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Javier Gómez O.
Sí, lectoras mías, conservad esa casta vergüenza que es la belleza moral de la mujer. El
rubor fraterniza con el pudor, y el pudor hace más hermoso el amor, y debe ser el inseparable
compañero de ese sentimiento.
El pudor reprime la voluptuosidad, y un hombre delicado, lejos de encontrarlo importuno,
lo celebra en la mujer.
El pudor es la poesía del amor, como el amor es la poesía de la vida.
El velo del pudor causa más ilusión, mayor encanto, y seduce más fácilmente porque lo
misterioso fascina la fantasía.
«Una vez perdido el pudor en el bello sexo, pregunta Rousseau, ¿qué queda para
retenerlas, y de qué honor harán caso las que han renunciado al que les es propio?»
El pudor es la pureza del alma y la delicadeza de los pensamientos.
El amor de las criaturas civilizadas no se diferenciaría del amor de los salvajes, si no fuera
por el pudor.
Se ha dicho que el pudor es la cuarta gracia: las mujeres debemos conservarle por interés
propio, como Armida conservaba la cintura encantada, cuyo poder oculto e irresistible le
aseguraba su dominio sobre Reinaldo.
La estatua del pudor construida por los griegos, era bellísima: su tez fresca y brillante
complacía la vista y deleitaba el corazón; la humildad y dulzura de sus miradas conmovían el
alma, y la rosa encarnada que le ponían en la mano por atributo, lo caracterizaba perfectamente.
La estatua se hallaba envuelta en un blanco velo. En épocas de romanticismo no está en
boga el sonrosado de las mejillas, pero el bermellón de la virtud, que es el pudor, se hallará
siempre en su apogeo, por más que atravesemos tiempos de escéptico y frío materialismo.
Las madres deben esforzarse en conservar el pudor de sus hijas, y lo conseguirán no
entregándolas a nadie para que las acompañe en sus paseos y visitas, no fiando su educación
moral a manos mercenarias. Es importantísimo que la madre eduque a sus hijos. El ilustrado
arzobispo de México, que es un literato muy distinguido, al obsequiar a su hermana en el día de
su santo escribiendo en su álbum, como el mayor elogio que podía consagrarle, le celebró el
haber sido la educadora de sus hijos, añadiendo que él también había sido educado por su
madre.
No nos cansaremos de repetirlo: eduquen las madres a sus hijas, y de este modo serán
modestas y pudorosas.
¡Sed modestas, queridas lectoras! Una mujer modesta se libra del ridículo que siempre
persigue al orgullo.
San Pablo decía: «Conviene que las mujeres se vistan de un modo sencillo y decente, y que
sus mejores adornos sean el pudor y la modestia».
La mujer no debe ostentar sus méritos, porque al hacerlo así los pierde.
La vanidad empequeñece notablemente.
Mme. de Deffand solía decir: «La vanidad pierde más mujeres que el amor».
Una mujer ilustrada no debe hacer alarde de sus conocimientos, porque se hace antipática.
Con el pincel, con la pluma, puede lucir una mujer los tesoros de inspiración que el cielo le
dio, y no necesita los círculos sociales para hacerse admirar por medio de conversaciones
cargadas de erudición, que le valdrían el renombre de pedante.
Santa Gertrudis, Santa Brígida Hilda, Santa Ildegarda, Santa Catalina de Sena y Santa
Teresa de Jesús, fueron tan sabias como modestas.
Santa Paula, Santa Marcela, Santa Eustoquia y Santa Perpetua, brillaron por su talento y
humildad.
Tan absurdo es hacer alarde de hermosura y talento, como hacerlo de elevada cuna. Cada
cual es hijo de sus obras. Muchas veces es superior al de cuna de oro, el de cuna de barro. ¿De
qué le sirven a un aristócrata cargado de blasones, sus timbres y pergaminos, si es un estúpido?
La verdadera aristocracia es la de la virtud y la del genio.
Eurípides, insigne poeta griego, nació de una verdulera; Epitecto fue esclavo; Rousseau era
hijo de un relojero; Shakspeare de un carnicero; Moliere fue sastre; Demóstenes hijo de un
herrero, y Viriato, el gran Viriato, fue pastor. Todos estos nombres son inmortales y el universo
los venera.
