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Antología inmediata de
Carlos Esquivel
El mundo ha llegado a tal punto que solo la inexactitud pueda revelarlo a sí mismo,
solo la mentira puede comunicarle la verdad, la enfermedad curarlo, la muerte
crearlo.
Giorgio Manganelli. Centuria
*Inédito
El sheriff de los poemas sicalípticos*
Para Oscar Cruz
*Cuarteaduras
Nosotros no somos como los de Hamburgo*
Yo les he dicho los monstruos de verdad son los que se han convertido
los que se convierten camino a otra tierra
sin que necesiten ser intrusos
tampoco las tienen con los vecinos
no obsequian
y jamás se les escucha decir que tienen necesidad
de entrar en copas
o atormentarnos
La culpa no es del ser más antiguo del planeta
Casal
Julián
ni de mi padre
la culpa es de estar solo.
*Inédito
Yeats
y
yo
cuidamos
la
tumba
de
Baudelaire.
Una
tumba
como
otra
tumba.
Un muerto
como
cualquier
otro,
pero
a
veces
sale
a
la
noche
y
fuma
con
distracción
u
orina
en
panteones
cercanos.
Yeats
y
yo,
sin
semillas
de
caballeros,
vigilantes,
en
tiempos
dispares,
de
una
tumba,
una
tumba
cualquiera.
El nacimiento compara
lo que se opone a su ley.
Whitman nace en Camagüey.
Borges muere en Santa Clara.
Después la muerte repara
su demorado confín.
¿El nacimiento es un fin
ficticio, un único trago?
Heredia vuelve a Santiago.
Sócrates nace en Holguín.
Gelsomina en un fragante
verso de Gastón Baquero.
Divina comedia, fuero
magno de Cabrera Infante.
Tres tristes tigres, de Dante.
Baudelaire usa un disfraz:
la Avellaneda. Detrás
algo que nadie contó.
Carpentier nunca nació.
Martí no se muere más.
No sé dónde naceré,
cuál libro tendrá mi nombre,
si en piedra, metal, o en hombre
luego me convertiré.
Mi fingimiento no fue
en los mapas fingimiento.
Errante, sin nacimiento,
mi oscurecido disfraz
echó anclas. No mucho más
fue lo que puse en el viento.
Ya imagino cómo Ana Mendieta cae del piso 34 de un ruin edificio en el Soho
neoyorkino.
Ya imagino cómo Ana Mendieta cae del piso 34 de un ruin edificio en el Soho
neoyorkino.
*Inédito
Cuarteaduras*
La “maldad” está siempre situada en
el exterior del yo, pertenece al
dominio de la fatalidad, de la suerte,
de la voluntad de Dios.
M. C. ORTIGUES, Oedipe africain
*Cuarteaduras
Entrando a la hoguera*
Vivo con Quevedo en las trincheras de Port Spirit / estoy rubio y me purgo sin
lujuria / no soy peor o último que los gitanos del Louvre
pero me asomo al arenque del Sex- Shop con una cuchara. Me beben en alcohol
para que exteriorice,
compunge dar vueltas sobre la atmósfera y decir el vuelo en círculos, la estética en
círculos. No tengo un centavo
para crear el equilibrio, las venas de Oriente chupan al Nietzsche ictericio. Lo malo
es que no llevo bandera, no extermino, no me da democracia servir como puta el
billete nuevo.
Viviendo con Quevedo supe que nadie me escuchaba,
nadie atrevió a tener frío, a encontrar la decadencia de un cuerpo
peor que el de los pescadores de Port Spirit.
*Inédito
Señoras y señores, el único, el exclusivo, el majestuoso, Leonard Cohen, para
ustedes*
*Cuarteaduras
Orina antes que pase Duchamp*
*Inédito
Homenaje a Carl Sanburg*
*Zona negra
Levantamientos*
En mi casa vivía Julián del Casal, ya viejo y esclavo de un mustio patriotismo (la
ideología, los símbolos que explican por qué el poeta es la mitad de otro poeta).
Allí estaba su trono discontinuo, una superficie extendida a los aires maternos.
Mi padre golpeaba para ponerse a mano con mi madre.
Yo me llamaba Julián del Casal, yo pasaba en el movimiento de los que explican
islas cortadas por una similar sumisión a la de sus muertos.
*Inédito
Le inmortalité*
Mientras mi amada y yo, mientras mi amada y tú. Que nos hemos visto y debemos ser/ que
debemos ser y nos hemos visto.
*Inédito
Unas notas de Antonin Artaud en el maizal*
Yo estoy hablando de la ausencia
de agujero, de una suerte de
sufrimiento frío y sin imágenes,
sin sentimientos, y que es como un
golpe indescriptible de abortos.
