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Aureeno Broetserene nieas, pero, ademés, para que no se crea que se trata sélo de mi interpre- tacién de su obra, sino que muchos de los argumentos son explicitamen- te planteados por él, aunque no coincidan con lo que podria ser designa- do como la doxa lacaniana. Debo reconocer, ademas, que el Lacan que cito y comento no es el tini- 0. Esto iltimo no lo digo on el sentido de las diferencias entre el primer Lacan, el segundo, etc, sino que reconozco que es posible encontrar en un autor tan prolifico, tan dificil de leer y que traté una sorprendentemente gran cantidad de temas de muy diversa indole, varias orientaciones que dependen mucho de la posicién ética de quien lo interpreta. Quizas exis- ta un Lacan fenomenolégico u otro que abandona la nocién de estructu- +a; yo no eoincido con estas interpretaciones posibles de su ensefianza. He tomado otra, y con el paso de los aios cada vez la sostengo con més con- vencimiento. ara argumentar sobre temas polémicos aunque fundamentales para la posicién del analista, especialmente: a) la confusién entre sujeto e indi- vviduo (individualismo modern}; b) la postulacién de la inexistencia tanto del Otro como de un verdadero acto del deseo (nihilismo);e) la identifica- ign de la pulsin y el goce eon energias corporales (biologizacién), a veces reitero el uso de citas, esquemas y representaciones graticas de Lacan y de Freud. Pido disculpas por tan elemental herramienta discursiva, pero, en ocasiones, es necesario insistir para destacar una posicin que tiende ser rechazada en nuestro campo. uu CAPITULO 1 Una polémica vigente Objeciones al concepto “estructura clinica” Las estructuras clinicas y el “tiltimo Lacan” El tiempo en psicoandilisis, El concepto de estructura de Jacques Lacan y los tres registros del psicoandlisis Diferencias entre las concepciones de Sigmund Freud y Jacques Lacan £ Importaciones de conceptos en psicoandlisis & Laclinica del caso por caso y las estructuras elinicas aces En este segundo volumen sobre la concepeién lacaniana de las estruc- turas elinieas en el que desarrollaré, dentro de una perspectiva racional y articulada, las nociones de neurosis, histeria, obsesién, fobia, fetichismo y perversiones, me propongo comenzar por reconsiderar el valor a asignar al concepto mayor de todo este recorrido: el de “estructura clinica’. Si en el primer volumen lo planteé con la intencién de definirlo sobre una base logica y asi hacerlo operativo en la préctica clinica, en esta oportunidad voy a revisarlo desde la perspectiva de una polémica indudablemente vi- gente y muy extendida en el campo de interaccién de los psicoanalistas lacanianos. Ella incide especialmente en la consideracién de los temas de este volumen, aunque no tanto -y no se entiende por qué-, por ejemplo, respecto de la psicosis. a. Objeciones al concepto “estructura clinica” ‘Tal polémica puede ser presentada mediante las siguientes preguntas: 1. {Noes “estructura clinica” un concepto que Lacan deja de utilizar en el transcurso de su ensefianza, sustituyéndolo ulteriormente-mediante el desarrollo y la utilizacién de ruevas ¥gicas, tal eomo Ia nodal- por otra forma de considerar la clinica psicoanalitica? 15 ‘Aurnuoo Bipeuszet 2. Los términos elementales con los que se constituye el conjunto de las estructuras clinicas, tales como “histeria”, “fobia”, ‘perversién”, ete., {no son importaciones o herencias de la medieina y de la psiquiatria que el psicoandlisis deberia erradicar de su doctrina? 8. {No es la del psicoandlisis “la elinica del caso por caso", volviendo por Io tanto impropio el uso de nociones que tiendan a constituir clases 0 agrupamientos de casos? ‘Voy a proceder a responder cada pregunta por separado, aunque es evi- dente que, en cierta medida, ellas se solapan. b. Las estructuras clinicas y el “iltimo Lacan” Respecto de la primera, cabe hacer las siguientes consideraciones: se- gin he investigado hasta el momento, Lacan jamas utiliz6 el sintagma “estructura clinica”, pero sf emple6 con enorme frecuencia las siguientes expresiones: estructura psicética, estructura perversa, estructura neuré- tica, estructura fébica, estructura histérica, estructura obsesiva, estruc- ‘tura paranoica, ete. De manera que la decisién sobre la pertinencia o no de la filiacién lacaniana de la nocién de “estructura clinica” pasa a ser, en sf misma, un hecho de lectura. Lo que no hay que perder de vista es que, con “estructura clinica”, se intenta estudiar -y asf lograr operar sobre ella~ Ia clinica psicoanalitica ‘mediante la aplicacién de la nocién de estructura. Y lo mismo intenta La- ‘ean on todos y cada uno de los conceptos psicoanaliticos: estructura del sintoma, estructura del fantasma, estructura del chiste, ete. Propongo pen- ‘sar que, en todas estas maniobras de Lacan, se trata de una biisqueda de inteligibilidad para el psicoandlisis En cuanto a la aplicacién a las consideraciones sobre las estructuras clinieas de la logica del ‘primer Lacan, el segundo Lacan, el tercer Lacan’, yno s6lo a ellas sino a todos y cada uno de los conceptos por él utilizados, ‘abe hacer una reflexidn més ampli referida ala concepeién del tiempo en psicoandlisis. ;Acaso sostenemos en psicoanlisis que lo ltimo es lo més importante? Mas adelante encararé este tema en forma especifica. En relacién con el uso o no de los conceptos vinculados a las estructu- ras clinicas en el “progreso” ~entendido como el avance producido por el 1 Sin querer caer en el legato en juego on la historia del caldero agujereado, propongo recordar que Lacan afima y hasta designa mas deuno de sis seminari utilizando la cexprosién “estructurasfreudianas", mientras que Fret jamds desarrollo, por ejemplo, 1a expresin “estructura psicotica”o “estructura neurtica al menos nunca lo hivo en ol santdo de Ia nocién de estructura de Lacan. Bl problema, entanees, 20 es el uso ex Dlietoo na devun temino, 16 | [Las ESTRUCTURAS CLINICAS A Pann De Lacas (Vou 11) transcurrir de los afios del seminario—de la ensefianza de Lacan, sise tra- tade la mera frecuencia de aparicién, debo reconocer que, en lo que podria ser considerado estrictamente hablando como el tiltimo seminario dicta- do por Lacan, La topologéa y el tiempo, no figuran ni “obsesién” ni “histe- ria” ni “fobia", tampoco “neurosis” ni “psicosis”. A pesar de lo cual, en to- dos los cursos anuales anteriores Lacan opera con ellos. Si se considerase Ja lista de los términos sobre estructuras clinicas utilizados por Lacan® se comprobaria que “histeria” se utiliza tantas veces en La familia escrito cuando Lacan no habia cumplido treinta y ocho afios— como en un apén- dice de El Seminario, Libro 24 (inédito) “dictado en el momento en que su autor tenfa el doble de edad-; “fobia”, tantas en una clase de El Semi- nario, Libro 21 como en una de El Seminario, Libro 4; “obsesivo” mas ve- ‘ces en una clase de El Seminario, Libro 16 que en cualquiera de El Semi- nario, Libro 2. ‘Aprovechando recursos expositivos de otras disciplinas, es posible eon- feccionar una tabla que represente cierto aspecto de este problema. Ast, para el caso de las apariciones de “histérica” o “histéricas” en los semina- rios de Lacan, la tabla es la siguiente: Niimero de clases de seminarios en que Lacan utiliza los términos “histérica” o “histérieas” Los datos que la tabla revela no permiten sostener el argumento en Juego en la primera objecién. Sin embargo, es cierto que, si sumamos to- das las apariciones de todos los términos vinculados con las nociones de estructuras clinicas* lo que es muy dificil de hacer con precisién y sin un gran margen de error, se verifica que su frecuencia tiende a ser menor en. 2 Tal