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En la vida es de suma importancia aprender a oír. Ser un buen oyente facilita nuestro crecimiento
y desarrollo espiritual y en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. No oír lo que
necesitamos, poner barreras a la corrección es realmente una insensatez y falta de cordura lo cual
nos lleva al fracaso. Sin embargo debemos ser cuidadosos con lo que oímos y a quien oímos. No
todo consejo viene con la sabiduría de lo alto y esto es los que debemos evaluar... La sabiduría de
lo alto edifica el cuerpo de Cristo, une, es pura moral y espiritualmente, es pacifica; promotora de
la paz, está en contra del odio y de las guerras, no es conflictiva ni vengativa; es amable aun con
sus enemigos, está en contra de la altivez y arrogancia; está llena de misericordia mostrando
interés por los que sufren penalidades y perdonando con rapidez las ofensas; está libre de
hipocresía mostrando compasión y amistad genuina de lo profundo del corazón. Todas estas cosas
y muchas más traen discernimiento para saber que produce las enseñanzas de alguien en nuestro
corazón, si estás están produciendo sabiduría en nuestra manera de vivir. Nuestra perla de hoy
dice:
Cesa: deja de oír, cierra tus oídos a las enseñanzas que te hacen "divagar" esto es caminar sin un
rumbo, con una mente dividida, con un corazón trastornado y enfermo por los resentimientos que
producen la falsas enseñanzas y desvían de las razones de la sabiduría de DIOS.
Santiago 3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
4 de Enero 2022
Jeremías 9:23-24 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el
valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en
entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra;
porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Cuando analizamos este texto nos damos cuenta que el tipo de sabiduría de la que se está
hablando aquí es humana y no espiritual, ninguno que este dirigido por la sabiduría de Dios se
alaba a si mismo, ni se auto promociona a sí mismo. Dice la escritura.
Proverbios 27:2 Alábate el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.