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Don Quijote

Edward Hooper

En un lugar de la Mancha, de cuyo
nombre no quiero acordarme, no ha mucho
tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza
en astillero, adarga antigua, rocín flaco y
galgo corredor. Una olla de algo más vaca
que carnero, salpicón las más noches,
duelos y quebrantos los sábados, lentejas
los viernes, algún palomino de añadidura
los domingos, consumían las tres partes de
su hacienda. (…) Tenía en su casa un ama
que pasaba de los cuarenta, y una sobrina
que no llegaba a los veinte, y un mozo de
campo y plaza, que así ensillaba el rocín
como tomaba la podadera. Frisaba la edad
de nuestro hidalgo con los cincuenta años;
era de complexión recia, seco de carnes,
enjuto de rostro, gran madrugador y amigo
de la caza.


(Texto adaptado)
Ficha técnica:
Autor: Edward Hopper (1882-1967. EE.UU.).
Tamaño: 54 x 79 cm.
Técnica: Óleo.
Estilo: Realismo impresionista.

Comentario:
En la escena se observa a Don Quijote con
su lanza, montado sobre Rocinante y en pose de
alerta.
A lo lejos se ven unas colinas: oscuras,
tenebrosas, sombrías.
En el cuadro no hay colores llamativos sino
colores pobres y oscuros. El propio cuadro está
pintado con pequeños y rápidos brochazos.
Don Quijote
Paul Costeau

Los ratos que estaba ocioso (que eran
los más del año) se daba a leer libros de
caballerías con tanta afición y gusto, que
olvidó casi de todo punto el ejercicio de la
caza, y aun la administración de su
hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y
desatino en esto, que vendió muchas
hanegas de tierra de sembradura, para
comprar libros de caballerías en que leer; y
así llevó a su casa todos cuantos pudo
haber dellos.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Paul Costeau (1927. Francia).
Tamaño: 32 cm x 45 cm.
Técnica: Óleo sobre el lienzo.
Estilo: Cubismo.

Comentario:
En el cuadro aparece Don Quijote encima
de Rocinante. El rostro de Don Quijote ha
desaparecido, pero su figura es reconocible
gracias a la bacía y a la barba. Va armado con
una larga lanza, que atraviesa el cuadro por el
lateral izquierdo, y por un escudo. Las ropas del
caballero son una armadura que le recorre todo
el cuerpo desde los pies hasta la cabeza. El
cuerpo de Rocinante es de un color oro
brillante, iluminado por la luz que entra por el
lado izquierdo.
Don Quijote
Pablo Picasso

Después de armarse caballero y correr
sus primeras aventuras, don Quijote
convenció a un vecino suyo, labrador y
hombre de bien, pero de muy poca sal en la
mollera, llamado Sancho Panza, para que
saliera con él y le sirviera de escudero.
Sin despedirse Sancho Panza de su
mujer e hijos, ni don Quijote de su ama y
sobrina, salieron una noche del pueblo sin
que nadie los viese.
Al amanecer descubrieron treinta o
cuarenta molinos de viento que había en
aquel campo; y, cuando don Quijote los vio,
dijo a su escudero:
- La suerte va guiando nuestros pasos,
porque ¿no ves allí, amigo Sancho Panza,
treinta o más rabiosos gigantes, con
quienes pienso hacer batalla y quitarles a
todos las vidas?


(Texto adaptado)
Ficha Técnica:
Autor: Pablo Picasso (1881-1973).
Fecha: 1955.
Estilo: Figurativo esquemático.
Técnica: dibujo a la aguada sobre el papel.
Tamaño: 52 x 56 cm.
Localización: Musée d ́art et d ́histoire de Saint-
Denis (Francia).

