DOSSIER CORNELIUS CASTORIADIS

70 / El Viejo Topo

Cornelius Castoriadis,
el escándalo democrático
texto de Amador Fernández-Savater
S
egún las ideas dominantes, deberíamos asumir
por nuestro bien el carácter definitivamente
aburrido de la democracia, entendida como
una mezcla de procedimientos formales, ga-
rantías, elecciones representativas y grandes consensos.
La sustancia de la democracia debe ser depurada del
virus de la excitación política: las intensidades son cosa
del fascismo, se nos repite. Curiosamente, son los mis-
mos (tele)predicadores que identifican exclusivamente la
democracia con un ejecicio de delegación (de pensa-
miento, de deliberación, de decisión) quienes más se en-
sañan luego con la “apatía”, el “escepticismo” o la “cobar-
día” de la sociedad. Y no digamos ya con su “populismo”,
cuando la gente presenta resistencia y lanza un revés
inesperado contra la necesidad de lo necesario (el “no”
francés a la Constitución europea fue un analizador for-
midable de la opinión que tienen las élites políticas, inte-
lectuales y mediáticas de la gente común).
Lo que está hoy absolutamente mal visto –y quizá ahí
haya una clave para entender el revisionismo histórico,
ensayístico y literario del contenido más hondo de Mayo
del 68– es considerar (siquiera) la dimensión instituyente
de la democracia, emparentada astutamente por los poli-
cías del pensamiento con alguna variante de totalitaris-
mo. De ahí el carácter profundamente intempestivo de la
obra de Cornelius Castoriadis: lo que pensó como demo-
cracia son precisamente las prácticas que devuelven el
poder de decisión y de expresión –confiscados cotidiana-
mente por las élites que nos representan– a la gente cual-
quiera. Según Castoriadis, el Estado de Derecho no agota
la democracia, las garantías contra la arbitrariedad de la
oligarquía que nos gobierna no son la democracia: la de-
mocracia significa autonomía, ejercicio efectivo de la ca-
pacidad individual y colectiva de decisión sobre la propia
vida, la igualdad de todos con todos afirmada en espa-
DOSSIER CORNELIUS CASTORIADIS
cios públicos siempre conflictivos, arrebatados a la sim-
ple reproducción de lo existente.
La reflexión de Castoriadis sobre todo ello contiene
aspectos genealógicos, filosóficos, psicoanalíticos y polí-
ticos: rastreo de las huellas democráticas que nos llevan
(como no) a la Grecia antigua, donde se instituye una “ex-
traña rasgadura” a través de la cual se pueden cuestionar
las representaciones de la tribu; reconstrucción filosófica
de las categorías de las que nos valemos para pensar lo
histórico-social, atendiendo fundamentalmente a la ca-
pacidad humana para la creación, para hacer emerger lo
que no está dado; investigación práctica sobre la psique
humana, que alberga los recursos imaginativos que ha-
cen al ser humano capaz de autotransformación y auto-
alteración; y militancia en el grupo Socialismo o barbarie,
que quebró los consensos dominantes de los años 50 y 60
en torno a la bondad de la Unión Soviética y se abrió a
una nueva concepción de la política, basada en la auto-
nomía, en la primacía de la práctica, en la crítica radical
de la vida cotidiana.
Los artículos siguientes abordan la obra de Castoriadis
como si de un navío repleto de conceptos, imágenes y fe-
cundas intuiciones se tratase, un asalto que busca rea-
propiarse el trabajo de Castoriadis para seguir pensando
e interviniendo políticamente hoy, sin respeto alguno
por las convenciones discipulares que identifican fideli-
dad y repetición.
El centro de cultura contemporánea Arteleku organizó
durante el mes de mayo un seminario intensivo de lectura
y discusión de la obra de Co rnelius Castoriadis, coordinado
por Fe rnando Go l va n o. Los materiales recogidos aquí son
en su mayoría intervenciones presentadas entonces para
animar debates públicos. El destino del resto de materiales
generados por el seminario podrá seguirse próximamente
aquí: www.nodocastoriadis.com (www.arteleku.net) ■
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