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Fardous era demasiado inteligente, sensible y creativa para

conformarse con ese rol. A pesar de pertenecer a una familia po-


bre y de no tener estudios muy avanzados, tenía una habilidad
innata de comprehender y de ver los significados de las cosas que
sucedían a su alrededor. Significados que no pueden ver aquellas
mentes oprimidas por un sistema de educación religiosa y política
autoritaria que mata la creatividad desde la infancia.

Ella me era muy familiar desde nuestro primer encuentro,


como si hubiera escuchado su voz en otra vida, o hubiera visto su
cara en el momento en el que nací, como si su cara fuera la de mi
abuela o la de mi madre, que murió hace años, o como si fuera la
cara que apareció la primera vez que me miré en el espejo.

Me senté en el suelo de su celda mirando sus ojos fijamente,


sin parpadear, escuchando su historia, hora tras hora, sin sen-
tir el frío del cemento ni el paso del tiempo.Su historia me
asombró y no me asombró a la vez, me era familiar como si la
conociera antes de nacer y también era extraña y pasmosa.
Nos juntamos solo una vez. Supe más tarde que fue ejecu-
tada por asesinato. Fardous asesinó a un grosero proxeneta que
la iba a matar, pero ella fue más rápida e inteligente, arrebatán-
dole el cuchillo de las manos y clavándoselo. Si la ley fuera
justa Fardous sería considerada como inocente, ya que se esta-
ba defendiendo y mató para no morir. Pero la ley nunca puede
ser justa en una sociedad clasista-patriarcal-colonial-religiosa-
racista que discrimina a la gente según clase, color, sexo, reli-
gión, nacionalidad, lengua, etc. Es nuestro mundo, donde el 99
por ciento tiene todo y el 1 por ciento sobrevive al límite, pero
millones de personas de todos los pueblos se están manifestan-
do en contra, de norte a sur y de este a oeste.
La historia de Fardous es una historia simple de una mujer
simple que soñaba con la justicia, la dignidad, el amor y la liber-
tad. Pero en nuestro mundo actual, corrupto y autoritario, el amor
sincero es más peligroso que una bomba atómica, porque tiene el
potencial de destruir el cemento de las mentiras que se han acu-
mulado a lo largo de la historia, desde la culpabilización de nues-
tra madre Eva; el potencial de desenterrar la verdad escondida
bajo tierra durante miles de años.

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