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El núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida de 1200 km de diámetro que gira libremente en un mar de hierro fundido conocido como núcleo externo, generando el campo magnético de la Tierra. Alrededor del núcleo se extiende el manto de casi 3000 km de espesor y la corteza externa de solo 40 km promedio. Aunque los científicos soviéticos lograron cavar hasta 12 km, llegar al centro de la Tierra es imposible debido a la enorme pres
El núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida de 1200 km de diámetro que gira libremente en un mar de hierro fundido conocido como núcleo externo, generando el campo magnético de la Tierra. Alrededor del núcleo se extiende el manto de casi 3000 km de espesor y la corteza externa de solo 40 km promedio. Aunque los científicos soviéticos lograron cavar hasta 12 km, llegar al centro de la Tierra es imposible debido a la enorme pres
El núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida de 1200 km de diámetro que gira libremente en un mar de hierro fundido conocido como núcleo externo, generando el campo magnético de la Tierra. Alrededor del núcleo se extiende el manto de casi 3000 km de espesor y la corteza externa de solo 40 km promedio. Aunque los científicos soviéticos lograron cavar hasta 12 km, llegar al centro de la Tierra es imposible debido a la enorme pres
El más pequeño sería el núcleo interno: una esfera sólida de
unos 1200 kilómetros de diámetro que gira libremente en un
mar de hierro fundido y otros metales, conocido como núcleo externo. La rotación libre de esta gigantesca esfera es como una dinamo que genera el campo magnético de la Tierra, que la protege de la radiación espacial y permite que haya vida en su superficie. En torno a este núcleo se extiende el manto terrestre, con un espesor de casi 3000 kilómetros, y por último, la corteza exterior, con apenas unos 40 kilómetros de espesor medio. Llegar al centro de la Tierra es un reto imposible. A finales de los años 70, científicos soviéticos comenzaron a cavar un pozo en la península de Kola, al norte de Rusia. Tras años de trabajo llegaron hasta 12 kilómetros de profundidad, lo máximo que se ha conseguido cavar hacia las entrañas del planeta. Parece imposible ir mucho más allá sin que las paredes del agujero se derrumben por la presión. El método habitual para entender qué sucede en zonas más profundas es analizar terremotos. La variación de las ondas sísmicas a medida que atraviesan el planeta desvela la composición interna del núcleo y su velocidad de rotación.