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Los cambios estructurales, que han afectado no sólo al mecanismo industrial sino a la entera

economia de los países avanzados, se han convertido en el proceso de ajuste que los sistemas
económicos adoptan ante los cambios en las condiciones externas, con el fin de sobrevivir y
encontrar un equilibrio satisfactorio. El cambio estructural se puede definir en forma diversa,
como por ejemplo, al señalar el cambio de las cuotas de producción, entre un número limitado de
sectores o entre grandes regiones. En algunos estudios sobre la Comisión Económica Europea de
las Naciones Unidas se destaca la relación que existe entre el proceso de ajuste y el desarrollo de
la economía. El índice que existe entre el proceso de ajuste y el desarrollo obtenido en lo que va
corrido del siglo veinte, con excepción de los años 70, demuestra la afirmación anterior. Como es
sabido, los años 70 se caracterizaron por una gran restructuración, no en términos absolutos sino
en relación al crecimiento económico. Así, pues, la tasa de desarrollo de la economía registró
valores relativamente bajos (2,6%), mientras que la tasa de cambio estructural fue superior en dos
puntos a la tasa de crecimiento teóricamente asociada (cuando la tasa de crecimiento sube un
punto, el índice de cambio estructural aumenta en tres cuartos de punto). Las diferencias
existentes entre restructuración y desarrollo se pueden atribuir a las dificultades que han
caracterizado al decenio. Sobre esto hay algunas consideraciones: El cambio estructural es
requerido por el crecimiento económico, pero además por otros factores de carácter excepcional
como son la acentuación y la concentración irregular, en un determinado período, de elementos
que acompañan al crecimiento (shocks petrolíferos, modificaciones en la dimensión y composición
del trabajo, introducción de nuevas tecnologías, problemas ambientales, nueva composición de
los flujos financieros y comerciales internacionales). Debido a las fuertes presiones que impulsan
el cambio industrial, la capacidad y la disponibilidad de la economía y de la sociedad de los países
industrializados para encontrar una respuesta positiva a tales requerimientos ha disminuido. Se
explica así, la rigidez de la naturaleza socioeconómica que se observa en el tejido productivo (por
ejemplo, la poca flexibilidad de los mercados del trabajo y de capitales, la intervención pública en
la economía, la presencia de inversiones interrumpidas, la tecnología intensiva-capital, en grandes
dimensiones, y el proteccionismo). Esto ha producido una tendencia inflacionaria y un elevado
défi- 8 Introducción cit en las balanzas de pagos. La pérdida del equilibrio interno y externo
provoca, por consiguiente, la reducción del crecimiento económico. En los años 80, el panorama
cambia radicalmente. Se registra una variación en la importancia de los factores con necesidad de
cambio y, a la vez, disminuyen las causas de rigidez interna que lo impedían, ya sea por la misma
recesión o por las políticas orientadas a ese fin. Tales políticas se han caracterizado, a nivel
macroeconômico, por intervenciones destinadas a reducir la demanda interna, mientras que, a
nivel micro, la reducción se realiza en el área pública y en sus reglamentaciones, en el mercado
estimulando su competencia y en el sector laboral y de capitales. Cabe destacar que algunos de
estos cambios, en el orden institucional, se han realizado, no por expresa determinación de los
gobiernos, sino por presiones de la evolución tecnológica. La importancia de la innovación
tecnológica como factor del cambio estructural ha determinado el uso de la denominación
"revolución tecnológica", que es la tercera causa, en orden cronológico, que modifica radical y
profundamente la estructura económica, social, política y cultural de los países con economía de
mercado, después de la revolución industrial del siglo XIX y de la Keynesiana del siglo XX, en los
años treinta y cuarenta. La primera difusión de las tecnologías se efectúa a fines de los años 60,
período durante el cual se producen importantes modificaciones en el mundo industrializado. Es
así como, por un lado, se asiste a la progresiva decadencia del sistema monetario internacional,
creado en Bretton Woods en 1944, y por otro, a la recuperación y al cambio sostenido de las
economías industrializadas generadas por el desarrollo de los nuevos sectores industriales en el
período post-bélico, que entraron casi simultáneamente en la fase madura del dclo vital que se
caracteriza por la saturación de los mercados y por las transformaciones tecnológicas, basadas casi
siempre en la racionalización y en los cambios de los procesos productivos; al mismo tiempo, se
registra una disminución en las innovaciones del producto, necesarias para impulsar el mercado y
estimular relaciones nuevas y más fructíferas entre la tecnología y la estructura económica y
productiva. El resultado obtenido fue un incremento no muy amplio de la productividad, que
superó la tasa de crecimiento de la rentabilidad y originó una reducción generalizada de la
ocupación industrial. Este ambiente, caracterizado por evidentes signos de estancamiento, se vio
afectado además por la inflación y la recesión originada por el primer shock petrolífero de
comienzos de los años 70. En esta situación, la difusión de nuevas tecnologías y los procesos de
restructuración y reconversión de los mecanismos productivos constituyeron la respuesta a la
crisis energética y los elementos característicos del panorama económico de los países con
