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Historia
Descripción
Actualmente todas las divisas del mundo están sujetas entre sí según los flujos de
capitales, lo que hace variar las tasas de cambio y las cotizaciones. Este sistema
de entramado de ligas es lo que le da el valor al dinero.
Por mucho tiempo el dólar fue el pilar de la economía mundial, siendo este la base
para los tipos de cambio y cotizaciones mundiales. Ahora con el euro hay un
mayor entramado de tira y afloja de las ligas que unen a las divisas mundiales.
Nombre
común Retrato y fecha de su Motivo del reverso y Circulació
Denominación Anverso11 Reverso11
(en diseño fecha de su diseño n
inglés)
Monumento a
Un centavo Abraham Lincoln (1909- Lincoln (1959-2008)
penny Amplia
1¢ presente) Escudo de la Unión
(2010-presente)
Franklin D. Rama de
Dime
dime Roosevelt (1946- olivo, antorcha, rama de Amplia
10¢
presente) roble (1946-presente)
Águila calva sobre un
haz de flechas y
George
Cuarto de dólar dos ramas de
quarter Washington (1932- Amplia
25¢ olivo (1932-1998)
presente)
Varios; cinco diseños
por año (1999-presente)
Medio dólar
half John F. Kennedy Sello presidencial Limitada
50¢
Sacajawea con su hijo
dollar Jean Baptiste Águila calva en vuelo
Moneda de un
coin, Charbonneau (2000- (2000–2008)
dólar Limitada
golden presente). Presidentes de Varios; nuevo diseño
$1
dollar los Estados Unidos cada año
(2007-2016; 2020)
Billetes de dólar
Declaración de
Thomas
Dos dólares Independencia Limitada
Jefferson
de Trumbull
Veinte Andrew
Casa Blanca Amplia
dólares Jackson
Capitolio de los
Cincuenta Ulysses
Estados Amplia
dólares S. Grant
Unidos
Precedentes
El color verde del dólar se debe a que, en 1861, el departamento del Tesoro
comenzó a emitir "notas de demanda" llamadas "Green backs" ya que tenían tinta
verde en el reverso.
Reservas internacionales.
Mercados globales
Debido a las fluctuaciones en la cotización del dólar a largo plazo, así como su
influencia mundial, existe un permanente debate sobre si las políticas monetarias
para consolidar un «dólar fuerte» son beneficiosas o no para Estados Unidos y por
extensión para todo el mundo. Históricamente, el gobierno estadounidense ha
preferido un dólar fuerte antes que uno devaluado, lo que conlleva para el país
menores tasas de interés y mayor capacidad de importar productos y endeudarse,
aunque como contrapartida, un dólar cotizado al alza resta competitividad
exportadora a EE. UU., redundando en su fuerte déficit comercial.
Estados Unidos
Eurozona
La adopción del dólar como moneda oficial por parte de terceros países entraña
tanto beneficios como riesgos para estas naciones. Dado que los países que
normalmente optan por la «dolarización» suelen poseer divisas y economías
débiles, la literatura económica tiende a señalar como beneficios potenciales la
estabilidad de precios —baja inflación—, unos menores costes por motivo
transacción, mayor acceso al mercado internacional y un mejor control de las
finanzas públicas. Por el contrario, la adopción del dólar supone la renuncia a
la soberanía monetaria por parte de ese país —además del derecho de señoreaje
— y la imposibilidad de utilizar herramientas de política monetaria cuando la
economía se vea comprometida, pues el control de la divisa está en manos de
Estados Unidos, cuya política económica no tiene por qué ser favorable a la
situación del «país dolarizado». También se señala normalmente como potencial
inconveniente lo muy difícil que resultaría abandonar el dólar como divisa o la
pérdida de competitividad comercial, especialmente en el caso de países en
desarrollo.
Balboa panameño
Aunque con moneda soberana propia, otros países mantienen ligada su divisa al
valor del dólar estadounidense, entre los que se incluyen:
Cerca del 60% de las reservas de divisas de los distintos bancos centrales están
invertidas en activos dolarizados, explica Eswar Prasad, profesor de la
Universidad de Cornell e investigador principal de Brookings Institution, en una
publicación del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas reservas son, para
explicarlo en corto, "los fondos para las épocas de vacas flacas".
Por otra parte, en general los contratos para la compraventa de materias primeras
se fijan y pagan en dólares, incluso los del petróleo. Y por último, dice el analista,
el billete verde es la moneda que se utiliza para "denominar y saldar gran parte de
las transacciones financieras internacionales".
Cambios en marcha
Incluso los bancos centrales están ingresando a escena, con el uso de las
tecnologías nuevas para aumentar la eficacia de los mecanismos de pago y
liquidación para transacciones transfronterizas por conducto de sus instituciones
financieras nacionales. Los bancos centrales de China, los Emiratos Árabes
Unidos, la RAE de Hong Kong y Tailandia están colaborando en dicho esfuerzo y
otros consorcios de bancos centrales participan en ejercicios similares.
Asimismo, hay cambios en curso en los mercados de divisas. Por ejemplo, las
transacciones entre pares de monedas de mercados emergentes se están
facilitando con la madurez de los mercados financieros y los sistemas de pago.
Por lo general, la conversión de estas monedas a dólares, y viceversa, ha sido
más fácil y menos costosa que el intercambio entre ellas. Pero China e India, por
ejemplo, pronto ya no necesitarán intercambiar sus respectivas monedas por
dólares para comerciar en forma económica. Por el contrario, el cambio del
renminbi chino por rupias directamente se tornará más económico. En
consecuencia, la dependencia de “monedas vehículo”, en especial el dólar,
disminuirá.
Monedas digitales
Las tecnologías digitales afectan otros aspectos del dinero. Con la caída rápida del
uso de efectivo, muchos bancos centrales están avanzando, o al menos
experimentando, hacia las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus
siglas en inglés). China, entre las economías principales, está muy adelantada en
sus pruebas de una CBDC.