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Alejandro cubrió con su manto a Ulpiano; Francisco I estrechó en sus brazos a Leonardo
de Vinci; Carlos V levantaba del suelo los pinceles a Ticiano, y solía exclamar: «A los nobles
los hago yo, pero a los artistas solo Dios».
Felipe IV premiaba con la cruz de Santiago a Diego Velázquez. Y estos reyes jamás
preguntaron a los artistas si eran plebeyos o magnates.
Actualmente figura en la sociedad madrileña una ilustre dama, que ha cambiado en el
mundo de las letras su aristocrático nombre por el de María de la Peña. Ella ha hecho de este
nombre vulgar un nombre célebre; tal es la magia de su talento. Acaba de traducir el magnífico
folleto de Monseñor Dupanloup, de una manera admirable. Trascribimos unos párrafos para que
los lectores que desconocen el folleto, aprecien el elegante y castizo estilo de la traductora.
«Se quiere conservar en las mujeres una modestia que se califica de su más bello adorno, y
en efecto, la modestia es no solamente una virtud, sino un gran encanto. Pero no veo muy claro
que la ignorancia sea la mejor salvaguardia de la modestia. Diré más: diré que mirada por cierto
prisma, es una virtud pagana, esto es, falsa o muy imperfecta. Dad a una mujer toda la ciencia,
todo el genio, todo el desarrollo intelectual de que es susceptible, dadle al mismo tiempo la
humildad cristiana, y la veréis revestida de una sencillez y de una modestia bastante positiva, y
bastante más agradable que la de la pobre india, que se juzga un animal de especie algo superior
a los monos del corral, pero muy inferior a su marido. La humildad ilustrada es una virtud,
madre de otras muchas c inspiración de más altos deseos de perfección; porque la humildad no
impide conocer los progresos que se logran, como no ciega acerca del mérito ajeno; nos hace
conocer lo que nos falla, y aun cuando llegáramos a la cumbre del saber, alentaría en nosotros
mayores miras, sin llevar consigo el orgullo ni el abatimiento».
Esto es exactísimo. Una mujer convenientemente ilustrada, no será vanidosa, porque sabrá
perfectamente que al huir de la vanidad huye del ridículo.
Una mujer discreta no se impone a los que la rodean por medio de su sabiduría, se hace
sencilla y desciende de su elevada altura para nivelarse con los que están en otra esfera más
inferior.
Haga constantemente este sacrificio la mujer dotada de superioridad, y despertará
simpatías por todas partes.
La abnegación cual la modestia, deben ser compañeras inseparables del mérito.
“Al hablar de la modestia en la vestimenta de los cristianos, he sido criticado con la declaración
que en ningún lugar la Biblia define lo que es modesto. ¿Es cierto esto? ¿Puede ayudarme a
responder tal crítica?”.
La crítica que declara que la Biblia no define la “modestia” es muy común hoy, y generalmente
se usa el argumento de la “carencia de definición” para sugerir que nadie tiene derecho de decir
qué es modesto o inmodesto; simplemente, “esto es la opinión de cada persona”.
Esta crítica es falsa y auto-contradictoria. Primero, si la Biblia no definiera lo que es “modesto”,
entonces, como cristianos que consideramos a la Biblia como nuestra guía de fe y práctica (2
Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:3-8), estaríamos perdiendo el tiempo discutiendo el tema. Segundo,
si la Palabra de Dios no definiera lo que es “modesto”, entonces no existiera tal cosa como la
“inmodestia”. ¿Quién tuviera el derecho especial de determinar lo que es “modesto” o
“inmodesto”? En tal escenario todos tuvieran el mismo derecho de pensar lo que deseen en
cuanto a la modestia. En otras palabras, nadie “pudiera” vestir lo suficientemente “indecente”
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como para que su vestimenta fuera calificada como “inmodesta”. De hecho, tampoco se pudiera
criticar la desnudez total como “inmodestia”.
