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ECUACIÓN DE HAMILTON-JACOBI EN LA

CUERDA CLÁSICA RELATIVISTA


Sobral Blanco, Daniel

Mecánica Teórica
Universidad Complutense de Madrid

3 de febrero de 2018

Resumen
Se presenta la ecuación de Hamilton-Jacobi y se prueba la inconsistencia de asumir la acción
para las cuerdas clásicas como la función principal de Hamilton. Se presenta una derivación
sencilla según el tratamiento dado en [4] para las cuerdas bosónicas y las p-branas. Se presentan
algunos comentarios al respecto de los resultados obtenidos y la relación con investigaciones
previas.

Introducción.
En la mayor parte de la literatura del formalismo hamiltoniano de partı́culas, se considera una
transformación canónica de Tipo 1 tal que, dado un cierto hamiltoniano, se busca otro diferente
de valor constante, H(q α , Pα , t) −→ K(Qα , Pα , t) ≡ cte. En este sentido, la ecuación de Hamilton-
Jacobi serı́a la función generatriz que transforma nuestro hamiltoniano original a uno trivial. Dado
un hamiltoniano H(q, p, t) de un sistema mecánico, donde q, p son las coordenadas generalizadas
y el momento conjugado, la ecuación de Hamilton-Jacobi se escribe como una ecuación diferencial
parcial no-lineal de primer orden de cierta función S(q, t) que se denomina función principal de
Hamilton  
∂S ∂S
+ H q, , t = 0. (1)
∂t ∂q
Los momentos conjugados se corresponden con las derivadas primeras de la función S con
respecto a las coordenadas generalizadas
∂S
pk = . (2)
∂qk
Es decir, la ecuación de Hamilton-Jacobi se obtendrı́a sustituyendo en la definición del hamil-
toniano los momentos conjugados por las derivadas de la función S con respecto a las coordenadas
generalizadas. Por otro lado la función principal de Hamilton S y la función clásica H están rela-
cionadas fuertemente con la acción. De hecho, en el contexto de la Mecánica Clásica de partı́culas y
campos es posible identificar esta función con la propia acción, salvo cierta constante. La derivada
total con respecto al tiempo de la función S es tal que
Z
dS X
= pi q̇i − H ≡ L, −→ S = L dt. (3)
dt
i
En Relatividad Especial, la ecuación de Hamilton-Jacobi para una partı́cula libre se reduce a
la expresión, en unidades naturales y donde ηµν = diag(−1, 1, 1, 1) y m0 es la masa en reposo de la
partı́cula
η µν ∂µ S ∂ν S = −m2o , (∂µ S)2 = −m20 (4)

1
Acción de Nambu-Goto
La dinámica de la cuerda clásica viene dada por un funcional de acción que se denomina acción
de Nambu-Goto. Su forma más sencilla viene dada en función de los parámetros propios de la
cuerda (τ, σ). Sea T0 la tensión de la cuerda y X µ (τ, σ) un cuadrivector que determina la posición
de los puntos de la cuerda, parametrizada por (τ, σ) la acción de Nambu-Goto se escribe
Z q
S = −T0 dτ dσ (ẊX 0 )2 − (Ẋ)2 (X 0 )2 , (5)

donde
∂X µ ∂X µ
Ẋ = ; X0 = . (6)
∂τ ∂σ
La densidad lagrangiana depende de las derivadas de la función espaciotemporal X µ (τ, σ)
q
L = −T0 (ẊX 0 )2 − (Ẋ)2 (X 0 )2 . (7)

Haciendo uso de la invariancia bajo reparametrizaciones de la acción, es posible elegir los


parámetros que queramos para realizar un estudio de la dinámica de la cuerda. Se ha tratado
anteriormente el caso más sencillo: el gauge estático y la parametrización en longitud de arco. El
primero consiste en identificar τ ≡ t, es decir, con el tiempo coordenado del espacio de Minkowski,
y σ con el parámetro longitud de arco de la cuerda. De este modo era posible obtener un hamil-
toniano no trivial, manteniendo el tiempo como un parámetro de evolución del sistema. Bajo esta
reparametrización, la densidad lagrangiana se simplificaba notablemente
s
X~˙ X
~˙ T0
L = −T0 1 − 2 = − . (8)
c γ
Mediante la transformada de Legendre se obtenı́a también una densidad hamiltoniana en una
forma muy compacta
H=M ~X~˙ − L = q T0 = T0 γ. (9)
~˙ ~˙
1 − Xc2X
En este punto, dado que la acción clásica es la integral con respecto al tiempo del lagrangiano
total, al comparar con la expresión de la acción de Nambu-Goto en (5), encontramos que partien-
do de la densidad lagrangiana (8) se obtiene trivialmente el lagrangiano total. Por otro lado, al
corresponderse la densidad lagrangiana con la densidad de energı́a de la cuerda, también podemos
escribir de forma sencilla la expresión del hamiltoniano total. Basta con integrar ambas densidades
en σ Z Z
T0
L = − dσ , H = dσ T0 γ, (10)
γ
donde, por supuesto, el factor γ de L dependerá de las velocidades, mientras que el de H de los
momentos conjugados. Volviendo a la acción
Z q Z Z
S = −T0 dt dσ 1 − X ~˙ 2 = −T0 dt dσ 1 , ∂S
= −T0 dσ .
1
(11)
γ ∂t γ
Se observa que no es posible obtener la ecuación de Hamilton-Jacobi a partir de la acción: ésta no
depende de las coordenadas generalizadas, por lo que los momentos conjugados serı́an nulos, lo cual
no coincide con resultados obtenidos en el Formalismo Lagrangiano y Hamiltoniano. Además, la
derivada temporal de la acción no se corresponderı́a con el hamiltoniano. En este caso, la derivada
temporal de la acción coincide exactamente con el lagrangiano total. Lamentablemente, para la
cuerda clásica relativista, no es posible identificar la acción S con la función principal de Hamilton
de la ecuación (1).

