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De la noche a la mañana, durante el dia, trabajando, comiendo, saliendo...

conversaciones internas
conmigo misma. Mi mente no para, piensa y piensa y sobretodo lo q mas piensa es como calmar la
furia de su interior. Como intentar no saltar y poder contestar tranquilamente sin ladridos. Difícil tarea
cuando eres puro fuego. Cuando tienes una mini personita que te desafía continuamente probando sus
límites y los míos. Cuando crees q no puede ir a peor y va o al revés, parece q va a haber un volcán en
erupción y no. No sabes q pasó? Creo q cuanto mas intento controlar la situación mas me controla ella.
Mi hijo, mi vida. Ahora tiene 5 años y medio. Iremos viendo la evolución...

Espero poder resumir en un libro los 18 años que, mínimo, espero pasar con el.

El inicio de todo es una reconciliación, una de tantas... pero muy fogosa.

Siempre tuve miedo al embarazo y tuve problemas sexuales. Nunca sufrí un aborto y no iba a
provocarlo con la edad que tenía. Me tocaba ser madre. Ilusionada y un poco asustada fuí pasando los 6
meses que era consciente, me enteré con 2 meses de mi embarazo, al no tener el período, estuve lenta
ahí, lo reconozco. Y se adelantó 3 semanas lo cual fueron 8 meses y 1 semana de embarazo bastante
bueno. Quitando el no poder beberme un vinito sin sentirme culpable, creo q lo repetiría. Parto natural
y sentido. Espejo delante donde se veía el pelo negro de mi pequeñín buscando salida y mi aro de fuego
ardiendo. Después de una hora de apretones al final me puse de cuclillas y salió solo. Que bonito fué.
Idílico, precioso, sin fuerzas me lo engancharon para que mamase y fué todo perfecto. 5 hora con mi
peque encima de mi. Su calor, su corazón, respiración.
Increíble, indescriptible.

Y nada, la verdad que pasé miedo, cuando lloraba y no sabía porqué? Muchos mocos... muchas noches
durmiendo en el sofá sentada con el en mis brazos y nunca lo solté. La mente que fuerte es, lo controla
todo. Un día creí que le había roto el tobillo simplemente porque, al ponerlo en el cambiador para
cambiarle el pañal, podía haberle chafado un poquito el pie. Llamé a mi madre y me tranquilizó, que no
podía ser, mujer, que me relajara. Incluso una noche sentado en la sillita para darle la cena me pareció
verle la cara rara haciéndome mis película mentales. Agotador.

Empezó a moverse sin parar, a pedir, y caminar!!


Que miedo cuando los peques comienzan a caminar

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