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HOMBRE Y CULTURA TRADICIONAL _ EN AL FILO DEL AGUA DE AGUSTIN YANEZ, B, Alonso de Santiago ‘Agustin Yatiez (1904-1980) nacié en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en el seno ‘de una familia de procedencia hispana e indigena. A su temprana vocacién literaria no ‘tardé en unirsele una apasionada actividad politica que le lev a ocupar cargos de todo ‘ipo.en el gabiemo de su pas! Al mismo tiempo, Agustin Yéfez se revel6 alo largo de ‘su vida como un investigidor serio, preocupado por conocer cules eran las caves que ‘configuraban la mentalided de su pueblo. Estos trabajos le proporcionan las bases para ‘su posterior labor ereadors ‘Profundamente influenciado por las teorias de Ios fi6sofos moralistas franceses y las de socidlogos alemanes en la linea de Max Weber y Max Scheer, Yafcz estaba con- vencido de la importancia del ambiente a la hora de comprender la mentalidad del ser hhumano. Por ello, uno de sus principales objetivos ala hora de escribir fue el de hacer tna descripein de la atmésfera en la que se desenvolvian los personajes de sus nove- las para asf jusificar, al mismo tiempo, los procesos mentales en los que ésos estaban inmersos. En dtecta relacin con este tema, Yériez demostré su particular interés por todo tipo de manifestaciones que de una u otra forma pudieran ser consideradas resa- bios de la mentalidad indlgena: supersticiones y pervivencias de la antiguas culturas ‘mexicanas componen mushas de las paginas de sus novelas. Su intensa actividad pol- tica y educativa le oblig6 a viajar, a ponerse en contacto con una realidad “de provin- cias" cuyas caractristicas entraban en abirto contraste con las de la vida en las ciuda- des, La eterna dualidad campo-ciudad, las ventajas e inconvenientes de uno y otro ambiente fueron también motivo lteario para Yéfiez que, ante todo, describe para Ine- ‘20 dar una interpretacién personal, yen todo caso profunds, de la realidad mexicana. Estos temas son mis 0 menos desarrollados tanto en sus relatos de ficeién como en sus trabajos cientificos, En ambos casos responden a esa aspiracin del escritor por encon- ‘rar solucién alos probleras de México, a partir de un andliss lo mas profundo posible de éstos. El amor, la muerte, a religi6n, ls pervivencias de la mentaldad indigenao el pro- ‘eso revolucionario son aspectos que Agustin Yafiez desarrolla con especial interés en Alfilo del agua, sin duda su mejor obra y la mds conocid. Son los temas principales de la novela, entendiendo como tal una “categoria semantica que puede estar presente a lo largo del texto o atin en ol conjunto de la literatura”. Dedicaré este articulo, de acver- do con esa definicién, a exponer las partcularidades de una de esas “categorias semin- ticas”o temas a las que he hecho alusi6n, por su importncia como via de acceso al sig- nificado de la novela: la de las supersticiones. 1. Para ampliar datos sobre est ema me remit a FLASHER, John: Mésico contemporneo en las novelas de Agustin Yeiez México, Porta, 1969, (pp. 13-16) Este ator hace un exhaust ‘orecorido por lo qe fel trayectori profesional de Agustin Vez. El eseitor siempre se man tivo muy igndoal mindo de Ta educacion del que fro pate a diferentes nivel. Es este quizé cl data que mis desiaca ala lectra dela enumneracion de sus cargos que hace Flasher. "2, DUCROT, OSWALD ¥ TZVETAN TODOROV: Diccionario eneelopédico de ls cle cia del lenquaje: Buenos Aves, . XX1, 1974. (p. 257) 19 Ade Stage ‘Uno de los aspectos mas logradas de Allo del agua es aque que se refiee ala am bientacién, Agustin Yafez, desde la primera pdgina y en un proceso que fnaliza con la novela, insste en la descripcién de Ia atmesfera en la que estén sumidos todos y cada ‘uno de sus personajes. Los motivos son claros: cualquier acontecimiesto, por nimi que ‘pueda parecer, viene directamente provocado por Ia realidad ineludible en la que tiene lugar, ¥ una de las realidades que ejerce mayor inluencia, que demuestra el estanca- _miento de los modos, de las costumbrese incluso