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MODESTIA

La modestia es una bellísima cualidad que enaltece a quien la posee.


La mujer modesta exhala un perfume que penetra suavemente en el corazón: semejante a la
violeta que oculta siempre su corola entre el follaje, no deslumbra cual la arrogante dalia, pero
atrae dulcemente y su reinado es más duradero.
La mujer modesta tiene gran similitud con la clemátide, que cierra su cáliz por no recibir
las caricias del céfiro.
La mujer modesta semejase a la sampaguita que solo abre su broche encantador en la hora
de las sombras, a la sensitiva que pliega sus hojas cuando la arrancan de su tallo, a la balsamina
que muere de pudor al recibir el primer beso del sol, a la delicada flor del convólvulos que se
marchita al acercarle el aliento.
La modestia es ideal, bella y dulce cual los acentos de los espíritus celestiales, cual el
hálito de las auras, cual los himnos de la naturaleza al Creador.
El filósofo inglés Young comprendió perfectamente la necesidad de la modestia en la
mujer, y exclamaba de continuo: «Las mujeres no deben tener nada desnudo; hasta los encantos
del espíritu deben ser ocultos por el velo de la modestia».
La mujer modesta, cual la luciérnaga, brilla más en la oscuridad; cual la luna, irradia tenue
y grato resplandor que ilumina sin herir, sin deslumbrar con la fulgidez del astro rey.
La modestia es hija del candor y la inocencia, y la inocencia es tan simpática que fue
respetada por los paganos: estos miraban a la virgen inocente cual a un ser sobrenatural, sagrado
y de esencia divina.
La modestia tiene por hermano al rubor, y el rubor es el arrebol que más embellece a la
mujer.
Me hallaba yo una tarde de Mayo contemplando una hermosa puesta de sol en compañía
de un mexicano muy inteligente, cuando llamé su atención hacia unas pequeñas nubes que por
sus caprichosos giros tomaban formas tan variadas como poéticas. Una de aquellas nubecillas
flotaba sobre nuestras cabezas, y había atraído nuestra atención por su elegante contorno que
tenía la forma de una mujer.
-Observe vd., dije a mi amigo, esa nubecilla parece una vestal, envuelta en argentinos
velos.
-Efectivamente, me contestó, pero una vestal ruborizada; tan roja es la mancha que tiene en
la parle que hemos dado, vd. y yo, en suponer el rostro de esa nube-mujer, o de esa mujer-nube.
-A propósito de rubor, añadí interpelando al que partía conmigo la admiración de una
espléndida puesta de sol, ¿querría vd. darme una definición del rubor? Se han dado muchas, y
ninguna me satisface.
-Razón mayor para que no me atreva a darla.
-Es vd. muy modesto.
-Al contrario, soy vanidoso, pues no podría resistir el ridículo ante vd.
-Tiene vd. demasiado ingenio para ser derrotado.
-Oh! yo abrigo gran temor de serlo si me aventuro a darle la definición que me pide.
Además, vd. es muy difícil.
-Nada de eso; me gusta crear dificultades para proporcionar a las personas de talento la
gloria de vencerlas.
-No puedo resistirme; vd. me pide una definición, y prefiero sacrificar mi amor propio
antes que cometer la descortesía de no complacer a vd.
-Un mexicano no es capaz de incurrir en descortesías con una dama, y mucho menos vd.
que es la flor y nata de la más caballeresca galantería.
-Amiga mía, acepte vd. mi definición con benevolencia, ya que me obliga vd. a darla. «El
rubor es, en mi opinión, la vergüenza de las almas castas».
Imposible encontrar definición más elocuente, delicada, elegante e ingeniosa que la de mi
excelente amigo. «El rubor es la vergüenza de las almas castas». ¡Qué encantadora sobriedad!
¡Qué selecto aticismo!