A. A
*Cuarteaduras
Trolebus*
Me olfatea
el perro de Chéjov
y le cambio pulgas por algún mapa de Kárgopol. Es grueso y usa un gorro de
cumpleaños con dibujos de Montreal. Lo venden en un
GUM cerca del Neva, por unos quince kópeck, y está de moda aunque finja alinear
por la radio los elementos, animales penetrantes. Me huele el perro de Chéjov, me
masca unos tres
metros con la boca invertida y el alambre de campanas que anuncian toque del
ángelus, toque del último día. Lo peor no es
que compre su rabia y la ejerza contra
la magnanimidad ni que me roben esta pelambre sucia al quedarme hambriento
cuando regreso a casa. Es casi suficiente convertirme al miedo y tener miedo, estar
delgado y preguntar. ¿Montreal, las montañas, el río del cráneo, un autobús?
*Inédito
Granadas, caballería
Las excepciones en que no fui un escritor liberado de ataduras políticas o
sociales fui un excepcional hombre muerto.
El poeta dispone de similares armas que las del soldado. Yo he vivido en
guerra (o en una escaramuza que la imita) y sé que el acto de la poesía pasa
por descargar un fusil casi invisible.
Las jerarquías resultan inferiores. El héroe poeta es el héroe soldado.
Quien dispara y no quien ordena.
Excepciones existen, pero llegamos tarde para contarla o, porque como
ocurre muy a menudo, estamos en el otro bando.
Hijo de Mariana Grajales*
*Bala de cañón
Underground. Emir Kusturica*
(Obus Walkiria)
(Obus G- 5)
Y la artillería, Dios,
una madre que te llora
porque el hijo le demora
su sangre, porque el atroz
aullido de alguna voz
en la foto los separa.
Y la artillería, rara
Humedad, pared oscura.
Una madre siempre jura
que eres Tú el que dispara.
(Avión Impala)
*Cuarteaduras
Habana colonial. Fresco de Ibáñez*
*Bala de cañón
Condenación de Manuel García. Foto de lamento*
La equivocación de la mayoría de los héroes fue que nunca aprendieron a equivocarse (Clignet de
Brebant, líder de la batalla de Azincourt y de una decena de duelos, entre ellos el llamado “Por el
honor”, que enfrentara a siete caballeros ingleses contra siete caballeros franceses, el 19 de mayo
de 1402, en Burdeos.
*Toque de queda
Fuera del círculo*
de Hart Crane
(1989-1993)
*Bala de cañón
La roja insignia del coraje*
En el presente, se declaró a sí mismo que sólo los predestinados y los condenados rugían con
sinceridad contra las circunstancias.
Stephen Crane
Dejadme estar allí:
con la yerba debajo y encima todo el cielo.
John Clare
Fue cuando improvisé: no soy yo el que duerme y grita nos veremos del otro lado, en
un lado más dulce que el abismo.
No hay hermanos como ningún hermano, no hay patria como ninguna patria.
Como si comprendieran que no hay oficio para alquilar los sombríos páramos donde
fenecer, como si, temerosos de las ristras de Seamus Heaney, despegara tras un Ave
Fénix oloroso a generales ingleses, a labradores minúsculos.
Partículas de una misma y postrada burbuja.
*Café Lumiére
Resumen de guerra *
Para mí lo mejor de la película de Eisenstein no fue el famoso coche en la escalinata (la madre grita
a los cosacos: no disparen, mi hijo se siente mal), ni los leones de mármol en las escaleras que nos
acercan al Palacio de Vorontsov (allí donde una lápida inscripta en árabe asegura: La riqueza viene
de Dios), ni la entrada del Acorazado en escena. Ni las sombras de los soldados, ni la riña por una
sopa de remolacha (la carne está podrida), ni la huelga en los ferrocarriles. Sólo la niebla, la niebla
sobre Odesa, la niebla sobre Alupka, la niebla deshilachada por débiles pedazos de sol.
*Toque de queda
La película Acorazado Potemkim vista en casa de L*
*Café Lumiére
Honras cálcicas*
Para Mario Bacallao
*Cuarteaduras
La película El puente sobre el río Kwai vista en un cine de Camagüey*
*Café Lumiére
Láminas de protesta*
La idea de este poema no consiente la revalorización épica de un acontecimiento de una magnitud
(incluso visual) extraordinaria. Surgió del recuerdo de un machete o sable que poseyó mi abuelo y
que, según él, perteneció a un importante oficial de la Guerra del 95. Yo era un niño y jamás pude
aclararme de qué bando peleó aquél recio artefacto. Mi abuelo nunca me lo dijo y el sable desapareció
algún día.
*Toque de queda
Comunicados. Batalla de Mal Tiempo*
(Español)
(Mambí)
*Bala de cañón
Los cosacos bajan las escaleras. Secuencia para Einsenstein*
La Rusia, madre,
y los cañones que disparan
a pueblos pequeños.
Qué rara cercanía a mencheviques
y mujeres prohibidas para Trotski.
Qué raros los huesos estivales
y las consignas sembradas
hacia una hueste de marinos
que no regresarán.
Por las escaleras va la Rusia,
y van los cuchillos que le persiguen,
madre, ahí los frijoles de Pushkin,
la bala que Maiakovski disparará,
el alcohol para Esenin.
Arriba quedan unas isbas demoradas.
en antiguos inviernos.
Arriba la madre, que nos cambia de sitio,
y pone la patria en un virus,
y a mí, en el pequeño coche
rodando
por la escalinata.
