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Biografía de Justo Jose de

Urquiza
Justo José de Urquiza
(Concepción, Argentina, 1801 - San José, Argentina, 1870)
Militar y político argentino que presidió la Confederación
Argentina entre 1852 y 1860. Justo José de Urquiza nació en
el seno de una distinguida familia, y durante su juventud,
siendo oficial del ejército federal, colaboró con el dictador
Juan Manuel de Rosas (1835-1852), al que apoyó en su toma
del poder.

Con cuarenta años, Justo José de Urquiza pasó a ser


gobernador de la provincia de Entre Ríos, donde realizó unas
aplaudidas reformas económicas y educativas, éxitos que le
proporcionaron gran prestigio. En 1851, después de ser
ascendido a general, se opuso a Rosas; con la ayuda del
Partido Federalista y de los gobiernos brasileño y uruguayo,
se convirtió en el caudillo de los federales e inició la lucha
contra el centralismo de Buenos Aires.
Después de derrotar a Rosas en la batalla de Caseros (1852),
Justo José de Urquiza contribuyó de manera importante al
establecimiento de los fundamentos constitucionales de la
moderna Argentina: fue nombrado director provisional de la
Confederación Argentina y, tras convocar una Asamblea
Constituyente, promulgó la nueva Constitución y pasó a ser el
presidente de la nación. La provincia de Buenos Aires, sin
embargo, rechazó el nuevo ordenamiento constitucional.
Temerosa de perder sus privilegios comerciales, Buenos Aires
terminó por rebelarse contra la Confederación, ya que
Urquiza había liberalizado la navegación en los ríos y abierto
las puertas argentinas al comercio internacional. En 1859
Justo José de Urquiza venció a los grupos rebeldes de la
provincia de Buenos Aires en la batalla de Cepeda. En 1860,
una vez incorporada Buenos Aires a la Confederación, dejó el
cargo de presidente a Santiago Derqui (1860-1861), aunque
continuó como gobernador de Entre Ríos.
En 1862 el general Bartolomé Mitre, tras ganar la batalla de
Pavón, se proclamó presidente (1862-1868). Su negativa a
apoyar al nuevo gobierno durante la guerra con Paraguay hizo
perder a Urquiza la confianza popular y lo enemistó con los
federalistas radicales; poco después se retiró. Murió asesinado
a la edad de setenta años, junto con sus hijos, por un grupo de
insurrectos federalistas.

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