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Antes de ingresar, vi impresa mi huella en algunas

cabinas, que de forma especial esperaban a todas
las mascotas.

Nos aconsejaron que nos acomodáramos al fondo,

desde donde pudimos ver toda la ciudad, era tan
hermosa, ¡nunca la vimos desde un lugar tan alto!

con nosotros.
responsabilidades que tenía Jime por ingresar
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teníamos todo tipo de información que nos indicaba
Cuando llegamos, todo era grande y asombroso,

Pudimos conocer algunos amigos caninos que Mi

Teleférico cuidaba, vivían felices, cada uno con
una historia conmovedora, que encontraron en ese
lugar, un hogar donde los querían y protegían.
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Cuando llegamos al parque, nos sorprendimos

porque muchas personas utilizaban Mi Teleférico,
para llegar hasta ahí.

Nos quedamos hasta tarde jugando con otras

familias, la sonrisa de Jime y la felicidad de los
niños hicieron que ese día fuera inolvidable.

Desde ese día, no puedo esperar para volar de

nuevo en Mi Teleférico

tanta alegría, casi olvidamos mi correa corta.

Maxi con todo equipado para su comodidad. Con
collares, preparó mi bozal y el contenedor de
súper guapetones, nos puso nuestros mejores
temprano Jime nos dejó bien bañaditos para estar
Pero antes de iniciar este fantástico paseo, muy
Teleférico para visitar nuestro parque favorito.
Un día Jime nos dijo que volaríamos por Mi

Maxi como toda gata glotona ya tenía hambre,

pero Jime le recordó que por educación y respeto
con los demás no podía comer dentro de
Mi Teleférico, sin embargo cuando llegáramos
comería todo lo que quisiera, Maxi sonrió
como nunca.