*Bala de cañón
El ciclo de las liebres
Todos los poetas son pornógrafos, en la forma o en aquello que inferimos bajo mantas
descubiertas por la sexualidad. San Juan de la Cruz lo era, y Santa Teresa tiene
puntos en común, aunque no se vean a simple vista, con Catulo o Aretino.
Somos el espectador sucesivo del otro. Lo que parece una ardiente y cíclica
metáfora de resurrecciones porque el otro resulta, de igual manera, nuestro
espectador (nuestro lector). La conocida cita de Baudrillard me lo explica de explícito
modo: Hemos perdido la sexualidad sobreproduciéndola.
Mi vida de poeta es una mezcla de bolero con folk irlandés: las cantinas
arrasadas por los bustos de la juventud perdida. El bolero cruza al folk en la parte
donde hay mujeres que me abandonan. Me abandonan porque si no la historia fuese
fast-food coloreado por un tipo con cara de Pato Donald y que vive encima de los
trofeos gaélicos, y juega fútbol a la alemana, menos poético, más arrasador. Me
abandonan porque estoy gordo y en ocasiones (leves y discontinuas) soy feliz (el grado
de imposibilidad con que un poeta se denigra ante su chica). Me abandonan porque
abandono las causas que no se pierden. Mi vida contempla exhalaciones a cierta
edad en que princesas egipcias y porns-stars rumanas posan para como terroristas
exhaladas en busca de literatura menor. Vivo una película en blanco y negro. Película
normal, creeré, mitad Hollywood, mitad Bollywood. Veintiocho horas al día, sin saber
la manera más adecuada, o más rápida, de sentirme peor.
Murales silvestres. Sepia sobre sepia*
Frida Kahlo me pinta desnudo, sangrante como Cristo mexicano que resiste o no
resiste, me pinta en un desierto lleno de turistas de paso, con un cuerpo que no es
normal y que es imposible para mi cuerpo, me pinta encima de bulbos que parecen
bulbos subterráneos, me pinta en forma de árbol y en forma de pez y en forma de lo
que no tiene forma, parecido a un inca parecido a un apache, me pinta en el
cementerio almorzando con Trotski y con Diego Rivera, me pinta en la puerta de
Sinaloa llevando muletas, leyendo a los muertos que no lo son y a los vivos que
parecen vivos, me pinta en su desnudez escondida y muerta.
*Inédito
La película Fucking amal vista en casa de J*
Una gata:
ella nunca rompe la vena del conejo,
ella ha sido demasiado precisa para cultivar
la nube sobre su ciudad.
Una escopeta, un escarabajo:
ella busca en mí lo que se aleja
de mí.
Estar en el punto en que las dos entramos
sigilosamente
en la otra.
*Café Lumiére
Ella sirve el té para Eugenio Florit*
*Inédito
La película Deep Throat vista en un hotel de Caracas*
*Café Lumiére
La superficie de los signos*
La lucha del alma contra el mundo sensual es el
evangelio del mundo moderno.
L. Sacher Masoch
*Cuarteaduras
Juliette Binoche*
*Cuarteaduras
La película Blue Is the Warmest Color vista en un sótano de Miramar*
*Café Lumiére
Las chicas quieren divertirse*
Cindy Lauper en Montparnasse
*Inédito
El pueblo contra la niña que escucha a Tom Waits*
Nunca menos fervorosa que un susurro de niebla. Nunca menos que el estribillo de
la serpiente. Vayas donde vayas.
Convertida en lo que transcurre.
Abrigada por alcantarillas y por los tentáculos de una orbita imprecisa. Cambiar de
idioma, de somnolencia, ser el insecto atrapado por la tormenta.
Que no mires la cerradura.
Bañista en ríos de nadie, los que corrían tristes por calles de fuego en una ciudad
seda.
En mi boca tu boca de muchacha peregrina, y huíamos de expulsiones como del
adormecer.
Las hogueras acorralaban. Y el cielo nocturno era el de la taberna. Carcomidos
disfraces de obreras nos crecían.
El advenimiento a supuraciones cercanas, y las cabezas en la grieta, y el río
continuo como un coágulo de líneas brillantes.
Nunca menos fervorosa que un susurro de niebla. Nunca menos que el estribillo de
la serpiente. Vayas donde vayas.
Convertidas en lo que transcurre.
*Inédito
Dreamlanders*
*Inédito
El ciclo de las liebres*
en acantilados,
recortadas como a violines sordos,
yo igual a ellas,
un despojo de flujos,
ellas parecidas a mí.
*Inédito
A pesar de que el bosque era brumoso*
La fascinación de la belleza es siempre
el velo que encubre una pesadilla.
Slavoj Žižek
*Cuarteaduras
La bella y la bestia. Jean Cocteau*
Escucha la niebla, escucha como el búho que busca la niebla cercenada de su aldea,
como un espantado lobo tras la noche de hielo. Cruje como sí misma, semejante a
un ángel sin retorno, con un vértigo en las máscaras veteadas por algas en pudrición.
Decir que yo estaba allí sería una extravagancia de la tempestad.