de los sentimientosrespecto al mun- do exterior es esa “realidad hecha supersticién, esa “moral erizada de tabds” alas que ‘Castro Leal hace referencia?. No se puede olvidar que Agustin Yaiiezfue un destacado investigador de las culturas precolombinas, de las “rafces ind/genas de América”, como titulé uno de sus trabajos més conacidos y valiosos, El autor de ALjflo del agua estaba ‘convencido de Ia pervivencia en el México del siglo XX de cietas caegorias del espi ritu precortesiano -capacidad de abstraccién, ealismo y una constants dualidad repre- sentada por la doble “cara” de muchos de los doses indfgenas, entre otras El americano de hoy -y mis cuando ait los teritoros que fueron siento de las mayo tes cultura pecolombina- experimentafuerzas mistriosas,al mismo tiempo subler easy famillares, qu se desprenden del tera, del pasa dels costumbres, de as for. ‘mas yacentoslingisios; que se matealizan en (..) el uulamiato de imagenes en cass ytemplos,e ibidismo reigioso, a leerias con signos astronémicos yz00l6gi- 05, ls supestiionesy miedosambientales, las esperanza, as malic, la indierencia, Jas actividadeshabituales, las actitues y gesoscosienes del pueblo“ ‘Su profundizacn en este tipo de estudios le proporcion6 sin dude las bases para, a partir de la contemplacin de una realidad innegable, descibir ese cenflicto constante 4 mexicano “entre la catedral y las ruinas paganas”®. El interés por las culturas ind ‘zenas del pasado fue una de las caracterstcas que unific6 alos escrtores de la revolu- in, deseosos de romper con el inmovilismo literario -plagado de influencias extrane- +as-en el que se habia desarrollado la novela mexicana a lo largo de ido el siglo XIX yy parte del XX. Pruebe de una “ignorancia” largamente asumida con claro entrongue en Ia cultura india anterior, aunque dicha influencia se haya difuminado con el transcurrir del tiem- ‘po, la primera escena de AI ilo del agua (tas el “Acto preparatorio") nos proporciona ya algunas de las supersticiones que acosan a los habitantes del pueblo protagonista y ‘ue, como en muchos otros casos, el autor desarrolla a nivel individual y colectivo. ‘Agustin Yéfez ha otorgado a éste, como grupo compacto, algunas de las mas prototipi= ‘as caracteristicas del hombre tradicional al que Soustelle define con esta palabras: La visign que los mexicanostenfan del universo daba poco lugar pra el hombre. El Hombre esd dominado pore sistema dels destino, no le petenece nis vida erste isu supervivenciaen el mis all y su breve estancia sobre la terra est deteminada en todas ss fases. Lo agobi el peso dels doses y lo encadena la omnpotencia dels si 3. CASTRO LEAL, Antonio: Pralogo a Allo del agua. La Habana, Casa de las Améticss, 1966. (pp. VIEXXID 4, PASSAFARI, Clara: Las cambios en a concepcn yetructura de a novela mexicana des. dle 1947. (Argentina Rosarie), Univ. Nacional del Litral, 1968. (p.34) 5. PASSAPAR Clara op. cit (p: 30331) 200 iy eit ok AL FILO DEL AGUA Ag Yate nos. El mundo mismo donde 6 ira por poo tempo su combate solo es una forma ett mera un ensiyo mis que sigue actos anteriores, precario como ellos consagrado co- rmoclos al derastre. Lo horrible 10 moasruso io asedian, los fntasmas y los prod {is le anuncian una desgracia’ EI protagonista del episodio al que he hecho alusin es don Tinoteo Limén, cuya -actitud general le ta llevado ha ser considerado como paradigma de una determinada forma de ser del mexicano: La vid de don Timoteo Lind, habitate del pueblo, es com lade cents de miles de ‘mericanos, 20 lo tanto, sus pensamientos, sus suefos, sus supenticiones, nostalgia, pritcas eligiosasyacitades hacia los pases extranjers, como ls Estados Unidos, ‘ejemplo, aman necstastencién ya que revelan los rasgos comnts dl mexicano? ste personajes un claro refleo de e6mo las superstciones -en forma de presagios| ‘0 de castigos- estén intimamente ligadas a la mentalidad del pueblo. Don Timoteo LLimén aparece intentando concentrarse en sus re20s al final del di, Sus oraciones se ‘entremezclan con dl recuerdo de lo que ha hecho o