Está en la página 1de 5

TASTET:

LA CIUDAD DE LAS BESTIAS.


Isabel Allende

TEXTO:

JAGUAR

Siguieron a Mauro Carías hasta un patio formado por


los remolques
colocados en círculo, en cuyo centro había una improvisada jaula
hecha con palos y alambrado de gallinero. Adentro se paseaba un
gran felino con la actitud enloquecida de las fieras en cautiverio.
Era un jaguar negro, uno de los más hermosos ejemplares que se
había visto por esos lados, con la piel lustrosa y ojos hipnóticos
color topacio. Ante su presencia, Borobá lanzó un chillido agudo,
saltó del hombro de Nadia y escapó a toda velocidad, seguido por
la niña, quien lo llamaba en vano. Alex se sorprendió, pues hasta
entonces no había visto al mono separarse voluntariamente de su
ama. Los fotógrafos de inmediato enfocaron sus lentes hacia la
fiera y también Kate Cold sacó del bolso su pequeña cámara
automática. El profesor Leblanc se mantuvo a prudente distancia.

—Los jaguares negros son los animales más temibles de


Sudamérica. No retroceden ante nada, son valientes —dijo
Carías.
—Si lo admira, ¿por qué no lo suelta? Este pobre gato
estaría mejor muerto que prisionero —apuntó César Santos.
—¿Soltarlo? ¡De ninguna manera, hombre! Tengo un
pequeño zoológico en mi casa de Río de Janeiro. Estoy esperando
que llegue una jaula apropiada para enviarlo allá.
Alex se había aproximado como en trance, fascinado por la
visión de ese enorme felino. Su abuela le gritó una advertencia
que él no oyó y avanzó hasta tocar con ambas manos el
alambrado que lo separaba del animal. El jaguar se detuvo, lanzó
un formidable gruñido y luego fijó su mirada amarilla en Alex;
estaba inmóvil, con los músculos tensos, la piel color azabache
palpitante. El muchacho se quitó los lentes, que había usado
desde los siete años, y los dejó caer al suelo. Se encontraban tan
cerca, que pudo distinguir cada manchita dorada en las pupilas
de la fiera, mientras los ojos de ambos se trababan en un
silencioso diálogo. Todo desapareció: se encontró solo frente al
animal en una vasta planicie de oro, rodeado de altísimas torres
negras, bajo un cielo blanco donde flotaban seis lunas
transparentes, como medusas. Vio que el felino abría las fauces,
donde brillaban sus grandes dientes perlados, y con una voz
humana, pero que parecía provenir del fondo de una caverna,
pronunciaba su nombre: Alexander. Y él respondía con su propia
voz, pero que también sonaba cavernosa: Jaguar. El animal y el
muchacho repitieron tres veces esas palabras, Alexander, Jaguar,
Alexander, Jaguar, Alexander, Jaguar, y entonces la arena de la
planicie se volvió fosforescente, el cielo se tomó negro y las seis
lunas empezaron a girar en sus órbitas y desplazarse como lentos
cometas.
Entretanto Mauro Carías había impartido una orden y uno
de sus empleados trajo un mono arrastrándolo de una cuerda. Al
ver al jaguar el mono tuvo una reacción similar a la de Borobá,
empezó a chillar y dar saltos y manotazos, pero no pudo soltarse.
Carías lo cogió por el cuello y antes que nadie alcanzara a
adivinar sus intenciones, abrió la jaula con un solo movimiento
preciso y lanzó el aterrorizado animalito adentro.