Descripción:
En el cuadro se aprecia a Don Quijote,
sobre Rocinante, y a Sancho, sobre el rucio, en
el rellano de un pequeño cerro. A lo lejos se ven
molinos de viento que Don Quijote confundirá
luego con gigantes. Don Quijote aparece con la
lanza en vertical, en actitud de descanso, y
parece hablar con Sancho.
Al fondo se observan varios molinos,
algunos de los cuales tienen la forma de
gigantes.
En el ángulo superior destaca un
espléndido sol.
El cuadro parece pintado con grandes
trazos negros, completando una silueta
magnífica de los personajes de Cervantes.
Don Quijote y Sancho Panza
Honoré Daumier

La del alba sería cuando don Quijote
salió de la venta tan contento, tan gallardo,
tan alborozado por verse ya armado
caballero, que el gozo le reventaba por las
cinchas del caballo. Mas viniéndole a la
memoria los consejos de su huésped cerca
de las prevenciones tan necesarias que
había de llevar consigo, especial la de los
dineros y camisas, determinó volver a su
casa y acomodarse de todo, y de un
escudero, haciendo cuenta de recibir a un
labrador vecino suyo que era pobre y con
hijos, pero muy a propósito para el oficio
escuderil de la caballería. Con este
pensamiento guió a Rocinante hacia su
aldea, el cual, casi conociendo la querencia,
con tanta gana comenzó a caminar, que
parecía que no ponía los pies en el suelo.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Honoré Daumier (1808-1879. Francia).
Fecha: Hacia 1868.
Estilo: Realista.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Tamaño: 52 x 32,6 cm.
Localización: Neue Pinakothek, Múnich, Alemania.

Comentario:
Honoré Daumier consideraba a Don Quijote
como un marginado idealista en el que el propio
pintor se veía reflejado.
El centro del cuadro está ocupado por Don
Quijote, sobre su caballo, formado por manchas
de color, sin que se le distinga un rostro. Tanto
Don Quijote como Rocinante están muy flacos y
estilizados, hasta la deformación anatómica,
pareciendo más una caricatura que un dibujo.
Don Quijote lleva una lanza mientras
Sancho Panza es una sombra que se ve a lo
lejos, en el horizonte, recortado contra el cielo
de color azul intenso, formando parte del
paisaje árido.
Don Quijote busca su biblioteca
Honoré Fragonard

De allí a dos días se levantó Don
Quijote, y lo primero que hizo fue ir a ver
sus libros; y como no hallaba el aposento
donde le había dejado, andaba de una a
otra parte buscándole. Llegaba adonde
solía tener la puerta, y tentábala con las
manos, y volvía y revolvía los ojos sin decir
palabra; pero al cabo de una buena pieza,
preguntó a su ama que hacía qué parte
estaba el aposento de sus libros. El ama,
que ya estaba bien advertida de lo que
había de responder, le dijo: ¿qué aposento,
o qué anda buscando vuestra merced? Ya
no hay aposento ni libros en esta casa
porque todo se lo llevó el mismo diablo. No
era el diablo, replicó la sobrina, sino un
encantador que vino sobre una nube una
noche después del día que vuestra merced
de aquí se partió.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Honoré Fragonard (1732-1806).
Estilo: Realista. Rococó.
Técnica: Dibujo.
Tamaño: 41 x 28,5 cm.
Fecha: hacia 1780.

Comentario:
En el cuadro se aprecia a Don Quijote,
armado con espada, palpando la pared del
aposento de su casa donde se hallaban los
libros de caballería. Parece preguntar al Ama
por el lugar donde se encuentran los libros. El
Ama, levantando los brazos, parece responderle
que se los ha llevado el mismísimo diablo. La
sobrina, asustada, aparece en cuclillas en la
esquina de la habitación.
En la base del cuadro, a la izquierda,
aparece el galgo del caballero.
Don Quijote
Salvador Dalí

En estas conversaciones se les hizo de
día, y a la luz de la mañana descubrieron
treinta o cuarenta molinos de viento que hay
en el campo de Montiel.
-La suerte nos acompaña, amigo Sancho -
dijo don Quijote-. ¿Ves aquellos gigantes fieros
de allí abajo? Pues pienso entablar batalla con
ellos hasta quitarles la vida.
-¿Qué gigantes?
-Aquellos de allí. ¿No ves los largos
brazos?
- Eso no son gigantes -dijo Sancho-, sino
molinos de viento, y lo que parecen brazos son
las aspas.
-Bien se ve, amigo Sancho, que no sabes
nada de aventura, porque salta a la vista que
son gigantes. Pero, si tienes miedo, apártate y
ponte a rezar, que yo voy a entrar en batalla.
-¡Que no, señor, que son molinos!
-comenzó a gritar Sancho-, pero don Quijote ya
no podía oírle, porque corría a todo galope
contra los gigantes de su imaginación.