*Inédito
Los masturbadores de Anne Sexton*
Con J.A.V
Para N.
*Inédito
Cuerpo de Beatriz. Dante. Hotel Colina*
*Zona negra
La película Die lustige neun vista en la casa de M*
Estaría Justine allí y la otra haciendo algo tan terrible como leer a Louise Labé. Máquinas
de sexo como las de la guerra. La vida continuaba con una ración de bastardos: nada
como echar sus utensilios y decaer junto al lobo. Teoría de la berlinesa: lo físico es
antipoético. De mantenernos a pago, de comer carne barata, de trabajar en los
banquetes con billetes de una Marlene Dietrich obituaria: de ser la que dice busca en la
otra parte de mí y encuentra otra parte de ti.
*Café Lumiére
Ah, que tú escapes*
(José Lezama Lima)
*Inédito
La fuente de Jade*
El amor es como una epístola del Convivio, la muchacha está concebida así para la
periferia. Escuchen al neoclásico William Duff produciendo tesis que no llevo
conmigo. La muchacha está por acumular
nuevas rutas al tren, viejas cenas con doce. El amor es una relevancia
e igual coincide. Observen a los arribistas disponer de paralelos.
Muchacha tocando la cítara que otro expande.
Muchacha más blanca que el hueso de la calle, más.
Quizás estoy como droga, me presento a plegaria, quizás consisto en acomodarme
por fuera. El amor es la pagoda del objeto. Podría reconocerlo con dispersión y
olfatear la cerveza. Una línea ondular como una S divide a la muchacha de mí.
Y a mí del ciervo.
*Cuarteaduras
Prolongaciones*
pero cualquier crónica del mundo compartida
podrían ser escrita con un sentido nuevo:
éramos dos amantes del mismo género,
éramos dos mujeres de la misma generación.
Adrienne Rich
*Inédito
Mazmorras, sótanos, avenidas
En el mundo actual, en el mundo de la literatura sobre todo, el sujeto desaparece
aceleradamente. Somos actores de un ready-made virtual, un reality show que nos
usa como “seres enajenantes” 24 horas del día, 24 veces por segundo. La
degradación parece el extremo. Llegaremos antes. Con dolor debo creer en Cioran:
No son los pesimistas, sino los decepcionados, quienes escriben bien.
Contraer las cosas parece más difícil para algunos que dejarlas correr. No pienso
como filósofo sino como poeta. Un filósofo y un poeta se parecen en cómo penetran
en lo invisible. Pero en el poeta eso invisible permanece más allá de su invisibilidad
previa, inanima regiones que se mueven a través de la pasividad del ojo.
Una avenida implantada en ese ojo. Más adentro.
Prímulas*
*Inédito
Ucrania como la carne de pollo como la carne de Shevshenko*
*Cuarteaduras
Séptimo de caballería
*Inédito
La lancha de Regla*
Para Roberto Silva Esquivel
*Zona negra
Mucha gente y reconocí a Danilo Kis
Mi intención era ir a Hamburgo, con una escopeta, la piel de oso como vestimenta,
una nube de cervezas, dejar atrás la imagen gris de otros granjeros, rastrillos
cerrados, y en las barandas de los bares bestias despachando sus vejigas.
Hamburgo estaba después del muelle, después de un tren que algunos temían
nombrar: tren lleno de rígidas ovejas y de fotos de turistas que buscaban olores de
la colina. Pero todos querían irse a Hamburgo: es soleado, hay susurros de
bailarinas, el mar parece un cielo manso. Irme más allá de ese muelle, sin irme aún.
*Inédito
Tú
te
ibas,
yo
me
quedaba,
así
resolvía(se)
el
enigma
de
la
nación.
Pocos
adornaban
con
cuitas
semejantes
la
intersección
de
un
punto
donde
el
maíz
en la
selva
del
Cauto
y el
maíz
de Illinois.
Tú
esperabas
en
tinieblas,
yo
esperaba
de
manera
a
desbordes.
Perpetuos
declives
dicen
los
últimos
que
respiraban
un
mar
perseguido
por
otro
mar.
Tú
entendías
las
aguas,
yo
murmuraba
piedad
y
el
lento
fluir
del
horizonte.
(Hongos) *
*Cuarteaduras
La reina subió a mi aposento
*Inédito
Puente sobre la bahía*
*Zona negra
Remolques
*Inédito
Réplica del día del barco*
Siempre lejos de las pulsiones en un carro que no llega nunca siempre lejos sin
detenernos en un parador por un refresco
Madrid 6 Km.
La Habana
un poco después (o antes).
por primera vez en no sé cuánto el carro exhalaba gruñidos para aguijonear toda la
explosión, con el amor podrido y con mil pinchazos, persiguiendo
una silueta
una huella invisible.
*Cuarteaduras
He
visto
a
Marianne
Moore
cagando
por
una
ventana
encima
de
ciertas
flores
(que
los
mexicanos
llaman
“aledules“)
y
vi
que
era
hermoso
el
paisaje
y
bendije
a
todos
los
mexicanos
por
cambiar
el
nombre
de
las
flores
por
estar
lejos
del
paisaje.