Javier Gómez O.
Sí, lectoras mías, conservad esa casta vergüenza que es la belleza moral de la mujer. El
rubor fraterniza con el pudor, y el pudor hace más hermoso el amor, y debe ser el inseparable
compañero de ese sentimiento.
El pudor reprime la voluptuosidad, y un hombre delicado, lejos de encontrarlo importuno,
lo celebra en la mujer.
El pudor es la poesía del amor, como el amor es la poesía de la vida.
El velo del pudor causa más ilusión, mayor encanto, y seduce más fácilmente porque lo
misterioso fascina la fantasía.
«Una vez perdido el pudor en el bello sexo, pregunta Rousseau, ¿qué queda para
retenerlas, y de qué honor harán caso las que han renunciado al que les es propio?»
El pudor es la pureza del alma y la delicadeza de los pensamientos.
El amor de las criaturas civilizadas no se diferenciaría del amor de los salvajes, si no fuera
por el pudor.
Se ha dicho que el pudor es la cuarta gracia: las mujeres debemos conservarle por interés
propio, como Armida conservaba la cintura encantada, cuyo poder oculto e irresistible le
aseguraba su dominio sobre Reinaldo.
La estatua del pudor construida por los griegos, era bellísima: su tez fresca y brillante
complacía la vista y deleitaba el corazón; la humildad y dulzura de sus miradas conmovían el
alma, y la rosa encarnada que le ponían en la mano por atributo, lo caracterizaba perfectamente.
La estatua se hallaba envuelta en un blanco velo. En épocas de romanticismo no está en
boga el sonrosado de las mejillas, pero el bermellón de la virtud, que es el pudor, se hallará
siempre en su apogeo, por más que atravesemos tiempos de escéptico y frío materialismo.
Las madres deben esforzarse en conservar el pudor de sus hijas, y lo conseguirán no
entregándolas a nadie para que las acompañe en sus paseos y visitas, no fiando su educación
moral a manos mercenarias. Es importantísimo que la madre eduque a sus hijos. El ilustrado
arzobispo de México, que es un literato muy distinguido, al obsequiar a su hermana en el día de
su santo escribiendo en su álbum, como el mayor elogio que podía consagrarle, le celebró el
haber sido la educadora de sus hijos, añadiendo que él también había sido educado por su
madre.
No nos cansaremos de repetirlo: eduquen las madres a sus hijas, y de este modo serán
modestas y pudorosas.
¡Sed modestas, queridas lectoras! Una mujer modesta se libra del ridículo que siempre
persigue al orgullo.
San Pablo decía: «Conviene que las mujeres se vistan de un modo sencillo y decente, y que
sus mejores adornos sean el pudor y la modestia».
La mujer no debe ostentar sus méritos, porque al hacerlo así los pierde.
La vanidad empequeñece notablemente.
Mme. de Deffand solía decir: «La vanidad pierde más mujeres que el amor».
Una mujer ilustrada no debe hacer alarde de sus conocimientos, porque se hace antipática.
Con el pincel, con la pluma, puede lucir una mujer los tesoros de inspiración que el cielo le
dio, y no necesita los círculos sociales para hacerse admirar por medio de conversaciones
cargadas de erudición, que le valdrían el renombre de pedante.
Santa Gertrudis, Santa Brígida Hilda, Santa Ildegarda, Santa Catalina de Sena y Santa
Teresa de Jesús, fueron tan sabias como modestas.
Santa Paula, Santa Marcela, Santa Eustoquia y Santa Perpetua, brillaron por su talento y
humildad.
Tan absurdo es hacer alarde de hermosura y talento, como hacerlo de elevada cuna. Cada
cual es hijo de sus obras. Muchas veces es superior al de cuna de oro, el de cuna de barro. ¿De
qué le sirven a un aristócrata cargado de blasones, sus timbres y pergaminos, si es un estúpido?
La verdadera aristocracia es la de la virtud y la del genio.
Eurípides, insigne poeta griego, nació de una verdulera; Epitecto fue esclavo; Rousseau era
hijo de un relojero; Shakspeare de un carnicero; Moliere fue sastre; Demóstenes hijo de un
herrero, y Viriato, el gran Viriato, fue pastor. Todos estos nombres son inmortales y el universo
los venera.

