CUENTO INEDITO

Nombre: Débora Virginia Pin Alcívar

Paralelo: “B”
Docente: Rosa Ordoñez
 EL POLLITO QUE
PERDIÓ LAS PATITAS
Érase una vez un pollito que perdió las patitas. Un día como cualquiera el pollito
fue al patio a buscar engorde en otros patios para comer, el patio donde vivían los
demás pollitos era frondoso, fresco, muerto y muy hermoso. Las flores abundaban
por todos los árboles y los frutos silvestres alimentaban a los otros animales y a
los pequeños insectos. El sitio era el lugar ideal para vivir. Los espíritus del patio
rondaban en paz con la naturaleza, pero aquello pollito se desvió de su casa y
camino hacia un patio oscuro y diferente. A diferencia del patio de los demás, el
patio oscuro era un sitio envenenado. Las flores no alcanzaban a crecer, los frutos
eran amargos y vivían animales malo. Todo esto ocurría porque una señora que
habitaba en el patio oscuro solía verter en las tierras sus líquidos y polvos
intoxicados, lo que hacía que todo lo que creciera, muriera. El pequeño pollito una
vez en el patio oscuro encontró una hermosa planta que recién crecía con un
hermoso color verde, aquella planta llamaba su atención por su color y su aroma
dulce. No podía entender como aquella planta estaba creciendo en un lugar tan
hostil, y sin poder resistir a la tentación, mordió el tallo verde. Al poco tiempo de
haberla mordido, el pollito comenzó a sentirse que se enfermaba, pues aquella
planta que había picado había cambiado su color, se ilumino y le comenzó a salir un
líquido espeso y molesto. El pollito suspicaz había comido un fruto envenado de
aquel patio y como pudo llegó a la diminuta patio de los demás, pero ya era muy
tarde porque había perdido sus patitas.
Una persona llamada Belinda, la chica buena del barrio para que curara la
enfermedad. Después de muchos cuidados y brebajes el pollito recuperó su salud
pero no pudo recuperar sus patitas, sin embargo se convirtió en uno de los
espíritus del barrio más hermosos que se ha visto.

SINONIMOS: ROJO
ANTONIMOS AZUL
HOMÓFONOS: MORADO