(Trópicos)*
Mi padre enterraba los excrementos del perro donde algunas veces enterramos
cosas vacías: una gorra de los Mets, las fotos de mamá en su mudanza al fin del
mundo, cebollas podridas, el cuchillo con el que un día íbamos a matar, un abrigo
de Pensilvania comprado (más bien robado) muy lejos de Pensilvania, a mi
hermana, que siempre rescataríamos después de tantos años sin tener un perro.
*Inédito
Autorretrato con piel de cerdo*
Una foto con Alina K.
*Cuarteaduras
Comedor para turistas*
*Inédito
Kafka over Kafka*
*Cuarteaduras
Después de Pushkin viene Dostoyevski
Como yo andaba para morder a una rusa que se pareciera a mis desastres. Como
ella resistía con peores argumentos que mi salinidad, como en las malas uno va por
las malas, asuntos de guerra me empujaban a territorios donde el enemigo tiene tu
propia bandera. Y le dije comamos de la carne misma (ella era tan real como mi
adversidad), comimos, y la rusa rebajó el ámbito de su dolor, y yo (sin que los
lectores pierdan energía) me fui con mi mugre a otra parte, carreteras más allá de
todo aire en contra.
*Inédito
Desde
una
moto
alemana
veo
la
duna
tropical
y
las
culebras
campestres
atraídas
por
ruidos
de
cambio.
Veo
billetes
con
odas
para
Apuleyo.
En
el
hotel
hay
un
hombre
que
cambia
de
sexo
y
me
ama.
Un
ave
acuática.
Un
pez–tierra
que
prologa
la
cacería
de
justos.
Me
he
confesado
como
si
yo
fuese
uno
de
ellos,
uno
de
los
justos.
Algo
parecido
a
lo
que
no
soy.
(Góspel)*
*Cuarteaduras
Jean-Clarence Lambert alquila un cuarto en mi casa
Quiero que imagines que Sartre estaba loco y andaba por esas calles llenándolas
de globos y carteles con incitaciones porno. Quiero que imagines que Sartre vestía
*Inédito
Mirando a los arborícolas*
*Inédito
La
idea
walkman
necesita
universales
odios,
una
revista
de
Chicago,
un
cuchillo
que
parezca
un
no
cuchillo.
Penetras
tú
de
espaldas
un
bosque,
el
bosque
en
el
arce,
el
arce
siempre
necesario
para
oponer.
La
idea
walkman
es
la
idea
del
que
tiene
más
y
del
que
tiene
lo
que
merece.
(Patmos)*
*Inédito
Hablándole al conductor del taxi mientras perseguimos a un turista
español (27-6-2001)*
Para Luis Felipe Rojas
*Cuarteaduras
Barrancos
Dejé al país, dejé una casa por la que sentía una cruel paternidad, dejé una balsa
que no quiso serlo, dejé un tiro, incluso mientras flotaba en la confusión, dejé el
catálogo de ríos cubanos, dejé un vídeo nada artístico en el que Ruslán no se
enamora de Liudmila y sí de Héctor, dejé un mapa de Mozambique que no era mío,
dejé un búho que vivía en la carretera, casi libre, como un búho chino, dejé una
frase de Abraham que en realidad era de Moisés, dejé otras mitades, otros
destierros.
*Inédito
La pelota contada
Alguien me dijo que la contemplación del acto deportivo era pérdida de tiempo (o
una pérdida ante el Tiempo, razonaría yo), pero también la literatura es una pérdida
de tiempo, y nos sentimos orgullosos de esa pérdida. Todo depende de los vientos
que soplen en la literatura cubana, o hacia ella. Qué leo, o qué veo, y te diré a qué
le temo. Béisbol y fútbol ocupan territorios parecidos a los que las Artes Plásticas,
la Música, el Cine y hasta los perros y la geografía ocupan en mi vida. Cada uno a
partes desiguales, como no debiera ser. No corrijo tales asperezas, resumen el afán,
inescrupuloso, de convertirme en una persona normal, aunque al final sea
imposible. Rolfe Humphries, Carl Sandburg, Marianne Moore, Ray Bradbury,
Bernard Malamud, Don Delillo, Paul Blackburn, Gregoy Corso, Philip Roth
escribieron sobre béisbol y son bienvenidos al paraíso; Miguel Hernández, Rafael
Alberti, Osvaldo Soriano, Nick Hornby, Juan Manuel Roca, Roberto Bolaño, Günter
Grass y Alessandro Baricco escribieron sobre fútbol, y ya están en el paraíso. Mi
cuenta está perdida pero me gusta esa derrota en tanto disimula el poder de lo que
parece nuevo. En términos anecdóticos pudiera decir que mi padre fue un pelotero
desperdiciando contratos y que yo jugué como guardameta en equipos insulsos y
demasiado poéticos para el gusto de los demás.