La perspectiva de un renminbi digital disponible a nivel mundial ha intensificado la
especulación de que la moneda china podría cobrar prominencia y quizás
compararse con el dólar. Pero un renminbi digital por sí mismo no modificará el
equilibrio de poder entre las principales monedas. Después de todo, gran parte de
los pagos internacionales ya son digitales. En cambio, es el Sistema Interbancario
Internacional de China (CIPS, por sus siglas en inglés), el cual se comunica
directamente con los sistemas de pagos de otros países, el que afianzará la
función del renminbi como una moneda de pago internacional.
Incluso en tal caso, el renminbi aún carece de algunos de los atributos clave que
generalmente necesitan las monedas de reserva para que se consideren reservas
de valor confiables. China ha realizado cierto avance en este ámbito: eliminó las
restricciones a los flujos de capitales transfronterizos, dejó librado el valor de la
moneda a las fuerzas del mercado y amplió el acceso de inversionistas extranjeros
a sus mercados de bonos. Pero el gobierno rechazó cambios institucionales
esenciales para cosechar la confianza de inversionistas extranjeros, incluso un
banco central independiente y el Estado de derecho. En efecto, China es la única
economía de monedas de reserva que no comparte estas características.
Aun así, el renminbi tuvo algunos avances como moneda internacional. En cierto
modo, se utiliza para cerca del 3% de las transacciones de pagos internacionales,
y un 3% de las reservas de divisas globales están en renminbi. Tales medidas de
predominio del renminbi casi seguramente aumentarán con el crecimiento de la
economía china y los mercados financieros, y los inversionistas extranjeros,
incluidos los bancos centrales, asignan una fracción mayor de sus carteras a
activos denominados en renminbi, aunque no sea más que para diversificación.
Pero es improbable que el renminbi amenace seriamente el predominio del dólar a
menos que el gobierno chino adopte reformas económicas orientadas al mercado
y actualice su marco institucional.
Simples espectadores
Es posible que las monedas nacionales emitidas por los bancos centrales, en
especial monedas que se consideran menos convenientes para uso o volátiles en
valor, podrían ser desplazadas por monedas estables —las criptomonedas
privadas expedidas por sociedades multinacionales o bancos globales y, por lo
general, respaldadas por el dólar de EE.UU. para mantener la estabilidad— o por
CBDC expedidas por economías importantes. Incluso una criptomoneda volátil
como el bitcóin, además de permitir la fuga de capitales, podría ser preferida a la
moneda local durante trastornos económicos.
Si bien las tecnologías digitales posibilitan nuevas formas de dinero que podrían
poner a prueba dinero de curso forzoso y desencadenar una nueva era de
competencia de monedas nacionales e internacionales, es igualmente probable
que estas nuevas fuerzas intensifiquen la centralización, con el acrecentamiento
de poder e influencia para algunas monedas. En otras palabras, muchos de estos
cambios podrían reforzar, en lugar de debilitar, el predominio del dólar.
La clave para entender cómo el dólar se convirtió en la divisa por excelencia de las
reservas está en la Segunda Guerra Mundial. Antes de entrar en el
conflicto, reseña Investopedia, Estados Unidos era el principal proveedor de armas
de los aliados, entre otros bienes. La mayoría de los países le pagaban en oro y
esto hizo que, para el final de la guerra, Estados Unidos fuera el mayor poseedor
de este recurso y el resto de los países tuvieran sus reservas diezmadas, con lo
que no podían volver a un sistema que se sostuviera con base en el metal dorado.
Para entender la supremacía de esta divisa también hay que conocer lo que
Prasad denomina como la "trampa del dólar". Los inversionistas extranjeros,
categoría en la que se incluye a los bancos centrales, tienen una deuda con el
Gobierno de Estados Unidos que asciende a unos US$ 8 billones, mientras que
las obligaciones de Estados Unidos con el resto del mundo se cifran en unos US$
53 billones, según Prasad en su artículo en el Fondo Monetario
Internacional. "Debido a que este pasivo está denominado en dólares, el desplome
del valor del dólar no repercutiría en la cantidad que Estados Unidos debe, pero
reduciría el valor de esos activos en cuanto a las monedas de los países titulares",
explica.
Por otra parte, los inversionistas estadounidenses tienen activos extranjeros por
unos US$ 35 billones que están denominados mayoritariamente en divisas
extranjeras. Si el valor de esas monedas crece en comparación al dólar, valdrían
más cuando se las convierte a dólares. "Así, si bien Estados Unidos es deudor
neto del resto del mundo, una caída en el valor de su moneda implicaría una
ganancia inesperada para Estados Unidos y una gran pérdida para el resto del
mundo". Por esto, concluye, incluso quienes están en contra del billete verde
podrían sentir temor si pierde valor.
La predominancia del dólar, a su vez, hace que las decisiones de Estados Unidos
tengan una influencia significativa en la economía del resto de países porque
influyen en el valor de la divisa. Esto sumado a que puede "castigar con severidad
a países, como Irán y Rusia, mediante la imposición de sanciones que limitan su
acceso a las finanzas mundiales".
¿Podría dejar de ser el dólar la principal moneda? Así evolucionan las
reservas
Como explicamos, el hecho de que la mayor parte de las reservas de los bancos
centrales estén en dólares explica en parte su supremacía. Y aunque en términos
absolutos es así, el predominio del dólar en este ámbito ha descendido en las
últimas dos décadas: en 1999, el 70% de las reservas de los bancos estaban en
dólares y para el último trimestre de 2022 el porcentaje había caído al 59%, según
datos del FMI.
¿Qué divisas han ganado terreno? Otras de las tradicionales en el mundo de las
reservas, como el euro, la libra esterlina y el yen no son las que más se han
beneficiado, dice el FMI. Tres cuartas partes de la transición del billete verde a
otras monedas responde a las divisas de economías más chicas, por ejemplo, los
dólares canadienses y australianos, las coronas suecas y los won surcoreanos.
Una moneda fuerte se determina por la cantidad de bienes y servicios que puedes
comprar con ella y la cantidad de otras divisas que puedes recibir a cambio de una
unidad de la moneda inicial. Al ser el dólar la divisa más utilizada en el mercado
funciona como punto de referencia para calcular el valor de las otras monedas.
Así, entre más dólares necesites para comprar 1 sola unidad de otra moneda, más
fuerte será. Si requieres menos dólares, pues se le considera más débil.