2
Derivación de la ecuación HJ para cuerdas
En primer lugar, es posible reescribir la acción de Nambu-Goto (5) de una forma más sencilla.
Sean (xµ (τ, σ), xν (τ, σ)) una pareja de cuadrivectores en el espacio de Minkowski, se define el tensor
v µν = ∂(xµ , xν )/∂(τ, σ), tal que
∂(xµ , xν )
vµν v µν = = 2 (ẋ)2 (x0 )2 − (ẋx0 )2 ≡ 2g,

(12)
∂(τ, σ)
donde g es el determinante de la métrica inducida en la hoja de mundo, la cual se define como
∂xµ ∂xν
gαβ = ηµν , (13)
∂τ ∂σ
y se utiliza la misma notación que en (6). La acción de Nambu-Goto tomará la forma
Z r
1
S = −T0 dt dσ − vµν v µν . (14)
2
Las densidades de momento se pueden expresar en forma covariante
vµν 1
pµν = T0 p , −→ pµν pµν = −To2 . (15)
−v 2 /2 2

Las ecuaciones del movimiento se escriben, en esta notación, también de forma muy compacta
∂(pµν , xν )/∂(τ, σ) = 0.

Para obtener la formulación de HJ es necesario considerar una familia de soluciones de las


ecuaciones del movimiento tales que se contengan en un dominio d-dimensional del espaciotiempo.
En el espacio de Minkowski, de cuatro dimensiones, habrá dos parámetros φa que especifiquen tales
soluciones, además de los parámetros propios de la cuerda: xµ = xµ (τ, σ; φ1 , φ2 ). Estos parámetros
definen una correspondencia entre el espacio de soluciones y el espaciotiempo. Si la correspondencia
es uno a uno, el tensor pµν puede entenderse como un campo local, i.e. pµν (x). Por tanto, las
ecuaciones del movimiento se transforman

pµν ∂µ pνλ = 0. (16)


2 = −2 sea
La invariancia bajo reparametrizaciones nos permite elegir la pareja (τ, σ) tal que vµν
independiente de los parámetros τ, σ y φa . Por tanto, podemos escribir el elemento de área de la
hoja de mundo para valores de φa fijos

dxµ ∧ dxν = To−1 pµν dτ ∧ dσ. (17)

Más aún, puede definirse una corriente conservada como una 2-forma tal que
1
J(x) = pµν dxµ ∧ dxν = −To2 dτ ∧ dσ. (18)
2
Con el mapeo entre el conjunto de parámetros {τ, σ, φa } y el conjunto de cuadrivectores es-
paciotemporales {xµ }, los parámetros τ y σ√pueden entederse √ también como campos locales. Por
tanto, es posible definir dos funciones S1 = T0 τ (x) y S2 = T0 σ(x) y reescribir el tensor pµν en
términos de las mismas
pµν = ∂µ S1 ∂ν S2 − ∂ν S1 ∂µ S2 . (19)
Con esta definición, la ecuación (16) es tal que
1 1
pµν ∂µ pνλ = pµν ∂[µ pνλ] − ∂λ (pµν pµν ) = 0, −→ ∂λ (pµν pµν ) = 0, (20)
2 4

3
es decir, se reduce a la condición de normalización pµν pµν = constante expresada en (15), o bien a
la expresión
(∂µ S1 )2 (∂µ S2 )2 − (∂µ S1 ∂ν S2 )2 = −T02 , (21)
que es la ecuación de Hamilton-Jacobi para las cuerdas bosónicas. De forma inversa, si las funcinoes
S1 y S2 satisfacen esta ecuación, entonces el tensor pµν dado en (19) satisface las ecuaciones del
movimiento. Una familia de las soluciones para la cuerda clásica relativista se construye a partir de
dicho tensor pµν (x). Aunque en este trabajo se ha tratado el caso para un espacio de 4 dimensiones,
esta relación de equivalencia se satisface para cualquier dimensión del espaciotiempo.