como, por ejemplo, hemos realizado y publieado un grupo de analistas eon el ttulo Indice de defniciones 9 uses de terminos sobre estructura eliaieas en la ensenanza de Lavan, JVB, Buenos Aires, 2000, 3. Enel indice de dfinicionesyusos de términos sobre estructuraselinicas en la ensoia- za de Lacan, recién mencionado establocios una lista de treintay custo términos. a Auruxpo Ewwenserenn los tiltimos eseritos y seminarios que en los primeros; pero es falso que cada vez, y para todos ellos, suceda que aparezcan menos veces o que des- aparezcan hacia el final de la ensefianza de Lacan. Reconocida esta cir- cunstancia, podemos preguntarnos qué significa todo esto, ya que ello no es obvio-y como ya lo demostré— ni generalizable a todos los conceptos y todos los textos. De hecho, vuelvo a remarcar que el sintagma “estructu- ra clinica” no aparece nunca, y la objecién a los argumentos puestos por mi en juego desde el primer volumen de esta obra es: “Al final de su ense- ‘Aanza, Lacan deja de utilizar la nocién de ‘estructuras clinicas”, pero jel hecho es que nunea lo hizo! Existen, ademas, otras cuestiones referidas a la “frecuencia de apari- cin” que obstaculizan tomar tal cual el problema respecto a que el me- nor uso indica disminucién del valor del concepto. Esto se ve con claridad si consideramos la cuestién con relacién al concepto de “sujeto”. La tabla do sus apariciones absolutas' en el conjunto de los volimenes de El Se- minario es la siguiente: Oportunidades en las que Lacan utiliza en El Seminario el término “sujeto” ¢Se deberfa concluir, pues, que Lacan termina abandonando el concep- to de “sujeta” debido a que lo utiliza casi mil doscientas veces en El Semi- nario, Libro y menos de cien en El Seminario, Libro 25? Bvidentemente, el problema debe ser planteado en otros términos. Sélo obtendremos una respuesta consistente, si la pregunta es sustituida por una que contribu- ‘ya a.una resolucién ldgica. Los verdaderos problemas son: ,qué se desig- ‘T Sin distingir entre ol uso del conceptoy el del término; ademés, los datos deben sor cansiderados solo come probables, debide a que la bisqueda fue realizada electronica: ‘mente y sobre material que incluye textos inéditas. 18 ‘Las esmmuctumas cuisteas a panin Lacaw (Vous 1D) nna con “estructura clinica”?, gpara qué se lo hace asi?, qué se gana y qué se pierde al hacerlo? Y, finalmente, jeudl seria la posicién mas “psieoana- litica” frente a esta problemética? c. El tiempo en psicoandlisis Respecto de la validez de un anéllsis fundado en Ia consideracién del tiempo, como “flecha del tiempo”, que progresa en forma unidireeeional y unilineal ~justamente el que sostiene la objecién que ests en juego en la pregunta que estoy intentando responder-, se debe afirmar que sera siem- pre insuficiente para ser utilizado en psicoanalisis como base de un and- lisis clinico de cualquier elemento. Entendidas como valoracién preferencial de lo ulterior sobre lo previo © anterior, propongo rechazar las expresiones del tipo “el primer Lacan”, “el segundo Lacan’, ete. Y lo mismo debe afirmarse con respecto a la en: sefianza de Freud, caso contrario, {qué valor deberia darse al Proyecto de psicologia? ;Es poco valioso debido a que es muy del principio? El “retorno a Freud” propuesto por Lacan, en oposicidn a las dos prin- cipales corrientes del psicoandlisis que se constituyeron mediante la con- tinuacién de lo tltimo de Freud la psicologia del yo que prosigue los de- sarrollos sobre el yo, y la escucla inglesa, que extiende la investigacién en torno a lo pulsional-, fue realizado explicitamente por Lacan volviendo a los textos del “primer” Freud: La interpretacién de los suerios (1900), La psicopatologta de la vida cotidiana (1901) y Los chistes y su relacién con el inconsciente (1908). ‘Desde otra perspectiva, en este caso la de la préctica clinica: aceptan- do los “tres Lacan”, debemos abandonar su propuesta de operar en psi- coandlisis con la l6gica temporal del futuro anterior? En el afio 1974, Lacan sostuvo al respecto: “Bn resumen, 18 VUBLTO A LLEVAR A LA PRIMBRA TOPICA FRSUDIANA esto [0 {que he llamado rsroaNo A Fasu0~ aquello que esta implicado en la préc- fica anaittica misma. Bsto no quiere decir que la segunda tépica quede en falta al respecto.”™ A mientender debe rechazarse la tesis que sostiene un Lacan “prime- 10", “segundo” y “tercero” considerados como indices de valor creciente, ya que la estructura en juego en la préctica analttica opera siempre con un. tiempo circular que se establece por el bucle significante. De hecho, esto 5. Lacan, Jacques, Bl fendmeno lacaniano, pg. 25, Uno por Uno N°46, Bucnos Aires, 1998, (Gubrayado mio) 19 ‘Aurebo Bipeuserey se patentiza cuando un analista interpreta utilizando algo dicho en la pri- ‘mera entrevista, luego de transcurridas varios aos de andllisis, on lo cual rechaza de plano la aparente evidencia argumentativa de la objecién que se le echa en cara: “Pero jeso ya pasé! jLo dije en el primer tiempo de este tratamiento!”. Lo mismo se puede decir para la historia construida en un caso: ges mas importante la historia reciente que la pasada?, {Es mas de- terminante en psicoandlisis la adultez que la infancia? ‘Mas bien se trata de establecer, antes que nada, cudl es la estructura que opera, ya que, tal como sostiene Lacan en la primera linea de su es- crite sobre la subversién del sujeto: “Una estructura es constituyente de la praxis llamada psicoandlisis”® La pregunta debe ser entonces: eusl es la estructura con la que ope- ramos los analistas, o mejor dicho, la que rige lo que hacemos? De hecho, las expresiones: “estructura neurdtica’, “estructura psicétiea’, “estructu- ra histérica”, como todas las otras de la misma indole, no son més que ex- presiones del intento de estableeer eudles son los elementos operantes ¥ cuales sus leyes. Esta pregunta se orienta en una ética especifica, que es aquella que se earacteriza por una biisqueda del saber que permita cier- to tipo de incidencia sobre la neurosis, el sintoma, el deseo y el goce y, que implica una concepcién especifica del tiempo en psicoanlisis, Para responder la impugnacién en cuestién, como otras que necesari ‘mente aparecerdn, estableceré las caracteristicas especificas de la estruc- tura desde la perspectiva del psicoansliss. 4d. El concepto de estructura de Jacques Lacan y los tres registros del psicoandlisis, La estructura con Ia que se opera en psicoanslisis, desde que fue desa- rrollada por Lacan a partir de las propuestas, entre otras, de Claude Lévi~ ‘Strauss, es la que se earacteriza por las siguientes propiedades: * Bs la estructura del yencuase, lo que configura un pleonasmo: no existe otra estructura que la del lenguaje, ni lenguaje que no esté caracterizado por la estructura. ‘+ Sus elementos ~aunque se manifiesten como sucesos, gestos, senti- ‘mientos~ con sicauricavres, unidades caracterizadas por su condi- 5 Taean, Jacques, Subversidn del sujetoy dalétia del deseo en el inconscientefreudia- ‘no, Bsritos 2, pag, 773, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1992 20 [Las Bs RUCTUNAS CLLNICAS A PARTIR De LACAN (VoLUMEN TD) cin opositiva, negativa y diferencial.