En este marco, las tres monedas más fuertes actualmente son el dinar kuwatí, el
dinar bareiní y el rial omaní.
El dólar no solo es una de las monedas más populares en el mundo, sino que
el 61% de las reservas de los bancos centrales se encuentran reflejadas en
dólares. Esto trae como consecuencia que se utilice esta moneda para el 60% del
comercio mundial, más de la mitad de la economía.
De esta manera, es una divisa importante en todas partes del mundo, incluyendo
Latinoamérica, porque tiene muchas implicaciones en todos los mercados
financieros a nivel global.
Por ello, tratar de entender cómo varía su valor resulta de mucha utilidad tanto
para los inversionistas globales como para los ciudadanos de a pie que tienen
algún crédito o ahorros en dólares.
Por ello, tratar de entender cómo varía su valor resulta de mucha utilidad tanto
para los inversionistas globales como para los ciudadanos de a pie que tienen
algún crédito o ahorros en dólares.
Moneda global
En el mercado financiero internacional y de divisas, una moneda
mundial o moneda global es una divisa en la cual se llevan a cabo la mayoría de
las transacciones mundiales.
Moneda supranacional
El índice DXY, que mide el valor del dólar estadounidense frente a un promedio de
otras seis monedas importantes, incluidos el euro, la libra y el yen, ha subido un
15% en 2022. Según esta medida, el dólar está en su punto más alto en 20 años.
“Reino Unido puede tener una divisa mucho más costosa que el dólar, pero no
necesariamente es la divisa que tenga mayor participación y poder en el mercado,
debido a que no es la más usada para las transacciones internacionales. EE. UU.
tiene una gran cantidad de negocios que hace que su moneda se utilice
prácticamente en todo el mundo y por ello sigue siendo la que más impacto tiene
a nivel global”, manifiesta Jeisson Balaguera, director ejecutivo para Values AAA.
Aunque la dominancia del dólar sigue siendo muy fuerte y en el corto y mediano
plazo no se prevé que cambie esta tendencia, muchos analistas consideran que
China, con las políticas que está implementando, se está encaminando a llegar, en
unas décadas, a tener un dominio mayor a EE. UU. respecto a la divisa porque le
están apostando al tema tecnológico y al largo plazo, algo que por ahora parece
inalcanzable para el resto de las monedas en circulación.
Una vez terminó este conflicto bélico, las reservas de divisas internacionales, los
contratos de materias primas y gran parte de las transacciones internacionales
comenzaron a hacerse en dólares, principalmente porque Estados Unidos se
encargó de proveer armamento y recursos a diferentes países y comenzó de una
manera más marcada la deuda externa o internacional, acentuándose en la
década del 70.
Incluso, este mismo año la Reserva Federal (FED) publicó un estudio en el que
remarcó que el dólar sigue siendo la principal moneda del mundo y no tiene aún
quién le compita, aún con los desafíos geopolíticos actuales y las tecnologías que
crecen alrededor de las monedas digitales.
El texto señala que el papel internacional del dólar ya sea para el comercio, la
inversión o el uso como moneda de reserva mundial, “continúa siendo bastante
fuerte, y no hay nada en el horizonte que pueda competir con él”.
Cálculos de la FED destacan que entre 1999 y 2019 el dólar representó el 96% de
la facturación comercial en las Américas, el 64% en Asia y el Pacífico, y el 79% en
el resto del mundo, sin contar Europa.
En mayo, por ejemplo, cuando el dólar tomaba mucha más fuerza de la actual y
ad-portas de que la FED comenzara el camino para comenzar a subir tasas, los
costos de los préstamos aumentaban y los inversores, en una acción rápida,
comenzaron a comprar dólares como un refugio ante la incertidumbre económica,
tendencia que se ha mantenido en gran parte del mundo desde entonces.
Y es que aun cuando el dólar está alto y sirve para ponerle freno a los precios
(intención principal de la FED), este mismo factor genera que los precios de las
importaciones afecten las economías que dependen de materias primas,
aumentando la inflación y reduciendo el capital disponible.
Son las economías emergentes, principalmente, las que más sufren los efectos de
un dólar al alza, como pasa en América Latina, pues los precios suben, se debilita
la moneda local y los bancos centrales se ven también en la necesidad de
aumentar sus tasas para contener estos efectos.
Definir el respaldo del dólar está detrás de la frase impresa en los billetes del dólar
estadounidense: In God We Trust o “En Dios confiamos” en español.
Tras la Segunda Guerra Mundial, a través de los acuerdos Bretton Wood y con la
presencia de 44 países, se buscó impulsar la cooperación monetaria y fomentar el
comercio internacional. Dentro de las medidas estaba vincular el dólar al oro y
significaba que el dólar iba ser la moneda de referencia para las demás divisas,
por lo que los Bancos Centrales podían cambiar oro por dólares y viceversa a
través de la Reserva Federal.
Este sistema estuvo estable durante los años 50, hasta que en los años 60 se
produjeron adquisiciones de oro para especular. Vendían el oro cuando el valor se
situaba por encima de los 35 dólares (que valía 1 onza de oro) y compraban
cuando caía, provocando problemas de confianza.
Desde la firma de aquel decreto hasta el día de hoy, el dólar ha tenido sustento en
la fe de la comunidad internacional por el buen funcionamiento del sistema
económico estadounidense, acabando con la atadura del dólar con el oro.
Un posible derrumbe del dólar como moneda traería gran perturbación a nivel
mundial, porque a su vez caería un esquema monetario estable y creíble.
Guerra de petrodólares
La guerra de divisas es una hipótesis que afirma que muchas maniobras
internacionales tienen lugar para apoyar el actual sistema de moneda fiduciaria en
cual la importancia del dólar estadounidense se determina por el hecho de que los
precios de muchas mercancías como por ejemplo la energía, el petróleo y el gas,
se denominan en dólares. Debido a que muchos países guardan grandes
cantidades de dólares como reservas, estas pueden usarse para comprar estas
mercancías sin la necesidad de conversión de divisas. Si la denominación de los
precios de las mercancías se cambiase a otra divisa, por ejemplo, el euro, muchos
países venderían los dólares causando un desplazamiento de las reservas a esta
moneda. De acuerdo con la ley de oferta y demanda esto debilitaría al dólar.
