Está en la página 1de 1

MENU

PORTADA DEL SITIO LOS TEMAS LOS PAÍSES VAYA A SABER!

CORRUPCIÓN

Cómo las monarquías del


Golfo construyeron la
fortuna del exrey Juan
Carlos
Exiliado desde agosto de 2020 en Abu Dabi a pedido de su
hijo Felipe VI debido a los escándalos de corrupción,
durante sus 39 años de reinado el exrey de España amasó
una fortuna considerable gracias a los soberanos del Golfo.
traducciones: français ‫ ﻋرﺑﻲ‬english ‫ ﻓﺎرﺳﻰ‬español

POLÍTICAS > IGNACIO CEMBRERO > DE MARZO DE

#Arabia Saudita #Bahrein #Corrupción #Emiratos Árabes Unidos #España #Monarquía

Abu Dhabi, 12 de noviembre de 2010. El


ex rey Juan Carlos (izq.), el príncipe
heredero emiratí Mohamed Ben Zayed
(c.) y el rey Hamed Ben Issa Al-Khalifa
de Bahrein (d.) en la Torre Shams, “SÓLO HAY UN NO SAUDÍ, EL REY JUAN CARLOS, QUE POSEE EL NÚMERO
circuito de Yas Marina Traducido del francés por Ignacio
WAM/AFP de móvil de mi padre, el rey Salman ben Abdelaziz Al Saud de Arabia Mackinze.

Saudí.”, confesó en abril de 2018 el príncipe heredero saudí,


Mohammad bin Salmán bin Abdulaziz (MBS), ante un grupo de
periodistas españoles al que recibió durante su paso por Madrid. “Se
llaman de vez en cuando”, agregó MBS.

El comentario del príncipe heredero y caudillo de Arabia Saudita es


revelador de los vínculos creados por el exrey de España Juan
Carlos I con las monarquías del Golfo, y no solamente la saudí. Lo
prueba el hecho de que el 3 de agosto de 2020, el exrey, perseguido
por escándalos de corrupción, decidió exiliarse en los Emiratos
Árabes Unidos (EAU). Disponía, sin embargo, de un amplio abanico de
opciones, desde Portugal hasta República Dominicana.

En los EAU, el exrey, que acaba de cumplir 83 años, es huésped del


príncipe heredero y vicecomandante de las Fuerzas Armadas de la
federación, Mohamed bin Zayed (MBZ), quien a mediados de febrero
se tomó fotografías junto al exmonarca, sin duda para desmentir los
rumores que corrían en España sobre su estado de salud. “Estoy bien,
hago dos horas de gimnasia por día”, declaró en esa ocasión don Juan
Carlos ante el semanario de prensa rosa Hola.

Al comienzo, el exrey se alojó en una suite enorme del Emirates


Palace, en Abu Dabi, uno de los hoteles más lujosos del mundo, y
ahora se hospeda en un suntuoso palacete de la isla de Zaya Nurai, a
menos de una hora de ruta desde la capital. Así, el exsoberano se
suma a la lista de exiliados que se han alojado un tiempo en Abu Dabi
o Dubái, como los pakistaníes Benazir Bhutto y Pervez Musharraf, y
más recientemente, Anissa Makhlouf —la madre del presidente sirio
Bashar al Asad— junto a su hija Bouchra.

ENCUENTRO CON MOHAMMED BIN SALMÁN

Anteriormente, Mohammad bin Zayed ya había tenido otras


atenciones con el rey de España. En 2011, le regaló dos automóviles
Ferrari, cada uno valuado en más de 350.000 euros, que Juan Carlos
terminó donando al Patrimonio Nacional, que los subastó en 2017 por
443.842 euros. Todos los años, en noviembre, el rey también era su
invitado para el Gran Premio de Formula 1 de Abu Dabi, y a veces lo
acompañaban sus hijas.