* Se puede afirmar que en el campo de aplicacién del psicoandlisis no existen datos en bruto, to- dos ellos dependen de su articulacién con el conjunto de los otros, nninguno escapa ~salvo fallas en la composicién ostructural—a la de- pendencia de la articulacién. Se vuelve imposible asi cualquier fe- ‘nomenologia psicoanalitica. En todo caso de psicoaniilisis donde una pregunta recaiga ~y se la ela- bore consecuentemente- sobre murmullos, sileneios, tonos, ete., éstos se convertiran en significantes, debido al efecto de la pregunta y a la conse- euente maniobra de localizacién. ‘+ La covartancta® hace que cada uno de los significantes valga s6lo en la medida en que posee un lugar diferencial en el A, entendi- do como la bateria significante en la dimensin sinerénica, y cobra una posicién en una cadena significante ~debido a la localizacion antes planteada-, en la diacrénica, que lo convierte en Letra y asi cs pasible de lectura, + La composicién en la que existe el significante es la CADENA SIGNIFI- ‘ante y su definicién en la obra de Lacan es:“{...] anillos cuyo collar [eadena] se sella en el anillo de otro collar hecho de aniltos”.* Cada anillo es el resultado del establecimiento de una relacién en forma de bucle [linea cerradal entre dos significantes, lo que los hace 8, y S, respectivamente; a su ver, y con la misma logica, el elemento ani- Mo del Sujeto se interpenetra ~abraza- al del Otro, ‘+ El agrupamiento de los significantes es considerado, ademas, un CcoxsuNTo y, consecuentemente, no pueden constituir una totalidad completa. + Debido a que en el psicoanalisis, como préctica, el interés esta pues- to en la operacién sobre la neurosis, el deseo, el sintoma y el goce, ‘que implica el necesario encuentro con la vida en sociedad y el cuer- po biol6gico, la estructura existe ordenada por tres registros: el sis BOLICO, el IMAGINARIO y el REAL. 7. Of Milner, Jean-Claude, Bt peripl estructural, Amorrort, Buenos Aites, 2008. 8. Lacan, en £1 Seminario, Libro 3, pg. 261, Paidés, Barcelona, 1984, lia “eovarianta” ‘para relerrse al eonjunta de los sgnifcantes;em la actualidad el adjtivo tomado de las ‘mateméticas por Lacan suele adquiis en espaol la form “eovarianza 8. La instancia de la letra en el inconscente ola ran desde Freud, Escrilos 1, pig. 481, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1992. a ‘Ausnupo Broerserene Es fundamentalmente esto tltimo lo que impide considerar esta con- cepcién de la estructura como participe del movimiento estrueturalista, Asi, deja de ser una cuestién crucial para el psicoanslisis el hecho de que el estructuralismo en ciencias sociales haya pasado de moda. Sélo el coandlisis tiene acceso a la estructura mediante el diseurso eoncreto y or- denada segiin los tres registros. Sélo en la préetica clinica psieoanalitiea sse opera en la confiuencia de la cadena significante y las legalidades de lo simbélico, lo imaginario y lo real. ¥ s6lo en el psicoanélisis, no se pue- de dejar caer la nocién de “estructura” debido a que ella es la tinica for- ma de articular el saber acumulado en el psicoansllisis con Ia necesaria posicién de nesciencia o docta ignorancia que el analista debe asumir en cada caso. Se puede saber sobre la estructura aunque nunca hasta que se haya procedido a la realizacién del andlisis~ es posible saber el valor de los elementos en juego en el material de cada caso. + A ppattir de la propuesta de R. Jakobson en el eampo de la lingtis- tica, segiin Lacan, el ntimero minimo de elementos para toda con- sideracion realizada desde esta perspectiva de la estructura es de ccuamio elementos, lo quo establece una intima relacién entre la es- tructura del lenguaje y el mimero y sus leyes,o sea, la matemética, Este cuatro nos indica Ia necesidad de operar, al menos, con dos du plas de S, ,, 0, dicho de otra forma: con dos bucles; en términos de Freud: con esta y su “Otra” escena, Esto iltimo exige revisar la estructura de los tres registros. No debe- rian ser al menos cuatro los elementos ~también covariantes- del nudo de los registros? Su nudo, al menos el ultimo propuesto y muy desarrollado por Lacan, el borromeo,”* zno corresponderia ser considerado como un borro- meo de cuatro elementos: 8, I y Ry un cuarto redondel de cuerda que ins- cribe la cadena significante particular? Para el psicoaniilisis, Ia respuesta ssf, Consecuentemente, se verifica el valor de definir la cadena significan- te como un anillo, En algebra lacaniana ~y para esta perspectiva~ so po- dria escribir que los elementos del borromeo de cuatro son: 8,1, Ry el easo 0 el sujeto, equiparando el discurso concreto del sujeta (constituido por el ‘material producido entre analizante y analista, y todos los “otros” y“Otros” que alli habiten) a una cadena significante considerada como un bucle, lo ‘que la hace coincidir espacialmente con un redondel de cuerda, En psicoandlisis, la estructura de los tres registros es operable por el hecho de que ella se anuda -cada orden existe esencialmente en su rela- 10, SeTo denomina “nudo’, pero en realidad os una cadena; nuevamente nos encontramos fem una cadena de un callar de silos 22 Las ESTRUCTURA CLINICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUDIEN TD) ci6n con los otros dos~ mediante un cuarto lazo que los articula a los otros tres expresados también como lazos (anillos de anillos), tal como sucede en el ahora famoso nudo borromeo. Laarticulacién de los cuatro redondeles de cuerda os tal que los tres re- gistros sélo se anudan en la préetiea clinica ~a diferencia del borromeo de Ja teorfa matemstica de nudos y cadenas~ mediante la intervencién del cuarto, el laza del discurso concreta, el del caso o el del svseT0, entendien- do este término como materia, asunto o tema producido en la sesién ana- Iitica, Tales articulaciones pueden ser representadas de Ia forma siguien- te, tal como lo hace Lacan en El Seminario, Libro 23, El sinthome: CP = a Los tres redondeles del ultimo esquema no se encuentran anudados sélo estén superpuestos; en los del préximo el entrelazamiento se produ- ce mediante la introdueeién de un cuarto. De esta forma se sostiene una versidn de lo Simbético, lo Imaginario y lo Real propia de la clinica psicoa- nalitiea y limitada a cada caso. No se trata de un nudo borromeo de tres cuerdas al que se le agrega una cuarta, sino de uno que requiere de cua- tro cuerdas para su anudamiento. Asi, el nudo borromeo de cuatro puede ser confeccionado de la siguien- te forma: se parte, por ejemplo, del redondel S, luego se coloca el R sobre el S, posteriormente el I sobre los otros dos; consecuentemente, ellos tres no estan anudados sino sélo superpuestos. Finalmente, con el redondel gris oscuro se traza un recorrido “por arriba, por abajo”, de tal forma que, qui- tando cualquiera de los cuatro, los tres restantes se desanudan, tal como se observa en la siguiente representacién en que se ha quitado el redon- del gris oscurs: Ti Pig-21, Poids, Buenos Aires, 2006. 23 Aurmeno Binksereny Existen otras formas de escribir planamente, el borromeo de cuatro, como, por ejemplo, la siguiente: Nuevamente, cortando cualquiera de los cuatro se desarticulan tam- bién los otros tres. De hecho, se podria invertir el orden de los razonamientos y definir el psicoanalisis como la tinica préctica ~en el sentido en que opera una trans- formacién sustancial del sufrimiento y del acto mediante su quehacer es- peeifico- que incide en el punto de una confluencia particular de los tres registros, a través del discurso concreto y, consecuentemente, incorporan- doa la estructura la dimensién del sesrino. Las otras disciplinas erréneamente consideradas veeinas del psicoa- nalisis, como la psicologia o la psiquiatria, al igual que otros tipos de di ‘cursos que se pueden postular como préximos, por ejemplo, la filosofia y la poética, no tienen acceso operativo sobre la estructura de la eadena de los significantes regida por los érdenes simblico, imaginario y real y anuda- 12 Tae, pig, 2 48. Idem. pag. 22 : m [Las ESTRUCTURA CLINICAS A PARTIR Lacan (VonLUBEN 1D da por el bucle del sujeto y del Otro, o sea, de un caso, salvo azarosamen- te, tal como sucedié con la. amante del paciente referido por Lacan que le interpreta mediante su suefo, No es sencillo caracterizar a los tres registros de Lacan, debido a que 61 aporta una variada serie de definiciones y descripciones, pero, ademés, porque pueden ser concebidos segiin dos lineas de pensamiento. Una se ‘aracteriza por intentar dar las propiedades de cada registro considera- do como “objeto” con caracteristicas propias; tal modalidad es la que se ‘encuentra, por ejemplo, en Los nombres indistintos de Jean-Claude Mil- ner. La otra modalidad de concebir a los registros propuestos por Lacan para el psicoanélisis es tomarlos a ellos mismos en funcién de la covarian- cia, Segiin la primera modalidad, se dice: “Lo simblico se caracteriza por a,b y ¢; lo imaginario por x,y y 2;.”