Los fotógrafos, cogidos de sorpresa, debieron hacer un


esfuerzo para recordar que tenían una cámara en las manos.
Leblanc seguía fascinado por cada movimiento del infeliz simio,
que trepaba por el alambrado buscando una salida, y de la fiera,
que lo seguía con los ojos, agazapado, preparándose para el salto.
Sin pensar lo que hacía, Alex se lanzó a la carrera, pisando y
haciendo añicos sus lentes, que estaban todavía en el suelo. Se
abalanzó hacia la puerta de la jaula dispuesto a rescatar a ambos
animales, el mono de una muerte segura y el jaguar de su
prisión. Al ver a su nieto abriendo la cerradura, Kate corrió
también, pero antes que ella lo alcanzara dos de los empleados de
Carías ya habían cogido al muchacho por los brazos y forcejeaban
con él. Todo sucedió simultáneamente y tan rápido, que después
Alex no pudo recordar la secuencia de los hechos. De un zarpazo
el jaguar tumbó al mono y con un mordisco de sus temibles
mandíbulas lo destrozó. La sangre salpicó en todas direcciones.
En el mismo momento César Santos sacó su pistola del cinto y le
disparó a la fiera un tiro preciso en la frente. Alex sintió el
impacto como si la bala le hubiera dado a él entre los ojos y
habría caído de espaldas si los guardias de Carías no lo hubieran
tenido por los brazos prácticamente en vilo.
—¡Qué hiciste, desgraciado! —gritó el empresario,
desenfundando también su arma y volviéndose hacia César
Santos.
Sus guardias soltaron a Alex, quien perdió el equilibrio y
cayó al suelo, para enfrentar al guía, pero no se atrevieron a
ponerle las manos encima porque éste aún empuñaba la pistola
humeante.
—Lo puse en libertad —replicó César Santos con pasmosa
tranquilidad.
Mauro Carías hizo un esfuerzo por controlarse. Comprendió
que no podía batirse a tiros con él delante de los periodistas y de
Leblanc.
—¡Calma! —ordenó Mauro Carías a los guardias.
—¡Lo mató! ¡Lo mató! —repetía Leblanc, rojo de excitación.
La muerte del mono y luego la del felino lo habían puesto
frenético, actuaba como ebrio.
—No se preocupe, profesor Leblanc, puedo obtener cuantos
animales quiera. Disculpen, me temo que éste fue un espectáculo
poco apropiado para corazones blandos —dijo Carías.
Kate Cold ayudó a su nieto a ponerse en pie, luego tomó a
César Santos por un brazo y lo condujo a la salida, sin dar tiempo
a que la situación se pusiera más violenta. El guía se dejó llevar
por la escritora y salieron, seguidos por Alex. Fuera encontraron
a Nadia con el espantado Borobá enrollado en su cintura. Alex
intentó explicar a Nadia lo que había ocurrido entre el jaguar y él
antes que Mauro Carías introdujera al mono en la jaula, pero
todo se confundía en su mente. Había sido una experiencia tan
real, que el muchacho podía jurar que por unos minutos estuvo
en otro mundo, en un mundo de arenas radiantes y seis lunas
girando en el firmamento, un mundo donde el jaguar y él se
fundieron en una sola voz. Aunque le fallaban las palabras para
contar a su amiga lo que había sentido, ella pareció comprenderlo
sin necesidad de oír los detalles.
—El jaguar te reconoció, porque es tu animal totémico —
dijo—. Todos tenemos el espíritu de un animal, que nos
acompaña. Es como nuestra alma. No todos encuentran su
animal, sólo los grandes guerreros y los chamanes, pero tú lo
descubriste sin buscarlo. Tu nombre es Jaguar —dijo Nadia.
—¿Jaguar?
—Alexander es el nombre que te dieron tus padres. Jaguar
es tu nombre verdadero, pero para usarlo debes tener la
naturaleza del jaguar.
—¿Y cómo es su naturaleza? ¿Cruel y sanguinaria? —
preguntó Alex, pensando en las fauces de la fiera destrozando al
mono en la jaula de Carías.
—Los animales no son crueles, como la gente, sólo matan
para defenderse o cuando tienen hambre.
—¿Tú también tienes un animal totémico, Nadia?
—Sí, pero no se me ha revelado todavía. Encontrar su
animal es menos importante para una mujer, porque nosotras
recibimos nuestra fuerza de la tierra. Nosotras somos la
naturaleza —dijo ella.
● Después de leer atentamente el texto reflexiona sobre los siguientes
aspectos:

1) César Santos, padre de Nadia, lleva a cabo una acción cruel. ¿Crees que está
justificada o no? Escribe de una forma razonada tus argumentos a favor o en
contra.
La verdad es que no si estoy a favor o en contra debido que entiendo que lo haga
por la seguridad de la gente pero también me parece mal que le haga esto a un
animal que de momento no había echo nada.
2) ¿Cuál es la reacción de Mauro Carías cuando ve que han matado a su jaguar?
¿Por qué no toma represalias contra esta acción? La reacción es de sorpresa y
enfado contra el padre de Nadia debido que le mato a su jaguar pero creo que no
tomo represalias debido a que la otra gente los frenaron tampoco quiso hacerlo
porque había periodistas delante.

3) ¿Qué crees que quiere decirle Nadia a Álex hacia el final de la lectura con la frase:
“Los animales no son crueles, como la gente, sólo matan para defenderse o
cuando tienen hambre”? Que si los animales hacen algo no lo aran porque les
apetece si no que tendrán una razón para hacerlo y también que nosotros los
humanos a veces hacemos cosas que no son necesarias y somos crueles.

4) Esta novela entremezcla elementos muy realistas con otros irreales o mágicos.
Enumera aquellos aspectos de la lectura que te parezcan inverosímiles.

5) ¿Cómo te imaginas a Álex? ¿Y a Nadia?


A Alex me lo imagino delgado como dice el texto con gafas y que es un poco
miedoso también creo que es una persona que imagina muchas cosas en su
mente. Y a Nadia me la imagino alta con el pelo largo y que le gustan los animales
y que daría lo que fuese por defender a uno.

6) Busca en el diccionario de la RAE las palabras que desconozcas.


 Trance:  Momento crítico y decisivo por el que pasa alguien.
 Añicos : Pedazos o piezas pequeñas en que se divide algo al romperse.
 Cautiverio: Privación de la libertad a los animales no domésticos.
 Chamanes:Persona a la que se supone dotada de poderes sobrenatural-
es
 Fauces: Parte posterior de la boca de un mamífero.
 Topacio: Color amarillento.

7) Haz un resumen de unas 8-10 líneas del texto


Todo empieza en que Nadia y Alex van a visitar a un jaguar que esta encerrado en
una jaula. Cuando llegan al sitio el mono de Nadia se volvió loco al ver el jaguar
entonces salieron fuera. Alex cuando vio al jaguar se quico acerca si se empezó a
acercar poco a poco al animal hasta que llego a tocar las barras metálicas de la
jaula. El animal y Alex se pusieron uno enfrente el otro y en el texto describe que
Alex empezó a ver varias cosas fantásticas. Después un trabajador vino con un
mono para dar de comer al jaguar y lo lanzo en la jaula con el animal. Alex cuando
vio esto intento impedir que el animal se comiera el mono i quiso abrir la jaula les
trabajadores retuvieron a Alex y el padre de Nadia al ver que alguien podía salir
herido y que estaba sufriendo encerrado le disparo al animal.
El jefe no tomo represalias y Alex salió a fuera para explicarle lo sucedido a Nadia.

También podría gustarte