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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa

Universidad Nacional Experimental Politécnica

De la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

UNEFA

La Apicultura

Educación Ambiental

Nubia Rodríguez

00S-2429

León Liseth

Jiménez Jesús

Torres Daibely

Montoya Ángel

Enero: 2023
La Apicultura:

La apicultura se integra fácilmente con una buena cantidad de sistemas de vida y


desarrollo, porque utiliza los mismos recursos, por ejemplo: la silvicultura, la agricultura y las
actividades de conservación. Garantiza una excelente ventaja adicional a la cosecha porque
solamente las abejas son capaces de recoger el néctar y el polen, sin entrar en competencia
con otros insectos o animales por estos recursos que, de no ser por ellas, serían inalcanzables
para el hombre. La apicultura garantiza la continuidad en el tiempo de la naturaleza a través de
la polinización de las plantas silvestres y cultivadas. Las plantas en flor y las abejas tienen una
relación de perfecta armonía: las unas no pueden existir sin las otras. Las abejas recogen sus
sustancias nutritivas de las flores y, con la polinización, garantizan futuras generaciones de
plantas / alimentos disponibles para futuras generaciones de abejas / personas. Es una
simbiosis perfecta. El valor de la polinización es difícil de medir, pero si pudiera ser calculado,
sería el más alto de todos los elementos que componen la apicultura. Por su definición, un
sistema de vida y desarrollo debería fortalecer las capacidades “sin deteriorar los recursos
naturales de base” (Chambers y Conway, 1992). La apicultura va más allá, porque ayuda a
preservar los recursos naturales. En todo el mundo, desde siempre, la apicultura ha formado
parte de la agricultura de los poblados.

La explotación de las abejas:

Un gran número de abejas sufre de varias formas debido a la explotación por parte de
los seres humanos para producir miel¹ y otros productos.

Muchas personas pueden pensar que las abejas no sufren. Sin embargo, las evidencias
disponibles indican que, como muchos otros invertebrados con sistema nervioso centralizado,
sí tienen la capacidad de sufrir y disfrutar.3 A pesar de esto, como ocurre en el caso de otros
animales, son utilizadas para beneficio humano de maneras que muchas personas desconocen.
Su explotación provoca el sufrimiento y la muerte de un gran número de abejas. Esto sucede
especialmente con la miel, que las abejas producen por la ingestión de polen que luego
regurgitan de manera repetida. Para tomar la miel de las abejas, estos animales son dañados
de varias formas, y muchos son matados.

Cuando se quita la miel a las abejas sin que sean matadas, estas son dejadas sin
comida. Se da agua con azúcar como sustituto a estas abejas. A veces se afirma que este
alimento no es peor que la miel para las abejas. Pero el azúcar no es un alimento tan adecuado
para ellas, sufriendo así desnutrición.
¿Cómo se hace la miel?

La pregunta es ¿Cómo se utilizan abejas para elaborar miel y otros productos?

La miel es producida por las abejas mediante la ingestión de néctar, que luego
regurgitan, repitiendo este proceso varias veces. Durante el mismo su organismo añade
enzimas al néctar. Las abejas guardan la miel en los panales al regurgitarla en una celda. Esta
es luego cubierta totalmente con cera. Este proceso tiene lugar para que la miel pueda
consumirse luego por las abejas en el futuro. Doce abejas obreras tardan toda una vida en
elaborar una sola cucharadita de miel. Las abejas tienen que visitar más de dos millones de
flores para crear medio kilo de miel.5

La explotación de las abejas se realiza especialmente para la extracción de miel, que se


vende en grandes cantidades. El uso de otros productos también supone la explotación de
abejas, y contribuye a que los daños que sufren, incluyendo la muerte, sean rentables
económicamente. Para extraer la miel con mayor facilidad, las colmenas a veces se calientan
mientras está en las estructuras donde se elaboró. Sin embargo, muchas abejas suelen ser
transportadas con la miel, pudiendo morir en el viaje. También mueren de otros modos. En las
propias palabras de especialistas en la explotación de abejas: “si no hay ventanas en la
habitación se pueden utilizar otros métodos, como una red eléctrica para deshacerse de las
abejas perdidas”.

Inseminación Instrumental de las abejas:

La inseminación instrumental en abejas se utiliza frecuentemente por investigadores


en el campo de la genética apícola, así como por productores de abejas reinas para fines
comerciales.