La orilla*
Para Rodolfo Tamayo
*Once
Industriales ocho (comenzando a perder)*
Para Jorge Enrique Lage
*Cuarteaduras
Rosario, año Cero*
Nací con doce años, nací encima de unos ángeles que rodeaban a mi madre. El
pobre vendedor de serpientes sonreía. Mamá no era italiana, pero abría la puerta a
los cuerpos de mi padre. Yo escuchaba el crepitar de los baptisterios de Roma y
me acordaba del mañoso Kempes, del osado Menotti. Anhelaba desbrozar sutiles
emboscadas, fracturar a bastardos sin ninguna piel, apostados en los sustos de la
liebre cansina y brasilera. Puedo convertirme en lo que nadie ve. Roer lo
impalpable. Puedo cruzar y ser tú. Todavía tengo doce años, todavía el pobre
vendedor de serpientes sonríe.
*Once
Dimaggio y la esfinge*
*Once
Robo de segunda*
Para Luis Lexandel Pita
*Once
Un día de inocencia*
(Emilio García Montiel)
a René Arocha
para Waldo Leyva y para Ismael González Castañer
*Once
Miami Center*
Para Ray Faxas
*Zona negra
Las estepas dormidas*
El tiempo recto de los vivos nada tiene que ver con el tiempo
elíptico de los muertos.
Rodrigo Fresán. Mantra
Es el águila solitaria, el hombre misterioso, el último defensor.
Vladimir Nabokov
*Once
Mickey Mantle siempre en la esquina*
*Once
Para una foto de escape*
*Once
Lavado de arena*
*Once
Como el albatros*
Para Fernández Pequeño
*Once
Oda de invierno*
a Juan A. Martínez de Osaba y a Alexéi Amarán
para Ernesallen
Once
Pregunta por los muertos en Kansas City*
En Kansas es donde no hay densidad, como fuerza ondulatoria y la fila de dunas del detrito,
en Kansas estuvo mi abuelo para asuntos de arroz.
*Once
Final de mapa*
Para Alejandro Arias
Oía a
Paul Celand/
si saltas al río
tendrías que escoger
si saltas al río/
uno camina pero entre el humo y la marcha entre la marcha y el humo
si saltas al río/
Almendares por temor a los puentes yo caminaba con un surf, abría mi basura a la
expedición, no era mi fuerte ser honrado, lo hacía para convivir
si saltas al río
no pensaré en el perro de Wagda, ayudante para desembarcar
si saltas al río/
me he cambiado la prioridad por un trabajo de cacería,
vi a los que perdían la posesión,
nada más de verlos yo me desinventaba aunque mantengo buenas relaciones con
los ahogados/
oía a Paul Celand, el Sena es una pieza de res convertida, o por lo menos.
Cómo quisiera ser el descompuesto por un autostop, voy a París, una calle más
arriba de La Sorbona, ya el rey para declinar, con la desventaja de no empezar el
salto/
que si no soy tampoco queda en los que están pensando, escucho a Paul Celand,
no saltes,
siendo hora ya
siendo el río
estando solo.
La primera vez que le dije a mi padre voy a ser como ese tipo suicida y una foto de
Ángel Escobar, desparramado por una especie de resplandor sísmico, era la
comidilla de muchos en La Habana.
*Inédito
Respiraderos*
*Cuarteaduras
Hablo con Ángel Escobar pero pienso en Vivianna*
*Inédito
La foto en que yo me disparaba a la sien*
2- (Tabla de salvación)
Paul Celan, desquiciado igual, buscó en las profundidades del Sena sus otras
profundidades. La imagen de su suicidio, que sólo Dios presenció, fue, seguro, un
atolladero de imágenes siniestras: era un gran nadador, pero no quiso salir jamás a
flote. Como Safo, como Virginia Woolf, como Alfonsina Storni, resistió hasta el final.
Se hundió como una piedra, con los ojos abiertos y vio el agua cada vez más negra y las
burbujas que salían de sus labios y luego, con un movimiento de piernas involuntario, salió a
flote. Las olas no le dejaron ver la playa, sólo las rocas y a los lejos los mástiles de una
embarcación de recreo o de pesca. Después volvió a hundirse. Tampoco en esta ocasión cerró
los ojos: movió la cabeza con calma (calma de anestesiado) y buscó con la mirada algo, lo que
fuera, pero que fuera hermoso, para retenerlo en el instante final.
Roberto Bolaño en Estrella distante
*Toque de queda
La película El sabor de las cerezas vista en un cine del Vedado*
Eso soy. Una visibilidad que recuerda nombres mezclados con fantasmas.
Me sepulto ilícito como un vivo con una piel cercenada por perfumes de paz.
La yerba encima. O el cielo. El polvo reintegra a los hijos para una madre temblorosa.
Los hijos de esas arañas invisibles que rasgan en la pulpa de las cerezas.
*Café Lumiére
Pequeña elegía a Ángel Escobar*
Había utilizado una idea de Joseph Brodsky para ampliar otras ideas. Lo mismo que para
John Donne, o para Cioran, igual sentido tendría decirle adiós a Ángel Escobar.
*Inédito
Los nadadores*
Tratar a las palabras como objetos.