Javier Gómez O.
Alejandro cubrió con su manto a Ulpiano; Francisco I estrechó en sus brazos a Leonardo
de Vinci; Carlos V levantaba del suelo los pinceles a Ticiano, y solía exclamar: «A los nobles
los hago yo, pero a los artistas solo Dios».
Felipe IV premiaba con la cruz de Santiago a Diego Velázquez. Y estos reyes jamás
preguntaron a los artistas si eran plebeyos o magnates.
Actualmente figura en la sociedad madrileña una ilustre dama, que ha cambiado en el
mundo de las letras su aristocrático nombre por el de María de la Peña. Ella ha hecho de este
nombre vulgar un nombre célebre; tal es la magia de su talento. Acaba de traducir el magnífico
folleto de Monseñor Dupanloup, de una manera admirable. Trascribimos unos párrafos para que
los lectores que desconocen el folleto, aprecien el elegante y castizo estilo de la traductora.
«Se quiere conservar en las mujeres una modestia que se califica de su más bello adorno, y
en efecto, la modestia es no solamente una virtud, sino un gran encanto. Pero no veo muy claro
que la ignorancia sea la mejor salvaguardia de la modestia. Diré más: diré que mirada por cierto
prisma, es una virtud pagana, esto es, falsa o muy imperfecta. Dad a una mujer toda la ciencia,
todo el genio, todo el desarrollo intelectual de que es susceptible, dadle al mismo tiempo la
humildad cristiana, y la veréis revestida de una sencillez y de una modestia bastante positiva, y
bastante más agradable que la de la pobre india, que se juzga un animal de especie algo superior
a los monos del corral, pero muy inferior a su marido. La humildad ilustrada es una virtud,
madre de otras muchas c inspiración de más altos deseos de perfección; porque la humildad no
impide conocer los progresos que se logran, como no ciega acerca del mérito ajeno; nos hace
conocer lo que nos falla, y aun cuando llegáramos a la cumbre del saber, alentaría en nosotros
mayores miras, sin llevar consigo el orgullo ni el abatimiento».
Esto es exactísimo. Una mujer convenientemente ilustrada, no será vanidosa, porque sabrá
perfectamente que al huir de la vanidad huye del ridículo.
Una mujer discreta no se impone a los que la rodean por medio de su sabiduría, se hace
sencilla y desciende de su elevada altura para nivelarse con los que están en otra esfera más
inferior.
Haga constantemente este sacrificio la mujer dotada de superioridad, y despertará
simpatías por todas partes.
La abnegación cual la modestia, deben ser compañeras inseparables del mérito.

“Al hablar de la modestia en la vestimenta de los cristianos, he sido criticado con la declaración
que en ningún lugar la Biblia define lo que es modesto. ¿Es cierto esto? ¿Puede ayudarme a
responder tal crítica?”.

La crítica que declara que la Biblia no define la “modestia” es muy común hoy, y generalmente
se usa el argumento de la “carencia de definición” para sugerir que nadie tiene derecho de decir
qué es modesto o inmodesto; simplemente, “esto es la opinión de cada persona”.
Esta crítica es falsa y auto-contradictoria. Primero, si la Biblia no definiera lo que es “modesto”,
entonces, como cristianos que consideramos a la Biblia como nuestra guía de fe y práctica (2
Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:3-8), estaríamos perdiendo el tiempo discutiendo el tema. Segundo,
si la Palabra de Dios no definiera lo que es “modesto”, entonces no existiera tal cosa como la
“inmodestia”. ¿Quién tuviera el derecho especial de determinar lo que es “modesto” o
“inmodesto”? En tal escenario todos tuvieran el mismo derecho de pensar lo que deseen en
cuanto a la modestia. En otras palabras, nadie “pudiera” vestir lo suficientemente “indecente”

Javier Gómez O.
como para que su vestimenta fuera calificada como “inmodesta”. De hecho, tampoco se pudiera
criticar la desnudez total como “inmodestia”.

Sin embargo, la Biblia sí define la “modestia”—es decir, lo hace por medio de principios y
ejemplos. Ya que la Biblia es un libro para todas las generaciones (cf. Deuteronomio 6:6-9; 2
Timoteo 2:2), entonces expresa algunas de sus enseñanzas en principios para trascender la
cultura, la idiosincrasia y el tiempo. Se define “modestia” en principio y ejemplo, de la misma
manera que el contexto de 1 Corintios 14:40 define “decente” y “orden” (razón por la cual hoy
podemos decir que bailar, correr, gritar y saltar no son parte de una adoración decente y
ordenada).