Desde el año 1971, cuando el dólar dejó de ser respaldado por el oro, su valor no
ha estado ligado explícitamente a ninguna mercancía. Sin embargo, en la práctica
se ha ligado al petróleo del Medio Oriente, desde los acuerdos de 1974 en los
cuales Estados Unidos se compromete a garantizar la seguridad de la monarquía
en Arabia Saudita.
Acontecimientos en desarrollo.
La creación de la bolsa petrolera iraní pondría fin del monopolio del petrodólar en
el mercado del crudo. Se especula que el cobro de euros en lugar de dólares
causará una reacción en cadena en la cual más y más consumidores y
productores de petróleo lo comercializarán en euros, forzando también
eventualmente a los Estados Unidos a pagar en euros. Esto significaría que los
Estados Unidos tendrían que hacer lo mismo que los demás países tienen que
hacer, buscar la forma obtener la divisa extranjera para poder pagar el petróleo.
En el 2006 el déficit en Estados Unidos por concepto de derivados del petróleo fue
cercana a los $300 mil millones. Mientras el dólar permanezca como moneda de
reservas y el petróleo se tenga que pagar en dólares, los EE. UU. pueden pagar
simplemente mediante la impresión de más títulos energéticos en la forma de
bonos del tesoro.
Las declaraciones del ministro ruso se recibieron en Estados Unidos como una
advertencia de que ese país podría desplazar sus reservas en dólares hacia una
divisa que no pierda su valor con respecto al euro.
Rusia es una de los mayores exportadores de petróleo y gas hacia Europa y estos
recursos son avalados y pagados en dólares, sin embargo existe la posibilidad de
que este comercio se realice en euros. De ocurrir esto el euro desafiaría la
hegemonía del dólar, el cual se devaluaría aún más afectando seriamente la
economía estadounidense.
El dólar está fuerte. Eso es bueno para EE. UU., pero malo para el mundo
Estos aumentos de las tasas de interés inflan el valor del dólar —la
moneda de referencia para gran parte del comercio y las transacciones del
mundo— y provocan inestabilidad económica tanto en los países ricos
como en los pobres. En Reino Unido y en gran parte del continente
europeo, la aceleración del dólar está contribuyendo a alimentar la
inflación.
“Para el resto del mundo, es una situación sin salida”, dijo Eswar Prasad, profesor
de economía en Cornell y autor de varios libros sobre divisas. Al mismo tiempo,
dijo, la Reserva Federal no tiene más remedio que actuar agresivamente para
controlar la inflación: “Cualquier retraso en la acción podría empeorar aún más las
cosas”.
Esto se debe a que el dólar es la moneda de reserva del mundo, la que las empresas
multinacionales y las instituciones financieras, independientemente de dónde se
encuentren, utilizan con más frecuencia para fijar el precio de los productos y pagar
las cuentas. La energía y los alimentos suelen cotizarse en dólares al comprarse y
venderse en el mercado mundial. Lo mismo ocurre con gran parte de la deuda de
los países en desarrollo. Según un estudio del Fondo Monetario Internacional,
aproximadamente el 40 por ciento de las transacciones mundiales se realizan en
dólares, sin importar si involucran a Estados Unidos o no.
Y ahora, el valor del dólar comparado con otras monedas importantes como el yen
japonés ha alcanzado el máximo de las últimas décadas. El euro, empleado por 19
naciones de toda Europa, alcanzó la paridad 1 a 1 con el dólar en junio por primera
vez desde 2002. El dólar también se está imponiendo frente a otras monedas, como
el real brasileño, el won surcoreano y el dinar tunecino.
Una de las razones es la serie de crisis que han sacudido el mundo, como la
pandemia de coronavirus, los atascos en la cadena de suministro, la invasión rusa a
Ucrania y la serie de desastres climáticos que han puesto en peligro el suministro
mundial de alimentos y energía. En un mundo angustiado, el dólar ha sido
tradicionalmente un símbolo de estabilidad y seguridad. Cuanto peor van las cosas,
más se compran dólares. Además, las perspectivas económicas en Estados Unidos,
por muy turbias que sean, siguen siendo mejores que en la mayoría de las demás
regiones.
El alza en las tasas de interés hace que el dólar sea aún más atractivo para
los inversores, ya que les garantiza una mayor rentabilidad. Esto, a su vez,
significa que están invirtiendo menos en los mercados emergentes, lo que
pone más tensiones en esas economías. La inusual concatenación de
acontecimientos, que ha provocado el debilitamiento de la demanda
mundial, empeora aún más las cosas para los países que, de otro modo,
podrían beneficiarse de una moneda devaluada para exportar más sus
propios productos, que se han abaratado.
Sin embargo, deben pagar más por las importaciones más básicas como el petróleo,
el trigo o los medicamentos así como por los pagarés de deudas multimillonarias
expresadas en dólares.
Consideremos que, hace un año, 100 dólares de petróleo o un pago de deuda de 100
dólares costaban 1572 libras egipcias, 117.655 wones coreanos y 41.244 nairas
nigerianas.
“No recuerdo la última vez cuando el problema era que un dólar fuerte era una
forma en la que Estados Unidos exportaba la inflación, extinguiendo parte de la
propia, pero añadiendo más de ella en todo el mundo”, dijo Jason Furman,
profesor de economía en Harvard que fue asesor económico principal en el
gobierno de Barack Obama.
Los más vulnerables son los más perjudicados. Los países pobres a menudo no
tienen más remedio que pagar los préstamos en dólares, sin importar cuál era el
tipo de cambio cuando pidieron el dinero. El aumento de las tasas de interés en
Estados Unidos fue lo que desencadenó la catastrófica crisis de la deuda en
América Latina en la década de 1980.
“Puede observarse que los efectos negativos de un dólar más fuerte son muy
pronunciados”, dijo Maurice Obstfeld, profesor de economía de la Universidad de
California, Berkeley, y uno de los autores del estudio.
A pesar de las penurias económicas que está causando el dólar fuerte, la mayoría de
los economistas afirman que el resultado global sería peor si la Reserva Federal no
consiguiera frenar la inflación en Estados Unidos.