debe hacer, con lo que desea, cn lo “que aflora, Los aulidos de su perro -Orién- le distraen. Este simple hecho le pone in- ‘mediatamente nervioso, Intenta continuar sus Ejericios de fe “sin parar mientes en que (rida siguiera ladrindo con sombrios acentos de maleficio” (AG, p. 15). No es posible. Al peligro que intuye (zmorird su mujer paralitca desde hace tans afios? le habré ‘curido algo a su srimogénito, a Damidn? ,o sera acaso €| mismola victima de algin ‘mal, de algtin terrsle accidente?) se le une la obsesién, que ha ido creciendo durante ventcinco largos os, del rostro del dfunto Anacleto al que asesin6-en defensa pro- pia sf, pero fue asesinato al fin yal eabo- una aciaga noche de Agosto. Rostro desfigu- ‘ado, descompuesto, que le asalta da y noche, que ha marcado toda su vida. Y mientras ‘se martriza con tales pensamientos, os aullidos de Orién, aullidos que no puede dejar de escuchar, dstinlos a los de otros dias {seré porque desea la muerte de su mujer, por {que ve en ello su lieracién? gserd porque sueiay casi entrevé las formas de “cen mu- eres apettosas” (AG, p. 20) junto a él, fundidas con 61: Foeron unosaulidos temerosos, exactamenteiguales alos que proumpe Orin, el viejo peo, cuando va a acontcer alguna dergracia, Docs eclesidstices le han dicho que se frata‘de um supersicién que debe fechazar si no quiere vanspredir el Primer “Mandamien dela Ley de ios. (AG, p. 16). La figura del perro supone uno de los simbolos més repeidos en las distintas mito. Jogias. Como indica Cirlot, se le considera, generalmente, como “el acompaiante del ‘muertoen su viajenocturno por el mar, asociado alos sfmbolos mater y de resurrec- ‘cign"®, Mientras para los cristianos, el perro “como guardin y gufa delrebaflo, es ale- (6, SOUSTELLE, Jacques: La vida conidia de lox aztecas. México, ECE, 1977 (p. 123) 7. FLASHER, John. ope (p. $6) Mediate ls sglas AG hare alsin al obra de Agustin Yéiez Al flo del agua ensuei> idm de Mexico, Pra, 1980 '9, CIRLOT, lan-Eduerd: Diccionario de simbolos. Barelon, Labor, 1979.(p. 359) 201 Bodine Ses ‘gotta del sacerdote”", para los aztecas, cultura que por razones obyias es la que con ma ‘yor probabilidad influye en la mentalidad de don Timoteo, el perro era una figura di ‘ectamente elacionada con la muerte: El muerto debia padecer ants de legar a so itima morads. Acompafado de un pero “psicopampo" qu se incineraba con, dea vagar durante cuato ats pr el mundo su- bere. En cualquier caso etd clara la vinculacién de este sfmbolo con todo tipo de presa- ‘gios de mal agiero. Para los atiguos aztecas, aquellos que escuchaban o vefan alguno ‘de Tos signos que se coasideraban como premoniciéa de una desgracia, ‘omaban mal ager, concebvan en su pechoopinign 0 certidumbe que habian de mir «la ger, o en ee, de enfermedad, o que alin infor le habia de vent en bre- ‘Alttemor por el posible significado negativo de esos aulidos, se le une el provoca- ‘do por otro aspecto importante, muy caracteristico de ese mundo supersticios0. Los si nos y seflales de este tipo no slo se dan “a priori, sino también “a posteriori”. Es de~ cir, un hecho aciago podia ser precedido por” determinadas “advertencias” que anunciaban una realizaci6n inminente. Pero también aquel hecho, a su vez, podta pro- “vocar una serie de acontecimientos de signo adverso. Son muchos los ejemplos que se ‘dan, concretados sobre iodo en la figura de don Timoteo: {Qué peitenia an dura ene cato del difunto Anaelto! Primero la pérdida de las cose: ‘has en cuatro as seguidos, lego la muerte de Rosa, la ards de la cényuge que leva diez alos lid, el viaje de Darin que ha sido agonia daria... y todo lo que Dios tenga dispuesto. Castigo dela Providencia! (AG, p. 18). Esta diferencia respeeto a las vitudes “premonitorias™ 0 “provocadoras” de cieros Ihechos es fundamental, porque a su vez, conlleva Ia aceptacién o el rechazo del supuesto _augurio. Como se irév-endo a través de los ejemplos -son miltiples los que podemos, ‘entresacar de las péginas de la novela- considerar un aullido, como en el caso ya ex- puesto, o