El problema de algunos que argumentan que la Biblia “no define” la modestia es que ellos están
esperando que la Biblia sea un catálogo de cosas que son “modestas” o “inmodestas”. Si este
fuera el caso, la Biblia sería un libro sin término, y al final la lista no sería una definición por sí
misma. Además, esto estorbaría la capacidad humana de razonar. Dios quiere que los cristianos
sean estudiantes diligentes, que usen “bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15), que
escudriñen las Escrituras (Juan 5:39) y que razonen (Isaías 1:18, LBLA). Si no estamos
dispuestos a hacer esto, entonces es mejor que busquemos un libro diferente.

Según algunos principios encontrados en 1 Timoteo 2:9-10,15 y 1 Pedro 3:3-5, podemos definir
“modestia” como “el adorno que es honorable, refleja reverencia adecuada, santidad y piedad,
no atrae atención indebida, no causa lascivia en otros, no es revelador, no es vano y no degrada
a otros”. La Biblia está llena de principios eternos y ejemplos que amonestan a la santidad en
nuestra manera de vestir que glorifique a Dios y evite ser ocasión de tropiezo para nuestros
prójimos y compañeros cristianos (e.g., Génesis 3:21; 9:22-23; Éxodo 20:26; 28:40-42; 2
Samuel 10:4-5; 11:2-4; Mateo 5:16; 18:6-9; Marcos 5:15; Romanos 12:1-2; 14:21; 1 Corintios
6:19-20; Colosenses 3:5; 1 Tesalonicenses 5:21-22; 1 Timoteo 4:12; 5:14; Santiago 1:27).
Obviamente, la ropa apretada, escotada, trasparente o reveladora, los bikinis, las ropas de baño,
las minifaldas y otras vestimentas escasas no reúnen los requisitos de lo que glorifica a Dios.

Adicionalmente, es interesante notar la palabra “pudor” en 1 Timoteo 2:9. Richard Trench


define esta palabra como “sentimiento de vergüenza honorable” (1855, p. 204). Hoy algunos
deberían sentir vergüenza de lo que visten en público, los recintos educacionales e incluso el
local de la iglesia. Tristemente, tales personas “no se han avergonzado, ni aun saben tener
vergüenza” (Jeremías 6:15) ya que rechazan tener vergüenza (Jeremías 3:3). Los cristianos
debemos esforzarnos por tener una medida saludable de vergüenza honorable para glorificar a
Dios con nuestros cuerpos (1 Corintios 6:20). Sí, ¡la Biblia define la “modestia”!

La apariencia y las acciones reflejan la vida que vivimos . Nos presentamos al mundo en
base a nuestra autopercepción y aspiraciones. Ser modesto es considerar lo que
representa nuestra ropa y comportamiento. La modestia no es vana ni jactanciosa.
Toma más en cuenta el deseo egoísta y acepta la responsabilidad por la influencia que
nuestras elecciones tienen en la vida de los demás. «Se necesita modestia en cada siglo
y en todas las culturas»

Javier Gómez O.
El conocimiento de quiénes somos en Cristo es crucial para una vida de modestia
bíblica. La modestia es simplicidad. Jesús da el ejemplo de la vida que debemos llevar
en las páginas de las Escrituras. Vivir una vida simple y modesta en una sociedad que
constantemente nos vende una nueva versión de nosotros mismos y nuestras cosas es
difícil.

¿Qué importa lo que usamos?

1 Samuel 16: 7 – «No consideres su apariencia o su altura, porque lo he rechazado. El


Señor no mira las cosas que la gente mira. La gente mira la apariencia externa, pero el
SEÑOR mira el corazón «.

Se necesita paciencia y fortaleza para encajar en el personaje y llamar a nuestro


guardarropa y pasatiempos. «ser bonita (o guapa) no es pecado, trabajar para mejorar
tu apariencia no tiene que ser vanidad, la línea entre lo modesto y lo inmodesta no
siempre es en blanco y negro – todavía nos queda el innegable hecho bíblico de que Dios
considera la modestia una virtud y es un vicio opuesto «.