¿Qué es Petrodólar?
El Petrodólar es el dólar estadounidense obtenido de la venta del petróleo, es
decir, es una Petrodivisa en dólares.
¿Qué es el Petrodólar?
El Petrodólar es un patrón moneda que nace en 1973 mediante un acuerdo entre
EEUU y Arabia Saudí, para mediar el precio del barril de petróleo, a cambio
Arabia Saudí recibiría armamento y protección en sus bases petrolíferas.
EEUU comenzó a bajar el dólar, haciendo que sus productos fuesen más baratos,
abaratando la moneda a la que venden sus productos.
En 1972 Nixon anunció la suspensión de la conversión de dólar-oro, obligando a
los socios europeos, a pesar de su desacuerdo.
Gran parte de las burbujas financieras y de las inestabilidades actuales, son causa
de aquella decisión tomada en los años 70.
Nacimiento de Petroyuan
La segunda potencia del mundo China, lleva muchos años aumentando su reserva
de oro, y se prepara para lanzar los primeros acuerdos sobre el barril del petróleo
en otra moneda diferente al dólar, estaríamos hablando del Petroyuan.
China se une a los sauditas, haciendo que estos se alejen de su socio americano,
pudiendo ser este el punto de partida de una nueva era del sistema monetario
internacional, con el nacimiento del Petroyuan.
El dólar superó la histórica cifra de $4.000, las bolsas de valores siguen en picada y
suspendieron sus ruedas de negociación y, el precio del barril de petróleo Brent, tiende a la
baja con USD 29.25 -el precio más bajo registrado desde 2004-. La economía está mostrando
su volatilidad, ya que el dólar estadounidense es la moneda que se utiliza en la mayoría de las
transacciones internacionales, incluyendo el petróleo, y los mercados se mueven por olas de
confianza y desconfianza de los inversionistas, según la coyuntura.
Una investigación de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la
Universidad de La Sabana, realizada por el profesor José Eduardo Gómez, junto con los
profesores Jorge Hirs-Garzón y Juliana Gamboa Arbeláez, de la Universidad del Valle y el
International Monetary Fund, respectivamente, reveló que las transmisiones de volatilidad
entre activos tienden a incrementarse a medida que los mercados financieros se vuelven más
globales y en momentos de estrés. Dynamic relations between oil and stock market returns: a
multi-country study, como se titula la investigación, no solo concluye y permite entender que
“Dichas transmisiones de volatilidad varían en el tiempo, siendo mayores en momentos de
temor en los mercados y de incertidumbre económica. Cuando se consideran mercados
accionarios y precios del petróleo, las transmisiones de volatilidad ocurren en ambos sentidos,
pero son mayores desde los mercados accionarios hacia los precios del petróleo. Esto
corrobora la hipótesis de financiarización de los precios del petróleo, en el sentido de que
estos obedecen no solo a condiciones de oferta y demanda, sino también a expectativas y
desempeño de los mercados financieros tradicionales (como los mercados accionarios, por
ejemplo)”, explica el profesor José Eduardo.
Para el profesor José Eduardo, los resultados de esta investigación ayudan a comprender que
la volatilidad reciente de los precios del petróleo no depende solamente de la guerra de
precios entre países productores, sino también de la alta volatilidad que se ha dado en los
mercados financieros tradicionales con la propagación del COVID-19. Si bien los efectos de la
expansión mundial del virus han tenido efectos sobre los mercados a nivel mundial, existen
factores idiosincráticos que explican por qué en unos países la volatilidad de los mercados ha
sido mayor que en otros. Los países con mayor volatilidad de sus tasas de cambio, por
ejemplo, han sido aquellos con mayores vulnerabilidades fiscales y de balanza de pagos.
Asimismo, han tendido a verse más afectados los países productores de petróleo.
No solo el COVID-19 nos afecta a todos, la volatilidad de los mercados financieros también,
puesto que puede afectar la demanda agregada de la economía, el valor de los portafolios de
inversión e, incluso, la capacidad de compra medida en dólares, que dependen de la tasa de
cambio y del valor de los activos. Entender esta relación -de nunca acabar- entre el petróleo,
el dólar y las bolsas de valores ayuda a gobiernos e inversionistas a tomar mejores decisiones
y a desarrollar estrategias para cubrir sus posiciones financieras, y para comprender el efecto
de la volatilidad de los mercados financieros en la vida de las personas.
Una de las medidas más importantes que se acordaron fue el establecimiento del
patrón dólar vinculado al oro. Esto significaba que el dólar iba a ser la moneda de
referencia para las restantes divisas, mientras que cada onza de oro se fijaba en un
valor de 35 dólares. De este modo, los Bancos Centrales podían cambiar oro por
dólares y viceversa a través de la Reserva Federal.
Este sistema se mostró estable durante los años 50, pues en los mercados
internacionales hubo equilibrio entre la oferta y la demanda de dólares. Y es que, el
flujo de dólares era posible gracias a los créditos financieros, a la inversión directa y
a las importaciones estadounidenses.
Sin embargo, las tensiones llegaron en los años 60. Se produjeron adquisiciones de
oro para especular. La finalidad de los especuladores era vender el oro cuando el
valor se situase por encima de los 35 dólares y comprarlo cuando cayese. Así pues,
tuvieron lugar importantes conversiones de dólares a oro, lo que provocó
problemas de confianza.
Tratando de defender el valor del oro, se estableció que las transacciones entre los
bancos centrales se llevarían a cabo a un precio de 35 dólares la onza de oro,
mientras que en el mercado libre el precio se determinaría en base a la oferta y a
la demanda. Este acuerdo para mantener el precio del oro en 35 dólares por onza
se conoció como pool del oro y estuvo suscrito por los bancos centrales de Estados
Unidos, Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido, Italia, Bélgica y Holanda. No
obstante, el pool del oro, sólo duró de 1961 a 1968.
Todo ello significaba el fin del sistema fijo que establecía que una onza de oro
equivalía a 35 dólares. Los dólares ya no estaban respaldados por el oro, pasando a
ser dinero “fiat”. En otras palabras, que el dólar pasa a estar respaldado por la
autoridad que lo emitía. Ya no había un metal que respaldaba las emisiones de
dólares.