. Pero asf cosificados se anula la pro- puesta mas subversiva de Lacan de considerar a sus registros en forma borromea, en la mas profunda interdependencia. Si se deja caer esto til timo, también se pierde la diferencia entre estructura clinica y enferme- dad, entre sujeto ¢ individuo y entre significante y signo. Lacan desarrolla un trabajo de presentacién de sus tres registros se- gin la segunda modalidad recién descrita. Lo hace en El seminario sobre La carta robada, la obertura a sus Escrito. Allf propone que a partir de ‘una cadena significante totalmente formalizada, como la siguiente: TABLAQ 8 6 yy sogiin la logalidad establecida por el siguiente repartitori a, a8 REPARTITORIO Aa: ——>a,,y,3 —» — t yo 1 a ae ‘TEMPO 1IEMPO TIEMPO 14. Tos nombres indistints, Bodes-Manantial, Buenos Aires, 1999, 5 Aurmzno Emexsereny se puede definir a los tres registros de la siguiente forma: “La subjetividad en su origen no es de ningrin modo ineumbencia de lo real, sino de una sintaxis que engendra en ella la marca significante. "La propiedad (0 la insuficiencia) de la construccién de la red de los a, Buy, 8 consiste en sugerir cémo se componen en tres pisos lo real, lo imagi- nario y lo simbolico, aunque sélo pueda jugar ast intrinseeamente lo sim- bélico como representante de los dos primeros asideros.”® Lo que, aplicando el repartitorio a la cadena ©, puede leerse de la si- ‘guiente forma: Lo imaginario abby Lo real 3 Lo simbslico ay Si bien, tal como lo indico en la tabla anterior, lo imaginario es lo que se dice y lo que permite suponer que cualquier cosa podria ser dicha, lo real es lo que no cesa de no escribirse y lo simbélico, lo que ests prohibido en determinado lugar, los tres registros se establecen segtin cada eadena significante-en funcién de sus propios significantes— y seyxin cada repar- titorio-el particular de cada caso-,y asi, cada registro se leer con distin- tos elementos y relaciones en cada psicoandilisis. A su vez, lo que quiza sea lo mds importante: no hay elementos en si mismos reales o imaginarios;,, por ejemplo, participa tanto de lo imaginario como de lo simbélico. ‘Todos ellos poscen determinadas propiedades s6lo en funcién de su re- lacién con los otros dos segin cada caso. De no ser ast y dejando de operar en la practica, el trio de lo simbélico, lo imaginario y lo real puede egar a constituirse en una magnifica base de una cosmovisién. De hecho, son muchos los que lo utilizan para interpretar peliculas, hechos politicos, eri- sis econémicas y cambios en las costumbres de la vida cotidiana. Cabe intercalar aqui un comentario respecto a la eleccién realizada en este proyecto, que sera expuesta en el préximo capitulo, en relacién con el ordenamiento de las estructuras clinicas (historia, obsesién, fobia, fetichis- ‘mo y perversiones) mediante la formula del fantasma, dentro del sistema 15, Bl seminario sobre La carta robada, Bscritoe 1, pg. 4, 26 ‘Las estaveTURAS CLINICAS a PAR Lacaw (Vous I) fantasma-deseo-sintoma~Otro, en lugar de lo que podria ser la “otra op- cidn’,!* que surge de la ensefianza de Lacan y que consiste en la utilizacién de la cadena borromea de cuatro cuerdas para escribir las diferencias, es- critas como distintos modos de eoncebir el anudamiento, entre, por ejem- plo, neurosis y psicosis o entre esquizofrenia y paranoia, Son muchos los autores que se sostienen en la enseftanza de Lacan y que operan con nocio- nes tales como “nude de las paranoias”, “nudo de las psicosis”, “nudo nor- ‘mal de las neurosis”, ete. En este proyecto, sostengo la siguiente posicion: de existir verdaderamente dos opciones para coneebir Iacanianamente las estructuras clinicas los nudos y las formulas derivadas de la formula del fantasma-, es conveniente sostener la tltima a pesar de que la primera co- rresponde indudablemente al “iltimo Lacan”, si es que tal cosa existe. ‘Retomado el tema de la opcién entre nudo borromeo y formula del fan- tasma, propongo como prineipal motivo de mi eleecin de la segunda el que deriva de la evaluacién de las consecuencias de la aplicacién de una w otra solucién. Tengo la firme impresién de que la “clinica de los nudos” tiende, al menos en su més difundida aplicacién actual ~0 en lo que soy eapaz de loor de ella-, a una concepeién individualista. Casi siempre se trata, en Jas presentaciones del nudo de “alguien”, quion, a pesar de ser designa- do “sujeto”o “sujeto dividido”, es concebido como un uno, sin inmixién de Otredad; ademés, los elementos del caso también pierden la covariancia ¥, asi, dejan de funcionar como signifieantes. Todo parece indicar que, a grandes rasgos, existe una diferencia sensible entre la utilizacién del es- quema del nudo borromeo y Ia formula del fantasma. (80a) Al menos en su utilizacién més frecuente, el primero un borromeo de tres~ es considerado como que indica un uno constituido por los tres regis- 16, Dejando de lado la posicin que rechaza to ordenamiento, tros, y en cuyo interior se encuentra el objeto a, ya sea como falta o como agujero. La formula del fantasma tiene la ventaja de presentar sus tér- ‘minos seguin la logica de “dos lados”: a) El lado del sujeto (8) y el lado del otro (a); ) En el cuadro de las relaciones entre el Otro y el Sujeto, la formula ©) La relacién desco-fantasma (($0a) < dl se inseribe entre las dos ca- denas significantes en las que Lacan formaliza la “Otra escena”, que también presentifican dos lado. Aste distancia en forma neta de una posible lectura individualista La clinica de los nudos ser mas proclive a una concepeién de la indole de“los tres registros tal como operan para alguien’, mientras que la formu- la del fantasma, aunque sus paréntesis indican indudablemente una con- dicion particular, no hace un uno de la indole del individuo, debido a que, ademas de lo recién afirmado, se lo considera operando entre las eadenas de todo texto y entre las instancias enunciativas minimas requeridas para que ellas existan, Asi, se trata de dos duplas minimas: dos interlocutores ‘que con sus decires constituyen la posibilidad de la leetura de dos cadenas significantes necesarias para concebir y realizar la intervencién analitca Desarrollaré més estos argumentos en los préximos eapitulos Frente a esta disyuntiva, es posible que tenga razén Jacques-Alain Miller cuando sostiene que. Ja ufa romana de la tiltima enserianza de Lacan.” se caracteriza por la introduecién de'..un nuevo realisma..”,que conduce a *,..una nueva fenomenologia..",que intenta *..ordenar un real previo a lo que la estructura da sentida..”. Si, como sostiene JA, Miller ya desde hace varios aftos, se trata de fenomenologia y de un real previo, entonces si hay individuos histéricos u obsesivos, y la histeria y la obse- sin estarfan funcionando como enfermedades. Pero gpara qué servirian, entonces, todos los extensisimos desarrollos de Lacan del ultimo tramo de su ensefianza en torne al nudo borromeo? ;No indican acaso que sélo exis- te un real para el psicoandlisis, entrelazado inextricablemente a lo simb6- lico y a lo imaginario en forma de estructura de interdependencia? 