En el circuito de Yas Marina, por cierto, el monarca español se dio un


apretón de manos e intercambió unas palabras con el príncipe MBS
en noviembre de 2018, justo un mes después del asesinato del
periodista saudí Yamal Jashogyi en Estambul, del cual MBS es
considerado responsable. Juan Carlos fue entonces la primera
personalidad occidental que ayudó a blanquear su imagen. La foto de
ese encuentro, que la Agencia de Prensa Saudita (SPA, por sus siglas
en inglés) no se demoró en difundir, dio la vuelta al mundo.

La investigación que conduce en Suiza el fiscal ginebrino Yves


Bertossa, la que abrió más tarde la fiscalía del Tribunal Supremo de
España y, sobre todo, las revelaciones de la prensa española y
extranjera, en particular las del periódico The Telegraph de Londres,
parecen indicar que Juan Carlos I acumuló una enorme fortuna poco
antes de ascender al trono, en 1975. Ese dinero lo amasó en gran
medida gracias a la generosidad de las familias reales del Golfo y a la
indulgencia de los jefes de gobierno españoles, que a pesar de haber
tenido información sobre sus negocios, miraron para otra parte. Los
mandatarios decían que España tenía una deuda con él por haber
contribuido a instaurar la democracia.

En 2014, el New York Times evaluó el patrimonio de Juan Carlos en


1.800 millones de euros, una cifra menos elevada que otras familias
reales europeas, pero descomunal si se considera que en 1969,
cuando el general Francisco Franco (1892-1975) lo nombró como su
sucesor a título de rey, distaba de ser rico. Antes de su
nombramiento, había vivido modestamente con su padre, Juan de
Borbón y Battenberg, en su palacete de Villa Giralda en Cascais,
Portugal, exceptos en los largos períodos de estudios que pasaba en
España, sobre todo en la Academia Militar de Zaragoza. Consciente
de que la monarquía era una institución frágil en España, tal vez
buscó enriquecerse para, llegado el caso, evitar vivir en el exilio con
la modicidad de su padre o de su abuelo, el rey Alfonso XIII.

Durante el shock petrolero de 1973, Juan Carlos, que en ese entonces


solo era el príncipe heredero designado por un dictador, tuvo la
oportunidad de cobrar sus primeras comisiones. El general Franco le
había pedido que contactara a Arabia Saudita para asegurarse el
abastecimiento energético de España, mientras el dictador, por su
parte, negociaba con el iraquí Sadam Husein, con quien mantenía
excelentes relaciones.

EL “HERMANO” DEL REY SAUDÍ

“Entonces Juan Carlos envió un emisario ante el príncipe heredero


saudí Fahd bin Abdulaziz al-Saúd, quien de inmediato le respondió:
‘dígale a mi hermano, el príncipe don Juan Carlos, que le enviaremos
todo el petróleo que España necesite”, escribe la periodista Rebeca
Quintans en su libro Juan Carlos I: la biografía sin silencios (editorial
Akal, 2016). “A cambio de esos buenos oficios, el príncipe cobró una
comisión, y a todo el mundo le pareció normal”, agrega Quintans.
Cuando a partir de 1978 se instauró la democracia en España, Juan
Carlos, que se había convertido en rey cuatro años antes, siguió
percibiendo esa cuota petrolera.

Pero también recibió otro regalo no monetario de parte del príncipe


Fahd. En 1979, le envió el velero Fortuna, que durante 21 años surcó
todos los veranos las aguas de las islas Baleares con el rey a bordo.
En junio de 2014, seis meses después de su entronización, el rey
Felipe restringió la posibilidad de recibir tantas atenciones a través
de una norma que limitaba, de una manera un tanto imprecisa, el
monto de los regalos que podían percibir los miembros de la familia
real.

Los negocios con el príncipe Fahd bin Abdulaziz al-Saúd, que


ascendió al trono en 1982, no se redujeron solamente al petróleo.
Según el libro La soledad del rey (editorial La Esfera de los Libros,
2004), del periodista José García-Abad, durante una visita de Fahd a
Madrid, Juan Carlos le pidió un crédito de 100 millones de dólares. El
préstamo fue concedido inmediatamente y sin intereses, pero el
autor del libro estima que no fue devuelto en el plazo fijado ni en su
totalidad.