Proverbios 11:22 dice, «Como un anillo de oro en el hocico de un cerdo es una mujer
hermosa que no muestra discreción». Solomon usa discreción aquí para describir la
capacidad que uno tiene para usar el juicio de buen gusto. La modestia está
estrechamente relacionada con la autoestima. Sin darnos cuenta de nuestro valor, nos
falta el juicio adecuado para atraer la atención adecuada. Jesús dijo sobre todo, amor .
El amor establece la fuerza y la sabiduría para desarrollar la discreción, lo que nos
permite ser más como la persona de la que Salomón habla aquí:

“Ella está vestida de fortaleza y dignidad; ella puede reírse de los días por venir «. –
Proverbios 31:25

Tan liberador como es caminar por la vida sabiendo quiénes somos en Él, aún podemos
ser víctimas del encanto. Proverbios 31:30 advierte, “El encanto es engañoso, y la belleza
es fugaz; pero una mujer que teme al SEÑOR debe ser alabada «. Cuando nos
esforzamos por llegar a ser más como Cristo, el pináculo de la modestia, es menos
probable que seamos víctimas o que nos demostremos un encanto exterior.

Javier Gómez O.
¿Qué es la modestia según la Biblia ?

La modestia, según la Biblia, es menos de uno mismo y más de Cristo. Humildad,


pureza y generosidad, pero no debe ser notado o practicado como un requisito
religioso. Somos temerosos y maravillosamente hechos , para no avergonzarnos de
quienes somos en Cristo. Existimos para honrar a Dios , con nuestros cuerpos físicos y
nuestro comportamiento.

Jesús dijo: «Así que ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y desde que eres su hijo, Dios
también te ha hecho un heredero «. ( Gálatas 4: 7 ) Cuando caminamos con Cristo
como nuestro Salvador, ya no tenemos que luchar para encajar en este mundo porque
no somos de él. El orgullo y la vergüenza nunca fueron la intención de Dios. Desde el
comienzo de Génesis, nuestra fragilidad humana al caer en el pecado manchó nuestra
visión de nosotros mismos y nuestros deseos (Génesis 3: 7) . Desde el principio, Dios
tenía un plan para cubrirnos. No solo la vergüenza recién descubierta en nuestra
desnudez (Génesis 3:21) sino la muerte que merecemos por nuestra naturaleza
pecaminosa (Génesis 3:15) .

«La vergüenza es una categoría poderosa, en la Biblia y en nuestros días. La clave es


saber de qué cosas deberíamos estar realmente avergonzados».

La modestia es la expresión externa de la pureza interna . Pablo instruyó a los filipenses


a fijar sus pensamientos sobre cosas que no son de este mundo . En nuestra vida
cotidiana moderna, esta verdad nos recuerda que debemos filtrar todo a través de la
verdad de la Palabra de Dios (Filipenses 4: 7-9) .

Tenemos una vida en la tierra para reflejar el amor de Cristo. Cuando la comunidad de
personas que nos rodea se asoma a nuestras vidas, ¿qué ven? Es divertido vestir la
superficie, pero cuando nuestro enfoque es más profundo, no es necesario. Brillamos
simplemente cuidando nuestras relaciones con el Señor y las bendiciones que nos ha
dado. La modestia es el poderoso reflejo de una caminata diaria con Jesús. (1 Pedro 3:
1-4)

Javier Gómez O.
David oró para que Dios buscara en su corazón, como deberíamos, pidiéndole a Dios
que redefina nuestra definición de belleza.

señala el uso dual de la palabra griega kosmios (modesto o respetable ) en 1 Timoteo 2:


9-10 y 1 Timoteo 3 : 2 . Significa orden y propiedad en las mujeres en 1 Timoteo 2: 9 , y
en 1 Timoteo 3: 2 implora respetable y buen comportamiento en los hombres. Ella
observa inteligentemente, «La modestia no es solo un problema de mujeres, y nuestro
enemigo se deleita en el hecho de que pensamos que es «.

Versículos de la Biblia sobre la modestia y cómo nos vestimos

 Proverbios 31:30 – “El encanto es engañoso y la belleza es fugaz; pero una mujer
que teme al SEÑOR debe ser alabada «.

