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Estrategias para fortalecer los ingresos públicos de forma

progresiva y eficaz
Evaluar el uso de los gastos tributarios y los incentivos fiscales, y orientarlos hacia
los ODS

Los gastos tributarios y otros tratamientos fiscales preferenciales se utilizan ampliamente en


la región. Sin embargo, no está claro que los gastos tributarios den lugar a los beneficios
para los que fueron creados . En este sentido, resulta clave que en los países se tomen
medidas para fortalecer la gobernanza de los gastos tributarios, con el fin de maximizar su
impacto y limitar las pérdidas asociadas con su uso, que a veces son innecesarias.
Reforzar el impuesto sobre la renta de las personas físicas

La tributación sobre la renta personal es una de las principales brechas fiscales entre la
región y los países de la OCDE. En 2018, en los países de América Latina y el Caribe se
recaudó el 2,3% del PIB en ingresos por concepto del impuesto sobre la renta personal, en
comparación con el 8,1% del PIB que se recaudó en la OCDE. Además, en los países se
podría solicitar que las personas presentaran declaraciones aunque no tuvieran ninguna
obligación tributaria, como medio para identificar a posibles beneficiarios de los programas
de bienestar social.
Aplicar impuestos a la economía digital e impuestos correctivos como los impuestos
verdes y los relacionados con la salud pública, y fortalecer los que ya existen

Como consecuencia, en varios países se han tomado medidas para aplicar el impuesto
sobre el valor agregado al consumo de bienes y servicios digitales . El uso del sistema
tributario como instrumento para incentivar la producción y el consumo responsables es
dispar en la región. De igual manera, en la mayoría de los países se grava el consumo de
productos potencialmente nocivos para la salud, como el alcohol y el tabaco, pero la
heterogeneidad que se observa en la región en lo que atañe a estos impuestos sugiere que
hay margen para mejorar su uso aplicando las mejores prácticas . Al mismo tiempo, los
impuestos a los alimentos no saludables y las bebidas azucaradas aún no se han aplicado
ampliamente en la región, a pesar de su potencial para mejorar los resultados en materia de
salud a largo plazo y, en consecuencia, para reducir el gasto público futuro en este ámbito.

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