Sin embargo, la Biblia sí define la “modestia”—es decir, lo hace por medio de principios y
ejemplos. Ya que la Biblia es un libro para todas las generaciones (cf. Deuteronomio 6:6-9; 2
Timoteo 2:2), entonces expresa algunas de sus enseñanzas en principios para trascender la
cultura, la idiosincrasia y el tiempo. Se define “modestia” en principio y ejemplo, de la misma
manera que el contexto de 1 Corintios 14:40 define “decente” y “orden” (razón por la cual hoy
podemos decir que bailar, correr, gritar y saltar no son parte de una adoración decente y
ordenada).
El problema de algunos que argumentan que la Biblia “no define” la modestia es que ellos están
esperando que la Biblia sea un catálogo de cosas que son “modestas” o “inmodestas”. Si este
fuera el caso, la Biblia sería un libro sin término, y al final la lista no sería una definición por sí
misma. Además, esto estorbaría la capacidad humana de razonar. Dios quiere que los cristianos
sean estudiantes diligentes, que usen “bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15), que
escudriñen las Escrituras (Juan 5:39) y que razonen (Isaías 1:18, LBLA). Si no estamos
dispuestos a hacer esto, entonces es mejor que busquemos un libro diferente.
Según algunos principios encontrados en 1 Timoteo 2:9-10,15 y 1 Pedro 3:3-5, podemos definir
“modestia” como “el adorno que es honorable, refleja reverencia adecuada, santidad y piedad,
no atrae atención indebida, no causa lascivia en otros, no es revelador, no es vano y no degrada
a otros”. La Biblia está llena de principios eternos y ejemplos que amonestan a la santidad en
nuestra manera de vestir que glorifique a Dios y evite ser ocasión de tropiezo para nuestros
prójimos y compañeros cristianos (e.g., Génesis 3:21; 9:22-23; Éxodo 20:26; 28:40-42; 2
Samuel 10:4-5; 11:2-4; Mateo 5:16; 18:6-9; Marcos 5:15; Romanos 12:1-2; 14:21; 1 Corintios
6:19-20; Colosenses 3:5; 1 Tesalonicenses 5:21-22; 1 Timoteo 4:12; 5:14; Santiago 1:27).
Obviamente, la ropa apretada, escotada, trasparente o reveladora, los bikinis, las ropas de baño,
las minifaldas y otras vestimentas escasas no reúnen los requisitos de lo que glorifica a Dios.
La apariencia y las acciones reflejan la vida que vivimos . Nos presentamos al mundo en
base a nuestra autopercepción y aspiraciones. Ser modesto es considerar lo que
representa nuestra ropa y comportamiento. La modestia no es vana ni jactanciosa.
Toma más en cuenta el deseo egoísta y acepta la responsabilidad por la influencia que
nuestras elecciones tienen en la vida de los demás. «Se necesita modestia en cada siglo
y en todas las culturas»
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El conocimiento de quiénes somos en Cristo es crucial para una vida de modestia
bíblica. La modestia es simplicidad. Jesús da el ejemplo de la vida que debemos llevar
en las páginas de las Escrituras. Vivir una vida simple y modesta en una sociedad que
constantemente nos vende una nueva versión de nosotros mismos y nuestras cosas es
difícil.
Proverbios 11:22 dice, «Como un anillo de oro en el hocico de un cerdo es una mujer
hermosa que no muestra discreción». Solomon usa discreción aquí para describir la
capacidad que uno tiene para usar el juicio de buen gusto. La modestia está
estrechamente relacionada con la autoestima. Sin darnos cuenta de nuestro valor, nos
falta el juicio adecuado para atraer la atención adecuada. Jesús dijo sobre todo, amor .
El amor establece la fuerza y la sabiduría para desarrollar la discreción, lo que nos
permite ser más como la persona de la que Salomón habla aquí:
“Ella está vestida de fortaleza y dignidad; ella puede reírse de los días por venir «. –
Proverbios 31:25
Tan liberador como es caminar por la vida sabiendo quiénes somos en Él, aún podemos
ser víctimas del encanto. Proverbios 31:30 advierte, “El encanto es engañoso, y la belleza
es fugaz; pero una mujer que teme al SEÑOR debe ser alabada «. Cuando nos
esforzamos por llegar a ser más como Cristo, el pináculo de la modestia, es menos
probable que seamos víctimas o que nos demostremos un encanto exterior.