Es la técnica utilizada en apicultura para obtener abejas reina de forma controlada y


forma parte de los programas de selección y mejoramiento genético. La técnica permite un
mayor control en los apareamientos entre machos y hembras, esto garantiza la conservación
de características deseables a trasmitir a las nuevas generaciones de abejas. La inseminación
artificial, puede realizarse en cualquier época del año, siendo fundamental el adecuado
manejo y mantenimiento de las colonias de las cuales se obtendrá el material biológico,
mismas que deben estar bien alimentadas y no presentar enfermedades.
Para realizar este procedimiento se requieren abejas reina vírgenes y zánganos, ambos
maduros sexualmente, por lo que es importante sincronizar su nacimiento y esperar la edad
óptima para realizar la inseminación. La abeja se sujeta al aparato de inseminación y se le
administra una dosis de esperma (aproximadamente 8 µl), previamente obtenida de varios
zánganos, cabe resaltar que en cada momento de esta práctica se procura el bienestar del
insecto.

Al finalizar se marca la reina para su identificación (número y color que corresponda


conforme a la normativa). Posterior a la inseminación, la reina se mantiene en observación
verificando el inicio de la postura, lo cual generalmente ocurre entre 3 y 15 días después del
procedimiento.

Desarrollo de efectos fi siológicos:

Los efectos de insecticidas en los polinizadores se pueden describir como inmediatos o


letales cuando son graves y veloces, y causan una rápida mortalidad; y subagudos o subletales
cuando no provocan mortalidad en la población experimental, pero pueden causar efectos
fisiológicos o de comportamiento más sutiles a largo plazo. Por ejemplo, trastornos en la
capacidad de aprendizaje, en el comportamiento o en otros aspectos neurofisiológicos
(Desneux et al., 2007). Históricamente, se ha prestado mucha más atención al impacto letal de
las sustancias químicas en las abejas melíferas. Y se han estudiado y entendido menos los
problemas de efectos subletales que, sin embargo, podrían perjudicar seriamente la salud de
los polinizadores y reducir la producción agrícola. Aun así, hay abundantes ejemplos de efectos
subletales documentados , que se pueden clasificar en cuatro grandes grupos según su
naturaleza:

1) Efectos fisiológicos, a diversos niveles. Se han medido, por ejemplo, en términos de


tasas de desarrollo (el tiempo requerido para alcanzar la edad adulta) y en malformación, por
ejemplo, en las celdillas de los panales.

2) Alteración del patrón de pecoreo. Con efectos evidentes, por ejemplo, en el


aprendizaje y la orientación.

3) Interferencias en el comportamiento alimentario, mediante efectos repelentes, que


inhiben la alimentación o de reducción de la capacidad olfativa.

4) Impacto de los plaguicidas neurotóxicos en los procesos de aprendizaje. Por


ejemplo, se ha constatado problemas en el reconocimiento de flores y colmenas, de
orientación espacial muy relevantes y que han sido estudiados y ampliamente identificados en
la abeja melífera.
Apicultura ecológica:

La producción apícola ecológica es un sistema de producción con unas bases técnicas y


una normativa propia que tiene como principal objetivo obtener alimentos de máxima calidad
sin utilizar para ello sustancias químicas de síntesis.

Una de las opciones que garantiza una máxima calidad es la de producir siguiendo las
normas de la producción agrícola ecológica (PAE). Como el resto de producciones ganaderas
ecológicas, la producción apícola tiene que intentar establecer un adecuado equilibrio
dinámico entre los diferentes elementos que conforman su ecosistema productivo.

La miel es considerada un producto natural, sano y sin adulteraciones con muchos


beneficios y propiedades. Sin embargo, la agricultura industrial, las enfermedades, malas
prácticas productivas y un erróneo estándar de calidad buscado por los consumidores.

Ventajas de la Apicultura:

La apicultura produce un buen número de beneficios:

 La polinización de las plantas en flor, salvajes o cultivadas, es indispensable para que la


vida continúe sobre la tierra. Este proceso esencial es de un valor inestimable.

 A la gente de todo el mundo le gusta la miel: el más popular de los productos de la


apicultura. Tradicionalmente, en casi todas las sociedades, la miel ha tenido una
función medicinal y nutritiva. Ya sea fresca al nivel de poblado o en envases
sofisticados, la miel produce rentas y puede crear medios de vida y desarrollo en varios
sectores dentro de una misma sociedad.

 La cera de abeja es un producto importante de la apicultura. La mayor parte del


abastecimiento mundial proviene de los países en vías de desarrollo.

 Los demás productos de la apicultura, como el polen, propóleos (Vea Otros productos
provenientes de las abejas, Pág. 26) y la jalea real pueden ser producidos y
comercializados aunque se técnicas y materiales; necesiten.
 Los apicultores y otros miembros de la comunidad pueden generar bienes usando la
miel, la cera de abeja, etc. en la elaboración de productos derivados tales como
candelas, ungüentos para la piel y cerveza. La comercialización de un producto
derivado trae mejores rentas al productor que la venta de la materia bruta. Todos
estos elementos fortalecen los medios de vida y desarrollo.