(Texto adaptado)
Ficha técnica:
Autor: Salvador Dalí (1904-1989. España).
Tamaño: 43 cm x 54 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Estilo: Surrealismo.

Comentario:
La imagen representa la escena de los
molinos de viento en el que uno de ellos
compone la cabeza posiblemente de Cervantes.
En el centro de la escena sobresale un
rostro, tal vez el del autor del Quijote. En ese
rostro, las aspas de un molino semejan el
cabello, una cúpula de ladrillos le da forma a la
frente, los rostros de Don Quijote y Sancho
Panza componen las cejas, y el bigote está
representado como la lanza del caballero
manchego. Por último, Las cabezas de
Rocinante y del rucio modelan la barba de
Cervantes.
A un lado y otro del cuadro y sobre el pecho
aparecen representaciones fantásticas, tal vez
los seres imaginados en la locura de Don
Quijote.
En el ángulo superior derecho un rostro
dulce de mujer, tal vez Dulcinea del Toboso,
parece contemplar toda la escena.
Don Quixote
Edward Hopper

—La ventura va guiando nuestras cosas
mejor de lo que acertáramos a desear;
porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde
se descubren treinta o pocos más
desaforados gigantes, con quien pienso
hacer batalla y quitarles a todos las vidas,
con cuyos despojos comenzaremos a
enriquecer, que esta es buena guerra, y es
gran servicio de Dios quitar tan mala
simiente de sobre la faz de la tierra.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Edward Hopper (1882-1967. EE.UU.).
Técnica: Óleo.
Estilo: Realismo. Pop art.

Comentario:
En el cuadro aparecen Don Quijote y
Sancho, su escudero, vestidos como en una
película del Oeste.
Don Quijote va vestido con su armadura y
una capa azul; los pies hacia delante, como si
fuese a arrear a Rocinante.
Sancho va vestido con una camisa blanca y
un pantalón negro, con un cinturón y un
sombrero propios del Oeste americano,
adornando el rostro con perilla y con bigote.
En el ángulo izquierdo del cuadro se
aprecian los molinos de viento.
La escena está dibujada en contrapicado.
La aventura de los molinos de viento

Daniel Urrabieta Vierge



Llegó Don Quijote al primer molino y le
clavó la lanza, pero, como el viento soplaba
con tanta fuerza se partió por la mitad y
Don Quijote y su caballo echaron a rodar
por el campo.
- ¡No le decía yo que eran molinos!- dijo
Sancho, que llegaba corriendo a socorrer a
su amo.
- Calla, amigo mío, que lo ha pasado es
que el mismo hechicero que me robó los
libros y ha convertido estos gigantes en
molinos para verme vencido y deshonrado.
El pobre caballero apenas podía
ponerse en pie, pero Sancho le ayudó a
subir a lomos de Rocinante, que también
tenía más de un hueso desencajado.
Cuando volvieron al camino, don Quijote iba
tan ladeado sobre su caballo que parecía
que fuera a caerse de un momento a otro.

,,
(Texto adaptado)
Ficha técnica
Autor: Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904).
España).
Técnica: Grabado.
Estilo: Realista.
Fecha: 1896.

Comentario:
En el cuadro se destaca que Don Quijote y
Sancho están en un descampado cerca de unos
molinos y don Quijote está alzando la lanza
para atacar a los molinos de viento.
Don Quijote e Sancho Pança
Damiâo Martins

Y ayudándole a levantar, tornó a subir
sobre Rocinante, que medio despaldado
estaba; y hablando en la pasada aventura,
siguieron el camino del puerto Lápice,
porque allí decía Don Quijote que no era
posible dejar de hallarse muchas y diversas
aventuras, por ser lugar muy pasajero; sino
que iba muy pesaroso por haberle faltado la
lanza y diciéndoselo a su escudero, dijo: yo
me acuerdo haber leído que un caballero
español, llamado Diego Pérez de Vargas,
habiéndosele en una batalla roto la espada,
desgajó de una encina un pesado ramo o
tronco, y con él hizo tales cosas aquel día, y
machacó tantos moros, que le quedó por
sobrenombre Machuca.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Damiâo Martins (Brasil)
Tamaño: 70 x 60 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Estilo: Figurativo con rasgos cubistas.

