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“Nuestra vocación más alta y privilegiada es hacer la voluntad de Dios,en el poder de Dios, para la

gloria de Dios”

J. I. Packer -

ÍNDICE

Pág.Introducción……………………………………………………………………………. 4I. La vocación


ministerial…………………………………………………… 5II. Éca
ministerial……………………………………………………………… 6III. Moral del siervo de
Dios…………………………………………………
7Conclusión……………………………………………………………………………….
8Bibliografa……………………………………………………………………………… 9

Introducción

El presente ensayo tiene como objetivo resaltar las bases de integridad querequiere el sentido del
llamamiento y el concepto de servicio siendo bíblicos, éticosy semejantes a Cristo. De igual
manera, los ministros cristianos deben estar confiados en el plan de Dios para sus vidas como se
revela en su llamamiento alministerio cristiano.Resaltaremos las características de “la vocación
ministerial” dentro del plandivino, explicando las formas en que Dios puede llamar a sus siervos de
acuerdo ala Biblia y con qué propósito. Elaboraremos una definición clara sobre “éticaministerial”
así como sus bases teológicas y explicando cuáles son los principiosético-bíblicos que debe guardar
el ministro de Dios y por último hablaremos de “lamoral del siervo de Dios” explicando los diversos
de las situaciones de lamoralidad de la sociedad opuestas a la Biblia y la enseñanza que debe
predicar elcreyente.Si estamos seguros de haber recibido este ministerio de parte de Dios,
bienharíamos en entregarnos en respuesta a Él, sin dudar, sabiendo que sullamamiento viene de
Dios y que es Él en todo caso quien nos está respaldando

I.LA VOCACIÒN MINISTERIAL

Dios llama a todo aquel que está dispuesto a servirle, y sabemos tambiénque Dios tiene planes
para cada uno de sus hijos. Él llama, prepara y brindaherramientas a sus hijos para poder servirle.
Es importante observar que, más alláde que Dios llama a sus siervos en un momento determinado,
Él prepara todo ennuestras vidas para que ese momento sea el adecuado para nosotros.En el
proceso del llamado, podemos ver que el corazón y la mente de unministro están siendo
preparados para los siguientes pasos importantes de suvida, encontrarse con Dios, recibir su
llamado y cumplir su propósito.Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio. Terminan sus
tareas,cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan
suscompromisos. No dejan el trabajo a medias ni lo abandonan cuando sedesaniman. Son dignos
de confianza y responsables. Los siervos verdaderosmantienen un bajo perfil. No se promueven ni
llaman la atención sobre sí mismos.Si se les reconoce por su servicio, lo aceptan humildemente,
pero no permiten quela notoriedad los distraiga de sus trabajos. Los siervos verdaderos no sirven
parala aprobación o el aplauso de otros. Viven para ser famosos solo para Dios.

“…He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tienecontentamiento; he


puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones...”

(Isaías 42,1) A continuación, exponemos unas ungidas y sabias palabras delexperimentado siervo
de Dios, Carlos H. Spurgeon:"

Cuando pienso en los males sin cuento que pueden resultar de un error encuanto a nuestra
vocación al pastorado cristiano, me siento abrumado por el temor de que alguno de nosotros se
muestre remiso en el examen de susrespectivas credenciales; y preferiría que nos halláramos en
grande duda y nos

examináramos muy a menudo, a que nos constituyéramos en estorbo de esa profesión...Es lo


mismo profesar cristianismo sin conversión, que ser pastor sinvocación. En ambos casos se adopta
un nombre, y nada más

". (Spurgeon, 1952)

II.ÉTICA MINISTERIAL

La ética es de suma importancia sobre todo en la vida del ministro y eldesarrollo de su ministerio;
por lo tanto, la ética necesita ser restaurada en elministerio y en los ministros. Al analizar el papel
del ministro desde este punto devista y su desenvolvimiento en el llamado que Dios le ha hecho; la
ética cumpleuna parte muy importante en el cual ayudara al ministro luego de santificar su vidaal
servicio de Dios a poder andar de forma firme y seguro.Es importante destacar las bases teológicas
de la ética cristiana,encontramos “la revelación”, la cual demuestra la presencia de Dios siempre,
“lanaturaleza de Dios” como un ser eterno, supremo, creador del universo y Señor detodo lo
creado y por último “la escatología” como otra base teológica que se refierea lo que vendrá, a la
existencia eterna después de esta vida. En esta última baseteológica destacamos la fe en
Jesucristo.

