovechan los saberes de las


personas tanto como su capacidad para aprender. Estas acciones
responden a nuevas formas de dibujar las relaciones entre las
personas que se supone que saben y las que no, y entre unos saberes
y otros. Y se orientan a la puesta en diálogo de los saberes de cada
uno o cada una, y a poner esos saberes al servicio de las inquietudes
de otros u otras.

La producción propia de conocimiento permite no solo sopesar los


efectos prácticos de nuestras acciones de transformación, sino
desarrollar transformaciones propias en los ámbitos de producción de
conocimiento y de saber.
GLOSARIO:

Articulación

Enlace o unión que existe entre las partes que conforman un todo. En el léxico político este sustantivo se utiliza
para nombrar el tipo de vínculos que establecen entre distintas organizaciones e iniciativas sociales para buscar
un objetivo común.

Autonomía

Es la capacidad de una persona o colectividad de darse orden y gobernarse a sí misma y de tomar sus propias
decisiones sin intervención ajena.

Autoritarismo

Sistema de gobierno que toma como fundamento la sumisión incondicional a la autoridad de quien ejerce el
mando. Quien ejerce su mandato de manera autoritaria no permite que nadie cuestione su opinión ni se
sustraiga a sus designios.

Clientelismo

Práctica de la participación política basada en la que los o las aspirantes a funcionarios públicos ofrecen a sus
posibles representados prestaciones o servicios a cambio de sus votos o su respaldo en las elecciones.

Colectividad

Grupo de personas reunidas por razones históricas, culturales o sociales que puede o no estar de acuerdo en
sus opiniones.

Contingente

Se dice de un episodio u acción que ocurre fuera de lo planeado o esperado. Una acción política es contingente
cuando de alguna manera se posiciona fuera de los planes o estrategias que orientan esa acción o cuando no
responde a ellas.

Concomitante

Se dice de aquello que aparece o actúa conjuntamente con otra cosa o en una dirección similar.
D

Debate

Discusión o contienda verbal, discursiva, en la que quienes participan manifiestan sus puntos de vista sobre una
situación o problema.

Estrategia

Técnicas, medios y actividades que se disponen de manera ordenada para lograr un objetivo previamente
definido.

Extrajudicial

Se dice de aquello que esta o que ocurre por fuera de las leyes de un país o por fuera de su sistema judicial.

Gestionar

Este verbo señala la acción de llevar a cabo los trámites, las diligencias y, en general, las acciones necesarias
para desarrollar un proyecto o un deseo.

Hilarante

Se dice de una persona o situación que mediante el absurdo aspira alegría y fuertes ganas de reir. Identidad
Conjunto de símbolos, creencias y valores propios de una persona o colectividad que lo o la caracterizan frente a
otros u otras.

Legitimidad

Respaldo popular del que goza una persona, una práctica, una institución o un gobierno. De todo aquello que se
dice que es ilegítimo es porque carece de ese tipo de respaldo.
BIBLIOGRAFIA

Aguilar Villanueva, Luis. (2006). Gobernanza y gestión pública. México: FCE.

Fals Borda, Orlando. (1996). La situación actual y las perspectivas de la investigación acción participativa
en el mundo. Disponible en: http://www.gumilla.org/ biblioteca/bases/biblo/texto/COM199694_14-
20.pdf

Foucault, Michel. (1967). De los espacios otros. Disponible en: http://yoochel.org/wp-content/


uploads/2011/03/foucalt_de-los-espacios-otros.pdf

Habermas, Jürgen. (1981). Historia y Crítica de la Opinión Pública. MassMedia.

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