Cronológicamente, el príncipe Fahd no fue el primer dirigente del


mundo islámico a quien Juan Carlos le solicitó ayuda pecuniaria.
1
Según refiere Asadollah Alam en uno de sus libros , en 1977, el sha
Mohammad Reza Pahlaví recibió una carta del jefe de Estado español
en la que le pedía 10 millones de dólares para “reforzar la monarquía
española”. Alam, que fue ministro de la Corte en Teherán, afirma que
Juan Carlos obtuvo la suma solicitada.

José García-Abad y Rebeca Quintans –a quien le costó encontrar un


editor para su primer libro, que se remonta al año 2000– son los dos
únicos periodistas que han publicado biografías poco complacientes
sobre Juan Carlos I antes de que en abril de 2012 se desmoronara el
mito del rey ejemplar tras su safari a Botsuana para cazar elefantes
junto a su amante, Corinna Larsen, y uno de sus hijos. El safari, que
debía ser discreto, salió a la luz porque el monarca se rompió la
cadera y tuvo que ser repatriado de urgencia a España.

UN SAFARI QUE SALIÓ MAL

Mohamed Eyad Kayali, un español de origen sirio, había invitado al


rey y su séquito con todos los gastos pagos (más de 50.000 euros) a
ese viaje a Botsuana. Reputado en ese entonces por ser el elegido del
príncipe heredero Salmán (que ascendió al trono en 2015) en España,
Eyad Kayali administró, desde Madrid y hasta su muerte en 2019,
Casa Al Riyadh S.L., una sociedad inmobiliaria saudí. También se
ocupó de las estadías de Salmán y del rey Fahd en Marbella (sur de
España) a fines del siglo pasado. Juan Carlos interrumpía todos los
años sus vacaciones de verano en Mallorca para ir a visitarlos.

El rey Fahd murió en agosto de 2005 –Juan Carlos le pidió al


gobierno que decretara un día de duelo oficial–, y su sucesor, el rey
Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd, no fue menos generoso con Juan
Carlos I. En 2008, ordenó que el Ministerio de Finanzas saudí
transfiriera 100 millones de dólares a la cuenta en el banco suizo
Mirabaud a nombre de la fundación Lucum, con sede en Panamá, y
creada por el rey de España ese mismo año.

El dinero fue transferido como agradecimiento por haber permitido


que se celebrara en buenas condiciones la Conferencia de Diálogo
Interreligioso en Madrid, que había sido inaugurada en julio de ese
año por el rey Abdalá, según indicaron fuentes asociadas a la
organización del evento. Así que no es extraño que Juan Carlos haya
soltado algunas lágrimas en público en enero de 2015, cuando hizo
un viaje privado a Riad para presentar sus condolencias ante el rey
Salmán por la muerte de Abdalá, ocurrida ese mismo mes.

En 2012, Juan Carlos transfirió 64,8 millones de dólares de la


donación real saudí a Corinna Larsen “por gratitud y por amor”, según
la declaración de la examante en 2018 ante el fiscal ginebrino
Bertossa, que la acusó de blanqueo de dinero. En ese caso judicial
también están implicados Arturo Fasana, gerente de la fortuna del
rey en Suiza, y Dante Canónica, su abogado, pero no Juan Carlos I.

Parecería que el amor no es el único motivo de tanta generosidad. La


amante alemana también fue socia del exrey en negocios en el Golfo.
Aunque Corinna Larsen es alemana, integró la cohorte de
empresarios españoles que acompañaron a Juan Carlos I durante sus
visitas oficiales a algunos países de la región, y en 2008 fue recibida
en Riad por el príncipe Al-Walid bin Talal, en ese entonces el hombre
más rico del mundo árabe, con quien compartió una reunión de
negocios en calidad de representante del rey de España, según
informó en su sitio web su empresa Kingdom Holding Co.