Una ventaja que presenta este sistema monetario es la posibilidad de crear dinero
para introducir estímulos en la economía. Por el contrario, el gran riesgo que existe
es que, al emitir una cantidad excesiva de dinero, un país puede terminar
padeciendo una inflación desbocada y acabar en la ruina.
No obstante, pese a que el patrón oro-dólar quedó atrás hace tiempo, hay quienes
abogan por regresar al oro. Son muchos los que no se fían del dólar, dado que hoy
en día, Estados Unidos podría emitir tanto dinero como quiera. En este sentido, el
aumento del techo de deuda de los Estados Unidos puede terminar por dar lugar a
una nueva burbuja económica.
Por ello, hay quienes proponen un regreso al patrón oro. Ahora bien, aquí la
división está servida, pues los más críticos con esta propuesta defienden que no
hay suficiente oro para respaldar el elevado nivel de deuda pública de Estados
Unidos. Por otra parte, los partidarios de regresar al patrón oro argumentan que
bastaría con disponer del oro suficiente como para poder garantizar el 10% de los
dólares en circulación.
Actualidad
Análisis económico
Estados Unidos
Por qué en 2020 se crearon más dólares que nunca (y qué consecuencias
tendrá para las economías de América Latina)
La apreciación del dólar ha estado motivada por varias circunstancias. En primer lugar, el
alza de las tasas de interés en la economía norteamericana, que se origina en la necesidad
de controlar la fuerte inflación, ha sido mucho más robusta de lo que hemos visto en otras
economías desarrolladas. Esto ha sido posible porque el rebote de la economía
norteamericana después de la pandemia fue bueno y, si bien en este año los crecimientos
han sido moderadamente negativos, la fortaleza del mercado laboral sugiere que la
economía en realidad está mejor de lo que parece. Además, se espera que el crecimiento de
Estados Unidos sea superior al de varias economías desarrolladas, especialmente de la Zona
Euro. Adicionalmente, hay un factor relacionado con las expectativas de inflación que
fortalecen aún más el dólar: se espera que el IPC en los Estados Unidos se reduzca de
manera mas acelerada que en otras partes del mundo, con lo cual quienes tengan títulos de
renta fija denominados en dólares podrían verse beneficiados por su rápida valorización.
Por último, la invasión de Rusia a Ucrania también puede tener un impacto sobre la
apreciación del dólar: ante la posibilidad de un escalamiento del conflicto, los
inversionistas pueden estar señalando su preferencia por mantener recursos en la principal
potencia del mundo.
La apreciación del dólar tiene importantes efectos globales. El primero es su impacto sobre
los precios de los commodities. Por lo general, al ser estos denominados en dólares, una
apreciación de la moneda estadounidense significa una caída del precio de estos, de tal
manera que medidos en términos de una tercera moneda, como el euro, no sufren variación.
El segundo efecto global de la apreciación del dólar es la devaluación de las otras monedas.
Esta situación se da por varias razones pero la mas importante está asociada con el
diferencial de tasas de interés: el aumento en Estados Unidos genera los incentivos para que
los capitales salgan de los otros países, desarrollados y emergentes, hacia esa economía.
Este efecto se refuerza por el impacto sobre los precios de los commodities en la medida
que una caída de estos aumenta los déficits en cuenta corriente y hace mas vulnerables a los
países que los producen.
Por último, es muy importante señalar que la apreciación del dólar también genera impactos
que son negativos para la propia economía de los Estados Unidos: encarece relativamente
sus productos en el extranjero y abarata el costo de los productos de otros países, con lo
cual se espera que el déficit comercial de ese país aumente y que esa economía crezca
menos en el futuro.
Por qué el imparable ascenso del dólar es malo para la economía mundial (y
cómo afecta a América Latina)
Un gran desafío que está golpeando a las economías avanzadas que han visto
una depreciación de monedas como el euro, el franco suizo o la libra esterlina.
¿Cuánto se han debilitado las monedas de América Latina?
Esto también ha ocurrido en las economías emergentes, como las
latinoamericanas, que tienen que lidiar con monedas debilitadas, subir sus propias
tasas de interés o intervenir para amortiguar la caída de sus billetes.
Comparando las mayores economías de la región, entre 2021 y lo que va de este
año, las monedas que más se han devaluado son las de Argentina -(27%), Chile
(-18%) y Colombia (-15%), mientras que el real de Brasil fue la única que se
apreció (3,7%) en el mismo período.
Frente a ese escenario, si la inflación no cede, es probable que las tasas de
interés sigan subiendo, pronostican los expertos.
¿Salida de capitales?
Lo mismo a nivel global. Por eso los economistas hablan de que estamos
enfrentando una "estanflación" (o que al menos está a la vuelta de la esquina),
que significa poco crecimiento con alta inflación.
Las proyecciones de organismos internacionales señalan que no es descabellado
pensar que EE.UU. y Europa entren en una recesión, que China se desacelere
bruscamente y que el crédito se mantenga alto.
Altas tasas en EE.UU. vuelven a ese mercado más atractivo para los inversores
que no quieren correr riesgos y prefieren sacar sus capitales de economías
emergentes, un fenómeno que según el Instituto de Finanzas Internacionales (la
asociación empresarial mundial de la industria financiera) ya está ocurriendo.
¿Qué ha cambiado?
En primer lugar, los sorprendentes datos de inflación en Estados Unidos,
que mostraron que los precios subieron más lentamente de lo esperado
en octubre. Esto reforzó las expectativas de que la Reserva Federal
podría reducir las subidas de las tasas de interés en breve.
Por qué es importante: he escrito sobre por qué la fortaleza del dólar ha
sido extremadamente dolorosa para otros países. En resumen, un billete
verde más débil podría abaratar las importaciones de alimentos y
energía, y reducir el dolor para los gobiernos con deudas en dólares.
Incluso podría reducir la probabilidad de inestabilidad política, lo que
significa que muchos líderes estarán pendientes de lo que ocurra a
continuación.
Por este motivo, Menezes advierte un grave peligro para la recuperación económica.