Jean-Clarence Lambert
*Cuarteaduras
Que parezca un cuchillo, una deflagración
La representación política del mundo utiliza al poeta y lo oprime. La
frase es desdeñosa, pero de ningún modo trata de la consecuencia
individual del poeta y su acto de enfrentamiento a esa representación
política. El poeta utiliza todos los lenguajes (incluido el de la política) para
asimilar la noción de un mundo que es tan imperfecto como
irremediablemente sanguíneo.
El poeta necesita de un argumento de opresión acosándolo. Cualquier
tipo de opresión es necesaria. Un poeta que escribe (y vive) al margen de un
estatus opresivo es un poeta muerto, o peor, un poeta falso. Ahora, la
batalla no termina (o comienza) ahí. Se necesita algo, o alguien, para
atacar. Opresión y ataque componen una fórmula que es ventajosa porque
reconoce desafíos que se producen más allá del propio poeta.
Un griego a la derecha*
*Inédito
Entre
Mozart
y
un
curador
de
serpientes.
Entre
Juan
que
no
era
Juan
y
yo
que
medito
en
medio
de
ser
hijo
de
la
resurrección,
quién
puede
poner
sobre
la
mesa
unos
policías
de
la
nada,
el
libro
que
diga
todo
lo
contrario
a
los
otros
libros.
(Flogers)*
*Cuarteaduras
Melanesia*
Si tú me rodeas
es porque a pesar de la basura
has salido a la carne.
Y yo no era tan cuerdo no tenía un don no llevaba anteojos subía a cantar lama
para la sal daba arañazos temía al rey era un canónico cazaba ratones miraba el
maíz.
Mamá quería decir la verdad.
Estamos en el desfiladero,
antes de nacer, antes de que la navaja
nos arrastre como vencedores.
No lo somos: en el humo, prohibidos,
casi muertos, como si lo fuéramos.
Nos hundimos en bufones tranquilos,
para aquietar, para una lenta niebla que nos persigue.
Culpables: estamos en el humo, prohibidos, casi muertos,
como si lo fuéramos.
Esperamos a que el prisionero venga hasta nosotros.
Quizás debemos ser un olor, no más que un olor, serlo.
Otros respiran muy bien,
nosotros nos tumbamos sobre la hierba,
para eso somos hábiles,
para eso y para maldecir.
*Café Lumiére
Workman*
Para Eduard Encina
*Cuarteaduras
La película Naranja quemada vista en un cine de Centro Habana*
*Café Lumiére
Que
Mi
padre
quería(se)
librar
de
mí
por
las
buenas
o
por
mi madre
sin
imaginar
que
el
tiro
salía
por la
cabeza
de
Heráclito
Sin más
ceremonia
que
cortar
(o contar)
las
veces
que
encasquillaba
una
caída
rellena
de
otras
caídas.
(Flujos)*
*Cuarteaduras
Prohibido vigilar desde el sótano*
Popper había dicho: si tiran las armas quizás, que era lo mismo o en un sentido
semejante aclarar.
Venía una oveja y preguntaba bueno si esto no es el mar debe ser otra cosa. Pobre
Evellyn, yo cansado, maldiciendo como un pistolero hasta el color del índigo.
Eso estaba entre la tempestad, mucha mostaza y un carro con el cuerpo oxidado.
Malditas, pero Evellyn cree que veinte tiene que ser dieciséis.
Es como mi madre. Como ella. Pero con una manera de hueso.
Yo iba a decir pero escupía, a las mujeres les encantan los hombres así, esa es mi
apelación, mi motociclismo, frío como la prisión de la que he salido hambriento.
Cualquiera necesitaría un saco, el nombre de un perro. Cualquiera.
*Café Lumiére
Que
no
siempre
bailé
con
la
más
fea.
Que
no
siempre
tuve
el peso
de la
conciencia
por
debajo
de la
conciencia.
Que
no
siempre
desperté
encima
del trono
ni
me
llamé
como
tú
te
llamas
cuando
vuelves
extraviado
a
mí.
(Autopistas)*
Con mezcalina y hongos yo era un clumber de Santiago, por un momento feliz por
otros buscaba lo que permanece. Yo era tan pobre tan griego tan fiel a los
semejantes que no tenía necesidad del cielo/ los sábados trabajaba en la tierra/ una
vuelta al pescado, un túnel para acercarme a la muchacha. Veía elefantes en
caravana veía la hilera de cabras veía que tardabas en dormir. Siempre es tarde
para uno, yo era un clumber distraído, duraba un soplo, me removía el gato sin
manada, quizás nadie se dejara caer. Yo era tan exterior tan cargado de frutas veía
elefantes en caravana.
*Café Lumiére
Peleando a favor*
*Inédito
Motivos de rock*
Para Lázaro Gómez y Gustavo Ramírez
*Cuarteaduras
La película Elephant Man vista en televisión nacional*
Elephant Man, borrascoso lector de los hostiles, sabe que lo real surca trigo quemado,
trigo de las bestias, sobre unas yerbas bajo cielo amarillo (traslúcido en
época de multiplicaciones). Elephant Man, el incunable, dispuesto para
libro de horas, llena las redenciones, no estuvo allí, no estuvo en el
sentido inverso, destierra las montañas, da vueltas a su crimen.