Comentario:
En la escena se encuentran Don Quijote,
montado sobre Rocinante, y Sancho Panza en
su borrico. Parecen molidos por la aventura de
los molinos de viento, que se ven a lo lejos, de
un color blanquecino, con las aspas resaltadas
en un color dorado reluciente.
Van en busca de nuevas aventuras.
Rocinante tiene las patas destacadas en un
color que va del negro al pardo, como si se fuera
decolorando.
El rucio, en cambio, muda su color desde el
negro hasta el gris-ratón.
La armadura de Don Quijote brilla en su
lado izquierdo (producto del sol que entra por la
derecha del cuadro) y en el otro se alternan
distintas gamas de azules.
Sancho Panza parece vestir un capote con
distintos tonos de azul.
El pintor utiliza formas y bloques muy
geométricos para componer un lienzo que
recuerda la pintura cubista.
Don Quijote
José Moreno Carbonero

Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli
que así como don Quijote se despidió de sus
huéspedes y de todos los que se hallaron al
entierro del pastor Grisóstomo, él y su
escudero se entraron por el mesmo bosque
donde vieron que se había entrado la
pastora Marcela, y, habiendo andado más
de dos horas por él, buscándola por todas
partes, sin poder hallarla, vinieron a parar
a un prado lleno de fresca yerba, junto del
cual corría un arroyo apacible y fresco:
tanto, que convidó y forzó a pasar allí las
horas de la siesta, que rigurosamente
comenzaba ya a entrar.


(Texto original)
Ficha técnica:

Autor: José Moreno Carbonero.


Estilo: Realista.
Técnica: Óleo.
Tamaño: 290 x 279 mm.
Localización: Museo de Jaén.

Comentario:

En primer término se ve a Rocinante con el


rucio comiendo pasto. Al fondo está Don
Quijote, sentado, con la espalda apoyada en el
tronco de una encina y Sancho tumbado y
dormido.
El manteo de Sancho
Antonio e Isidro Carnicero

Quiso la mala suerte del desdichado
Sancho que entre la gente que estaba en la
venta se hallasen cuatro perailes de
Segovia, tres agujeros del Potro de Córdoba
y dos vecinos de la Heria de Sevilla, gente
alegre, bienintencionada, maleante y
juguetona, los cuales, casi como instigados
y movidos de un mesmo espíritu, se
llegaron a Sancho, y, apeándole del asno,
uno dellos entró por la manta de la cama
del huésped, y, echándole en ella, alzaron
los ojos y vieron que el techo era algo más
bajo de lo que habían menester para su
obra y determinaron salirse al corral, que
tenía por límite el cielo; y allí, puesto Sancho
en mitad de la manta, comenzaron a
levantarle en alto y a holgarse con él como
con perro por carnestolendas.


(Texto original)
Ficha Técnica:
Autor: Antonio Carnicero (1748-1814) e Isidro
Carnicero (1736-1804). España
Técnica: Grabado en cobre.
Estilo: Realista.
Año: 1782.

Comentario:
Cuando Don Quijote y Sancho salían de la
venta, el ventero le exigió a don Quijote el pago
del hospedaje, pero él dijo que no. Entonces el
ventero fue en busca de Sancho y éste le dijo
que si su dueño no le pagaba él tampoco lo
haría. Cuando en esos diálogos estaban,
llegaron unos mozos, fueron a por una manta y
mantearon a Sancho. Sancho llamaba a don
Quijote pero el ventero había cerrado la puerta
de la venta. Estuvieron media hora
manteándole y cuando volvió a tierra firme
estaba mareado y confuso.
En la imagen se aprecia a don Quijote,
montado sobre Rocinante, pidiendo a los
manteadores que soltaran a Sancho, a quien se
ve volando por los aires.
Don Quijote
Camille Corot