el brillo de la ‘una, signo de préximos y malos tiempos estéradicalmente con- ‘denado por la Iglesia, que al fin y al cabo es la que orienta y condiciona la mentalidad. ‘del pueblo. Los mismos que afirman creer en esas sefals se sumen en un caos de cul- ‘pabilidad -porque esas cosas son “de indios” (AG, p. 112), cai diabélicas-en el que lu- ‘chan ideas desde siempre asumidas con el rechazo que deellas hacen las autoridades ‘eclesidsticas. Por el comraro - ya desde el uso dela palabra “penitencia” para aludir a ‘ello. se cree firmemente en una ley no formulada pero latent: “cualquier hecho repro- ‘bable merece un castigo”, Don Timoteo ha asesinado a un hombre y ha de pagar por ‘eso. La Iglesia, en este caso, sf foment la idea de que es necesario evita el pecado co- ‘mo sea porque toda fala contra la fe y los mandamientos cristianos -por leve que ésta 10, MORALES Y MARTIN, José Luis: Diccionario de Iconologiay sinbolog, Madeid, “Taurus, 1984. (9.268) SOUSTELLE, Jaques, op. et. (p. 114) 12. SOUSTELLE, Jaques, op. cit (P.122) 202 ey acon AL FILO DELACUA A Yate sea-conlleva inexorablemente una serie de desgracia, sino sobre el “actor” del mal, si sobre sus hijoso ls hijs de sus hijs. ‘Cuando el médico o el curandero no eneuentran solucién para algtn problem malmente porque no la hay © porque exige conocimientos que ni uno ni oto poseen- los personajes de A/ filo del agua acuden a respuestas de corte claramente supersticioso: “nalguerientes que hubieran embrujado el enfermo”,el particular brillo de la tuna, los aullids, como ya se ha dicho, entre otras de parecido signo. Se trata de lo que en algin ‘momento de la novela un personaje denomina “mojigangas de los indios” (AG, p. 111) CCualquierexplicacién, por absurday abstracta que sea, srve Entre todos los malos presagios destaca, en la mentalidad popular, el temor al po- der nefasto de la luna. Este astro y su simbologfaestédirectamente relacionado en mi- ‘’chasculturas con la idea de “eterno retomo” a la que haréalusién inmediatamente: Tigalacrescin de una antropologta El hombre se vio af msm en la "vida" de oslo porque tambien su vida, como lade todos ls organismos, ela un final, sino ade- ns y sobre iodo porque el fendmeno dela "luna nueva lestimaba su sed de regenera- id, su esperanza de renaeet”. Las fases de la luna eran frecuentemente identificadas con las de la vida del hom- ‘be, de ahi que el proceso mediante el cual la luna va oculténdose hasta quedar com- pletamente invisible fuera seguido con temor por los pueblos primitivos: su invisit ‘dad se correspondia con la muerte'* como lo confirma Martin y Morales: Encl complejo simbolism de ala destaalacrencia de que la etapa en la que la lo- 1a aparece invisible conesponde ala muerte del hombre! Ast ocune, pa ejemplo, en el caso de don Timoteo Limén, que como se estévien- {does uno de los personajes en los que Agustin Yéfez reflejacon mayor abundancia de datos al carter Superstcioso del pueblo. Tras los primeros alld, comienzan a dar- 88 todo tipo de sefales que condicionan su vide: Esa luna s de mal aguero. A mi nadie me lo quita de a cabeza. Nofllan mis corazona- {as (p. 107) Yo no salgo de Agosto. Mi San Pascual no falls y prs fuera poco, ls avi- ‘08 de Orda, todas las noches, no dejan lugar a dus (AG, p. 252) En A/filo del agua, dems, se relaciona a la luna con el “Juicio Final”, una idea ‘apocaliptica que aparece ligada a todo tipo do presagios como sefialaré més adelante “Luna de Juicio Final. Yo creo que ya lega el fin del mundo” (AG, p. 108) comenta uno de los personajes del relato al contemplar este astro. E insste en esta idea fnebre el na- rrador cuando dice: 15. ELIADE, Mircea: Tratado de historia de las vligones. Maid Eds. Cristiandad, 1981 1%) |. Sigifcavo es también que se identifiete a Miccaptlacall una de las dosas de Mien (lugar de low meres) con la una oe Tucero de a tarde” (ROBELO, Cecilio A: Diccionario de la mitologianahoa. México, Prt. 1982, (. 