17 Bota y todas las siguientes: Miller, Jaques-Alain, Lo Realy Bt Sentido, pigs. 108 104, Diva, Buenos Aires, 2008, 28 |Z [Las EstaUcTURAS cuieas a Pari De Lacaw (VoLunte 11) e. Diferencias entre las concepeiones de Sigmund Freud y Jacques Lacan Estimo que puede estar operando la siguiente dificultad en la compren- sign y el aleance de la propuesta de Lacan en torno al nudo borromeo y su covariancia caracteristica: Ia insuficiente diferenciacién entre los desarro- los de Lacan y los realizados por Freud. Por tal motivo, puede confundit- se el sentido del nudo borromeo con el que posee el “huevo del individue” de la segunda t6pica freudiana. Comparémoslos como modo de concebir el asunto y articulemos también los textos de sus creadores y la evalua- cién “final” de Lacan sobre la controversia. A la izquierda presento el es- quema y el texto de Freud -su segunda topica-, a la derecha, el esquema yel texto de Lacan -su topologia-, y debajo de ambos, el texto més expli- tito de la critica de Lacan a Freud referida a este asunto. ‘Aurnepo Eiwaseres ‘Las esteucrumas cuNicas a asm ne Lacan (Vout 1) Siemunp Frevp Jacques Lacan fica, “Un in-dividuo (Individuum) e aho- ra para nosotros un ello psiquico, no ‘conocido {no discernido) e inconscien- te, sabre el cual, como una superficie, se lsienta el yo, desarvollado desde el sis: tema P como si fuera su niclen Si tra- tamos de obtener tna figuracisn gr agregaremos que el yo no envuel ve al ello por completo sino slo en ta extension en que el sistema P forma si superficie (1a superficie del yo, como el disco germinal se asienta sobre el hue- 9, por asi decir “Pero también lo reprimido confluye con bella, noes mas que una parte del ella. Lo reprimido solo es segregado tajante- ‘mente del yo por las resistencias de re- _presién, pero puede comunicar con el yo 4 través del ello. De pronto cazmos en Ta euenta: casi todas las separaciones que hasta ahora hemes descrita a ini {acidn de la patotogia se refieren silo a los estratos de. superfiete-.. - del apa- rato antmico, Podriamos esbozar un di bbujo de estas constelaciones, dibujo cu {8 contornos, por otra parte, sirven slo ‘ala figuracin y no estan destinades a reclamar una interpretacién particular Tal vee agregaremos que el yo leva un ‘casquete auditivo’y, segin el testimo- io de la anatornia del cerebro, lo lleva sélo de un lada. Se le asienta transver salmente, digamos."® “En otro lado, evidentemante, noes ‘moami auditoria Si algunos que estén aed =[..}-recuerdan de queé hablé lal tima vez, hablé en suma de esto que re sumt en el nudo borromeo, quiero decir tuna cadena de tres,» tal que, de sepa- rar uno de estos anos de esta cadena, ls otros dos ya no pueden mantenerse Juntos ni un instante ;Dedéndle provie- he esto? Bidentemente, estoy obligado 4 explicérselos puesto que después de {edo no estoy seguro de que dado tan simple, como en bruto, ast, resulte suf ciente para todos “Viene\a ser una cuestién concernien- tea lo que es condicién para el discu 0 del inconscient, es decir, una cues tin planteada a lo que es el lenguaie. En efecto es una pregunta que no esta resuelta. Bt lenguaje debe ser abordado fen su gramatien, en cuyo caso es segt- 1ro- responde a una topologta., "LACAN: -sQué es una topologia? Qué amable es esta persona! Una topologia, (es algo que tlene una definicion mate. ‘matica. La topologiaes esto que se abor dda primero con relaciones no métrieas, relaciones deformables"® 18, Fread, Sigmund, Obras completa, tomo XIX, pig. 28, Amorrorts, Buenos Aires, 1979, 19; Lacan, Jaonues, £1 Seminario, Libro XVI, 30 50 dal 3 de marzo de 1972, inédita, Lacan critica a Freud “Vengo aqut antes de lanzar mi Causa Freudiana. Como ven no me desprendo de este adjetivo. Sean ustedas lacanianos, si quieren. Yo soy freudiano, "Por es0 creo adecuado decrles algunas palabras DEL DERATE QUE MANTENGO CON Frevo, y que noes de ayer "Aqui esté: mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbélico, lo realy lo ima- ‘ginario, Me vi Uevado a situarlos como una topolagta, la del nudo, llamado bo- "EI nudo borromeo pone en evidencia la funcién del al-menos-tres Anuda a los otros dos desanudados "Es0 18 or¥0 A 105 wos. SE 0 Dt PARA QUE SUPIERAN OIBNTARSE NLA PRACTICA. PERO, {JSE olen aEJOR QUE CON LA POPIeA Leanna Pow FREUD A Las sUYOS? "Hay au oscmco: 10 @us Fast DImts0 CoN SU TOPICA, LLAMADA SEGUNDA, ADOLECE be casera Tonrsza. Me imagino que era para darse « entender dentro de fos lomi- tes de su época. "Pero, no podrfamos més bien aprovechar lo que all figura la apraximacién a minudo? *Considérese el saco foo que se produce como vineulo del Elloen sw articula que debe decirse:*Das Ich und das Bs Bl esqitama de Freud "BI saco, al parecer, es el continente de las pulsiones. (QUE IDEA TAN DISPARATADA 1A _ nasqtz.s 230 asi! Sélo se explica por considerar alas pulsiones camo bolitas, {que han de ser expulsaddas por los oriftcios del cuerpo una vez ingeridas, "Sobre esto se abrocha un Ego, donde parece preparado el punteado de columnas por conta: Pero esto no lo deja a uno menos enredado, pues el mismo se eubre con un extra ojo perceptive, donde para muchos se lee también la marca germinal de un embrién sobre el vitela "Auin noes toda La eaja registradorade algtin aparato ala Marey esta aqui decom- ‘plementa Lo cual dice mucho en cuanto a la dificultad de referencia alo real. "Por iltimo, dos barras sombrean con su juntura la relacin de este conjunto ba- ‘reco con el propio saco de bolitas.Y ya esté designado lo reprimida. "La cost neta raeptio. Dicawos Que NO # 10 melon Qui uiz0 Feetin. PoDeMos 1 880 CONPRSAR QUE NO AVORECE 1A PERTNENCIA DE, PENSAMINTO QUE PRETEND 30, Miller Jacques Alain, Eacisién, Excomunién, Disalusién, El seminariode Caracas, pigs, 264-265, Manantial, Buenos Aires, 1987. Subrayado mio) a1 Aurmpo Emeisereis En la tiltima seeci6n de este volumen, el Postscriptum, realizo un ex- tenso comentario de esta tiltima cita de Lacan. Partiendo de estos dos esquemas y de los tres textos que los acompa- an, puede establecerse el sistema de diferencias -muchas veces olvida- do o no considerado— entre los dos modelos; consiste, al menos, en los si guientes elementos (més adelante aumentaré el conjunto de las diferen- cias entre las concepeiones de Freud y de Lacan): || Nudo borromeo de Huevo del yo y el ello Lacan de Freud Cadena de 30 4 redandeles tunidos en forma borromea, | Pera tridimensional Cada redondel de everda circunscribe un espacio, Espaciatidad | pero no loencierra, y asi se cstablece una continuidad “interior” y “exterior” Exterior einterior totalmen- ‘te separados. TReproventacién en forma Aloanillo dolas cadenas de texto que se Gerran y com | py 4 stopa texto que ae ierran y €O0- | prong cai oquivalentecuer -~ Forde olrr ails dons | PH, Ccilnae hechas a aver de cadenas Registros: cada uno éloes" | Instancias psiquicas: partes Blementos | Reistros:cada no s6lo"e | ‘tii dentro dl ape: peopel ; To que “erst” en elinte- | Esferas dentro de una ex pee rior" de algiin agujero. fera. i Otjeto tridimensional que Orjeto {Un vac que habitaen el) fo yen y localiza anole eu - pacio exterior. — El aguero que es impos | Centro dl huevo, ipa ar blelenar. nal, las pulsiones, ete. Aunque la posicién del “iltimo Lacan” -el preferido por la gran mayo- ria de sus lectores— es muy clara, es indudable que, al respecto, entre los “lacanianos”, existe una gran demora en el tratamiento del tema de las, relaciones y diferencias entre Freud y Lacan, Lo sorprendente es que La- 32 ‘Las estmucroras cuinicas aware Lacan (Vou 1) can no dejé de establecerlas y justificarlas desde antes de 