Otros cien pasos serían los que
anduvieron, cuando al doblar de una punta
pareció descubierta y patente la misma causa,
sin que pudiese ser otra, de aquel horrísono y
para ellos espantable ruido, que tan
suspensos y medrosos toda la noche les había
tenido; y eran (si no lo has, ¡oh lector! por
pesadumbre y enojo) seis mazos de batán que
con sus alternativos golpes aquel estruendo
formaban.
Cuando Don Quijote vió lo que era,
enmudeció y pasmóse de arriba abajo. Miróle
Sancho, y vió que tenía la cabeza inclinada
sobre el pecho con muestras de estar corrido.
Miró también Don Quijote a Sancho, y
vióle que tenía los carrillos hinchados, y la
boca llena de risa, con evidentes señales de
querer reventar con ella, y no pudo su
melancolía tanto con él, que a la vista de
Sancho pudiese dejar de reirse, y como vió
Sancho que su amo había comenzado, soltó la
presa de manera que tuvo necesidad de
apretarse las hijadas con los puños por no
reventar riendo.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Camille Corot (1796-1875. Francia).
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Estilo: Realismo romántico.
Localización: Museo de Orsay (París).

Comentario:
El protagonista de este cuadro es el paisaje.
Un enorme árbol a la derecha del lienzo ocupa
las tres cuartas partes del mismo, levantándose
junto a un barranco en el que destacan grandes
rocas que parecen de pizarra.
A lo lejos, sobre una de estas rocas se
divisan a Don Quijote y a Sancho Panza, casi
como unas manchas lejanas.
El cielo es de un blanco lechoso en el
horizonte y va graduándose hasta el azul de la
parte superior.
Don Quijote
Marc Chagall

En estos coloquios iban Don Quijote y su
escudero, cuando vio Don Quijote que por el
camino que iban venía hacia ellos una
grande y espesa polvareda, y en viéndola
se volvió a Sancho, y le dijo:
-Este es el día, oh Sancho, en el cual se
ha de ver el bien que me tiene guardado mi
suerte; este es el día, digo, en que se ha de
mostrar tanto como en otro alguno el valor
de mi brazo, y en que tengo de hacer obras
que queden escritas en el libro de la fama
por todos los venideros siglos. ¿Ves aquella
polvareda que allí se levanta, Sancho? Pues
toda es cuajada de un copiosísimo ejército
que de diversas e innumerables gentes
compuesto, por allí viene marchando.
-A esa cuenta, dos deben de ser, dijo
Sancho, porque desta parte contraria se
levanta asimesmo otra semejante
polvareda.


(Texto original)
Ficha Técnica
Autor: Marc Chagall (1887-1985. Rusia).
Fecha: 1975.
Técnica: Óleo.
Estilo: Surrealismo
Localización: Colección Particular, St.Paul de
Vence, Francia.

Comentario:

En la escena, principalmente se ve a Don


Quijote montado sobre Rocinante y sosteniendo
la lanza. A un lado y otro se distinguen varios
grupos de personas pintados de distintos
colores (rojo, azul, verde), algunos de los cuales
llevan banderas. Parece un ejército
combatiendo con otro.
En la parte izquierda, arriba, se observan
los dibujos de una mujer, un hombre y un
caballo, pintados de forma muy suave, como
pinturas rupestres.
Don Quichotte aux rives de Barbarie
Paul Cézanne

Aunque iba molido por las pedradas,
don Quijote entró en Sierra Morena con el
corazón alegre, pues pensó que entre
aquellas montañas le esperaban más
aventuras que en ninguna otra parte.
Al verse lejos de los caminos y de los
malnacidos galeotes, Sancho sacó de sus
alforjas un mendrugo de pan y un trozo de
queso, y agradeció a Dios que Ginés y sus
compinches no le hubiesen quitado la
comida además de la ropa.

,,
(Texto adaptado)
Ficha Técnica
Autor: Paul Cezanne.
Fecha: Hacia 1875.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Estilo: Realista. Impresionista.
Tamaño: 22.2 x 16.5 cm.
Localización: Private Collection.