Elephant Man, el ideal o el transitivo - el hombre de las vidrieras. Así, una vez por
sueño: en la honra de mi inmortalidad.
*Café Lumiére
Leaen paz a Horacio y muerdan al granjero*
*Cuarteaduras
La película Bar fly vista en la casa de Roberto Bolaño en Blanes*
*Café Lumiére
Mélica de Heredia*
*Zona negra
Cuarteaduras*
La “maldad” está siempre situada en
el exterior del yo, pertenece al
dominio de la fatalidad, de la suerte,
de la voluntad de Dios.
M. C. Ortigues, Oedipe africain
*Cuarteaduras
Lámina junto al Ebro*
Anclaba en Virtudes una noche clara con los síntomas del leproso, taxi de
superficie, un trazo de ruido en la noche clara. No era su idea convertirse, no
andaba como el lobo de Prado, comprendía las evidencias y sus síntomas, la
cólera era más sencilla que el ron de los primitivos. Él estaba al caer, y eso
distendía reconocimientos: la civilización del Oeste, los paisajes menudos.
No hacía trampas. La fragilidad era foto de nubes. La carretera blanca, la carretera
negra, eso era pescar su agua, eso dislocaba ciencias. Convertido en nadie, sin
una franja de hombre en el que caer, sin una máscara.
*Café Lumiére
Hansel y Gretel en un bosque de Teruel se encuentran a una mujer que llora*
Infiel versión de un cuadro de Enuel Etxebarría
Para estas cosas los obreros salen del trabajo como siempre
como siempre no quiere decir como siempre sino que salen porque no hay otra
opción
digamos
y hay frío y mi hermana lleva bufandas y lo que fue un pan
nos acostamos juntos pero somos felices
felices porque no hay otra opción
la mujer que busca a su hijo
sabe que en estos tiempos no se busca a los hijos
cuando escoges la opción y vas al bar
y está uno de la colina que tropieza
con la chatarra/ espera susurros del policía
espera que se momifiquen campestres como latas
inservibles como latas de puré
pero no abras la boca
ya no podrías abrir la boca
ya no quedará uno que prefiera el tumulto
a esa noche de pueblo
donde mi hermana espera.
En verdad es siempre el influjo
de una manera fácil de reincidir
y mi hermana sabe que un dolor compartido
es una encrucijada lejos del bosque
cerca de la sangre.
1
Husmeo, husmeo como movedizo a la luz del verano,
husmeo.
Como un condenado.
No perteneces a las parábasis de los reyes del oro.
No perteneces a héroes sumergidos.
No perteneces al inválido que regresará.
Husmeo, husmeo el olor de la tormenta fingida.
Husmeo.
La ceniza en la botella de vodka.
Un monstruo que hace muecas.
Sin un fulgor.
Sin cortejar las regiones del gris,
hechas sangre de los alemanes fúnebres.
Husmeo los muros de carroña,
husmeo y soplo dentro de las cerezas.
Gusanos póstumos.
El alma haraposa.
Miro cerca de mí y te veo: una anciana que bebe varias cervezas y sólo espera que el
día no sea más que chupar una noche fría. Un pescador sombrío en una tienda de
bebidas, con la picadura de su tabaco apilada y húmeda. Una puta mareada por el sol
y el perfume de los desconocidos. Te veo, no puedes verme. Yo soy lo inmediato, y lo
inmediato siempre es invisible. Camino con una ligera tragedia: yo soy quien suprime
todas las distancias, y si me alejo lo demás se aleja. Si desaparezco, todo
desaparece.
*Café Lumiére
¿Quién vio al rey esperando?*
*Cuarteaduras
Carta de amor al rey Tut-Ank- Amen*
*Cuarteaduras
Las primeras manzanas no perfectas*
Soy hijo del Joker de Batman y de una lavadora soviética con que Dulce Loynaz
lavaba trapitos sucios. No me despiertes cuando muera, espera el zapping de las
ancianas que se vuelven felices sin saberlo. Mi olor está en el patio donde enterré a
Bill Wagner, más conocido como Lenin. Más conocido en sí. Lenin, hijo de Leopoldo
Marechal, el insurgente vendedor de noticias de la Revolución del hueso: todos
quedamos extintos alguna vez, todos nos remitimos a una similar fertilidad.
Terminaré temprano. Temprano para que los gusanos adivinen la hebra de hielo
donde bregar. Soy el médico oscurantista previsto para salvar ancianas felices. Es el
síndrome, el apéndice, la inmovilidad de una burbuja que el país trasmite conmigo.
Hacia mí.
Soy hijo del Joker de Batman y de una lavadora soviética con que Dulce Loynaz
lavaba trapitos sucios. Que no esté aquí, que no esté en otra parte si mi viaje ocurre
en la superficie, en la insinuación. Desde allí elijo.
*Inédito
DATOS DEL AUTOR
Sus poemarios han venido conformando una voz, un estilo, una manera de sentir
que le reserva un sitio primordial en el mapa literario de la Isla.
Oscar Cruz