1953 y hasta el cese de su produccién en psicoanalisis, En éste como en los préximos eapitulos, desarrollaré més el conflictivo y sensible tema al que me refiero, explicitando mas mi posicién al respec- to: tensar las diferencias entre Lacan y Freud, y apostar a ganar en logi- ca al hacer uso de la nocién de “estructura” de Lacan, y eoneibiendo, con ‘su concurso, lo que en si s6lo es articulacién o relacién, Desde estas diferencias, cabe afirmar que, a partir de la concepcién de “estructura” en Lacan, eambia la elaboracién de los conceptos y hasta de Ja practica del psicoanslisis. La oposicién que desarrollaré entre Freud y Lacan, que represento més abajo en forma de tabla, me da la oportunidad de afirmar que asi como el concepto de “inconsciente” de Froud se distin- gue absolutamente de todos los usos hechos por otros autores anteriores 61, el concepto de “estructura” de Lacan también lo hace. Propongo confeccionar la tabla que inscriba las principales oposicio- nes entre las eoncepeiones de Freud y de Lacan, la cual se puede elabo- rar a partir de la introduccién del desarrollo de la nocién de estructura por parte del iltimo, equiparando la posicién de ese concepto en la obra de Lacan con el de “aparato psiquico” en Ia de Freud. Tal tabla es la si- uiente, en la que destaco sélo los principales elementos (ver tabla de las, siguientes paginas). 33 Aurnepo Emersemens [Las msmucrunas cLteas a parinwe Lacaw (Vousste 1D) “Esrnucruna” pe Lacan “Aparato Psiquico” pe Fre ‘ernvcruna” ne Lacan | “APARATO rtaicd” Topresontacionovafectos Blementos: | Signifcantensignifndos | (Ropresentaciones + palabras, afectos = ener. Ta barva (resistant) opera por estructura para cada os Ly ntrna:_| emento (un senieante eo | Teena empercnlag 7 ato tl ne signifen nade) | 518 yerindependieriadala |? Historia, ‘Célula elemental: bade (ani) qu se puede leer como "escen Aticlacin nina: a B) Ate é Composicin | Laggo:eadena (uel do dele bucles*o“cadena de anillos”) | Luogo: del canto Re we Pek or Cantidad minima do clementos para Ia Shp interpretacon o ani: 4 aque es la estructura material Shue hnbiita la “Ofna escena™ Tnconsciente,prensdionto sreancineia fo 90, super Yella Ta barra (Gola ropresion) oe pera entre lev y Pree ree ‘yes dependiente dela Ree, | Simbotico,imaginario y real. | historia entendida como iegaizantes: reeapitulaciénChorda rimitiva, padre primordial, sesnato origina ete} 0 sidanta vivenial Tee! Pree | Co a4 Composicion delos “Grdenes Eaquema del peine: Lineal ¢ interminable. Pero operable slo con la ‘ondicidn de estar anudados fen forma borromea de cuatro. Cerrado ¢ individual (Froud ‘mismo lo designa como del individuum), Fuentes referenciales originantes: La nocién de “estructur: caracterizada como: sin origen, centro ni finalidad ‘Topelogia: permite operar lgieamente con abjetos de dos dimensiones y agujeros ‘Teoria matemitien de nudos: porta una nueva légica para establecer sistemas de relaciones, ‘Aparato neural: polo pereeptivo y polo motor, cenergia (carga, descarga, acumulacién,facilitaciones y Asociacionismo (‘cadena ‘asociativa” de Stuart Mil), A. Schopenhauer: representaciones Worstellungen) intuitivas yrrepresentaciones ‘conceptuales (palabras). La falta bidimensional adviene al centro de la ‘escena debido al recurso a la estructura y a la topelogia, 1a falta debe justifiarse mediante un origen mitico (asesinato) y eon una préctica de un determinado momento hhistérico en el origen dela especie: Ia castracién, Aurueoo Kipetserene “Aparato PsiQquico” ‘Esta UCTURA” DE LACAN ears Cuarta euerda anudada al nudo borromeo (bucle El yo del Proyecto. (red de Concept anudando asin grupo de | neuronas ben invests) ol ee ra alla poro que carece de | Wp, centre Se confunde sn ol Padre Se estructura es Ia de un e bre su justiseacon esta | Pesaran especie Concepeién existencia de la estructura —— cee justifican por, en el primer del Otro del Tenguale y la necesidad de | Hsticnn por eno Prime drveda: | inchoate tong Suntroguesin como "leng¥a | y yn amor hipotica en el mater’ Tegund pan supecsto Ske nctn unet Ta pli did nla venient de en epoierane fee Adenine Eline mic parto rev wea see Popempcatn dl nba a ciertas funciones del cuerpo Consecuen- Lbialogico. can ‘ional al aaoinor Paicoandlisis Onito (iorre del | el inconsciente, siempre Dbucle de bucles). puedo incorporarse un término més, Sica del corte Respecto de otros autores que utilizan la nocién de estructura, se debe establecer fundamentalmente las diferencias entre Lacan y Noam Choms- ky, considerados como los polos de una controversia. Para el segundo, y ‘abe destacar que lo hace en el campo de la lingiiistica, la estructura est conformada por “elementos primitivos” caracterizados por poseer un va- lor espeeffico. Asf, para Chomsky, como para la gran mayoria de los auto- res contemporaneos abocados al tema, el término “estructura” es utiliza- do con el mismo sentido que posee cuando se dice: “La estructura del edi- ficio, o sea, sus columnas y vigas,...”. Chomsky mismo, al hacer uso de la idea de “estructura profunda’, indiea esta légica —los niveles de estratifi- cacién~ en forma potenciada. Esta concepcién de la estructura indica lo fundamental, la distribucién esencial; pero no es la del lenguaje, aunque se la postule asi, ya que no est constituida, como aquél, por elementos 36 [Las srnucTutas CUBICAS A pwnme Dx Lacay (Vou It) forenciales tiltimos, lo que impide la distincién entre niveles y, consecuen- temente, rechaza la posibilidad de existencia de metalenguaje. En la légica de Chomsky Ios elementos son etiquetas, si bien ya no de cosas, pero si de conceptos, y ademas, es completa, aunque se postule lo que es obvio: que con sus elementos se puede construir una cantidad infinita de frases. De hecho, cuando Lacan rechaza la determinacién que algunos analis- tas promueven de lo que 61 designa: "..e! mapa forzado de la elinica”,** lo hace debido a que con tal forzamiento se intenta negar el valor de las ela- boraciones conceptuales que se utilizan para leer en la clinica, pero, y por sobre todo, porque las regiones o zonas del mapa no funcionarian como “diferenciales’, ni el mapa como un sistema regido por la legalidad del bo- romeo de cuatro, sino como la estructura profunda de Chomsky. En un mapa geogréfico, cada regién es postulada como idéntica a si misma y constituyendo con el resto una totalidad, Entonces, no se trata de si “histeria” u “obsesién”, sino de la logica con que se leen tanto los elementos como las leyes de su funcionamiento. En. ‘un mapa se indican las regiones que, como compartimientos estancos, alo- jan individuos idénticos a si mismos; para la clinica serfan: pacientes con- cebidos como enfermos, aunque se los lame “sujetos”, Lo mismo se pue- de hacer tanto con la terminologia de las estructuras elinieas como con la ‘terminologia de la teoria matematiea de nudos. El uso estaré determina- do por la nocién de estructura con la que se opere, Desde hace ya varios afios existen libros de psicoanélisis, con fuerte incidencia de la ensefianza de Lacan, que tratan sobre estructuras clini- cas. Dos son conocidos en nuestro medio: de Joél Dor, Estructura elinicas y psicoandlisis™ y Transferencia y estructuras clinicas® de Gérard Pom- ‘ier; el primero fue editado en espaol en el aio 2000 y el segundo en 1996. Pero ninguno opera con la nocién lacaniana de estructura y asi, para ambos no se trata més que de entidades ~que padecen pacientes carac- terizadas por rasgos especificos. La cuestidn es la concepcién que se hace de la estructura: si se Ia con- cibe como un mapa, entonces el sujeto pasaré a ser un individuo y la di- mensién subjetiva una enfermedad, locual se expresa asi:“El sujeto (per- s0na, individuo).xes y (obsesivo, histérico, psicético)’* Nada cambiaria y 21. Cf, por ejemplo, Lonneberg, Bric H., Fundamentosboligios del lengua, Alianza, Ma Arid, 1985, Chomsky, Noam, Beructuras intetias, capitale& Una teorta de linge tice elemental, Sigo Veintiuno, México, 1974 an, Jacques, Subversic del suet ydialetia del deseo en el inconsciente freudia Esritos 2, pi. 780 28, Para ls Estados modernos se pretende lo mismo que para el hablantesr:identidad, Dertad, autonome independencia, 24. CE, por clemplo, pigs. 138 y ss, Amorrortu, Buenos Aires, 2000 25. Cf, por ejemplo, pags. 61-64, Kliné, Buenos Aies, 1989. 