1 Samuel 16: 7 – “Pero el Señor le dijo a Samuel:‘ No consideres su apariencia ni


su altura, porque lo he rechazado. El Señor no mira las cosas que la gente mira.
La gente mira la apariencia externa, pero el SEÑOR mira el corazón «.

Mateo 6: 1 – “Ten cuidado de no practicar tu justicia delante de otros para que


sean vistos por ellos. Si lo haces, no tendrás recompensa de tu Padre en el cielo «.

Lucas 22:42 – “Padre, si estás dispuesto, toma esta copa de mí; pero no mi
voluntad, sino la tuya.

Romanos 12: 2 – “No te conformes con el patrón de este mundo, sino sé


transformado por la renovación de tu mente. Entonces podrá probar y aprobar
cuál es la voluntad de Dios: su buena, agradable y perfecta voluntad «.

Efesios 2:10 – «Todos somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer
buenas obras, que Dios preparó de antemano para nosotros».

 1 Corintios 10:31 – «Entonces, ya sea que comas o bebas o hagas lo que hagas,
hazlo todo para la gloria de Dios».

Filipenses 2: 5 – «Tu actitud debe ser la misma que la de Cristo Jesús».

1 Timoteo 4: 8 – «Porque el entrenamiento físico tiene algún valor, pero la


piedad tiene valor para todas las cosas, y promete tanto para la vida presente
como para la vida venidera».

1 Pedro 5: 5 – “Del mismo modo, ustedes que son más jóvenes, se someten a sus
mayores. Todos ustedes, vestíos de humildad el uno con el otro, porque «Dios se
opone a los orgullosos pero muestra favor a los humildes».

Javier Gómez O.
1 Timoteo 2:9: 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto,
con vergüenza y modestia, no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó
vestidos costosos.

1 Corintios 6:19-20: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu


Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20
Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

1 Timoteo 2:9-10: 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto,


con vergüenza y modestia, no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó
vestidos costosos. 10 Sino de buenas obras, como conviene á mujeres que
profesan piedad.

Proverbios 31:30: 30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que


teme á Dios, ésa será alabada.

1 Pedro 3:3-4: 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del
cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas, 4 Sino el hombre del corazón
que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual
es de grande estima delante de Dios.

1 Timoteo 2:8-10: 8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando
manos limpias, sin ira ni contienda. 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose
en hábito honesto, con vergüenza y modestia, no con cabellos encrespados, u oro,
ó perlas, ó vestidos costosos. 10 Sino de buenas obras, como conviene á mujeres
que profesan piedad.

1 Pedro 3:1-4: 3 ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos,


para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la
conversación de sus mujeres, 2 Considerando vuestra casta conversación, que es
en temor. 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del
cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas, 4 Sino el hombre del corazón
que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual
es de grande estima delante de Dios.

Mateo 5:28: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

1 Samuel 16:7: 7 Y Dios respondió á Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande


de su estatura, porque yo lo desecho, porque Dios mira no lo que el hombre mira,
pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Dios mira el
corazón.

1 Juan 2:16: 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la


carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre,
mas es del mundo.

1 Pedro 3:3: 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del
cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas

Javier Gómez O.
Deuteronomio 22:5: 5 No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá
ropa de mujer, porque abominación es á Dios tu Dios cualquiera que esto hace.

1 Pedro 5:5-6: 5 Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos, y todos


sumisos unos á otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste á los soberbios,
y da gracia á los humildes. 6 Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para
que él os ensalce cuando fuere tiempo

1 Corintios 10:31: 31 Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á
gloria de Dios.

Mateo 5:27-28: 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que
cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.

Santiago 1:15: 15 Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado:


y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte.

Mateo 6:1: 6 MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para
ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está
en los cielos.

Juan 7:24: 24 No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio.

Mateo 18:6-7: 6 Y cualquiera que escandalizare á alguno de estos pequeños que


creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de
asno, y que se le anegase en el profundo de la mar. 7 Ay del mundo por los
escándalos! porque necesario es que vengan escándalos, mas ay de aquel
hombre por el cual viene el escándalo!