Desventajas de la Apicultura:

 Posible transmisión de enfermedades. Los núcleos se montan con panales que


salen de colmenas donantes. Esos panales incluyen cría operculada y cera
estirada en la que puede haber alojada miel y polen. Tanto con la cría, como
con la cera y los recursos alimenticios pueden viajar hongos, esporas,
bacterias, virus y, con ellos, enfermedades. La posibilidad de contraer
enfermedades aumenta si se recurre a comprar núcleos de abejas: los
productores pueden entregar material con muchos años y muchos residuos.

 Fuerte necesidad de recursos. Crear núcleos de abejas requiere mucho


material, tanto vivo como inerte. Hacen falta colmenas donantes de las que
extraer panales con cría y abejas. Hacen falta colmenas de las que sacar
panales de alimento, o contar con ellos procedentes del almacén. Hacen falta
porta núcleos, nuevos panales para sustituir a los que se extraen…

 Necesidad de colmenares alternativos. Salvo que se utilice un método para


hacer núcleos de abejas en el propio apiario, siempre será necesario trasladar
los núcleos a un colmenar alternativo, con lo que hay un coste en transporte y
la necesidad de disponer de otro asentamiento que esté al menos a tres
kilómetros del original.

 Riesgo de no fecundación. Si la climatología no se buena -o por decenas de


razones más- las reinas de los núcleos podrían no fecundarse. Si el apicultor no
detecta ese problema a tiempo, el núcleo podría fracasar. Para evitar este
riesgo, lo mejor es utilizar reinas fecundadas en los núcleos.

 Desarrollo más lento. Los métodos que esperan a que las reinas se fecunden
son bastante lentos. Si se utilizan reinas vírgenes o realeras, son algo más
rápidos, pero en el método ciego es probable que pasen hasta tres semanas
entre el momento de su elaboración y la primera puesta de la reina.
Recomendaciones:

Las abejas melíferas y los polinizadores silvestres cumplen un papel crucial en la


agricultura y la producción alimentaria. No obstante, el modelo actual de agricultura industrial
químicamente intensiva pone a ambos en peligro y, con ellos, el suministro alimentario
europeo. Como muestra este informe, hay evidencias científicas contundentes de que los
neonicotinoides y otros plaguicidas tienen un papel importante en el descenso actual en las
poblaciones de abejas. Como consecuencia, los responsables políticos deberían:

1) Prohibir el uso de plaguicidas tóxicos para las abejas, comenzando por los más
peligrosos autorizados hoy en la UE. Es decir, las siete sustancias prioritarias: imidacloprid,
tiametoxam, clotianidina, fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin.

2) Mediante la adopción de campañas nacionales a favor de los polinizadores, apoyar y


promover las prácticas agrícolas que benefician los servicios de polinización en los sistemas
agrícolas. Por ejemplo: rotación de cultivos; superficies de interés ecológico a nivel de
explotación y técnicas de cultivo ecológico.

3) Mejorar la conservación de hábitats naturales y seminaturales alrededor de


explotaciones agrícolas, así como aumentar la biodiversidad en los campos de cultivo.

4) Aumentar la financiación de investigación y desarrollo de prácticas agrícolas


ecológicas que se alejen de la dependencia del control químico de plagas hacia el uso de
técnicas basadas en biodiversidad para controlar plagas y mejorar la salud del ecosistema.
Conclusión:

Las abejas son cruciales en el servicio ecosistémico de polinización y en la producción


de alimentos; aunque algunas flores realizan el proceso de polinización por medio del viento,
la mayoría sí necesita de agentes que lleven los granos de polen de una flor a los órganos
femeninos de otra, y así se produce la fecundación cruzada. Cuando esto sucede la calidad de
los frutos es superior. Y la Apicultura es una actividad discreta que no llama la atención.
Aunque se sepa que existe, es fácil visitar los poblados y no encontrar actividades de
apicultura, a menos qué éstas se busquen. Sin embargo, en todo el mundo se están echando a
andar proyectos para que los pequeños productores implementen la apicultura: una forma de
ayudar a la gente a fortalecer su sistema de vida y desarrollo y asegurar la continuidad del
hábitat y de la diversidad biológica. La explotación de abejas es una de las prácticas de
explotación animal que provoca un mayor muerte de animales (en especial por las que mueren
durante el invierno, y cuando las colonias colapsan). Sin embargo, ningún producto obtenido
de la explotación de las abejas es necesario. No necesitamos consumir miel ni otros productos
producidos por abejas. Si nos gusta su sabor y su textura, podemos usar otros, como la melaza,
el sirope de arce o el sirope de ágave. Deberían establecerse en la UE normativas sobre el uso
de sustancias potencialmente tóxicas para las abejas, que respeten rigurosamente el principio
de precaución, incorporen las evidencias científicas actuales sobre los daños a las abejas
melíferas, su vulnerabilidad y amplíen, asimismo, la precaución a otros polinizadores silvestres,
en vista de su papel crucial en asegurar los servicios de polinización ahora y en un futuro
incierto.

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