26, Milnor indica muy bien que én toda su extensa obra Lacan nunce utilisé frases de esta 2, 3 ‘Aureno Eioetserane nada se ganarfa si se expresase con té: de mudos: “Al srminos de nudlos: “Al sujeto x le co- rresponde el nudo y”, Nada obstaculizarfa el hecho de que se confecciona- ra un mapa forzado de la elinica de nudos. £ Importaciones de conceptos en psicoandlisis El cuestionamiento en juego en Ia segunda pregunta-presentada al ini- cio de este capitulo~ remite a una problemstica muy interesante y espect- fica del psicoanslisis. Bs cierto y evidente que la mayoria de los términos ‘en uso en el eampo de las cuestiones vinculadas eon las estructuras clini- ‘eas fue tomada por el psicoandlisis de la medicina y, mas especificamente auin, de la psiquiatria; aunque también hay que reeonocer que varios de Jos términos eon los que opera la psiquiatria moderna fueron desarrolla- dos por Freud -al menos segtin el significado que él les aporté-, y que al- sgunos con Jos que operamos en psicoanélisis son neolégicos. El problema son los primeros. ;Qué corresponde hacer con ellos si uno intenta, como analista, purificar cada vez mds su teoria y su préctiea? La respuesta no es sencilla, debido a que el problema es mucho més amplio de lo que pa- rece. Si debiésemos abandonar el uso de los términos tomados de la psi- aquistria, qué deberiamos hacer con las importados de atras diseiplinas? Si tuviésemos que dejar eaer “histeria”, qué debemos hacer, por ejemplo =y son los fundamentales~ con “representacién’, “significante” y “nudo”? Deberiamos olvidarnos de ellos por ser extranjeros? [Lo que verdaderamente esta sobre el tapete es la composicién misma de a teoria psicoanalitiea Sin poner en duda ni su originalidad ni su espe- icidad, ya que ni el concepto de inconsciente ni el de psicoan tampoco los de estructura y sujeto, poseen antecedentes: los dos primeros fueron creados por Freud, y el tereero y el cuarto, tal como los defini, por Lacan. A pesar de lo cual no eaben duds de que el psicoandlisis se cons- tay importando trmings,coneptos y hasta modelos de una uy an plia gama de ciencias y disciplinas afines y no tanto. En realidad, de he- ¢ho,no podria haber so de otra manera ’ ven sunque el psicoandlisis sea una nueva préctica,” no puede ser com- ‘elamente noclgics. Com mente eobre leer hablant, aunque lo bags desde una perspectiva novedosa, no puede existir por fuera de a muy am- plia trama, muchas veces invisible, de entrecruzamientos de los saberes de, por ejemplo, la mitologia la sociologia, la antropologia, la historia, la Taig Bl qo ap Ta nn a apace an cel picandisi 27, Guise re cao deta nde ae jutamentee! cnn Ct Foes ‘Qué es un autor?, Litoral 25/26, Cérdoba, 1998. oe Las esmnucronas cuincas A pane Dx Lacas (Votuwen 11) lingdistica, ete. Freud mismo recomienda al analista formarse en tal cam- po de conocimientos designado como universitas literarum. Lacan insis- 6 permanentemente en que tal formacién deberia ser completada con el estudio de varias ramas de la matematica. El estado actual de los desarrollos en psicoandlisis, en lugar de produ- civ una extraterritorialidad cientifica, impone una modalidad especifica, ton un estilo y una ética particulares, de incorporar y concebir conceptos de una importante cantidad de disciplinas y ciencias afines; pero no debe ‘lvidar que, al articularlos al conjunto de sus conceptos especificos, son profundamente transformados.* ¢. La clinica del caso por caso y las estructuras clinicas El argumento de la tervera pregunta —{No es la del psicoanlisis “la linica del caso por caso”, volviendo por lo tanto impropio el uso de nocio- hes que tiendan a constituir clases o agrupamientos de casos? merece las siguientes reflexiones: es cierto que en psicoandlisis impera la légica del caso por caso”, ¥, de hecho, es quiz la nica disciplina de filiacién cién- tifica en Occidente que practica sobre condiciones estrictamente particu Tares: en él cada caso es nuevo y, asi, tinieo, Pero si se detiene la especula~ cidn en este punto, surgen inevitablemente otras cuestiones: zqué podria investigar, estudiar y comunicar el psicoanalista, si cada caso s6lo consti tuyese una pura singularidad? {Bs idéntico el trabajo del analista al del alquimista 0 al del poeta? Podriamos suponer que numerosos analistas responderfan que sf, pero ellos se mantendrian aislados, no compartirian su clinica ni estudiarfan las de sus colegas; no se abocarian al estudio y fala critica de las obras de Freud, Klein, Lacan u otros, ni de las ciencias afines; se postularian interesados sélo por la clinica y, como ésta es “caso por caso” y hay que tomar cada caso como si uno no supiese nada, enton- tes tenderian a mantenerse con notable comodidad en 1a completa igno- rancia, Sabemos que en ciertos casos esto sucede. Pero, entonces, {qué hace la gran mayoria de los practicantes abocados decididamente al es- tudio de lo que esta en juego en su métier? JBs que se engafian, debido a que no se dieron cuenta de que no existe verdaderamente nada para es- tudiar e investigar? Enel plan de escuela de analistas propuesto por Lacan, existe la “Sec- cién del psicoandlisis aplicado”, cuyo fin es el estudio de la doctrina de la cura y sus variaciones y la casuistica. Justamente, se trata de si existe 0 Lacan, en el momento de proponer una escuela de psicanalists, pro ibsecion destinada exelusivamento ala artieulaci6n activa y eonstan- 39 Auseno Eioeuserew no una casuistica. Sin lugar a dudas, se puede responder que si. Existe en el campo del psicoandlisis un extenso saber elaborado sobre la consi- deracién que pone en relacién con los diversos casos particulares; un sa- ber que opera directamente en la préctiea clinica. Ello no evita las cues- tiones referidas a cmo se lo hace, ya que debe ser hecho en las condicio- nes muy especificas del psicoanélisis, jamas como en la medicina o en la psicologia, Justamente, Lacan sostiene que a partir de Freud se precipi- 16 una casuistica: “{..] Freud supo precipitar toda wna casutstica en una “carte du Tendre"en la {que no viene a euento una orientacién para los oficios a que se la destina.”® Mas, como lo indica la cita, ella se distingue del mapa forzado de las enfermedades mentales. En todo caso, estard referido, como La carte du Tendre, aun eamino, a un recorrido que se realizaré por un territorio ba- lizado por las cuestiones del amor, del deseo y de las pasiones, que orienta ‘en el sentido on que debe serlo en la préctiea analitica, haciendo hincapié cn lo particular de cada caso y sin olvidar jamas quo el terreno est eon- feccionado con elementos estructurados como un lenguaje. Asi este ree0- rrido puede ser homologado y, de hecho, lo fue por Lacan a un grafo como, por ejemplo, el grafo del deseo, cuyos nodos y vectores orientados son pro- ‘buestos para todo caso en funcidn de la estructura de lo que llamaré con Froud “neurosis de transferencia’ ~a cuyo andlisis me abocaré en el préxi- ro capitulo-, pero cada uno de los elementos del grafo es en funcidn de sus relaciones con los otros siendo imposible establecer emo y eon qué significantes aparece en cada caso, Entonees, ceusil es la justificacion de la existencia de los elementos y relaciones ordenadores de tal casuistica? Esto ultimo coincide con el pro- guntarse por la existencia de aquello que permitirfa algiin ealculo en la prictica del analista, ya que si no, gpara qué servirfan el establecimien- to y el estudio de tal casuistica? A este respecto sigo a Freud, y atin més espectficamente a Lacan, cuando sostengo que si hay un eéleulo que debe ser realizado por parte del analista en su cliniea lo que significa introdu- cir en la doxa del psicoandlisis una reetificacién: no es el inconsciente el que calcula, Al respecto, Lacan sostiene en 1973: “Si, la cuestién es saber si el discurso analitico podria permitir un poqui to més, a saber, introducir lo que ft INCONSCIBNTE NO FONE EN ABSOLUTO: LY -P000 Df c&vcuto."