1 Corintios 6:19: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Levítico 19:28: 28 Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni


imprimiréis en vosotros señal alguna: Yo Dios.

1 Corintios 12:23: 23 Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos
vestimos más honrosamente, y los que en nosotros son menos honestos, tienen
más compostura.

1 Corintios 7:3-5: 3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia, y asimismo


la mujer al marido. 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el
marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la
mujer. 5 No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no
os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.

1 Tesalonicenses 4:2-10: 2 Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el


Señor Jesús. 3 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os
apartéis de fornicación, 4 Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en
santificación y honor, 5 No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que
no conocen á Dios: 6 Que ninguno oprima, ni engañe en nada á su hermano:

Javier Gómez O.
porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
7 Porque no nos ha llamado Dios á inmundicia, sino á santificación. 8 Así que, el
que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió
su Espíritu Santo. 9 Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os
escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos
á los otros, 10 Y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda
Macedonia. Empero os rogamos, hermanos, que abundéis más

1 Pedro 2:6: 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la
principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, Y el que creyere en ella, no será
confundido.

Gálatas 3:23-25: 23 Empero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la
ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta. 24 De manera que la
ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la
fe. 25 Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo

1 Corintios 11:1-14: 11 SED imitadores de mí, así como yo de Cristo. 2 Y os alabo,


hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de la
manera que os enseñé. 3 Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo
varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4 Todo
varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza. 5 Mas toda mujer
que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza, porque lo mismo es
que si se rayese. 6 Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es
deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase. 7 Porque el varón no ha de
cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del
varón. 8 Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón. 9 Porque
tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del
varón. 10 Por lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por
causa de los ángeles. 11 Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el
Señor. 12 Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer:
empero todo de Dios. 13 Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á
Dios no cubierta? 14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea
deshonesto criar cabello?

Génesis 3:6-10: 6 Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría, y tomó de su
fruto, y comió, y dió también á su marido, el cual comió así como ella. 7 Y fueron
abiertos los ojos de entrambos, y conocieron que estaban desnudos: entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Dios que
se paseaba en el huerto al aire del día: y escondióse el hombre y su mujer de la
presencia de Dios entre los árboles del huerto. 9 Y llamó Dios al hombre, y le dijo:
¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque
estaba desnudo, y me escondí.

Javier Gómez O.
La palabra modestia no prevalece en la Biblia. Aunque Dios claramente clasifica su falta
como un vicio, las Escrituras se enfocan más en virtudes poderosas para desarrollar la
modestia. Jesús es el pináculo de la modestia. Presente en la creación del universo, Hijo
del Único Dios Verdadero y Salvador del mundo, se humilló a sí mismo para usar
sandalias y se ensució los pies junto a nosotros durante algunas décadas antes de morir
quizás la muerte más insoportable e injusta de la historia. de la humanidad . . .
voluntariamente.

1 Timoteo 4: 8 – «Porque el entrenamiento físico tiene algún valor, pero la piedad tiene
valor para todas las cosas, y promete tanto para la vida presente como para la vida
venidera».

La diferencia entre preferencia y principio radica en nuestras prioridades. La fuerza y la


salud son prioridades importantes, pero Cristo es lo primero. La moda es divertida,
pero Cristo es lo primero. Se siente bien recibir cumplidos y sentirse aceptado, pero
Cristo es lo primero. Cuando no lo hace, el resto de nuestras prioridades se acumulan
precariamente como tambaleantes bloques de Jenga.

La modestia refleja la actualización más actual de nuestros corazones. Filipenses 2: 5


nos recuerda «Tu actitud debe ser la misma que la de Cristo Jesús». ¿La ropa, las
finanzas, las relaciones, el habla, las pasiones que perseguimos y la comida que
consumimos se interponen en el camino de que otros vean a Cristo en nosotros? 1
Corintios 10:31 anima, «Entonces, ya sea que comas o bebas o hagas lo que hagas, hazlo
todo para la gloria de Dios». A menudo les digo a mis hijos, «si tienes que preguntar si
está bien, probablemente no».