265-266) 15, MORALES ¥ MARTIN, José Luis, opt (p. 211) Ald Se Por elcamino de Nochstinsube la luna tea de sargre y con lento fulgor que hace ‘sia la noche, ms temeross el canto y ls hon sentimienos, ms apreta el md en algunas gazants. (AG, p. 107) En ese mundo cerrado, y en ocasiones asfixiante que Yéliez presenta en su novela, se hace patente también a distntos niveles la idea del tiempo ciclico o “etemo retomo” Un concepto que como sefiala Mircea Eliade se halla muy enraizado en el pensamiento de todas las cuturas tradicionales: nf detalle de su comportamiento consciente, “el prinitivo" el hombre asic, n0 co: ove ning acto que no hay sido planeadoy vvido atetiormente por oo or que 0 ra un hombre. Lo que l hace, yas hizo. Su via sla epetcin inintemumpia de pes tos inaugurados por ots", PParael hombre de estas sociedades, la vida es un acontecimientociclico. Como con- Secuencia, lacronologia tal como hoy se entiende en el mundo occidental -al presente le ha precedido un pasado irrecuperable, le seguird un futtro impredecible- se eonvier. teen irealidad para é. Sélo los hechos que se repiten son real Un objeto o un acto noes real mis queen Ia medida en ques imitao repite un arguct- Po. Ast Iarealidad se adguiteexclusivameate por repetisignopaicipactn todo lo que no tene un modelo ejemplar est desprovsto de serio, es det, carce de realidad! ‘Idea semejante es la que apoya, concretandose ya en la cultura aztece, Soustelle: [Nts natraleza nicl hombre estn condenados ala mutt eterna. Las fueras de la re- Surrecin se ponen en obra lol reaparece cada mafans esp de haber pasa la ho ‘he "bajo I Hanura divina, tect ite, es decir, en losinfiemos; Venus moetey rena. ‘x: ef maiz mucre y renace; oda la vegetacin, herida de muerte en la estaci6n seca, ‘esurge mds bella y mis amarila en cada estacién de Ia lavas, del mismo modo que la una desaparece del cielo y aparece al itmo de ss fsts!™ En Al filo del agua existe un personaje que representa esa mentalidad tradicional en Ja que predomina la acitud nezativa hacia la historia: Lucas Mactas. Muestra de su im. Portancia es ya el hecho de que Agustin Ystiez haya dedicado uno de los capitulo de su novela a desarollar las caracteristicas de este personaje. "No.l mas viejo-abundan los longevos en el pueblo ero entre Ios viejos esl de me jor memoria y mis vivo ingeno. Regist evil y piblice de personas, familias, costs y ontatos, Algo zahor, "no por diablo -como el dce- sino por viejo. Un poco lepuleyo y «par igual médico:desinteresadamente, No sabe leer, se perce, in embargo porque al- {viene lea cuanos libros, revistsy pridicoscaen en us manos y se ingenia en on Seguir,empetoso(.) Ha ido acuando as su filsofac, mis bien destilndolaen ex. Petiencia y lecturas, para que luego no fale al recordar una fecha, un antecedeme conser un emei,un recurso legal o cuando pronosia,“Filésofo de veloro™sulen 16.ELIADE, Mircea: t mito del etemo retorna. Maid, Aliens Eat, 1979. (9.15) I7-BLIADE, Mircea: op. cit. 1979.(p. 39-40) I. SOUSTELLE, Jacques, op. cit (p13) 204 marl buréndosele, pues que no falta ninguno yall rompe la vena de sus consdera- ‘iones y mamas, Cronista fil, earece de historia personal en avid slo ha sido es ‘estado ynotaro de ecacimiento ajenos, (AG, p. 125) Asiduo participante en velorios y tertulis, este “cronsta” dela realidad local, €o- mo significativamente le describe Agustin Yanez tiene la capacidad de referrse con to do delle a acontecimientos, personajes y lugares que nunca ha conocido. Relaciona ‘eualuier suceso con otros ya pasados, demostrando asf larepeticién continua, cada cier- ‘tw tiempo, de Ia historia. A la par, emplea esos conocimientos para predecir el futuro, de ah que algunos estén convencidos de sus does adivinatorias. Son numerosos los aspectos de Al filo del agua en los que se refleja la idea de re- peticidn cilica -muert, superstciones, amor frustrado, mentalidad apocaliptica-. En ‘asi todos los casos, se inssteen ello a través de la vor de Lucas Macias. Asi ocurre ‘cuando éste participa en alginvelorio o en sus habitualestertlias, momentos en los que "sprovecha toda Ia informacién que ha ido acumulando a Jo largo de su vida para