"Si el valor del dólar sigue subiendo, ya sea por el aumento de las tasas de interés en
EE. UU. o por la profundización de la crisis mundial, esto afectará directamente a la
recuperación de las economías de la región y a sus estrategias post-pandémicas",
concluyó.
Uno de los principales beneficios que genera la caída del precio del dólar
es que las empresas pueden importar o comprar en el extranjero
maquinaria e insumos más baratos, ya que se necesitan menos pesos para
comprar el mismo producto en el mercado internacional.
Colombia se vuelve un
atractivo turístico para los extranjeros debido a que los dólares rinden
más. Esto beneficia a los hoteles, restaurantes, empresas de turismo,
etc. Que reciben más visitantes y estos visitantes gastan más pesos. Al
mismo tiempo los viajes al extranjero se vuelven más costosos,
incentivando a muchos colombianos a preferir destinos nacionales para
sus vacaciones. Por ejemplo, en el 2015 llegaron a Cartagena 232,015
pasajeros aéreos internacionales, (24% más que el año anterior) y
1,746,469 nacionales (13.6% más según cifras anteriores).
Desempleados
la devaluación puede estimular la generación de empleo en las
industrias exportadoras de bienes y servicios, porque los ingresos con
un dólar alto permiten pagar más salarios en pesos. Estas empresas se
vuelven más competitivas, como es el caso de empresas de desarrollo
de software, tercerización de procesos, call centers, producción
audiovisual y servicios de salud, entre otros, que pueden contratar más
personal.
Inversionistas en el extranjero:
Cuando el dólar está bajo, los inversionistas pueden realizar
inversiones en dólares en el extranjero. Cuando la tasa de cambio
empiece a subir las inversiones pasaran de representar pocos pesos a
muchos pesos. Por ejemplo, cuando un inversionista compra un
apartamento en Miami por $ 100 mil dólares con una tasa de cambio de
$ 2 mil (es decir que el apartamento se traduce en $ 200 millones de
pesos), unos años después, si la tasa de cambio es de $ 3 mil y
suponiendo que el apartamento sigue costando los $ 100 dólares, el
inversionista tendrá ahora $ 300 millones de pesos.
Reservas internacionales
las reservas
internacionales son recursos en manos del banco de la república que
generalmente proviene de préstamos y transferencias del exterior e
inversión extranjera. Según el banco de la república, el principal
componente de las reservas corresponde a las inversiones financieras
en dólares. Por lo tanto, si el dólar sube, se valorizan las reservas
internacionales de Colombia. Entre agosto del 2014 y marzo del 2015,
el valor de las reservas pasó de 87 a 122 billones de pesos; es decir,
35 billones de pesos más, debido al incremento del dólar. Estas
reservas pueden ser utilizadas para invertir en grandes proyectos e
infraestructura, reducir la variabilidad de la tasa de cambio con la
emisión de títulos de deuda pública, como dinero disponible en caso de
emergencia y para pagar la deuda externa.
Ingresos del gobierno
Como en años recientes el petróleo pasó a representar un porcentaje
muy importante de los ingresos del país, los impuestos que recauda el
gobierno por los ingresos de esta actividad son una parte significativa
de los recaudos. Al tener un precio del dólar alto, las ventas de petróleo
en dólares representarán más pesos y esto le generará mayor recaudo
al gobierno que podrá utilizarlo para inversión, gasto social y gasto de
funcionamiento.
Resumen
Cuando el dólar sube se pueden ver beneficiadas las empresas nacionales que ganan más
exportando y que pueden vender más productos en el país, la industria turística que recibe
más extranjeros y nacionales, los hogares con ingresos en dólares (remesas, inversiones,
etc.), los inversionistas en el extranjero que valorizarán los pesos invertidos y el gobierno
que tiene mayores reservas e ingresos por impuestos al petróleo. Pero un precio alto del
dólar puede venir acompañado de una inflación alta y un aumento de la deuda externa.
¿Quién más se ve beneficiado con un dólar alto? ¿Qué otro efecto adverso puede traer una
alta tasa de cambio? Responde en los comentarios
¿Qué tiene que ver el dólar con la guerra de Ucrania y Rusia?
Divisa refugio. Ante las crisis los invesores suelen buscar refugios
seguros para sus ahorros. Y el dólar ha sido tradicionalmente un buen
refugio, una divisa con mucha historia que nunca decepciona. En
parte es lo que sucede. Si Rusia decide redoblar su apuesta en
Ucrania, las probabilidades de que EEUU se vea afectadas son mucho
más bajas que las de la Unión Europea. Los inversores prefieren que
su dinero cruce el Atlántico.
No es nada nuevo. Pocos años después del colapso de la Unión Soviética, el entonces
asesor en seguridad nacional Zbigniew Brzezinski defendía que la nueva estrategia
norteamericana post Guerra Fría implicaba tener una alianza clave con países como Ucrania
que hiciera de contrapeso capital en la zona. "No se puede enfatizar lo suficiente que sin
Ucrania Rusia deja de ser un imperio, pero que con una Ucrania sobornada y después
subordinada Rusia se convierte automáticamente en un imperio", escribió en 1994 en la
revista Foreign Affairs.
La mejor manera de disuadir a Putin
El primer punto importante en todo esto es el papel de tapón que hace en cuanto a posibles
intereses de expansión territorial rusos. "El establecimiento de los estados independientes
de Ucrania y Bielorrusia después de la caída de la Unión Soviética en 1991 trasladó las
fronteras de Rusia centenares de kilómetros hacia el este y creó de facto un vacío entre
Rusia y la Europa Central. Los Estados Unidos y Europa han confiado en este amortiguador
para reducir considerablemente sus ejércitos", escribía hace unos días Frederick Kagan,
director del Critical Threats Project, una idea del American Enterprise Institute para poner
de manifiesto las amenazas a la seguridad nacional de los EE.UU.
Para Kagan, defender e involucrarse en la situación ucraniana es "de vital importancia",
especialmente porque "es la mejor manera de disuadir a Putin".