economía de mercado en el último decenio. La característica peculiar de las nuevas tecnologías
consiste en de Introducción 9 terminar la regeneración y restructuración de los sectores
industriales existentes (a través de un mejoramiento de los productosy del incremento de la
productividad), como así también en difundir nuevas actividades y crear nuevos sectores que
produzcan efectos en cadena sobre toda la economía. Tales modificaciones se manifiestan en los
años 80, período en el cual las "oleadas" de nuevas tecnologías causaron efectos macroscópicos
universalmente conocidos: • la drástica reducción de la ocupación manufacturera; • el incremento
de la ocupación en actividades no directamente productivas (terciario); • las modificaciones de la
estructura productiva (dimensiones de las empresas, estructuras de los mercados, creación de
nuevos productos); • los cambios profundos en la composición del comercio internacional y en los
motivos de intercambio entre las distintas áreas geográficas; • los efectos latu sensu en el sector
de las relaciones industriales y en el campo social, en general, y • los cambios de las políticas
económicas e industriales que modifican el papel del Estado en la economía. Aunque cada uno de
los puntos investigados se abordará en los respectivos capítulos, se puede anticipar que las nuevas
tecnologías y, en particular, la industria tecnológica de la información, en el sentido amplio, se
convertirá pronto, probablemente en el próximo decenio, en el más importante sector industrial
de Europa y será la base del desarrollo económico y de la capacidad de creación de nuevos
empleos en los demás sectores, -desde el automotriz hasta el agrícola especializado, del de
servicios al de la administración pública-, y del incremento de la productividad y la eficiencia. Pero
el problema consiste en saber cuáles medios y medidas adoptará Europa para aceptar dicho
desafío. La investigación se desarrolla en cuatro capítulos. En el primero de ellos se hace un
balance de las transformaciones industriales y tecnológicas registradas en los países de la CEE
durante el último decenio. Esta investigación, se subdivide en cinco partes: en las tres primeras se
analizan los efectos de la innovación tecnológica sobre algunas variables fundamentales como la
composición de la producción, los coeficientes de productividad, el comercio exterior y la
ocupación. En cuanto al comercio exterior, se pone en evidencia el cambio producido en la
composición de los productos comerciales y en la repartición geográfica de los flujos de
intercambio comercial. En relación con la composición de tales flujos, en los países del área OCSE
ha aumenta 10 Introducción do la importancia de los productos con elevada tecnología y el
intercambio entre países con estructura económica y productiva similar. Los efectos de la
innovación tecnológica sobre el trabajo no han sido uniformes puesto que, por una parte, se ha
registrado una fuerte reducción de la ocupación en los sectores industriales tradicionales y, por
otra, se ha producido un aumento en los sectores avanzados y, en especial, en el terciario. En la
cuarta sección se efectúa un análisis de la cooperación tecnológica de la Europa de los 12, en el
sector de la investigación aplicada. Se prevé que la creación del mercado único europeo en 1992
dará un impulso al progreso técnico que estimulará las estrategias de las empresas europeas y, al
abolir las barreras defensivas tradicionales, creará una base institucional homogénea, conforme a
las políticas comunitarias en materia de investigación y desarrollo, y difundirá las tecnologías en el
mercado unificado. Lo anterior, unido a los esfuerzos para la investigación comunitaria y para la
aplicación industrial de los resultados de las investigaciones a nivel transnacional, constituyen las
premisas sólidas para un futuro tecnológico europeo. En la última parte se hace un balance a nivel
sectorial de los efectos de la innovación y se llega a la conclusión de que lo más importante no es
determinar la presencia de los sectores con tecnología avanzada, sino ampliar la base tecnológica
a disposición de la industria. En el segundo capítulo se describen los principales problemas y
necesidades de América Latina en el campo de la tecnología, comenzando con un panorama
general de las capacidades tecnológicas y científicas de la región y la participación extranjera en el
desarrollo industrial y tecnológico y, posteriormente, se analizan los efectos de la tecnología en
algunos sectores industriales. Más adelante se indican algunas áreas claves para la modernización
de la economía latinoamericana y se examinan algunas experiencias importantes de la
cooperación regional. En el tercer capítulo se estudian los procesos de readaptadón del
mecanismo industrial mediante políticas de restructuración, reconversión productiva y
modemizarión efectuadas en los principales países europeos. Tales políticas, iniciadas en los años
60 en condiciones económicas favorables, han adquirido una notable consistenda en los años 70 y
80, a pesar de las traumáticas variaciones en los predos de los factores productivos (trabajo,
energía, capital). En la sección I se relata la experienda de algunos países europeos, en especial la
italiana, y se presentan los instrumentos utilizados para su evolución. Se analiza, además, la
amplitud y las consecuendas de los procesos de restructuración europeos, como también los datos
relativos a la ocupadón, y a las variadones de costos de los factores productivos y de costos
globales de producción.

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