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¿Qué es la modestia según la Biblia ?
Jesús dijo: «Así que ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y desde que eres su hijo, Dios
también te ha hecho un heredero «. ( Gálatas 4: 7 ) Cuando caminamos con Cristo
como nuestro Salvador, ya no tenemos que luchar para encajar en este mundo porque
no somos de él. El orgullo y la vergüenza nunca fueron la intención de Dios. Desde el
comienzo de Génesis, nuestra fragilidad humana al caer en el pecado manchó nuestra
visión de nosotros mismos y nuestros deseos (Génesis 3: 7) . Desde el principio, Dios
tenía un plan para cubrirnos. No solo la vergüenza recién descubierta en nuestra
desnudez (Génesis 3:21) sino la muerte que merecemos por nuestra naturaleza
pecaminosa (Génesis 3:15) .
Tenemos una vida en la tierra para reflejar el amor de Cristo. Cuando la comunidad de
personas que nos rodea se asoma a nuestras vidas, ¿qué ven? Es divertido vestir la
superficie, pero cuando nuestro enfoque es más profundo, no es necesario. Brillamos
simplemente cuidando nuestras relaciones con el Señor y las bendiciones que nos ha
dado. La modestia es el poderoso reflejo de una caminata diaria con Jesús. (1 Pedro 3:
1-4)
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David oró para que Dios buscara en su corazón, como deberíamos, pidiéndole a Dios
que redefina nuestra definición de belleza.
Proverbios 31:30 – “El encanto es engañoso y la belleza es fugaz; pero una mujer
que teme al SEÑOR debe ser alabada «.
Lucas 22:42 – “Padre, si estás dispuesto, toma esta copa de mí; pero no mi
voluntad, sino la tuya.
Efesios 2:10 – «Todos somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer
buenas obras, que Dios preparó de antemano para nosotros».
1 Corintios 10:31 – «Entonces, ya sea que comas o bebas o hagas lo que hagas,
hazlo todo para la gloria de Dios».
1 Pedro 5: 5 – “Del mismo modo, ustedes que son más jóvenes, se someten a sus
mayores. Todos ustedes, vestíos de humildad el uno con el otro, porque «Dios se
opone a los orgullosos pero muestra favor a los humildes».
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1 Timoteo 2:9: 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto,
con vergüenza y modestia, no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó
vestidos costosos.
1 Pedro 3:3-4: 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del
cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas, 4 Sino el hombre del corazón
que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual
es de grande estima delante de Dios.
1 Timoteo 2:8-10: 8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando
manos limpias, sin ira ni contienda. 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose
en hábito honesto, con vergüenza y modestia, no con cabellos encrespados, u oro,
ó perlas, ó vestidos costosos. 10 Sino de buenas obras, como conviene á mujeres
que profesan piedad.
Mateo 5:28: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
1 Pedro 3:3: 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del
cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas
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Deuteronomio 22:5: 5 No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá
ropa de mujer, porque abominación es á Dios tu Dios cualquiera que esto hace.
1 Corintios 10:31: 31 Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á
gloria de Dios.
Mateo 5:27-28: 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que
cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.
Mateo 6:1: 6 MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para
ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está
en los cielos.
Juan 7:24: 24 No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio.
1 Corintios 6:19: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
1 Corintios 12:23: 23 Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos
vestimos más honrosamente, y los que en nosotros son menos honestos, tienen
más compostura.
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porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
7 Porque no nos ha llamado Dios á inmundicia, sino á santificación. 8 Así que, el
que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió
su Espíritu Santo. 9 Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os
escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos
á los otros, 10 Y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda
Macedonia. Empero os rogamos, hermanos, que abundéis más
1 Pedro 2:6: 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la
principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, Y el que creyere en ella, no será
confundido.