Comentario:
En el cuadro se observa a Don Quijote a
lomos de Rocinante y rodeado de mucha gente.
Su figura sobresale gracias a la camisa azul que
viste y también porque sus rasgos son más
precisos.
Don Quijote cabalga entre árboles y entre
un apretado grupo de personas, formando una
escena muy recargada.
La aventura del rebuzno
Francisco de Goya

A los tres días de salir de la venta, don Quijote y Sancho se
cruzaron al pie de una loma con un escuadrón de más de doscientos
aldeanos que iban armados hasta los dientes con lanzas, ballestas
y arcabuces. Lleno de curiosidad, don Quijote les preguntó por las
razones que les movían a la guerra, a lo que contestó uno de los
campesinos:
-Resulta que nuestro alcalde tiene un don muy gracioso, y es
que imita los rebuznos del burro a las mil maravillas. Y por esa
habilidad, los del pueblo vecino, cada vez que ven a alguno de
nuestro pueblo, se ponen a rebuznar para burlarse de nosotros. Y
como ya no hay quien soporte tanta burla, hemos salido a buscarlos
para matarlos a todos.
Pensando que su deber de caballero era poner paz, don Quijote
se abrió paso hasta el centro de aquel ejército y dijo:
-Yo, señores míos, soy caballero andante, por lo que conozco
muy bien el gran daño que causan las armas. Y por eso os digo que
a la guerra sólo hay que ir por razones de importancia y no por
niñerías.
Al ver que le escuchaban, don Quijote calló un instante, pero
Sancho aprovechó su silencio para añadir:
-Y además no tienen por qué avergonzarse de oír un rebuzno,
porque yo de mozo rebuznaba cuando me venía en gana, y tanto se
me daba que algunos me tuviesen envidia por lo bien que lo hacía.
Y, si no me creen, escuchen, que la ciencia del rebuzno es como el
nadar, que una vez aprendida nunca se olvida.
Dicho esto, Sancho se llevó las manos a las narices y comenzó
a rebuznar con tanta fuerza que retumbaron todos los valles
cercanos. Pero uno del escuadrón, pensando que se burlaba, alzó un
palo largo y recio y le soltó tal golpe a Sancho en las espaldas que el
pobre cayó al suelo sin sentido.


(Texto adaptado)
Ficha Técnica:
Autor: Francisco de Goya.
Técnica: Grabado.
Estilo: Realista.
Tamaño: 196 por 283.
Localización: Alemania.

Comentario:
La escena recoge el momento en el que uno
de los vecinos del pueblo del rebuzno golpea a
Sancho, al que se ve cayendo del rucio.
Inmediatamente Don Quijote ataca y golpea
al vecino con su lanza.
Tras los protagonistas aparece buena parte
del escuadrón de vecinos del pueblo del
rebuzno, destacándose un estandarte en el que
se lee de forma incompleta la siguiente rima:
“No rebuznaron en balde el uno y el otro
alcalde”.
La aventura de los títeres
Antonio Carnicero

Pero lo que no se le podía negar a
maese Pedro era que tenía mucha gracia
para manejar sus títeres. Aquella noche
representó la historia de la princesa
Melisendra, con la que encandiló a don
Quijote y a todos los otros huéspedes de la
venta. Melisendra era raptada por unos
moros y su marido lograba rescatarla
tratarla de sacar por un balcón de un
palacio. Pero los moros descubrían a la
pareja y corrían tras ella con un poderoso
ejército. Y sucedió que, cuando don Quijote
vio y oyó a tantos moros por detrás de
aquellos dos cristianos inocentes que se
querían tanto, se levantó de golpe,
desenvainó su espada y se puso a gritar.
¡Deteneos, malnacidos, o conmigo seréis en
batalla!
Y, diciendo esto, saltó sobre el retablo y
comenzó a cuchillear a los títeres con tanta
furia que los descabezó a casi todos. Y el
propio Maese Pedro, que tras el retablo,
habría perdido su cabeza de no ser porque
logró esconderse a tiempo.


(Texto adaptado)
Ficha técnica:
Autor: Antonio Carnicero
Técnica: Grabado
Tamaño: 329 mm x 500 mm

Comentario:
En el cuadro se aprecia a D. Quijote con su
espada en una casa. En el ángulo inferior de la
derecha hay un perro, mientras que hacia la
izquierda encontramos mucha gente asustada,
una lámpara balanceándose y un hombre
durmiendo.
La imagen recoge el preciso momento en
que D. Quijote levanta la espada para golpear a
los títeres.
Es un grabado en blanco y negro.
Don Quijote
Eduardo Arroyo