«Nuestra ropa le dice a la gente lo que es importante para nosotros». –

Dios quiere abrazarnos en la adoración. Él promete estar presente cuando dos más
están reunidos en su nombre. La iglesia no es un lugar para impresionar a los demás.
Los cristianos deben vestirse para la iglesia para reflejar exteriormente el alma que Dios
diseñó de la manera más honrosa para Cristo, diferente para todos, en cada cultura.
Dios sonríe a una multitud diversa de la iglesia, cerrando los brazos para adorar al
Único Dios Verdadero.

Juan 8:54 – “Jesús respondió:‘ Si me glorifico a mí mismo, mi gloria no significa nada. Mi


Padre, a quien reclamas como tu Dios, es quien me glorifica «.

Javier Gómez O.
¿Qué pasa si alguien se presenta a la iglesia con la piel expuesta (hasta cierto punto),
tatuajes, piercings, maquillaje salvaje, o tal vez están debajo o sobrevestidos en
comparación con el resto de la iglesia? Jesús tomaría asiento justo al lado y los
abrazaría, como nosotros.

1 Juan 2:16 – “Porque todo en el mundo, la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y el
orgullo de la vida, no proviene del Padre sino del mundo. »

«el autocontrol no es igual al control de los demás». Las partes privadas que Dios cubrió
con hojas en Génesis son los lugares que debemos mantener bajo techo. Cualquier
cosa que sobreexponga nuestra intimidad debe mantenerse en secreto. La pureza se
aferra a algunos lugares dignos para el matrimonio. Pero no hay condenación eterna
de vergüenza si ese barco ha navegado por nosotros. Siempre podemos comenzar de
nuevo a usar ropa que refleje lo que creemos y a quién seguimos.

Mateo 6: 1 – “Ten cuidado de no practicar tu justicia delante de otros para que te vean.
Si lo haces, no tendrás recompensa de tu Padre en el cielo «.

Jesús claramente nos enseñó a no hacer las cosas de una manera autojusticia. Lo que
usemos debe reflejar quiénes somos en Cristo. «Lo que una mujer debe usar o no usar
es una cuestión de conciencia de la mujer ante el Señor, » 7 cosas que la Biblia dice
sobre tu ropa «. Los hombres no están libres, aquí tampoco. Ella también señala, “La
modestia no es anti-moda; es un adorno de maneras piadosas ( 1 Timoteo 2: 8 ).

¿Por qué deberían los cristianos preocuparse por la modestia?

Los cristianos deben tener mucho cuidado para reflejar la modestia. No somos de este
mundo y a veces sobresaldremos como pulgares doloridos debido a nuestras modestas
elecciones en ropa, gasto, comida, ejercicio, etc. Algunas de estas opciones son un
reflejo adecuado de la vida que estamos llamados a vivir. Muchas ricas bendiciones
agregan alegría a nuestras vidas, pero todo lo que hacemos cede al Padre. Una vida
que refleje constantemente su amor y luz para quienes nos rodean como testigos. Los
siguientes versículos nos ayudan a centrarnos en vivir una vida cotidiana modesta:

 Lucas 22:42 – “Padre, si estás dispuesto, toma esta copa de mí; pero no mi
voluntad, sino la tuya.

Romanos 12: 2 – “No te conformes con el patrón de este mundo, sino sé


transformado por la renovación de tu mente. Entonces podrá probar y aprobar
cuál es la voluntad de Dios: su buena, agradable y perfecta voluntad «.

Javier Gómez O.
Efesios 2:10 – «Todos somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer
buenas obras, que Dios preparó de antemano para nosotros».

La modestia puede ser relativa o relevante a nuestro caminar cristiano. La elección es


nuestra. La Biblia tiene suficiente verdad para guiarnos en la dirección correcta, pero
nuestro enemigo usa el concepto de modestia engañosamente para hacernos pensar
que seguir a Cristo tiene que ver con reglas religiosas rígidas. La pureza, la modestia, la
humildad y la aceptación son claves para una vida llena de paz y amor de Cristo. La
modestia y muchas otras virtudes y vicios se pueden separar y redefinir para adaptarse
a diferentes perspectivas. Pero solo hay un camino hacia la Verdad. . . Jesús. Cuando
nuestros ojos están fijos en Cristo, la modestia se reflejará en nuestras vidas.

Javier Gómez O.

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