“…Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santosseréis, porque santo soy yo
Jehová vuestro Dios…”

(Levítico 19,2)Dentro de los principios ético-bíblicos encontramos la “dignidad


familiar”involucrando tanto a la esposa como a los hijos. La “dignidad económica” debe ser
honrada ejecutando el buen entendimiento del verdadero concepto de trabajo ypor último la
“dignidad cívica”, entendiendo el respeto por la política y el gobierno.
III.MORAL DEL SIERVO DE DIOS

El verdadero concepto de moral cristiana se refiere a la búsqueda constantepor parte del creyente
para vivir el estilo de vida de Jesús, imitar su mismo estilode vida y comportarse de acuerdo con
los valores del evangelio. Esto no seimpone a la fuerza, sino que se escoge libremente. Jesucristo
siempre invitaba ala gente para que le siguieran, nunca obligó a nadie. El cristiano,
verdaderoseguidor de Jesús cumplirá los mandamientos no porque se los impongan sinoporque le
nace cumplirlos, porque sabe que cumplirlos es bueno para él y le ayudaa ser más feliz a él y a su
familia.La vida moral de Jesús debe motivarnos a gozarnos y alegrarnos aún enmedio de las
adversidades, recordando cada momento nuestro galardón fuera deesta tierra, en el Reino de los
cielos.

“…He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hijade Sion: He aquí viene tu
Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra…”

(Isaías 62,11)Es importante mencionar que la moral de un siervo de Dios debe ser intachable en
todas las áreas de su vida y en su conducta, la moral podemos decir que debe ser regida por los
mandamientos, practicarlos lleva a un buen ministro auna buena vida, agradable y perfecta para
Dios, para llevar una buena vida esimportante mencionar también las bienaventuranzas que Jesús
enseñó en elsermón del monte (Mateo 5): ser pobre de espíritu, sufrir y llorar con los quesufren,
trabajar por la justicia, ser misericordiosos, ser limpios de corazón y ser pacíficos.Un buen siervo
de Dios no solo debe practicar la moral haciendo el bien yevitando malas acciones, sino vivir un
estilo de vida con virtudes que nos ayuden allevar una vida moralmente buena, podemos
mencionar la Fe, la esperanza, el

amor, la justicia, la misericordia, la fidelidad, la prudencia, la templanza y lafortaleza siendo


constantes en seguir a Cristo.

CONCLUSIÒN

Al referirnos tanto a la vocación como a la ética ministerial podemosmencionar que no hay un


“manual para ser un buen ministro” en el sentido depresentar una serie de instrucciones, deberes
u obligaciones, cada ministro esinvitado por Jesucristo, guiado por medio de su Palabra y
enseñado por medio delEspíritu Santo.Un siervo de Dios debe demostrar una experiencia cristiana
durante variosaños como miembro activo de su iglesia local, estar convencido del
llamamiento,tener amor por los perdidos y por los hermanos en Cristo, practicar sus dones
yvirtudes, tener un grado adecuado de autoestima, estar casado y que su esposasea una ayuda
idónea, siempre sujeto a la voluntad de Dios, ser ejemplo de familiatanto en la iglesia como en la
comunidad, ser correcto en su testimonio moral ysocial, tener un diario devocional con Dios, ser
un hombre temeroso que se dejeguiar por el Espíritu de Dios para no exaltarse por las cosas que
han demanifestarse.Como ministros, no siempre se cuenta con la razón, hay que estar preparados
cuando la iglesia juzgue por mínimos errores, recibir críticas, esimportante la comunicación y la
fidelidad a quien servimos. Dar el lugar a Diosantes de emitir respuestas, Dios solucionará
cualquier situación o controversia quese presente. El ministro debe manifestar su carismática de
amor y de humildadante otros ministros o hermanos de la iglesia local.La madurez ministerial es
una cualidad o condición sumamente necesariapara el hombre de Dios y solo se consigue en un
proceso continuo y gradual,apegado al Señor, proviene de una entrega genuina a Dios, de manera
que Cristoviva su vida en nosotros. Cuando vivimos permanentemente en el Espíritu nuestro

El hombre interior se desarrolla plenamente y se manifiesta en él toda la belleza delcarácter de


Dios porque los ministros somos llamados a enseñar con nuestra vida

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