El establecimiento de los estados independientes de Ucrania y Bielorrusia
después de la caída de la Unión Soviética trasladó las fronteras de Rusia
centenares de kilómetros hacia el este y creó 'de facto' un vacío entre Rusia y la
Europa Central ”
De aquí nace, en parte, el interés de Washington, constante y permanente, por que Ucrania
forme parte de la OTAN cuanto antes mejor. "No hay duda de que los líderes de los
EE.UU. ya tratan a Ucrania como si fuera un aliado de la OTAN", resume Ted Galen
Carpenter, experto del libertario CATO Institute. Washington ya trabaja con Kíev como si
fuera un miembro casi de pleno derecho, pero siempre ha habido reticencias europeas a
facilitarles la entrada. Creen que entonces sí se podría detonar la ira rusa, una
"provocación", en palabras de Putin, que podría desencadenar un conflicto por temor a ver
amenazada su frontera con una organización militar instalada en la puerta de casa.
No proteger a Ucrania podría significar un descalabro en las actuales estrategias militares
de los EE.UU. y Europa. Dejar pasar a los rusos significaría que la amenaza estaría
directamente en las fronteras de Polonia y Rumanía, por ejemplo, e implicaría una
movilización de tropas y seguramente un despliegue importante para tareas de contención
estratégica, en una especie de nuevo Telón de Acero post Segunda Guerra Mundial, en
palabras de Kagan. Por no hablar de la necesidad de hacerse más fuertes en Turquía, mal
que pese a muchos de los miembros de la OTAN, para evitar convertir el mar Negro en un
lago ruso, añade el experto.
A gran escala, el mensaje de debilidad que se enviaría a otro de los grandes adversarios
mundial, China, sería catastrófico, especialmente después del fracaso estrepitoso de la
retirada de Afganistán.
La primera línea
Actualmente, no es un asunto solo militar o territorial. Ucrania también tiene un papel
fundamental en el control en términos económicos y energéticos. Hasta ahora, el paso del
gas ruso hasta Europa depende de las cañerías ucranianas; de aquí el interés norteamericano
y ucraniano de negarse a la construcción del Nord Stream 2, un gasoducto que tiene que
circunvalar a Ucrania para llegar hasta Alemania. La alianza Washington-Kíev en este
punto también es capital: los unos para tener bajo control uno de los elementos rusos del
que dependen sus aliados europeos, los otros por los beneficios económicos que les supone.
Hace un par de años, William Taylor, embajador norteamericano
en Kíev entre el 2006 y el 2009 y encargado de negocios en el
país el 2019 y el 2020, escribió en el New York Times una
defensa enconada de la importancia de Ucrania en los intereses
de los EE.UU. "La relación entre los Estados Unidos y Ucrania es
clave para nuestra seguridad nacional", puesto que "en la
competición entre democracias y autocracias, en la lucha entre la
libertad y la no libertad, Ucrania es la primera línea"
Mientras, desde la Casa Blanca se ha querido rebajar las expectativas de cara a las
reuniones que, esta semana, mantendrá con Rusia. No solo el encuentro de este
lunes en Ginebra, también en el consejo OTAN-Rusia que tendrá lugar el miércoles
en Bruselas, dos días después de que, también este lunes, el secretario general de
la OTAN, Jens Stoltenberg, mantenga una reunión con el ministro de Exteriores de
Ucrania, Dmytro Kuleba.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, dijo en una
entrevista a la CNN que no se esperan “adelantos relevantes esta semana”.
“Pondremos sobre la mesa nuestras impresiones, y los rusos harán lo mismo, y
veremos si hay espacio e intenciones de seguir adelante”, ha dicho el político
norteamericano en referencia a la crisis en Ucrania, donde desde Washington, Kíev
y Bruselas temen una invasión de las tropas rusas. En otra entrevista a la cadena
de televisión ABC, Blinken explicó que las áreas a explorar entre Washington y
Moscú son “medidas que contribuyan a generar confianza y reducir el riesgo”,
siempre que se adopten recíprocamente.
Rusia exige que ni Ucrania ni Georgia puedan entrar en la alianza militar, mientras
que la OTAN reitera que todos los países pueden decidir libremente si se integran
en ella. El Kremlin también ha pedido que la OTAN pare las maniobras militares en
las fronteras rusas, y a Washington que también aplique la moratoria unilateral
sobre misiles de corto y medio alcance en Europa. Todo ello es lo que se discutirá
en todos estos formatos los próximos días, mientras sobre la mesa hay nuevas
sanciones a Rusia, que todavía no se han activado, y el acuerdo entre la UE y los
Estados Unidos de responder con “contundencia” a cualquier agresión en Ucrania.
Hasta ahora, la UE no ha mostrado sus cartas, pero seguro que estará preparada
para actuar con consenso y celeridad si es necesario.
Tan solo en la última jornada, el dólar subió $26,4, luego que cerró a un precio promedio de
$3.940,23 y venía de una TRM de $3.913,79. “Cuando aumenta la aversión al riesgo,
incrementa la demanda por activos refugios como los tesoros, oro y dólar, y disminuye el
interés por las activos de riesgo como las acciones”, aseguró Juan David Ballén, director de
Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa.
Además, el promedio de los TEST incrementó, “El costo de financiamiento del Gobierno se
subió más de 23-24 puntos básicos, en un solo día eso es bastante”, explicó Romero.
Podrían llegar más subidas esta semana, pues tal como pasó en la jornada de ayer, las
monedas emergentes se vieron afectadas. Las de las caídas más fuertes fueron el peso
chileno que retrocedió 0,15%, y rublo ruso que cayó 1,40%
Más inflación
Los analistas de la calificadora Fitch advierten que la Guerra en Ucrania ha deteriorado las perspectivas
económicas de crecimiento para el PIB Mundial y se espera una reducción de 0.7 puntos. Esto es
producto del alza del precio de la energía y el consecuente aumento en la tasa de interés por parte de
Estados Unidos. El impacto del conflicto no se restringe únicamente a este año. Los expertos de Fitch
prevén un PIB mundial de 2.8 por ciento.
Conclusión
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha impactado los mercados globales y la falta de avances en las
conversaciones de paz no hace más que agravar la situación. Así, los precios de la energía continúan
volátiles y las cadenas de suministro empiezan a presentar problemas. Consecuentemente, la inflación
está en aumento y se prevé un PIB mundial de 2.8 por ciento.