CONEXIÓN CON BAHRÉIN

Por otra parte, durante su interrogatorio en Ginebra, Arturo Fasana


confesó que en 2010, en Suiza, el rey de España le entregó en sus
propias manos una valija que contenía 1,9 millones de dólares, un
regalo del rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Jalifa. El dinero fue
transferido inmediatamente a la cuenta de la fundación Lucum.
Desde su abdicación, en junio de 2014, y hasta su partida al exilio, en
agosto de 2020, Juan Carlos efectuó media docena de viajes privados
a Bahréin. A su vez, el monarca bahreiní visitó Madrid en septiembre
de 2019 solo para conocer el estado de salud de Juan Carlos, que
estaba convaleciente luego de su decimoséptima operación
quirúrgica.

En España, la Fiscalía no solicitó ninguna imputación, pero entre


otras cosas, abrió una investigación sobre las comisiones que habría
cobrado Juan Carlos cuando un consorcio de empresas españolas
obtuvo en 2011 el contrato del tren de alta velocidad entre La Meca y
Medina. El rey logró que sus amigos saudíes le confiaran ese contrato
de 6.700 millones de euros, que el presidente francés Nicolas Sarkozy
también codiciaba, pero aunque haya percibido comisiones, no podrá
ser llevado ante la justicia. La Constitución Española establece que
“la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”. Así
que el exrey solo puede ser enjuiciado por los delitos que haya
cometido tras su abdicación, en 2014. Para evitar un proceso, entre
diciembre de 2020 y febrero de 2021 pagó deudas con el fisco
español por más de cinco millones de euros.

Si el regalo del soberano de Bahréin es modesto comparado con las


atenciones de los saudíes, la ofrenda que el rey Huséin de Jordania le
hizo a Juan Carlos prácticamente carece de interés. En la década de
1970, el monarca hachemita se había hecho construir La Mareta, un
espléndido palacete a orillas del mar en la isla de Lanzarote
(Canarias), donde nunca se hospedó. Huséin se lo regaló al rey de
España en 1989, quien a su vez lo cedió al Patrimonio Nacional. La
familia real española lo disfrutó muy poco, ya que prefería pasar las
vacaciones en Mallorca. Quien pasó allí más tiempo –tres semanas en
1992– es el expresidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, acompañado
por su esposa Raísa.

Desde luego, Juan Carlos se acercó a las monarquías del Golfo para
enriquecerse, pero también porque se sentía como en casa. Más allá
del dinero, se hizo amigos con los que salía de fiesta, como Huséin de
Jordania, y otros más tranquilos, como el rey Salmán. A su vez, los
reyes, sultanes y otros que gravitan a su alrededor estaban felices de
establecer por primera vez una relación estrecha con una casa real
europea.

Felipe VI, que fue entronizado rey de España en 2014, está en las


antípodas de su padre. Los negocios tenebrosos de su progenitor
siempre lo incomodaron, más aún en la actualidad, porque ponen en
riesgo la monarquía. Para salvarla, Felipe renunció hace un año a su
herencia y sancionó al exrey privándolo de la asignación personal
que percibía como ex jefe de Estado.

Felipe “tiene una mentalidad más bien germánica, y le cuesta mucho


sintonizar con las mentalidades orientales”, comentó hace una década
Josep Piqué, exministro de Asuntos Exteriores de España, en una
conversación con el autor de este artículo en referencia a quien
entonces era el príncipe heredero de España.

IGNACIO CEMBRERO

Periodista español, cubrió el Magreb para el periódico El País, y luego para el diario
competidor El Mundo; actualmente… (continuar)

SAME AUTHOR ALSO READ

OCTUBRE DE NOVIEMBRE DE OCTUBRE DE OCTUBRE DE

RETRATO

¿Cómo se creó el Consejo de Arabia Saudita. La huella Armamento. La guerra en Aerolíneas del Golfo y el arte
Cooperación del Golfo? indeleble del rey Salmán en el Yemen se fabrica en Francia de “copiar-pegar”
OLIVIER DA LAGE reino SEBASTIAN CASTELIER
PHILIPPE GÉRARD

Por qué este sitio Quiénes somos

© Association Orient XXI, 2013-2023 – 7, rue des Carmes, Paris, France – ISSN 2270-0978

También podría gustarte