ejem- plificar lo qve para él es una realidad: el eterno retorno, “Mientras los aullidos o los ligubres campanilleos flotantes, aviso de San Pascual, son presagios que afectan Gnicamente 2 don Timotco -cada habitante del pueblo sabe ‘qué sefiales son las que personalmente les afectan- no ocurre lo mismo con la luna o el miedo a Agosto, mes funesto entre otros. Asi, Agustin Yanez dedica parte de un capf- ‘ulo a deseribir qué preparativos provoca la Iegada de este mes, profundamente arrai- ‘gado en la tradicién popular como el més proclive a desgracias de todo tipo: ‘Agosto es mes de muerte y desgracias(..) Don Gregorio, el ajamucrro, se prepara con tiempo; desde mayo, desde junio, compra los materiales que pueda ir necesitando sin que ‘nae los encarge, hace dos o tes aades para que nos le tome desprevenido yall n- econ carreras ahora de ahora (..) Esa mala una sniestra. .) Mes de sequin, de ea- Teves maligos, de calma en lregazo de las subes.) ¥ come s no feranbasantes ls rere naturales -;Queé tend lana hermosa de agosto? qué tend ye cielo {Ge uego, ye aire sec07-venen las muerts volents, po scidentesinexplicabes © en pleitosrepetins. Agosto es mes funeso.(AG,p. 251) Leas Macfas, como se acaba de ver, no pierde Ia oportunidad de buscar en su me- ‘moria casos que ejemplifiquen y proporcionen un eardcter de ley general y epetida a las desgracias que van asolando el pueblo y encuentra un caudal inagotable cuando se sefiere alas ocuridas en el mes de agosto. De nuevo se observa c6mo la mentalidad del “etemo retomo” est latente: ‘Yo no acabara nunca de contares las desgracias que ha traido gosto. Familias hy s- tees lo saben muy bien- que no pasan un Alo in qu se les muer algn deodo, en 0% 10, ya veces mis... (AG, p. 256) En general, todos los lugarefios buscan una explicacién a fendmenos naturales -co- meta Halle, eclipses- ya las tragedias personales en la religign o en las superstciones ‘Consciente de elloe, entre otros, Luis Gonzaga, el ex-seminarista. Mientras pasea por ‘el monte, recrimina una y otra vez al pueblo en su conjunto y a la Iglesia en particular, su carécter cerrado, impiacable, superstcioso, ("Vergienza habia de tener el pueblo en, -sdmitir esas costumbres primitivas... (AG, p. 112). En su “transporte mistco” se sien- ‘wuna especie de Mesfasenviado a liberar a su gente de esas ideas que lo enajenan, que 205 ss de Sats ‘impiden su avence, su desarrollo a todos los niveles. Sin embargo, esa creencia en su pprsticiones que no se cansa de crticary maldecir, también le afecta a él. Un detalle ni- _mio le recuerda muchas de ls “costumes primitivas” que ataca pero que, desde siem- pre, han formato parte de él y de su manera de actuar: (Cerca det penitent, veloz, pas una vboray Luis vo impulsos de maar: todo un min do de sipersticiones de Semana Santa, en particular de ete lctuoso Viernes: lo quest ‘cede al qe mata hoy una serpicnte al qu se baa hoy en un ro, al que como la yerba l- ‘mada del iseariote; lle eerito de la Mina, onde han saeado doles y euetan que Ia ‘maanadel Viernes Santo Se oye tocar una campana de vers argentina: conseas de 1 ares oflas dese ls dos aos, mpesionants,milagrosas; os del Via Cris qe se ie ‘aron converidos en petascos por disvaere vendo unas golondrinas: el Judo Erate, {ue lleps al pucblo hace muchos aos y hubo eclipses de so: los niios que salen fen ‘menos cuando ls toca nacer este dia. (AG, p. (21) Por su interés, quiero hacer referencia a aquellas supersticiones que, por boca del rnarrador, se manifiestan en dos casos muy concretos: el doble asesinato de Dam én Limén y 1a cafda del cometa Halley. Estos acontecimientos, en principio, guardan un verte paralelismo entre sia varios niveles. La muere de don Timoteo Limén y Micaela ‘Rodriguez-a minos de Damian es el detonante, por una parte, de cambios que se aveci- ‘nan, inexorables, sobre el pueblo, Es la ruptura de la monotonia, de un estado de cosas ‘que poco a poco se manifesta insostenible. Resulta muy clara en este caso, ademés, esa

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