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Según la leyenda, el príncipe Naylamp llegó al Valle del río Faquisllanga en un caballito de totora junto con sus súbditos, trajo un ídolo verde llamado Yampallec con el que fundó la dinastía de doce reyes y la ciudad de Lambayeque. El último rey, Fempellec, se portó mal con los dioses y como castigo su imperio fue destruido por lluvias y vientos, incluyendo el Templo Chot.
Según la leyenda, el príncipe Naylamp llegó al Valle del río Faquisllanga en un caballito de totora junto con sus súbditos, trajo un ídolo verde llamado Yampallec con el que fundó la dinastía de doce reyes y la ciudad de Lambayeque. El último rey, Fempellec, se portó mal con los dioses y como castigo su imperio fue destruido por lluvias y vientos, incluyendo el Templo Chot.
Según la leyenda, el príncipe Naylamp llegó al Valle del río Faquisllanga en un caballito de totora junto con sus súbditos, trajo un ídolo verde llamado Yampallec con el que fundó la dinastía de doce reyes y la ciudad de Lambayeque. El último rey, Fempellec, se portó mal con los dioses y como castigo su imperio fue destruido por lluvias y vientos, incluyendo el Templo Chot.
acompañado de sus súbditos. Ellos arribaron en el Valle del rio Faquisllanga. Naylamp llevaba un ídolo verde llamado Yampallec (Lambayeque), que colocó en el lugar donde posteriormente se fundaría el Templo Chot, fundando la dinastía de doce futuros soberanos. Al pasar los años, el último de los reyes de aquella casa, Fempellec, se portó mal con los Dioses. Su castigo no se hizo esperar, y de inmediato le cayeron lluvias, vientos y huaicos devastadores hacia su imperio, además, quedó destruido el Templo Chot, Actualmente la Huaca Chotuna. El dios Naylamp desde lo alto, condensaba toda su ira reprochándole su indigno proceder.