Gálatas 3:23-25: 23 Empero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la
ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta. 24 De manera que la
ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la
fe. 25 Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo
Génesis 3:6-10: 6 Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría, y tomó de su
fruto, y comió, y dió también á su marido, el cual comió así como ella. 7 Y fueron
abiertos los ojos de entrambos, y conocieron que estaban desnudos: entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Dios que
se paseaba en el huerto al aire del día: y escondióse el hombre y su mujer de la
presencia de Dios entre los árboles del huerto. 9 Y llamó Dios al hombre, y le dijo:
¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque
estaba desnudo, y me escondí.
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La palabra modestia no prevalece en la Biblia. Aunque Dios claramente clasifica su falta
como un vicio, las Escrituras se enfocan más en virtudes poderosas para desarrollar la
modestia. Jesús es el pináculo de la modestia. Presente en la creación del universo, Hijo
del Único Dios Verdadero y Salvador del mundo, se humilló a sí mismo para usar
sandalias y se ensució los pies junto a nosotros durante algunas décadas antes de morir
quizás la muerte más insoportable e injusta de la historia. de la humanidad . . .
voluntariamente.
1 Timoteo 4: 8 – «Porque el entrenamiento físico tiene algún valor, pero la piedad tiene
valor para todas las cosas, y promete tanto para la vida presente como para la vida
venidera».
Dios quiere abrazarnos en la adoración. Él promete estar presente cuando dos más
están reunidos en su nombre. La iglesia no es un lugar para impresionar a los demás.
Los cristianos deben vestirse para la iglesia para reflejar exteriormente el alma que Dios
diseñó de la manera más honrosa para Cristo, diferente para todos, en cada cultura.
Dios sonríe a una multitud diversa de la iglesia, cerrando los brazos para adorar al
Único Dios Verdadero.
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¿Qué pasa si alguien se presenta a la iglesia con la piel expuesta (hasta cierto punto),
tatuajes, piercings, maquillaje salvaje, o tal vez están debajo o sobrevestidos en
comparación con el resto de la iglesia? Jesús tomaría asiento justo al lado y los
abrazaría, como nosotros.
1 Juan 2:16 – “Porque todo en el mundo, la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y el
orgullo de la vida, no proviene del Padre sino del mundo. »
«el autocontrol no es igual al control de los demás». Las partes privadas que Dios cubrió
con hojas en Génesis son los lugares que debemos mantener bajo techo. Cualquier
cosa que sobreexponga nuestra intimidad debe mantenerse en secreto. La pureza se
aferra a algunos lugares dignos para el matrimonio. Pero no hay condenación eterna
de vergüenza si ese barco ha navegado por nosotros. Siempre podemos comenzar de
nuevo a usar ropa que refleje lo que creemos y a quién seguimos.
Mateo 6: 1 – “Ten cuidado de no practicar tu justicia delante de otros para que te vean.
Si lo haces, no tendrás recompensa de tu Padre en el cielo «.
Jesús claramente nos enseñó a no hacer las cosas de una manera autojusticia. Lo que
usemos debe reflejar quiénes somos en Cristo. «Lo que una mujer debe usar o no usar
es una cuestión de conciencia de la mujer ante el Señor, » 7 cosas que la Biblia dice
sobre tu ropa «. Los hombres no están libres, aquí tampoco. Ella también señala, “La
modestia no es anti-moda; es un adorno de maneras piadosas ( 1 Timoteo 2: 8 ).
Los cristianos deben tener mucho cuidado para reflejar la modestia. No somos de este
mundo y a veces sobresaldremos como pulgares doloridos debido a nuestras modestas
elecciones en ropa, gasto, comida, ejercicio, etc. Algunas de estas opciones son un
reflejo adecuado de la vida que estamos llamados a vivir. Muchas ricas bendiciones
agregan alegría a nuestras vidas, pero todo lo que hacemos cede al Padre. Una vida
que refleje constantemente su amor y luz para quienes nos rodean como testigos. Los
siguientes versículos nos ayudan a centrarnos en vivir una vida cotidiana modesta:
Lucas 22:42 – “Padre, si estás dispuesto, toma esta copa de mí; pero no mi
voluntad, sino la tuya.
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Efesios 2:10 – «Todos somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer
buenas obras, que Dios preparó de antemano para nosotros».
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