—En lo que toca a cómo has de gobernar tu
persona y casa, Sancho, lo primero que te
encargo es que seas limpio y que te cortes las
uñas, sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a
quien su ignorancia les ha dado a entender que
las uñas largas les hermosean las manos, como
si aquel escremento y añadidura que se dejan de
cortar fuese uña, siendo antes garras de
cernícalo lagartijero, puerco y extraordinario
abuso.
»No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el
vestido descompuesto da indicios de ánimo
desmazalado. (…)
»No comas ajos ni cebollas, porque no
saquen por el olor tu villanería.
»Anda despacio; habla con reposo, pero no
de manera que parezca que te escuchas a ti
mismo, que toda afectación es mala.
»Come poco y cena más poco, que la salud
de todo el cuerpo se fragua en la oficina del
estómago.
»Sé templado en el beber, considerando que
el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple
palabra.
»Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos
carrillos ni de erutar delante de nadie.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Eduardo Arroyo (1937. España).
Técnica: oleo sobre lienzo
Estilo: figurativo
Tamaño: 54 x 62 cm
Localización: en Madrid en el museo Biosca

Comentario
En el cuadro se puede apreciar la cara de
don Quijote de la Mancha y la de su escudero,
Sancho Panza. El fondo está pintado de un
color azul simulando el cielo con un tipo de
luna en cuarto creciente.
Don Quijote sale con unos ojos saltones y
las iniciales de su nombre se encuentran debajo
de su barba, junto a su boca, a su nariz
amarillenta y su única ceja. Su pelo canoso le
recorre el perfil de la cabeza.
Sancho Panza tiene los ojos mirando hacia
ninguna parte, como sorprendido. También
lleva sus iniciales por encima de su boina.
Sancho Panza, gobernador
Svetlin Vassilev

—¿Por ventura —dijo el eclesiástico—
sois vos, hermano, aquel Sancho Panza que
dicen, a quien vuestro amo tiene prometida
una ínsula?
—Sí soy —respondió Sancho—, y soy
quien la merece tan bien como otro
cualquiera; soy quien «júntate a los buenos,
y serás uno de ellos», y soy yo de aquellos
«no con quien naces, sino con quien paces»,
y de los «quien a buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija». Yo me he arrimado
a buen señor, y ha muchos meses que ando
en su compañía, y he de ser otro como él,
Dios queriendo; y viva él y viva yo, que ni a
él le faltarán imperios que mandar, ni a mí
ínsulas que gobernar.
—No, por cierto, Sancho amigo —dijo a
esta sazón el duque—, que yo, en nombre
del señor don Quijote, os mando el gobierno
de una que tengo de nones, de no pequeña
calidad.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Svetlin Vassilev (1971, Bulgaria).
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Tamaño: 47 x 52 cm.
Estilo: Realismo.

Comentario:
En el cuadro se aprecia a la Duquesa
nombrando a Sancho Panza Gobernador de la
ínsula de Barataria. Don Quijote parece leer el
documento donde se nombra a Sancho, quien
se muestra muy orgulloso del nombramiento.
Alrededor de los protagonistas de la escena hay
mucha gente importante que se estaban riendo
de la burla que le estaban haciendo.
La despedida del rucio
Gustave Doré

Preguntó qué hora era, respondiéronle
que ya amanecía. Calló, y sin decir otra
cosa comenzó a vestirse, todo sepultado en
silencio, y todos le miraban y esperaban en
qué había de parar la priesa con que se
vestía. Vistióse, en fin, y poco a poco,
porque estaba molido y no podía ir mucho a
mucho, se fue a la caballeriza, siguiéndole
todos los que allí se hallaban, y llegándose
al rucio le abrazó y le dio un beso de paz en
la frente, y no sin lágrimas en los ojos le
dijo:
—Venid vos acá, compañero mío y
amigo mío y conllevador de mis trabajos y
miserias: cuando yo me avenía con vos y no
tenía otros pensamientos que los que me
daban los cuidados de remendar vuestros
aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo,
dichosas eran mis horas, mis días y mis
años; pero después que os dejé y me subí
sobre las torres de la ambición y de la
soberbia, se me han entrado por el alma
adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro
mil desasosiegos.

(Texto original)
Ficha Técnica:
Autor: Gustavo Doré (1832-1883. Francia).
Técnica: Grabado.
Estilo: Realista.
Fecha: 1867.

