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Escena I
Narrador: Un día Dios se puso muy enfadado porque había mucha maldad y
violencia en la tierra. Mirando Dios a todas las personas observó a un hombre
que era muy bueno llamado Noé:
Dios: Noé, Noé, he visto que hay mucha maldad y violencia en la tierra, pero he
hallado integridad en ti y quiero salvarte del gran diluvio que ha de venir. Noé,
debes construir un arca porque voy a destruir el mundo con un diluvio de aguas.
Noé: Pero Señor Dios, nunca ha caído agua sobre la tierra. ¡Todas las personas
se burlarán de mí! ¿Además cómo voy a construir un arca?
Dios: Construye el arca de madera, píntala de alquitrán, caliéntala con brea para
que no pases frío y ponle un gran farol. Caerá un gran diluvio de aguas sobre la
tierra y todo ser viviente morirá.
Dios: Estoy muy enojado porque hay mucha maldad sobre la tierra. Construye el
arca para que puedas salvarte. Destruiré el mundo con un diluvio de aguas.
......
.....
Narrador. Al escuchar estas palabras Noé le creyó a Dios y se puso a construir el
arca junto con su familia. Sin embargo todas las personas se burlaban de él
diciendo que estaba loco porque nunca había caído agua sobre la tierra.
Escena II
Escena III
Dios: Noé, Noé, ya el arca está terminada. Ahora debes meter una pareja de
animales de cada especie en el arca.
Narrador: Y Noé una vez más obedeció a Dios y comenzó a meter una pareja de
animales dentro del arca para conservar la especie.
Dios: Bien Noé, ahora entra tú y tu familia al arca porque el gran diluvio de aguas
comenzará a caer.
Escena IV
Noé: ¡Gracias Dios por haberme salvado del diluvio! Siempre te voy a obedecer y
nunca dejaré de creer en ti.
Noé: ¡Muchas gracias Dios! ¡Siempre te obedeceré y siempre haré cosas buenas
para agradarte!
Narrador: Amiguito, amiguita, de esta manera Dios salvó a Noé del gran diluvio de
aguas. Y Noé vivió toda su vida obedeciendo a Dios y fue muy feliz junto con toda
su familia y todos los animales que se habían salvado.
Reflexión: Quiero decir a todos los aquí presentes que la historia de Noé nos
enseña el mensaje de la salvación. Así como Noé y su familia pasaron a través de
una puerta para entrar al arca y salvarse del Diluvio, Dios también ha provisto una
puerta de salvación a través de su hijo Jesucristo para salvarnos y darnos vida
eterna: ‘Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos’. (Juan 10:9)