Los argumentos anteriores se pueden aplicar también al caso de la partı́cula puntual. Las ecua-
ciones del movimiento son en este caso
mẋµ
ṗµ = 0, pµ = √ . (22)
ẋ2
Una familia de soluciones en el espaciotiempo de Minkowskise parametriza con tres φa , siendo
xµ = xµ (τ ; φ1 , φ2 , φ3 ). Con esta correspondencia, al asumir pµ (x) como un campo local, la ecuación
del movimiento en en términos del tiempo propio τ de forma pµ ∂µ pλ = 0. Si elegimos una para-
metrización tal que ẋ2 = 1, pµ dxµ = mdτ , el cuadrimomento se pude expresar en forma covariante
como pµ = ∂µ S. En este caso, la ecuación del movimiento se reduce a la expresión

1
pµ ∂µ pλ = pµ ∂λ pµ − ∂λ pµ pµ = 0, (23)
2
es decir, siendo pµ pµ = −m2 la energı́a en reposo

(∂µ S)2 = −m2 , (24)

que es justamente la ecuación (4) presentada en el apartado de Introducción. Si consideramos una


familia de trayectorias cuyo punto inicial es xµ (0), en τ = 0, los parámetros φa no son más que los
momentos espaciales iniciales. Con esta elección, la función principal de Hamilton S(x) es la acción
evaluada en el punto x. Por otro lado, si comparamos las ecuaciones de Hamilton-Jacobi para la
partı́cula y la cuerda, obtenemos una nueva confirmación sobre la analogı́a entre masa y tensión
en uno y otro caso: en las teorı́as de cuerdas la tensión juega el papel de la masa de la teorı́a de
partı́culas. Se recuerda que la tensión se corresponde con la densidad de masa lineal de la cuerda,
salvo la constante c, λ0 = T0 /c2 .

Volviendo al contexto de la cuerda de Nambu-Goto, el significado de las funciones S1 y S2 de la


ecuación (21) no está claro. El propio Nambu propone en [3] que se trata de potenciales vectores,
encontrando un enlace entre el modelo de las cuerdas y la Teorı́a de Campos Gauge. En este sentido
siguió la lı́nea de Kastrup y Rinke [1], [2], que proponen una relación para el potencial vector pµν

pµν = ∂µ Aν − ∂ν Aµ , (25)

contemplando Aµ = S1 ∂µ S2 como una transformación gauge. En primer lugar, Kastrup [1] encuen-
tra que existe una relación entre el significado fı́sico de los campos electromagnéticos de rango 2, es
decir, aquellos para los cuales E ·B = 0, a través del estudio de los flujos resultantes en confinamien-
to eléctrico y magnético, llegando a la conclusión de que dichos campos gauge de rango 2 son buenos
candidatos para la resolución del problema. Posteriormente, Rinke demuestra la correspondencia
local entre el movimiento suficientemente suave de cuerdas relativistas y los campos de Maxwell de
rango 2. En concreto, considera que entre todos los campos de este tipo considerados, existe uno
preferido: este es el campo gauge S que se normaliza mediante la ecuación de Hamilton-Jacobi (21)

4
y es invariante bajo reparametrizaciones de la cuerda.

Finalmente, los resultados obtenidos pueden ser generalizados de forma sencilla para las p-
branas, otro de los elementos fundamentales de la Teorı́a de Cuerdas. Una partı́cula se entiende
como una brana de dimensión 0, mientras que una cuerda serı́a una brana de dimensión 1. Al
considerar cuerdas abiertas, aparecen las D-branas: los extremos de la cuerda deben yacer sobre
ciertas hipersuperficies, cuya dinámica debe ser descrita mediante teorı́as gauge. La letra D en la
palabra D-branas se refiere a las condiciones de contorno de Dirichlet que se asumen en el caso de
cuerdas abiertas.

Siguiendo el desarollo propuesto en [4], las ecuaciones cuánticas que se reducen a la ecuación de
Hamilton-Jacobi en el lı́mite clásico ~ → 0, pueden encontrarse también de forma ’sencilla’. En el
caso de las cuerdas, uno puede empezar con un funcional de lı́nea. Esta aproximación conduce a las
teorı́a de campos de la cuerda. Si bien en [H] proponen un camino alternativo, se buscan ecuaciones
cuánticas en forma de ecuaciones de campos locales, que resultan ecuaciones no lineales sin término
independiente. Por ser ecuaciones de campo locales, se espera que describan sólo una parte de la
dinámica de las cuerdas cuánticas. Aún ası́, resulta interesante el hecho de que existe una conexión
con la dinámica clásica de las cuerdas a través de la ecuación de Hamilton-Jacobi.

Referencias
[1] H.A. Kastrup, Phys. Lett. B82 (1979) 237.

[2] M. Rinke Commun. Math. Phys. 73, 265-271 (1980).

[3] Y. Nambu, Phys. Lett. B92 (1980) 34.

[4] Y. Hosotani, R. Nakayama arXiv:hep-th/9903193 (1999).

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