™ 30, Lacan, Jacques, La cosa freudianao sentida del retornoa Freud en psicoandlisi, Ese tos 1, pig 389. 80, Lacan, Jacques, Intersencin en el 6 Congreso de fa Escuela Freudiana de Paris rea 2ado en la Grande-Mott (2/73) (Subrayado mio) 40 [Las esmavcrumas cLINICAS A PARTIR Lacan (VoLUMEN TI) Se trata de establecer: a) si hay céleulo posible en la préctica analitica xy b) dado que no Io hace el inconseiente, el que, como el lenguaje, est s- tructurado pero no calcula -la estructura no se calcula a si misma, caso contrario se convertiria en un nuevo nombre de Dios-, debe hacerlo el ana- lista. Caleular qué o sobre qué? Del mismo texto recién citado, extraigo: “La euestin comienza en el hecho de que tay r1Pos pk sitvrouas -es de. cir de nudos-, que hay una elinica, una clinica que es de antes del diseur- s0 analitico; porque Freud, él la heredé.” Se trata, entonces, de un ealculo posible sobre los tipos de sintomas, 0 50a, e60 es justamente la “clinica psicoanalitiea” en la medida que habili- ta el acto analitieo. Con la misma légica, se puede afirmar no sélo la existencia de tipos de sintomas, sino también de “tipos clinicos”, tal como los designa Lacan Estos responden a la estructura, o se podria decir que para cada determi- nada época la estructura posibilita un eonjunto limitado de tipos elinicos. El psicoandlisis, como recurso social, puede ser definido como una moda- lidad de respuesta a la existencia de determinados tipos clinicos caracte- risticos de nuestra cultura, Con la sola salvedad de que establece que, al operar una respuesta, no puede dejar de intervenir en esa clinica y, asf, modificarla: no es lo mismo una “histérica” euyo diagnéstico Ia medicina cierra en un lacénico “usted no tiene nada”, que una a la que, a partir de Ja postulacién de la existencia del inconsciente, se le supone neurosis, Ex- tremando més la diferencia temporal, es obvio que no es lo mismo una “posesa” que una “histérica”. Pero los elementos particulares en juego en ‘ada caso, si bien participan de la configuracién del tipo clinico, o del tipo de sintoma o del nudo, sélo cobran sentido en la légica propia de cada su- jeto. Por fuera del caso, el tipo elinico o de sintoma eareceré siempre de sentido y no podré ser més que una diferencia de la estructura. De este modo, se trata de establecer lo que puede configurar el saber en el psicoandlisis. Propongo que se refiere a las estructuras légicas, cuya existencia se debe a los efectos de Ia estructura del lenguaje en determi- nadas culturas, entre los cuales el fundamental es el efecto sujeto mismo. Tales estructuras ldgieas serdn aquello sobre lo que versaré el saber re- ferencial del psicoanalisis. La polémica se resuelve, entonces, tal como lo hhace Lacan: existen dos tipos de saberes en juego en el campo del psicoa- {3T, Autocomentario, Lacan, Jacques. Intervencdn en el 6" Congreso de ia Bscuela Freudia- nade Paris realizado en ln Grands-Mote (2/11/73). Subrayado tao.) 482, CE por ejemplo: Lacan, Jacques, Bl Sersaria, Libro 3, pg. 12, Pais, Barcelona, 1984; Intervencin en el & Congreso de la Breuela Preuiana de Paris realizado en ta Gran- ddeoMotto 2/1/78) Intrduccin ala ediicn alemana de wn primer valumen de los Es. erito, pig 1. a1 Aurunpo Eweiserens nillisis: el “saber textual”, que es particular, nuevo e imprevisible —pero limitado por la estructura, y el “saber referencial”, base de la formacién y de la eficacia de la tarea del analista, que coincide con el saber sobre la estructura de lo simbélico, lo imaginario y lo real. ‘Afirmar la existencia de tipos elinicos no implica configurar una psico- patologfa, ni siquiera una psicopatologia psicoanalitica. Y ello por varios ‘motivos fandamentales ~ninguno refiere a la presencia de herencias, es- ppurias 0 no, en el psicoandlisis- fundados en las légicas en juego. Se re- chaza la psicopatologia y se la distingue netamente de la logica de las es- tructuras clinicas, debido a que: 1°) La psicopatologia nace como teérica, para ser distinguida de la psi- quiatria, justamente debido a que la segunda es préctica; 2°) Blla parte del intento de establecer lo patologico a partir de la de- terminacién de una norma, con respecto a la cual intenta estable- cer lo que serdn “enfermedades” en su campo, entificaciones postu- ladas a partir de canones universalizables de una supuesta salud — entendida como normalidad-, que nunca se distinguen de los idea les sociales, Ideales estos que, en Oceidente moderno, estén todos dirigidos en tltima instancia a la represién de la verdad del sujeto del ineonsciente y la instauracién del ideal; }) En psicoandlisis, la nocién de “clinica” implica la presencia y op racidn del analista, revelando varios entre-dos articulados, 0 ¥ bucles anudados -analista/analizante, sujeto/Otro, etc; en cam- bio, en la psicopatologia, alguien postula un saber que como medi- da normal sirve para establecer si el otro ~por ejemplo, el que con- sulta~ es 0 no “sano”. Las diferencias entre las estructuras clinieas y cualquier tipo de psi- copatologia pueden ser expresadas mediante la referencia a los dos gran- des modelos popularizados del investigadar cientifico -el primero muchi- simo més difundido que el segundo- a saber: aquel en el que el cientifico mira través del microscopio al objeto de estudio, al que compara con sus tablas y otro -ol de la fisica cudintica-, en el que el investigador no pue- de dejar de intervenir y modificar por su participacién en aquello que de- sea investigar. 2 CAPITULO 2 La concepcion clinica de la neurosis a, Neurosis, estructuras elinicas, Otro.y A b. Hastanreser, individuo y sujeto ¢. “No hay Otro del Otro” d..Ot6 2 f Culpa, responsabilidad y superyé “Una ver recorrido este breve cireuito, pueden captar us- tedes eémo la senal de angustia advierte de algo, y de algo ‘muy importante en la clinica analitica y en la préctica, La ‘angustiaa la que eatin abiertos sus sujetos no es en abso- Tuto, o noes dnicamente, como se suele creer y como uste- des siempre busean, inten al sujeto, si puedo expresar- te asi. Lo propio del neurético es ser a este respecto,|.l, 'un vaso comunicante.”* a. Neurosis, estructuras clinicas, Otro y A Intentaré establecer en este capitulo una eoncepcisn dela neurosis fun- dada en la cliniea psicoanalitiea, 0 sea, como concepto exclusivo del psi- coandlisis, Lo que se lame “neurosis” por fuera de tales coordenadas -lo- gre yo un correcto establecimiento del concopto o no~ debe ser considera- do s6lo un homénimo ~psiquistrico, psicolégico, coloquial, ete de la no- cin psicoanalitica. Casi desde el nacimionto del psicoandlisis el eoncepto de neurosis fue inicialmente postulado para designar la “neurosis de transferencia”, en T Lacan, Jacques, I Seminaria, Libro 8, pi. 407, Paidés, Buenos Aires, 2008,

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