Comentario:
En el cuadro se aprecia a Sancho llorando,
agarrado al rucio en el pajar.
Es un grabado en blanco y negro, muy bien
hecho, con una técnica que recuerda a la del
puntillismo.
Es una escena muy entrañable porque
permite observar el aprecio y el cariño que
Sancho le tenía a su burro.
Don Quijote y Sancho Panza
Jules David

—La libertad, Sancho, es uno de los
más preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierra la tierra
ni el mar encubre; por la libertad así como
por la honra se puede y debe aventurar la
vida, y, por el contrario, el cautiverio es el
mayor mal que puede venir a los hombres.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Jules David (1808-1892. Francia).
Estilo: Realista.
Técnica: Acuarela.
Localización: París (Francia)

Comentario:
En la imagen se aprecia a Don Quijote y a
Sancho Panza montados sobre sus respectivas
cabalgaduras, recorriendo un camino seco y
polvoriento. Sus figuras dominan todo el centro
del cuadro. De fondo se observa un cielo
nublado con tonos que van desde el azul claro
al blanco, pasando por el gris.
Don Quijote va vestido con su armadura,
lleva la bacía que le quitó al barbero en la
cabeza y con el brazo derecho sujeta un lanzón,
que apoya sobre el muslo.
Sancho Panza se protege del sol con un
sombrero y va montado sobre un burro tan
pequeño que sus pies casi llegan al suelo. Viste
camisa blanca y un chaleco de color beige que
abrocha solo arriba, dejando al descubierto su
estimable barriga. Cubre sus piernas con
pantalones rojos hasta la rodilla y calzas y
alpargatas hasta los pies.
Don Quijote
Moebius

Como las cosas humanas no sean
eternas, yendo siempre en declinación
de sus principios hasta llegar a su último
fin, especialmente las vidas de los hombres,
y como la de don Quijote no tuviese
privilegio del cielo para detener el curso de
la suya, llegó su fin y acabamiento cuando
él menos lo pensaba; porque o ya fuese de
la melancolía que le causaba el verse
vencido o ya por la disposición del cielo, que
así lo ordenaba, se le arraigó una calentura
que le tuvo seis días en la cama, en los
cuales fue visitado muchas veces del cura,
del bachiller y del barbero, sus amigos, sin
quitársele de la cabecera Sancho Panza, su
buen escudero.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Moebius (1938-2012. Francia).
Técnica: Dibujo.
Estilo: Cómic.

Comentario:
Se ve a Don Quijote sentado, fumando y
agotado de tantas aventuras. En el suelo hay
colillas tiradas y papeles. A un lado hay un
libro que parece de Caballerías, al otro, hay
latas de refresco.
Parece que está atardeciendo y por eso
destacan los colores amarillo y naranja en el
cuadro.
Don Quijote
R. Pecharromán

—Señores —dijo don Quijote—,
vámonos poco a poco, pues ya en los nidos
de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui
loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la
Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso
Quijano el Bueno.


(Texto original)
Ficha técnica:
Autor: Ricardo Pecharromán (1949). España.
Estilo: Realismo expresionista.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Tamaño: 54 x 65 cm.
Localización: Pasarón de la Vera (Cáceres)

Comentario:
En el cuadro se aprecia la cara de
Don Quijote algo deformada, con el yelmo
de Mambrino (en realidad la bacía de un
barbero) cubriéndole la cabeza. El yelmo se
adorna con una pluma. Bajo la cabeza,
una garguera o lechuguilla cubre su
cuello. Luce una larga barba blanca y
amarillenta, que en paralelo al extremo de
la lanza se orienta en la diagonal del
cuadro.
Don Quixote and Sancho Panza
Hermanos Le Nain

La primera pintura a nivel mundial que recoge una


escena de "Don Quijote de la Mancha" es un óleo. El
cuadro titulado "Don Quixote and Sancho Panza" es el
primer testimonio del impacto del Quijote en una obra
pictórica en todo el mundo.
La obra está atribuida a los hermanos Le Nain,
tres hermanos -dos hombres y una mujer que
firmaban con un nombre común: Antoine Le Nain,
Louis Le Nain y Mathieu Le Nain.

Vale.
Han participado en el montaje de esta exposición:

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